Av. 8 de octubre 2335
Montevideo
WhatsApp:(+598) 095333330
INTRODUCCIÓN
Una joven de nuestra iglesia, en el año 2011 se fue conmigo junto a 21 uruguayos a Haití, para construir allí un hogar de niños. Henrison fue el primer bebé que recibimos en el hogar hace 10 años atrás y hoy sale en las redes recitando el Salmo 23. Yo digo: ¡Vale la pena todo lo que hacemos en Haití! Carolina llegó a ser la encargada de este hogar de niños. Dios hizo las cosas de una manera increíble porque la persona designada para ser encargada del grupo no pudo ingresar a Haití por un tema de la visa, y entonces me encontré en la necesidad de nombrar un encargado y no tenía. Carolina no estuvo en el proceso de preparación del grupo que iría a Haití, pero uno o dos meses antes me di cuenta que se necesitaba una mujer más en el equipo y esa joven que amaba a Dios y estaba jugada por Él me había cautivado el corazón. Carolina se destacó por ser una mujer esforzada y valiente y llegó a ser pastora de nuestra iglesia. Después conoció a un chileno con quien se casó y se la llevó, pero se quedaron en Haití y abrieron una obra allí, también de niños.
Recientemente secuestraron a su esposo y pidieron cien mil dólares de rescate. Muchos se han unido en oración por ellos. Entonces le escribí a Carolina preguntándole cómo estaba y me respondió lo siguiente: “Gracias por levantar un ejército de oración. Estoy bien, junto a mis hijos aún en medio de esta difícil situación. La embajada de Chile nos está cuidando excelente y eso me está permitiendo hablarles del amor de Dios a personas que no fácilmente están interesadas”. Yo quería que me cuente cómo está de mal la cosa y me dice que la situación es propicia para predicar el amor de Dios a otros. Y agregó: “Esta situación cada vez más me afirma que siempre su plan es rescatar muchas almas. Lo aprendí contigo y hoy lo aplico en una situación que jamás pensé que debía enfrentar. Pero nuestro Dios es fiel. Por Él vivimos como familia. Le hemos conocido y no pararemos de hablar de su amor. Confío profundamente en Él y su protección con mi esposo y mi familia. Su palabra y su presencia conmigo me dice que puedo confiar en que a los que le amamos, todas las cosas nos ayudan a bien. ¡Gracias por sus oraciones! No dejen de orar por salvación aun para los secuestradores. Muchos están escuchando quién es nuestro Dios. Y ahora mi pedido al Padre es que sus señales nos acompañen y el mundo conozca al Rey que pronto regresará”.
“¡Qué valiente eres!”, le contesto. “¡Cómo te amo! Leí una declaración tuya y vi un video en el que hablas. ¡Bendito sea su Santo nombre! Cúmplase su propósito. Te bendigo hija querida. Permanezca su paz sobre tu vida”. Me encontré con una mujer que no tenía temor. Y recordé el pasaje de Filipenses 1:12 que relata que, cuando el apóstol Pablo había sido perseguido, azotado, apedreado y lo habían encarcelado; le escribió a los filipenses diciéndoles: “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio”. Este era un hombre que no tenía miedo.
TITULO
¿Cómo hacer para no tener temor? Alguno dirá: “¿Cómo hago porque el temor viene solo?” ¿O es que tú lo invitas a tu vida? El temor viene y es lamentable. Hay personas que están lo más bien, no hacen nada que le genere temor ni sucede nada para experimentarlo. Pero viene el pánico y toma posesión y la persona siente que se va a morir y siente un temor terrible. El temor es amigo del mundo, pero es un enemigo del creyente, y es un enemigo de Dios. El temor exige que le obedezcas a él y no que le obedezcas a Dios. Cuando alguien tiene temor no piensa en qué es lo que Dios quiere. Y cuando uno es libre del temor ocurre lo que le acontece a Carolina.
A ella le ha surgido la gran oportunidad de predicarles a personas que de otra manera no se le llega a predicar. He visto un video que publicó y de lo que menos habla es del momento que está viviendo, sino que habla del poder y del amor de Dios. Una persona que ama profundamente a Dios y guarda una relación con Él no padecerá temor, sino que estará enfocada en los propósitos que Dios tiene para su vida en momentos difíciles. A veces no nos damos cuenta que estamos atemorizados; creemos que es lógico sentir lo que sentimos en esa situación que estamos viviendo. En cuanto al Covid y las vacunas, entre otras cosas, uno de los objetivos planificados es oprimir bajo temor a la humanidad. Si la población del mundo tiene temor se harán obedientes a los mandatos del gobierno mundial. Por eso quiero hablarte de la pandemia del temor. Algunos se atreven a asegurar que muere más gente por temor que por el Covid o alguna otra patología. Ahora nos están diciendo que hay nuevos casos de Covid y debemos usar el tapabocas de nuevo. A mí no me gusta estar respirando el dióxido de carbono que exhalo. El Dr. Sciuto a quien entrevisté en la radio dijo que el dióxido de carbono que exhalamos y volvemos a respirar se transforma en algo así como ácido carbónico y esto acidifica el organismo. Y el organismo, cuando es ácido, es un caldo de cultivo de cualquier enfermedad porque los virus, las bacterias y las enfermedades pululan en un organismo con acidez alta. Por ejemplo, todos tenemos alguna célula que puede generar un cáncer y esto ocurre cuando hay acidez el organismo. Entonces lo que necesitamos es oxígeno. La gente se muere por enfermedades que surgen porque la acidez baja la capacidad del cuerpo para resistirlas. Las enfermedades no solo se han multiplicado por el ácido carbónico sino porque se ha influenciado temor a la sociedad por lo que la gente se siente desprotegida y entra en temor.
