LA FALSA Y LA VERDADERA - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

LA FALSA Y LA VERDADERA

Muchas veces decimos: “Vamos a la iglesia” pero no sabemos lo que estamos hablando. ¿Qué significa esto? ¿Qué diferencia hay entre la iglesia y el templo? Decimos cosas como: “¡Qué hermosa la iglesia!” La palabra “iglesia” proviene de un vocablo griego que significa “asamblea”, por lo tanto debemos decir, templo al edificio en sí, porque la iglesia es otra cosa, es un organismo espiritual, invisible, que tiene muchas sucursales en el mundo visible, a través de las iglesias locales que son las que podemos apreciar. Pero, no nos confundamos, la verdadera iglesia es invisible, ¡no podemos decir que todo el que asiste a la iglesia irá al cielo! La iglesia visible no es un paralelo exacto de la verdadera iglesia invisible. Ésta, está conformada por todos los hijos de Dios, pero en la iglesia visible no todos son hijos de Dios; algunos son malos, en cambio, en la invisible son todos buenos.

En la iglesia visible hay quienes no tienen el ADN de Jesucristo, pero en la invisible todos lo tienen. Así que, la verdadera iglesia, la de Jesucristo, se conocerá cuando se manifieste, pero ella es espiritual, es poderosa, es invencible, no hay quien la detenga. ¡Esa iglesia no tiene arrugas ni manchas! ¡Es la novia de Jesucristo! El Señor, con esa iglesia, formó un solo cuerpo, de tal manera que su iglesia es su cuerpo y Él es la cabeza de ese cuerpo.        La iglesia es un organismo extraordinario y aquellos que tienen la sustancia de Jesucristo, quienes tienen su vida, pertenecen a la iglesia invisible.

Quiero compartir contigo una charla que tuvo Jesús con sus discípulos en Mateo 16:13: 13Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?No todos los que veían a Jesús notaban lo mismo; para muchos era una buena persona, la gente corría a Él para que les hiciera algún milagro, alguna sanidad o la multiplicación de panes y peces. Otros decían que era Juan el bautista, señalaban que éste fue un profeta poderoso y que Jesús era Juan reencarnado. Pensarían que la reencarnación era algo cierto y que el espíritu de Elías estaba en este Jesús de Nazaret; en cambio, otros decían que era Isaías o Jeremías o algún otro profeta. Cada uno tenía una mirada natural y discernían con ojos naturales acerca de quién era Jesucristo, pero el Señor no era ninguno de ellos. Por lo tanto le preguntó a sus discípulos: “¿Y ustedes quién dicen que soy?” Apareció Pedro y le respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Cristo significa ungido. En otras palabras le estaba diciendo: “Tú eres la extensión de Dios en la tierra, eres Dios hecho hombre, eres Dios encarnado”, ¡y esto era una revelación!

                        “17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.  (Mateo 16:17) En otras palabras le dijo: “Pedro, lo que tú has dicho no fue algo que provenía de tu razón, no surgió de tu percepción natural, de tu alma o tu siquis, no viene de lo que tú piensas o imaginas, no viene de lo que tú ves. Lo que has dicho es una revelación que viene de mi Padre”. ¡Directamente, el Padre le había revelado a Pedro quién era Jesús! Y como cristianos debemos acostumbrarnos a entender que es necesario discernir lo que hay detrás de toda circunstancia natural, de lo que vemos o lo que sucede, debemos discernir lo que hay detrás de toda angustia, de la amargura, de la división en el matrimonio, detrás de toda enfermedad, de toda crisis laboral o problema económico. ¡Detrás de toda cosa visible hay una realidad invisible que los hijos de Dios están llamados a ver por revelación!

            ¿QUIÉN ES JESUCRISTO?   

            Tú puedes opinar de Jesús como alguna vez lo hizo el Dr. Julio María Sanguinetti; él visitó nuestro centro comunitario de Villa García, yo le pregunté si el creía en Jesús y él me respondió que sí. Y agregué: “¿Usted cree que es el hijo de Dios y que resucitó de los muertos?”, a lo que me respondió: “¡Ah no! Yo creo que fue un excelente hombre, digno de ser imitado”. ¡Nadie quiere quedar mal con Jesús! ¿No?

