LA MEJOR FOTO DE UNA PERSONA - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

LA MEJOR FOTO DE UNA PERSONA

INTRODUCCIÓN

 

Dios tiene propósito en todo y puedes ser feliz en todo; cuando te falta, puedes ser feliz, así como cuando tienes. El Señor tiene poder para enseñarte y hacerte prudente y sabio en cualquier territorio que transites. Cuando andes en valle de sombra de muerte no temas mal alguno porque el Señor está contigo. ¡El Señor hará que todo redunde para bien en tu vida! Pon fe en eso; no en lo que estás viendo, sino en lo que Dios dice. La fe es para creer, no en lo que uno ve, sino para creer en lo que dice la palabra de Dios.

A veces reprendo a algunos cristianos y les digo que la realidad no es lo que ve, tampoco es lo que siente. Tú dices que eres realista, pero la realidad no es lo que tú ves. Una noticia relató acerca de una novia que se propuso vengarse de su novio e intentó desfigurarle la cara con ácido, y lo hizo, pero con tan mala suerte que un viento le sopló el ácido en su cara. Entonces, la noticia mostró la foto de la mujer con la cara desfigurada por el ácido con el que había querido echarle a su novio. Vivimos en un mundo de tanta confusión y la gente no sabe vivir, no sabe decidir. Algunas personas no son sabias a la hora de tomar decisiones. ¡Hay mujeres que están tan desesperadas por tener un esposo, que agarran a cualquiera!

 

MIRA CON LOS LENTES DEL AMOR

 

Atendí un matrimonio, y los dos habían sufrido un divorcio cada uno; y cada uno tenía del matrimonio anterior 4 hijos. El hombre estaba tan herido por lo que había vivido en su matrimonio anterior con la bruja, mala y fea. Y ella herida por lo que había vivido con el demonio de su esposo. Vienen al evangelio, se enamoran, se casan; y los dos comienzan el matrimonio a la defensiva porque tal vez este nuevo cónyuge es igual al otro. Y entonces ven en cualquier cosa que dice o hace el otro, algo parecido a lo que la otra persona le dijo o le hizo. Siempre están buscando en qué acusar a su cónyuge, y es que no ven ni entienden el sufrimiento que tienen. De tal manera, que el matrimonio se transforma en un nido de espinas y viven lastimándose. Ella pone barreras de defensa contra el marido y él también lo hace para no sufrir con la mujer que tiene. Con esto te quiero decir que la gente está obnubilada y no tiene conocimiento de la verdad. Y atendiendo muchos matrimonios me he dado cuenta que tanto los hombres como las mujeres traen al matrimonio lo peor de lo que han vivido.

Los matrimonios que tienen victoria son los que tienen ojos buenos para ver a su cónyuge. Tú no tienes que ver lo peor del otro sino lo bueno. Si vas a anotar en una libreta lo peor del otro, terminarás amargándote y vas a querer matarlo. El hombre no sabe ni entiende qué es el amor.  Cuando te vas a sacar una foto buscas la mejor pose y entonces quieres ver cómo saliste y si salió mal, vuelves a tomarte otra que salga más linda. Para poder sacar la mejor foto de mi cónyuge, de mis hijos o de quien sea tengo que buscar la mejor pose y la mejor cara. Tengo que ver el mejor perfil de la persona. Estuve con otro matrimonio, unos 40 minutos. Él quejándose de ella unos 20 minutos. Milagrosamente ella se quedó callada todo ese tiempo. ¡Un milagro! Entonces, cuando él terminó le dijo que hablara ella. ¡Y empezó a hablar ella! Había que escuchar cuál de los dos hablaba peor del otro. Cuál de los dos sacaba la peor foto del otro. ¿Cuál era la conclusión? Qué era imposible la convivencia porque ya no se aguantaban. Todo tiene que ver con la perspectiva desde la que uno ve la cosa. Yo digo que Dios le ha dado a Misión Vida una gracia y una misericordia tan especial; porque nos toca tratar con algunos chicos y chicas, que se han especializado en poner buena cara y a la vez estar mintiendo y engañando.

 

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

 

Leí una nota de un periodista que dijo que estamos viviendo en el peor tiempo de la historia porque ya no se sabe qué noticia es verdad y qué noticia es falsa. Yo digo que la palabra de Dios tiene gracia, tiene poder y calidad para ser la verdad y ser inmutable. ¡La palabra de Dios te canta la justa! La palabra de Dios te saca la mejor foto y descubre lo que está encubierto. La palabra de Dios divide lo que es del alma de lo que es del espíritu.

