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INTRODUCCIÓN
Hace unos días, llegando a mi casa de noche, miré hacia la ventana y estaba todo oscuro. Había llovido. A la mañana, cuando me levanté, miré hacia la ventana y vi la suciedad que había en los vidrios por causa de la lluvia. Esto me hizo pensar que cuando hay luz se ve y se entiende bien lo que está mal; cuando no hay luz no vemos tan mal las cosas, es más, le encontramos alguna explicación. Nos parece que lo que hacemos no está tan mal, y algunos alegan que, porque les hicieron algo, respondieron de la misma manera y ese accionar les perece justo. Cuando hay oscuridad se cambian los valores; lo correcto se ve como algo estúpido y lo estúpido se ve como algo correcto, cambiando así el concepto de justicia.
Respecto a la luz, todas las cosas que Dios ha creado son visibles, como, por ejemplo, la luz; y tienen un paralelo en el mundo invisible. Decimos que un día está lindo porque hay luz del sol. Aunque, hay personas que por más que haya sol están en oscuridad, y es que su corazón y sus pensamientos están en tinieblas. Algunos me piden mi opinión acerca de algo que quieren hacer, y quieren saber si está bien o está mal. Cuando uno está en tinieblas no sabe cómo hacer, y lo más triste es que no va a Dios a pedirle que alumbre su camino.
Dice la Biblia en el Salmos 89:15: “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro”. Hay dos dimensiones: la de la oscuridad y la de la luz visible; y la de la oscuridad y la luz espiritual. Porque toda verdad es paralela. En todo lo visible hay una enseñanza del mundo invisible.
LO VISIBLE ES PARALELO DE LO INVISIBLE
En la Biblia encontramos que Jesús hablaba del agua, del viento, de la siembra y la cosecha, etc. Y Él ejemplificaba lo celestial usando las cosas creadas. Decía, por ejemplo: “El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas para su hijo”. Dios creó al hombre y a la mujer para ejemplificar la relación de Cristo con la iglesia, y el matrimonio es un reflejo, o debiera ser un reflejo de la unión matrimonial entre Cristo y la iglesia. El Señor le ordenó a Moisés que construyera el tabernáculo exactamente como Él le había mostrado. Este tabernáculo tenía un atrio o hall de entrada, también estaba el lugar santo y el lugar santísimo. Y resulta que está el tabernáculo del cielo donde hay un lugar santísimo y es el trono de Dios. El pueblo hebreo atravesó el desierto, y allí Dios estuvo con ellos, y no les faltó alimento ni agua; así nosotros también atravesamos desiertos en nuestras vidas, pero no estamos solos porque Dios está con nosotros.
Todas las cosas en el mundo visible tienen una contraparte en el mundo espiritual e invisible. Podemos notar que las cosas se ven mejor cuando hay luz. El amor es luz, y el Señor no quiere que hagas nada si no amas. El primer mandamiento es amar a Dios y el segundo es amar al prójimo. ¡Si amas hazlo! El amor te permite ver las cosas como son. Tú te consideras una basura y Dios, que te ama, te considera una joya.
Yo observaba cómo una jovencita miraba con ojos de amor a un muchacho. Yo lo miraba y pensaba qué le habrá visto a este, porque era flaco y con la cara llena de espinillas. Pero ella está enamorada de él y lo ve lindo. Nada es como se ve a simple vista, sino que es como Dios lo ve. Algo que te parece injusto a ti, a Dios le parece justo. Dios se llevó a un ser querido y tú dices que es injusto; nadie se muere si Dios no lo permite.
En el Salmos 147:4 leemos: “Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres”. Conversando con un hombre que estudiaba astronomía, creyente; me dijo que nadie sabe quién le ha puesto nombre a las estrellas y a las constelaciones del cielo como las conocemos hoy. Si tan solo creyeras lo que está escrito en la Biblia cómo amarías a Dios y lo honrarías. Aunque te digo que Dios ha creado algo más precioso que las estrellas. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y para Él eres más precioso y más preciosa que las estrellas.
Tratar de entender cosas que no entendemos nos llevan a vivir en oscuridad y a no ver bien la grandeza de nuestro Dios. Urge que hoy seas alumbrado con la luz de Dios, y es importante que le pidas que alumbre cada día tu vida, tus pensamientos y tu corazón. Dios quiere que yo entienda y vea las cosas como Él las ve. Si Dios cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre, tienes que creer que también a ti te conoce.