En un programa de radio, también le hice la misma pregunta al Arquitecto Hugo Arana y me respondió afirmativamente. También le pregunté a un borracho que tenía una botella de vino en su mano si creía en Jesús y me respondió: “Sí, sí, ¡aquí tengo la sangre de Cristo!” Cada uno ve a Jesús de acuerdo a su parecer pero los verdaderos hijos de Dios lo ven en su verdadera dimensión o entienden quien es Él en su real dimensión. ¡Él es el Hijo del Dios viviente habitando en la tierra, comiendo con los hombres, caminando con ellos y viniendo a rescatar a la humanidad!

Y agregó Jesús (Mateo 16:18): 18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. En otras palabras, le dijo a Pedro: “Sobre esta verdad que acabas de decir, eres bienaventurado porque has contestado acertadamente. Tú sabes quién soy yo y esto te lo ha revelado Dios”. ¡Son bienaventurados los que creen que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente!

Tú tienes un padre y una madre terrenal como yo, pero lo real es que Jesucristo tiene como Padre al Espíritu Santo, Él fue engendrado en el vientre de María por el Espíritu Santo. Directamente, el Padre del cielo engendró a Jesús aquí en la tierra; Él tiene el ADN de Dios por decirlo así, tiene la sustancia de Dios. Ahora, los verdaderos creyentes de la iglesia invisible, son personas que tienen el ADN de Jesucristo; por haber creído que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente se han identificado con Jesús y Él ha venido a morar en sus vidas y ha puesto en ellos la semilla de la vida eterna. Entonces, ellos tienen una vida espiritual invisible y poderosa, es decir, los hijos de Dios y me incluyo, tenemos una vida espiritual que no se agota, que establece el reino de Dios en la tierra y que produce las obras de Jesús en la tierra. Si Jesús sana enfermos, los creyentes también lo hacemos, si Él echa fuera demonios, también nosotros, porque el Señor  nos ha dado la misma unción que operó sobre Él.

¡No debemos confundirnos con la iglesia de Jesucristo! Las cosas no son como el mundo nos la plantea. En los noticieros se ve que descuartizaron a éste, que mataron a otro, que violaron a una chica, que se derrumba la potencia de Estados Unidos y está entrando en default, que Grecia pende de un hilo y parece que el mal nos ha invadido y nos quiere comer crudos, porque en los medios de comunicación, no salimos los buenos. ¡Yo soy una persona muy buena y no me sacan por televisión! Yo hago cosas tan buenas, pero no es una noticia que atraiga. ¡El bien que está ocurriendo en el mundo no sale en la televisión ni en la prensa, pero el bien está sucediendo! ¡Quiero contarte que los buenos vamos ganando! ¡Entérate!

No mires con tus ojos naturales, sino con los de Dios; cuando Cristo vino al mundo, no vino a perder sino a establecer una iglesia poderosa. “Sobre esta roca edificaré mi iglesia y las puertas del hades no prevalecerán contra ella”. Hace referencia a lo que hemos visto en las películas. Hay una ciudad amurallada con una sola puerta de ingreso, viene el enemigo queriendo acecharla y para ello pretende destruir la puerta; cuando logra destruir las puertas, el enemigo ha ingresado a la ciudad. En la historia que te he mencionado, el enemigo es la iglesia, la ciudad fortalecida y las puertas son el hades. ¿Quién está acorralado, encerrado detrás de las puertas? ¡El hades! ¿Quién arremete contra las puertas del hades? ¡La iglesia! ¡Y las puertas de hades no prevalecerán contra la iglesia! ¡Ésta destruirá las puertas del hades! En otras palabras: ¡Vamos ganando!

Cuando Uruguay, en el último partido del campeonato por la copa América convirtió el segundo gol, pensamos que ya estaba, que ya éramos campeones y cuando convirtió el tercero, el partido aún no había terminado pero ya eran campeones. ¡Ya no quedaba ni un mísero gramo de duda que Uruguay era campeón Sudamericano! Con respecto a lo que dicela Biblia, aún no ha terminado el partido, pero Jesús dijo que las puertas de hades no prevalecerán contra la iglesia. ¡Ya hemos ganado!

Las cosas no son como las ven nuestros ojos naturales; la prensa nos bombardea con toda la basura de los acontecimientos en todo el mundo, el diablo nos quiere hacer creer que él va ganando. Sólo vemos el televisor chorreado de sangre, de balas, de misiles y terroristas; vemos sólo lo malo, pero el Señor quiere que veamos lo que Él dice, que el reino de los cielos es como una medida de levadura que se pone en un poco de masa. Tú no ves la levadura sino la masa pero la levadura la invade hasta llenarla. ¡El reino de los cielos es así, está leudando el planeta!

Cuando mataron a Jesús dijeron: “Muerto el perro, se acabó la rabia”, pero al tercer día se levantó de la tumba, se presentó delante de los discípulos, de unas mujeres que habían creído en Él y ante más de quinientas personas quienes verificaron que Jesucristo había vencido la muerte. No sólo estaban equivocados en sus perspectivas de haber vencido a Jesús, sino que se les empeoró la cosa porque un día, en Pentecostés, cayó el Espíritu Santo sobre ciento veinte creyentes, entre los cuales estaba Pedro, el cobarde, el que no se había animado a declarar que creía en Jesús, el que le había negado tres veces, el débil se levantó en Pentecostés, predicó el evangelio y en ese momento se entregaron a Cristo tres mil personas. ¡Se encendió la mecha de la iglesia y no se ha apagado hasta el día de hoy!

            LA IGLESIA PREVALECE

Se levantó contra ella, en primer lugar, el sistema religioso de la época pero no la pudieron frenar; encarcelaron a los discípulos, los azotaron y les prohibieron predicar en el nombre de Jesús. Mas ellos respondieron: “Nosotros no podemos dejar de predicar de éste nombre porque no podemos callar lo que hemos visto y oído. Ustedes decidan qué debemos hacer, o le obedecemos a ustedes, a los hombres o a Dios.” ¡No les pudieron hacer nada! ¿Viste que la iglesia es poderosa?

Después se levantó el imperio romano. Empezaron  a ver que los cristianos crecían en número, que predicaban el evangelio y se ganaban el favor de la gente; por esta causa los quemaban, los llevaban a la arena para ser devorados por las fieras en el circo romano. ¡Pero lo cierto es que el imperio romano cayó y el cristianismo ha continuado! Las puertas del hades no prevalecerán contra la iglesia. Cuando veo a algunos creyentes atemorizados, angustiados, preocupados, me pregunto qué estarán mirando. ¿Qué estás mirando? ¿A qué le tienes miedo? Los primeros cristianos no le temían al imperio romano, ni a las fieras, ¡no le tenían miedo a nada! Habían creído que Jesucristo es el Señor, es el Hijo del Dios viviente. En un imperio donde el Cesar era dios y señor, donde se saludaban levantando la mano y declarando: “¡El cesar es el señor!” los cristianos levantaban la mano y proclamaban: “¡Jesucristo es el Señor!” ¡Y los llevaban presos! ¡No había nada más poderoso que el imperio romano, sin embargo, éste no pudo detener a la iglesia de Jesucristo!

¡La iglesia de Jesucristo ha sido perseguida durante toda la historia! En una época, la religión se había puesto tan dura que los creyentes eran enviados a la hoguera. ¡La iglesia católica romana quemaba a los herejes!

Recuerdo cuando estuve en Perú, donde vi una catedral que en el sótano tenía guardadas como reliquias las máquinas de torturas que utilizaban contra los herejes. Enla Revolución Francesales cortaban la cabeza con un artefacto que había inventado un masón llamado Guillotine, al cual pusieron por nombre “guillotina”, en honor a su inventor.

En Corea del Norte, hoy en día, en las fábricas de acero los meten en recipientes de acero hirviendo, sólo por ser cristianos, por creer en Jesucristo, pero la fe en Él no se ha detenido y en Corea del Norte hay gente que cree en Jesús. ¡No será el sistema comunista de Corea del Norte el que detenga a la iglesia de Jesucristo!

En el régimen comunista, los pastores y predicadores eran torturados, los encarcelaban porque estaba prohibido adorar a Dios y orar públicamente; no había libertad de culto. Sin embargo, cuando cayó el sistema comunista se descubrió que había millones y millones de cristianos que adoraban a Dios en sus casas, lo que se denominó “la iglesia subterránea”. ¡Adoraban a Dios a escondidas! Esto sucede y sucedió en el régimen chino, pero nada ha podido detener a la iglesia de Jesucristo.

Podrá haber caído alguna organización visible, religiosa, pero no la iglesia poderosa de Jesucristo. ¿Tú perteneces a esa iglesia? Yo digo que la iglesia en el mundo es la institución que más bendición y más esperanza ha traído a la gente. ¡No hay ninguna institución en el mundo que le pueda dar más esperanza a la gente! El evangelio, que es la buena noticia de Dios para las personas, la buena noticia de que Dios perdona pecados, libera cautivos, sana enfermos, liberta a los endemoniados, la buena noticia de que Él puede arreglar tu matrimonio, de que puede bendecir a tus hijos. La buena noticia es: “No he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” (Salmo 37:25). ¡La buena noticia de Dios es el evangelio de Jesucristo! Éste es el mensaje más poderoso que hay sobre la tierra, del cual el apóstol Pablo dijo: “No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree” (Romanos 1:16). ¡Es poder de Dios para salvación! No importa en qué circunstancia te encuentres, ¡El evangelio es poder de Dios para salvarte de cualquier cosa que te esté atormentando, persiguiendo, matando, destruyendo, angustiando, atemorizando!

Y el evangelio de Jesucristo lo predica su iglesia. La iglesia de Jesucristo es la guardadora de la verdad; en el mundo existe la verdad porque existe la iglesia de Jesucristo, no hay verdad fuera de ella. ¡El mundo entero está engañado! El mundo cree que por alguna filosofía, por la evolución de la sociedad o del pensamiento, cree que por alguna bomba que se está fabricando o con alguna negociación de paz entre los hombres, cree que por alguna nueva tecnología para alargarle la vida a las personas le va a solucionar los problemas a la humanidad, pero el hombre no tiene la capacidad ni la sabiduría para hacerlo y ni siquiera ve que vive engañado, porque es miope, sólo mira lo que está delante de sus ojos. Pero el evangelio penetra hasta esas profundidades y oscuridades del corazón del hombre que ni el mismo hombre entiende o conoce.

La Bibliaseñala que ni el mismo hombre conoce lo que hay en su corazón, sólo Dios lo conoce. La verdad libera, el hecho de no tenerla es caminar en engaño, tú crees que vas bien pero terminas mal. Una chica se enamora de un muchacho y piensa que ahora será feliz, ella cree que es el príncipe azul, pero resulta que es un corsario rojo. Ella cree que él será cariñoso y resulta que la golpea, y como la chica no ve ni entiende, le pregunta a Dios por qué ha permitido que le suceda eso, ¡le echa la culpa a Dios! Así es el hombre en general.

Viene a mi memoria un empresario cristiano que conocí hace poco, el cual me dijo que era ingeniero en finanzas, algo así como un asesor financiero que aconsejaba a las empresas en cuanto a inversiones y compra de acciones; era un hombre muy cotizado. Me invitó a comer a un restaurante giratorio en un piso veinte, desde ahí podía ver la ciudad de Santiago de Chile. Me contó que hacía un tiempo que, todo lo que hacía le salía mal. Lo último sucedido es que, apostó a un negocio con trescientos cincuenta mil dólares y perdió todo. Resulta que las empresas le piden consejos y a él ya le daba miedo asesorarlas, porque temía perder la credibilidad. ¡Un experto en finanzas tiene miedo dar consejos! ¿Qué queda para los que no saben nada? ¡Yo lo escuchaba y no daba crédito a lo que me decía! Pero cuando no tienes la luz de Dios, inviertes pensando que todo está bien pero sucede lo contrario. Por ahí, Dios te dice: “Invertí el dinero acá” y tú te niegas porque crees que lo vas a perder, pero cuando lo haces todo florece. El conocimiento de la verdad te lleva a resultados correctos, y la verdad no está en ningún lado, solamente en el autor del evangelio que dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6).

Cuando el Padre le reveló a Pedro que Jesucristo era el Hijo del Dios viviente, le reveló la verdad y sobre ese fundamento funciona la iglesia de Jesucristo. Quien ha creído que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente, ha encontrado unidad con Dios, Jesús ha venido a su vida, y ha puesto en esa persona su sustancia. ¡Ya no importa quién haya sido tu padre en esta tierra porque ahora, tu Padre es Dios!

Quiero honrar a mi Padre del cielo; el que yo tenía se me arrugó todo y se me murió. ¡Se debilitó! Cuando yo era chico, él me ayudaba, cuando se volvió viejito yo lo ayudaba a él. Menos mal que ese padre que se me murió me dejó la mejor herencia que fue la del evangelio, y me dejó un Padre que nunca morirá y nunca me ha fallado.