Muchas veces confundimos gordura con hinchazón. Creemos que algo bueno que sentimos es de Dios cuando se trata de un engaño dentro nuestro porque no conocemos ni siquiera nuestro propio corazón. ¡Es terrible vivir engañados! Es terrible casarse y a los meses preguntarte para qué te casaste con esa persona. No solo que engaño a otros, sino que yo vivo engañado y llego a tomar malas decisiones. ¿Si no te guía Dios entonces quién te va a guiar en este mundo de oscuridad? Si no buscas a Dios, ¿quién alumbrará tu existencia? Vivimos en un mundo donde los cristianos necesitamos desesperadamente conocer mejor la Biblia. ¡Lee más la Biblia por favor! Confucio dijo: “No le hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”. ¿Cuánto conoces de la palabra de Dios? Si no la conoces te vas a perder, te lo aseguro. Ahora, Jesús dijo: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos…” (Mateo 7:12) La iglesia sabe muy poco de la verdad, y la verdad es la palabra de Dios. Si sigues a Confucio es suficiente no hacer nada para ser bueno. La iglesia está en una situación oscura y complicada porque no conoce la palabra de Dios. Confucio dice que no hagas. Sus discípulos son los que dicen: “Yo no le hago mal a nadie”. “Yo no me peleo con nadie”. Se creen que con no hacer nada ya son buenos. Pero para Jesús son buenos los que hacen algo, ¿y qué es lo que tienen qué hacer? ¡Qué bien estaría el mundo y la sociedad si cada uno le hiciera al otro lo que quiere que le hagan! Se trata de hacer; no se trata de no hacer.

 

LA VERDAD ESTÁ EN LA PALABRA DE DIOS

 

Si los creyentes no conocemos bien las verdades de la palabra de Dios nos podemos imaginar por qué el mundo está así.  Hay personas que no tienen seguridad de la palabra de Dios. ¡Consigue una Biblia y léela! El mundo está lleno de oscuridad y de engaño; y la única salida es la verdad. Tan mal estaba el mundo que cuando Jesús llevó a parte a Pedro, a Jacobo y a Juan y se transfiguró delante de ellos, la voz del Padre resonó en el cielo y dijo: “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (Mateo 17:5). Mientras yo duermo, satanás está acusándome delante de Dios. ¿Sabes por qué lo sé? Porque lo hace siempre, de día y de noche. Él es el que acusa a los hermanos de día y de noche. Tú dices: ¿Este cómo sabe que satanás lo acusa? ¡Porque la Biblia dice que satanás nos acusa de día y de noche! Te preguntas qué habré hecho para que me acuse. Haya hecho o no haya hecho él me acusa.

¿Conoces la palabra de Dios? La única luz que existe es la palabra de Dios. Y el poder más grande que existe en el universo, capaz de unir todo lo que está desunido; el poder capaz de producir intimidad donde no la hay es el poder del amor. No es discutiendo con tu cónyuge o con tu pastor; no es discutiendo con tu familia ni esgrimiendo argumentos contra argumentos, sino que es amando.

Cuando las parejas vienen a hablar conmigo veo cómo se dicen tantas sandeces. El propósito principal es dejar mal al cónyuge delante del pastor. ¡No es así con Dios! El marido dice que trabaja para llevar sustento a su casa y paga todos los gastos; y ella dice que se mata trabajando en la casa todo el día y él no agradece. Y él dice que ella es una malagradecida porque no entiende que todo lo hace por su familia. Y se lastiman y se humillan a ver a quién le sale más sangre. ¿Podrán estar unidos si utilizan ese método de convivencia? ¡No! ¡Pero no lo entienden! Anotan cada día algo malo que hace él o ella.

El Señor dijo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Esto significa: Haz con tu prójimo cómo quisieras que hagan contigo. Si practicáramos eso, sería un Edén la sociedad humana. Hay dos elementos extraordinariamente importantes: el amor y la verdad. La mujer necesita ser amada. El otro esposo la basureó y la maltrató y la mujer echa sobre su actual matrimonio una camionada de resentimiento, enojo, amargura. Ella piensa que éste le va a fallar igual que el otro. Ella quiere ser amada y no traicionada; pero el temor de la traición la invade y eso no la deja amar a su esposo.

El amor no es eso que el otro tiene que hacer para yo sentirme bien. ¡Eso no es amor! Es decir que, si mi cónyuge hace lo que yo quiero, yo me sentiré bien, pero si no lo hace, es malo. Eso se llama lascivia, y la lascivia es el deseo egoísta de satisfacerme a mí a expensas de otro. Así nunca se va a llevar adelante una familia. No sólo me refiero al matrimonio sino también a la relación con los hijos, padres, hermanos, etc. La madre le reclama al hijo: “Yo que te parí, que estuve 8 horas en trabajo de parto; que te cambié los pañales y te di de comer. Ahora no quieres trabajar para ayudarme a mí que soy tu madre”. ¡Esa madre no estaba amando, estaba negociando! Una madre que pasa factura de lo que ha hecho no está amando. Tú das, esperando recibir; te lamentas de que diste y te pagaron mal. ¡No estás amando!