BUSCA A DIOS Y TENDRÁS LUZ
Hubo en Israel un jovencito que no dejaba caer ninguna palabra de Dios. Ya no había visión en Israel, no había profecía y faltaba luz; no había quién hablara de parte de Dios. Así que seguían con los ritos, pero carecían de luz. Tenían el tabernáculo, pero ya Dios le había dejado de hablar a Elí que era el sacerdote. Sin embargo, dice la Biblia en 1ª Samuel 3: “El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia… Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí”. Samuel pensaba que era Elí quien lo llamaba, pero era Dios que lo llamaba por su nombre. Y continúa diciendo este pasaje: “Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven…Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras”.
¿Por qué hablo de esto? Porque miro las noticias acerca de todo lo que está aconteciendo en el mundo y no tengo lugar a dudas que todo lo que se expone es para espantar a las personas. Hace poco salió una noticia acerca de un hongo negro que agrava la condición de salud de las personas que han padecido de Covid en la India. Yo miro y pienso, ¡qué bueno, estamos lejos de la India! Pero leyendo acerca de este hongo veo que se encuentra en todos lados, y en las redes hemos visto fotos de personas alarmadas mostrando el lugar donde han hallado algún hongo negro. Todavía no sabemos qué hacer con las vacunas y para colmo sale un científico a declarar que los que se han vacunado con la AstraZeneca y la Pfizer se van a morir. Pero también han salido a desmentir; o sea que no se sabe quién dice la verdad. No sabemos dónde está la verdad y quién miente; tampoco sabemos quién disfraza las mentiras para hacernos creer que son verdades. Te advierto que tengas cuidado con las noticias que escuchas y ves, porque el mundo ha entrado en un estado de oscuridad total.
En Argentina, senadores de la nación han votado para decretar el 28 de mayo, el día mundial de la higiene menstrual. Y ese día han iluminado ciertos edificios con luces rojas. Algunos lo tildan de idiotez y yo me pregunto, cuánto les cuesta a los contribuyentes esos senadores para que estén gastando su tiempo en estupideces. Han inventado y siguen inventando el día de… ¡Hacen cualquier cosa!
En la prensa se ha hablado de una mujer que se vino de Israel a Uruguay para vender una propiedad. En esa casa vive su hija quien quería comprársela, pero la madre se negó. El asunto es que los vecinos se dieron cuenta que ya no veían más a la mujer. Resulta que la hija la había matado y la incineró, repartiendo sus restos en bolsas de residuo. Eso no es luz; es oscuridad. Y no solo eso es oscuridad; oscuridad es casarse con una persona que Dios no quiere para ti y a los meses te preguntas por qué te habrás casado. Un hombre le dijo a su esposa: “¡No te quiero más! ¡Me das asco! Tengo otra. Si queres arreglo para que te acuestes con mi amigo fulano”. La mujer llorando me dijo que el marido la estaba entregando a un amigo.
Cuando hay oscuridad hacemos lo malo y no entendemos lo que hacemos, o las decisiones que tomamos. Todos los días tomamos decisiones buenas o malas; y las buenas son de Dios, y las malas son inspiradas desde el infierno. Nosotros hemos sido llamados por Dios para ser luz. Hablando de Jesús, Juan declaró: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4). La luz de los hombres no está en el sol, no está en la universidad o en la biblioteca; la luz de los hombres no está en ningún político por más inteligente que se crea. La luz de los hombres está en Cristo. También afirmó Juan: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.