No importa lo que el mundo piense de la iglesia, aunque tiene muy mal concepto de ella; muchos me han dicho: “¡No me hable de iglesia, no me hable de Dios ni de religión!” No importa la opinión de la gente, tú tienes que saber bien quién es Dios. Tú no debes tener una imagen de Dios, ni siquiera imaginarte cómo o quién es Dios.

Muchas veces, cuando les contamos a la gente acerca del Dios de la Biblia, te dicen que no creen en ese Dios y te cuentan el dios que ellos tienen; algunos tienen un Dios sin ojos, sin nariz ni orejas, no oyen, ni ven, nada, es un ente o energía;  se han inventado un dios. Pero tú necesitas que Dios se te revele como se le reveló a Pedro. “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Te digo que tu eres Pedro, y sobre está roca edificaré mi iglesia” ¡Es la iglesia de Jesucristo! La palabra latina “ecclesía”, proveniente de un vocablo griego que significa “asamblea”; era una palabra muy conocida en aquel entonces, se usaba mucho, no era un término religioso, porque de Grecia viene la democracia y en su forma de gobierno democrática, los griegos tenían un lugar donde todo el pueblo iba a votar y a opinar para tomar decisiones si hacían o no guerra. La palabra iglesia significa asamblea, por eso hay una denominación que se llama “Asamblea de Dios” y significa iglesia de Dios. La palabra ecclesia o asamblea era muy conocida porque en cualquier pueblito o ciudad de Grecia había una ecclesia que era la asamblea donde el pueblo deliberaba. Jesús dijo: “…sobre esta roca edificaré mi iglesia”. ¡Ya no es la asamblea del pueblo, por el pueblo y para el pueblo sino que es la asamblea de Cristo!

En la ecclesia griega todos opinaban, pero cuando Jesús dijo: “Yo edificaré mi iglesia” significa que Él es el Señor de la iglesia, así que no es la iglesia del pueblo sino su iglesia, la que lo sigue, que lo escucha y lo obedece; los que pertenecen a Jesús y reciben de Él esa sustancia divina, el Espíritu de Cristo que da vida y vida eterna.

Yo no sé qué tan cerca estás de la iglesia; dije al comienzo que no todos los que asisten a la iglesia son de la iglesia. No sé qué tan fuerte es tu experiencia de haber creído en Cristo Jesús pero tu fe en Él tiene que haber producido eventos sobrenaturales y me pregunto si habrá sucedido así contigo por causa de tu contacto con Jesucristo o tú eres uno más, como cualquier hijo de vecino. Porque la evidencia de que pertenezco a la iglesia de Jesucristo es que yo hago las obras que Él hace.

La verdad que creyó Pedro, es la que le provocó que a la larga hiciera milagros como los que hizo. Porque, cuando vino la era de la iglesia de Jesucristo, descendió el Espíritu Santo sobre los creyentes, y éstos comenzaron a hablar en lenguas, a profetizar, a predicar con poder, a sanar a los enfermos, a liberar a los endemoniados y a predicar las buenas noticias de Dios por todas las naciones.

Llegará un momento en que los verdaderos hijos de Dios vamos a resplandecer como el sol en el firmamento; llegará un momento en que se manifestará la gloria de los hijos de Dios.La Bibliaseñala que la naturaleza gimiendo y aún con dolores de parto espera ver la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Para que sepas, Jesucristo necesita mostrar lo que tienes adentro, aunque sea un poco, porque, con un poquito nomás que muestres, la gente dará gloria a Dios, y creerán en Jesús. El Señor parecía dulces para las moscas, ¡atraía a la gente! Amaba tan profundamente a las personas que éstas se sentían atraídas hacia Él, se sentían amadas, valoradas y recibían de Él lo que necesitaban, como el consejo y el consuelo. ¡La gente se admiraba de cómo Jesús hablaba porque no lo hacía como los demás!

El plan de Jesús es hacer brillar cada vez más a la iglesia. A medida que se acerca la segunda venida de Cristo, que se acentúa la profundidad de la maldad del infierno, no te hagas problema porque donde abundó el pecado, dice la palabra de Dios, sobreabundó la gracia. ¡Vamos a ver maldad como nunca antes hemos visto, pero veremos la gloria como nunca antes la hemos visto! ¡Mientras más suba su apuesta el diablo, más va a subir su apuesta la iglesia de Jesucristo! ¡Dios levantará hombres y mujeres, poderosos, llenos de la unción, del fuego, del poder, sin temor! Cristianos gloriosos, sus rostros resplandecientes, el diablo nos mirará y temblará porque la unción irá en aumento, pero otros se irán quedando.