 

EL AMOR ORDENA LAS DECISIONES

 

Como dije esto se aplica para cualquier relación. Aquel que no ama necesita cobrar; o sea que todo lo que da es con cierta ambición. Pero el que ama se da hasta la muerte y muerte de cruz. Es importante que entendamos que lo que más necesitamos para mejorar nuestras relaciones y para mejorar el mundo, es amar y predicar el amor de Dios. Con Dios hacemos igual. Algunos dicen que le piden, pero Él no les da y entonces se enojan. ¿Lo estás amando o estás negociando? ¡Haces con Dios lo que haces con tu cónyuge! Tú dices: “Yo no me merezco lo que estoy viviendo”. Dios te dice: “Te quieres acercar a mí, ámame”. El amor es el punto de vista de la mejor perspectiva de la verdad. Una perspectiva tiene un punto desde el cual el observador observa algo. Un ejemplo es desde qué lugar el observador observa un edificio. Si el observador está ubicado en el piso, el edificio se ve grande; si está en un punto alto, el edificio se ve chiquito. ¿Qué es la realidad? La realidad es la verdad; y la verdad es el punto de visión del amor. Quien está lleno de amor tiene la mejor foto de lo que hay qué hacer, de lo que hay qué decir, y de cómo hay que comportarse. Porque el amor ordena las decisiones. El amor te permite ver lo correcto.

Es posible hacer un bien, o hacer obras buenas que no sirven para nada si eso no se hace desde la perspectiva del amor. Así dijo el apóstol Pablo en 1ª Corintios 13:1 al 3: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”.

Si lo que haces y dices no proviene del amor, entonces no es del Espíritu, no es del amor y Dios no lo acepta. La Biblia señala que lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. El amor te da la mejor perspectiva y te da todo el poder.  Algunos dicen que el amor es ciego. Yo digo que el enamoramiento es ciego. Muchas veces, el enamoramiento no es amor sino una estupidez. Personas que se han enamorado, luego se arrepintieron. Fueron capaces de dejar la iglesia, fueron capaces de pelarse con el pastor, de insultar a su padre o a su madre porque aman a esa persona. Dijo el apóstol Pablo acerca del amor: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

 

CONCLUSIÓN

 

Después de todo el amor no es tan estúpido como dicen. La lascivia busca satisfacerse a expensas del otro, pero el amor busca satisfacer al otro. Si aprendes esta lección nunca más le vas a demandar al otro que te haga feliz. Usar al otro no es amarlo; es negociar. ¿Qué es eso de que el amor no hace nada indebido? ¿Te puedes equivocar? La Biblia dice que si tienes amor no te puedes equivocar. La palabra de Dios dice que si yo estoy lleno de amor no hago nada indebido sino lo que hay que hacer. Quiere decir que si me equivoco me está faltando amor. ¿Por qué Dios nos amó? Uno se jacta de que es lindo, pero, ¿qué tengo yo para que Dios me ame? ¿Qué bien hice para que el Señor me ame? ¿Qué virtud había en mí? Yo no tenía nada. Nada de lo que tenía servía. Yo era un muerto caminando; era un pecador condenado. Él me amó porque es amor. No se fijó en mi pecado. El Señor me amó y me quiso rescatar; y se dio a sí mismo porque Él es amor. ¡Qué precioso y perfecto es el amor!

Quien tiene a Cristo en el corazón tiene amor. El amor no se goza de la injusticia; sufre por causa de la injusticia. Y se goza de la verdad. Quien no conoce la Biblia no puede gozarse de la verdad. Muchos son los que no conocen la verdad. ¡Cuida tu alma! ¡Cuida tu salvación! Tu salvación es muy costosa. El amor tiene fe. Cuando una persona cree que su matrimonio está a punto de romperse no tiene fe, porque el amor todo lo cree y sabe la persona que puede conquistar a su cónyuge.

Respecto al primer matrimonio que cité, la mujer lloraba desconsolada porque creía que su marido le estaba fallando y necesitaba algo para sentirse segura. Entonces le dije al esposo: “Mira a tu señora a los ojos y dile que la amas y que vas a hacer lo posible por conquistarla”. Y cuando se lo dice ella se larga a llorar. Le dije que la abrazara y entonces se desvaneció el enojo y todo argumento; y ella se prendió como un pulpo de él. ¡El amor arregla todo!

Si dejas entrar a Jesús en tu corazón verás con otros ojos a los demás. Algunos miran a los delincuentes y piensan que debe morir; pero una madre clama que es su hijo y cree que su hijo va a cambiar. Si tú no puedes dejar de odiar ni olvidar, entonces Cristo no está gobernando tu corazón. “Pastor, es que usted no está en mi pellejo”. Mira si yo voy a estar en el pellejo de cada uno. El único que puede hacerlo es Jesús. Necesitas que Cristo sea el capitán porque has estado piloteando tú y las cosas no te han salido bien. ¡Pídele perdón y entrégale tu vida al Señor!

Oramos a Dios: “Gracias Señor, por habernos amado. Tú no nos miraste como nosotros miramos. Te agradecemos tanto amor, Jesús. Lava esos corazones llenos de dolor, de resentimiento y amargura, Señor. Limpia de toda maldad, Padre. Establece tu reino en cada corazón Padre, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén”.

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