Se dice que se viene una tercera guerra mundial; se dice que volverán a arrojar misiles en Medio Oriente y las cosas con China se pondrán feas. Se dice, se dice, se dice. Mas el profeta Isaías declaró: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria” (Isaías 60:1 y 2). ¡Cristianos, la luz de Dios es para ustedes! No se distraigan, aprendan a orar, aprendan a amar a Dios y a servirlo y no les faltará la luz. Muchos cristianos yerran como si no fuesen cristianos; toman decisiones equivocadas en oscuridad porque no les está alumbrando la luz de Cristo. Mas la Biblia dice que Dios oye el clamor de los justos. La Biblia afirma que si pedimos conforme a su voluntad tendremos las peticiones que hemos hecho. Y justos son los que tienen la luz de Dios; justos son los que aman a Dios. Quien ama a Dios, tiene luz y las tinieblas no prevalecerán. La oscuridad no tiene poder, no puede invadir la luz porque no tiene fuerza ni energía. La oscuridad no es nada. Aunque para algunos sí; esos que no pueden dormir si no es con la luz encendida. Fíjate qué poderosa es la luz porque si la enciendes se fue el cuco que te asustaba en la oscuridad. Pero ésta no es la luz de Cristo. Todo en el mundo visible y tangible es un paralelo de las verdades poderosas espirituales; y la oscuridad no tiene poder sobre la luz. La luz sí tiene poder sobre la más densa oscuridad. A la mañana, antes de que se vea el primer rayo de sol, ya la luz disipó las tinieblas. Enciérrate en una habitación totalmente oscura, enciende un fósforo y verás como su luz atraviesa la más densa oscuridad.
CONCLUSIÓN
¡Eso es Jesús! Él declaró: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). ¿Vas a seguir a Jesús o no? ¿Solo te interese que Jesús te de todo lo que quieres; o estás interesado en qué quiere Jesús con tu vida? La luz no está en ti sino en Él. Tú valoras más lo que quieres, lo que piensas o sientes; y no conoces ni valoras lo que Jesús quiere y valora. Por eso es que hay cristianos que andan como que si no fueran cristianos. Hay cristianos que sufren angustias como si no fuesen cristianos. Sufren por emociones que son sólo para los que están en oscuridad.
Hoy tienes que decidir si crees que Jesús es la luz del mundo. Pídele que alumbre tu mente y tu corazón porque es mejor su luz que la tuya. Si tu ojo es maligno todo lo ves maligno; si tu ojo es benigno, todo se ves benigno. Esto significa que de todo se puede aprender. El Covid me acercó a Dios. La pasé muy mal, pero busqué el rostro de Dios y el Señor me enseñó cosas que yo no esperaba aprender. Todo ayuda a bien a aquellos que aman a Dios. Todo se ve mejor cuando uno tiene luz; y Dios transforma las tinieblas en luz. Dios hace lo que se ve de lo que no se ve. El Señor transforma la maldición en bendición. Mujeres que han sido abusadas tienen una pasión por ayudar y bendecir a otras mujeres que han sido abusadas. Aún al mal, Dios lo usa para el bien. El diablo se cree que les está haciendo daños a los hijos de Dios; pero Dios está usando al diablo para cumplir sus propios propósitos. ¡El reino de Dios será instaurado en la tierra mientras el diablo se cree que es mayoría!
Dios dice: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú” (Isaías 43:1). No tienes que tenerle miedo a la muerte. El apóstol Pablo declaró: “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” (Romanos 14:8).
Algunos me preguntan qué sentí cuando estuve enfermo. Créeme o no, pero a mí Dios me alumbró. La Biblia dice en el Salmos 41:3: “Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad”. Yo no tenía fuerzas para ponerme de pie; pero en mi cama, en mi debilidad, llorando le daba gracias a Dios porque ha mullido mi cama. ¡Cuánto he amado mi cama en esos días! No me importaba si me moría o qué pasaría con todo; solo me importaba lo que Dios me decía. Yo estiraba mis manos y decía: “¡Gracias Dios! ¡Tú has mullido mi cama!”
Si quieres que la luz de Jesús te alumbre, haz una oración conmigo y dile a Dios: “Gracias Señor, por esta palabra. Yo la recibo y la atesoro en mi corazón. ¡Qué bueno y qué grande eres! Tú eres la luz, Jesús. Alumbra mi mente, alumbra mis emociones. Que mi corazón sienta lo que tú sientes; que mi mente piense lo que tú piensas. Señor restaura mis neuronas que están acostumbradas a divagar sin sentido y a pensar lo primero que se le viene. Libra mis neuronas de toda mala información. Lávame Jesús en tu sangre preciosa. Lléname de tu luz. Alumbra con tu luz mi rostro y guía mi camino. Tu palabra es una lámpara a mis pies y es lumbrera en mi camino. Te doy gracias Padre, en el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: