CÓMO OBTENER EL FAVOR DE DIOS - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

CÓMO OBTENER EL FAVOR DE DIOS

Juan 2:20: “Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?”

En este pasaje de la Biblia se está hablando de un majestuoso templo, el templo de Jerusalén. Los discípulos de Jesús le decían: “¿Has visto este edificio y estas piedras?” Pero Jesús no se inmutó sino que les contestó: “¿Vieron estas piedras? ¡No quedará ninguna piedra sobre piedra! Qué triste es dedicar una vida completa (cuarenta y seis años es una vida) y después reflexionar para qué sirve lo que se ha hecho.

Herodes “el Grande” fue quien hizo ese templo, lo hizo para su grandeza, para quedar bien con los judíos, pero no para adorar a Dios. El templo podría ser más lindo o más feo pero no fue algo que surgió del corazón del Dios para su reino y su gloria.

 ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO CON NUESTRA VIDA?

Hoy quiero reflexionar acerca de lo que hacemos, lo que hemos hecho y lo que haremos: Qué importante es estar seguros que estamos haciendo lo que debemos hacer y lo que Dios quiere para nuestras vidas. Porque si lo que estamos haciendo es como ese templo que duró cuarenta y seis años en hacerse y no es de Dios, está destinado a la destrucción y no sirve para nada. Yo creo que Dios nos hizo con un propósito, tu no existes porque sí, Dios no obra por casualidad trayéndonos al mundo, dice la Biblia que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios: ¿Qué propósito tiene tu existencia y la obra que estás haciendo? ¿Qué propósito tiene el edificio que estás edificando? ¡Lo que era importante para Herodes no era importante para Dios, lo que era importante para los discípulos no era importante para Jesús! Cuarenta y seis años demoraron en construir ese templo pero Jesús les dijo: “Destruyan este templo y en tres días lo reedificaré”. Estaba hablando de su muerte y resurrección y de la iglesia que surgiría a través de su sangre; estaba hablando del templo en el cual Dios iba a habitar, porque Dios no habita en templo hecho de ladrillos, sino en el templo que él mismo está construyendo, a Dios le interesan las piedras humanas. ¡Su interés está puesto en nosotros! Dios ha hecho muchos animales pero ninguno de ellos puede cumplir con sus cometidos, sin embargo, hay alguien, creado a su imagen y semejanza, hecho para su alabanza y para cumplir sus propósitos y ese eres tu. Pero qué triste es no saber tomar decisiones en la vida y equivocarse. El mundo está lleno de gente que toma decisiones equivocadas y edifica su casa sobre la arena y cuando vienen los ríos, los vientos, las tempestades, la casa que edifican se cae.

            ¿SOBRE QUÉ ESTÁS EDIFICANDO?

Hace poco una señora de 60 años le dijo a mi esposa: “Pastora, dice mi esposo que me deja porque está con una mujer más joven que yo…”. Toda una vida estuvo edificando, creyendo y esperando hasta que de pronto se dio cuenta que lo que edificó era sobre la arena. Jesús decía: “Cualquiera pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca… Pero cualquiera que me oye estas palabras y no la hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena…” (Mateo 7:24-26). A veces la casa que está edificada sobre la arena tiene la misma apariencia que la que está edificada sobre la roca, sin embargo, una caerá y la otra quedará. Hay casas que son muy bonitas pero son un desastre. La pregunta es: ¿Dónde está puesta tu mirada? ¿Qué es lo que realmente llena tu vida y la satisface? ¿Qué es lo más importante en tu vida? Para algunos lo más importante es la familia, el esposo, los hijos, el trabajo… y mientras edifican, los años se van y los minutos pasan… Cuando uno es joven tiene toda la vida por delante, la juventud es la época para tomar las decisiones más importantes de la vida: Decides con quién te vas a casar, si vas a estudiar o no, si vas a trabajar, etc. Yo soy el que decide sobre mi futuro, no el estado, sino yo decido lo que será de mi vida, con mis manos edifico mi casa y con mis manos la destruyo. Cuando tu decides divorciarte, comenzar un negocio o pedir un préstamo, cuando decides si serás un profesional o no, decides qué clase de edificio vas a edificar y qué será de tu vida pero hay un solo edificio que es el que Dios quiere y del cual Él se va a agradar. ¡Dios tiene un solo plan para tu vida, no muchos planes y tu vida es una sola! ¡Cuántos que hoy tienen 50 años quieren la oportunidad de comenzar de nuevo y poder decidir “edificar” de otra forma! “Si tuviera oportunidad haría esto y aquello”. ¿Sabes que las oportunidades se van? La pregunta que te hago es: ¿Qué estas haciendo con tu vida? ¿Adónde vas a llegar? No hay que ser un horrendo pecador para arruinarse la vida, ¡sobra con ser caprichoso! Recuerdo una chica que se le metió en la cabeza casarse con un hermano de la iglesia; no le dijo nada a nadie y comenzó a servir en la iglesia pero no para Dios, sólo hacía “pinta” de que trabajaba para Dios, como Herodes. Decidió declarársele al hermano, aún en contra del consejo pastoral y comenzó a tomar decisiones desacertadas… una tras otra… ¡qué triste! Es una chica que amo tanto, Dios la sacó de la mismísima basura pero su obsesión la está llevando a hacer todo de acuerdo al capricho de su corazón. ¡Está apostando todo lo que tiene a una pasión, a un capricho!