            CONCLUSIÓN

Fíjate que esto de pertenecer a Cristo no es una cuestión sentimental. El mensaje de hoy tiene que ver con esta verdad: Jesucristo es el Hijo del Dios viviente. ¿Quieres tratos con Él? ¿Qué grado de certeza y de seguridad tienes de que tú perteneces a la iglesia, que perteneces a Cristo? Dios quiere hacer algo nuevo en aquellos que están dudando; Él quiere hacer algo nuevo en aquellos que saben que no son de Cristo porque no producen sus obras. Es muy sencillo: ¿Produces las obras de Cristo o no? Si no es así, es muy difícil de creer que perteneces a Cristo.

¡Tú necesitas a Jesús! Hoy pídele perdón por tus pecados y dile: “Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el ungido, el Hijo del Dios viviente. Yo te reconozco como mi Señor. Tú eres aquel que me puede dar esa clase de vida que yo estoy necesitando; y ya no estaré más angustiado, no estaré más atemorizado ni afligido, tendré fe e impartiré esperanza y daré aliento al cansado”.

Algunos tenemos vida de sobra; yo no estoy pensando: “¡Tengo que ganar dinero para darle de comer a mi esposa, y cubrir el alquiler!” Yo tengo tanto que estoy ocupado todo el día en ayudar a la gente. ¡Los que tenemos a Cristo, poseemos vida de sobra! Yo no me preocupo si tengo de comer, ya hace rato, Jesús me demostró que cuando Él dice algo lo cumple. Un día me dijo que si los pajaritos no tienen estrés por lo que van a comer porque Él los alimenta, cómo no me iba a alimentar a mí, Jorge Márquez, incrédulo. Y me dijo también: “Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas te serán añadidas.”

¿Tienes esa vida abundante? ¿Tienes tiempo para los demás? Cuando dices que no tienes tiempo para los demás es que no los amas, es que el amor de Jesucristo no está llenando tu vida. Si estás afanado y preocupado por lo que vas a comer, por lo que vas a ganar, que si llegas a fin de mes o no, no estás haciendo la obra de Dios sino que estás ocupado en ti mismo. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). No tienes idea de qué lindo es pararme en el púlpito y predicar sin estar preocupado por las cuentas que hay que pagar, ¡y mira que la iglesia tiene cuentas para pagar! Entre alquileres, líneas telefónicas, vehículos; pero yo me paro a predicar y pienso: “Mis problemas están en las manos de Dios”.

¿Necesitas darle a Jesús tu vida de verdad? Tal vez algún día se la has dado pero se la quitaste. Dios quiere darte hoy una oportunidad para que confieses: Señor, tú eres el Hijo del Dios viviente, yo creo en ti y necesito que me perdones y que me des esa clase de vida que tú tienes. Yo quiero formar parte de la iglesia invisible, quiero trascender la iglesia visible, quiero tener en mí la gracia y el poder.

Glorifícate Señor en las vidas, tócales con poder, que descienda sobre ellos tu Espíritu Santo, Padre mío, en el nombre de Jesús. ¡Libera a los cautivos Padre! Los que han vivido en oscuridad, en tinieblas, los que han vivido engañados creyendo que eran cristianos pero no lo eran, que sean libres en esta hora Señor. ¡Oye Señor el clamor de tu pueblo, libera a los cautivos! ¡Diablo te ato en el nombre de Jesús y cubro con la sangre de Jesucristo las vidas!

Vamos a avergonzar al diablo y a las tinieblas, simplemente, vamos a confesar que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente y a decirle: “Señor, ¡yo creo! yo voy a confesar esto y tú vas a hacer algo extraordinario en mí”. Repite esta oración y dile: “Señor, no quiero vivir una vida cristiana de apariencias, quiero tener una vida cristiana verdadera. He creído como Pedro que Jesucristo es el ungido de Dios, el Hijo del Dios viviente y creo que por la fe en Esta verdad. Yo recibo ahora, perdón de pecados y vida eterna. Me declaro libre del poder de las tinieblas, libre del infierno, libre de la tiranía de la carne. Me declaro sujeto al Señorío de Jesucristo. ¡Te doy gracias Padre! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.  

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