AÚN ESTÁS A TIEMPO PARA CAMBIAR

¿Te  puedes sentir feliz porque lo que estás haciendo no es para ti sino para Dios? ¿Te puedes sentir feliz porque tus desvelos, tus cansancios, tus esfuerzos son para la gloria de Dios? ¿Te puedes sentir feliz porque has edificado una casa que no se caerá? ¿Te puedes sentir feliz porque tus hijos te admiran y quieren ser como tu? Tengo una buena noticia: ¡Todavía estás a tiempo! No hay demonio que se resista a la oración de alguien que cree. ¡Dios puede transformar las cosas! Hace poco conocí una persona que encontró el evangelio a los 70 años y me alegré sobremanera porque aún tiene una eternidad por delante: ¡No tiene fin la vida que Dios te promete! Qué bueno que hoy puedas tener un encuentro con Dios y digas: “A partir de hoy seré un siervo de Dios”, el único patrón al que vale la pena someterse es Dios.

Cuidado que hay cosas que tu valoras, que Dios no las valora, como sucedió con Herodes, a Dios no le interesa lo que al hombre le interesa; a Él le interesa que tu pongas la mirada donde él la pone y solamente esa clase de personas recibirá el favor de Dios. El objeto de este mensaje es que tu obtengas el favor de Dios; el pasaje principal de hoy es: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.” (Salmo 127:1). Si no hay justos llenos de bendición, no hay ciudad engrandecida; no hay plan social ni nada que le pueda traer bendición a la ciudad, sólo Dios lo puede hacer y el canal de bendición son los hijos de Dios. Dios no te quiere para que edifiques tu casa, Dios te quiere para que edifiques el reino de Dios y su justicia y para que su reino sea implantado en la tierra. ¡Que tu prioridad no sean los bancos, los préstamos, sino los niños, los huérfanos! Las naciones que se hicieron grandes en la tierra lo fueron porque tuvieron temor de Dios: Así le ocurrió a Inglaterra; decían que el sol nunca se ocultaba sobre Inglaterra, porque siempre había un pedazo de tierra en el universo perteneciente a Inglaterra donde el sol brillaba; las riquezas de las naciones venían a Inglaterra porque hubo una generación que tuvo temor de Dios, hasta que se envanecieron con su oro y se volvieron buitres, devoradores y permisivos y perdieron el temor de Jehová. Hoy son los primeros en aprobar leyes de aborto, de clonación, y la nación se empequeñeció y ha tenido tremendos juicios de parte de Dios, como por ejemplo, pestes que diezmaron su población. ¡Ninguna nación que no tema a Dios prosperará, ni será estable! ¡Todo imperio corrupto ha caído!

CONCLUSIÓN

Lo importante ahora es que tu sepas que lo que estas edificando; todos estamos edificando algo cada día pues todos los días tomamos decisiones. Dice el apóstol Pablo que cuando lleguemos al cielo nuestras obras serán probadas por el fuego, algunos están construyendo con heno y hojarasca y otros están construyendo con piedras y perlas preciosas; todo lo que sea obra humana se quemará pero lo que es obra de Dios permanecerá.

¿Qué estás haciendo con tu vida? Lo importante no es lo que edificas, lo importante es el favor de Dios en lo que edificas. Tu te estás afanando en edificar, pero hoy Dios te dice: “Búscame, lo que necesitas es mi gracia y mi favor”. Quizás soñaste con formar un hogar y ahora tu casa es una bolsa de gatos, peleas y peleas… has tomado decisiones sin meditar en Dios. Dice la Biblia que los que se apoyan en Dios no tendrán falta de ningún bien; si algo está saliendo mal, lo que necesitas es el favor de Dios. Necesitas dedicarte más a buscar el favor de Dios que a edificar. En vano es que te levantes de madrugada, que comas pan de dolores y que te acuestes tarde, porque a su amado, Dios le dará descanso. No es cuánto te fatigas y trabajas sino qué es lo que Dios respalda de lo que estás haciendo porque lo que Él respalda sale bien y permanece.

Quiero invitarte a buscar el rostro de Dios; cuánto has corrido y te has afanado, pero necesitas  trabajar con la bendición de Dios, si te afanas, que sea con la bendición de Dios. De qué sirve que vengas a la iglesia si eres un caprichoso y haces lo que se te da la gana.

Si hoy quieres recibir el favor de Dios, haz esta oración ahora mismo:

“Señor, conozco hoy por tu palabra que lo más importante no es lo que hago, sino que lo que haga goce de tu favor; perdona mis caprichos, perdona mis pecados, perdona porque he gastado tantas fuerzas en cosas que no sirven. Señor, te entrego mi vida, limpia mi corazón y dame un corazón conforme al tuyo. Dame tu favor, no quiero ir a ningún lado sin tu favor, bendíceme y manifiesta tu poder en mi vida, en el nombre de Jesús, amén”.

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