Hay un antídoto contra el temor y está en el Salmo 91:1 al 3, y dice: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora”.
El antídoto contra el temor es mi confianza en Dios. ¡No me digas que crees en Dios si estás lleno de temores y desconfianza! La promesa para las personas que habitan al abrigo del Altísimo está a partir del versículo 4 en adelante: “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya”. ¡Es tan importante la verdad! Estar cerca de Dios es estar cerca de la luz; y esto es estar cerca de la verdad. Quien está en la verdad, tiene luz y no yerra en sus decisiones. La verdad te mantiene en el camino justo y recto. La verdad impide que te descarriles. Si tú estás cerca de Dios estás en la verdad. Porque Dios que te ama, te revela su verdad. Hoy en día no se sabe qué es la verdad. No podemos inventar la verdad porque ya está inventada. Ya no sabes qué se perciben las personas, pero la biología confirma lo que dice la Biblia. Dicen que hay que creer en la ciencia; y, ¿qué descubrió la biología? ¡Que el hombre es hombre y la mujer es mujer! Como reza el dicho: “Por más que la mona se vista de seda, mona se queda”. El conocimiento de la verdad te mantiene en certeza. Hablo con personas que me dicen acerca de algo: “No sé, yo pienso o me parece”. ¡Eso no es estar en la verdad! Eso es dudar. Algunos dicen ser creyentes, pero están navegando todos los días en la duda y dicen cosas como: “No sé qué querrá Dios”, o “¿Habrá querido Dios?” ¡Les pregunto a algunos si creen que Dios les ha perdonado sus pecados y no saben! Le pregunté eso a una jovencita y me dijo que había un montón de pecados que le debe haber perdonado, dejando entrever que había alguno que no sabe si le perdonó. Por un solo pecado no perdonado te vas al infierno. Tenemos creyentes de papel últimamente.
¿Puedes tener la certeza de que Dios ha perdonado todos tus pecados, hasta el peor que cometiste? ¿Cuál pecado será tan grave que Dios no te ha querido perdonar? ¿Ese hay que esconderlo verdad? ¡Qué va a ser de tu imagen si se llegan a enterar! Mas la Biblia dice que el que confiesa sus pecados alcanzará misericordia.
Por un lado, está la confianza en Dios; yo vivo apegado a Él, lo amo y amo su palabra. No me mueven los pensamientos ni las ideologías del mundo. Dicen de mí que soy de ultra derecha y yo no soy ni de derecha ni de izquierda, y ninguna de las dos corrientes tiene la verdad. Yo soy de Cristo quien dijo: “Yo soy la verdad”. El Salmo 91 tiene promesas, así como que, escudo y adarga es tu verdad. Su verdad es tu escudo. Poder saber y decir cuál es tu verdad esa es tu defensa. Dice la Biblia que el diablo arroja dardos envenenados sobre los creyentes para hacerles perder la fe y la confianza, para meterlos en dudas y llenarlos de temores. Mas la verdad te llena de fuerzas, de poder y de confianza. Tú tienes que creer lo que dice la palabra de Dios. Yo rebatía todo lo que me predicaba mi pastor y le decía: “Sí, pero…” Hasta que un día me impuso manos y dijo: “Espíritu de sí, pero te ordeno que salgas de él”. ¡Echo fuera ese demonio de sí, pero! Desde ese día me entré a cuidar de decir sí, pero.
Sigue diciendo el salmista: “Ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya”. Tú puedes caminar confiado pase lo que pase. ¡No vas a estar mal! Serás libre hoy de los temores si puedes creer. ¿Crees que Dios te ama? ¿Por qué dudas de lo que Dios te ha dicho? Hay padres que le han hecho tanto mal a los hijos que algunos dicen que no lo pueden perdonar. Y por lo que su padre hizo comenzó a operar el temor en el corazón que luego pasó al odio. El temor da lugar a otros pecados a los cuales se les abre puertas. Me dicen que es muy difícil perdonar a su papá. Tal vez deseas que Dios perdone a los pecadores, pero tú no puedes perdonar a tu padre. Hay un grado de hipocresía en algunos cristianos que no han podido perdonar nunca y pretenden el favor de Dios y su misericordia. No poder perdonar es un pecado que te lleva al infierno. Si tú no puedes perdonar, Dios no te perdonará a ti.
El salmo 91 comienza con confianza y continúa con promesas. Así leemos también: “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”.
Moisés que tiene mucha experiencia, que ha lidiado con el pueblo por muchos años, fue un hombre seguro porque ha caminado con el Señor; pero Dios le dijo que iba a morir y le tenía que entregar el mando a Josué. El problema de Josué es que era joven y no sabía enfrentar los problemas del pueblo como Moisés. Dice la Biblia en Deuteronomio 31:7 y 8: “Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”.
Tener temor es pecar. Imagínate un boxeador que se está preparando para la pelea y le preguntan cómo se siente, entonces dice: “Este tipo me va a noquear. Es muy peligroso y la verdad estoy temblando”. ¿Qué piensas de uno que va a pelear, pero ya se siente derrotado antes de dar el primer golpe? ¡No puedes vivir con temor! Dios te ha metido en este mundo que es un campo de batalla. El Señor le ha dado al hombre el privilegio de ser la autoridad puesta por Él en la tierra, y éste debe desalojar los poderes de las tinieblas, pero sin Dios no podrá hacerlo. El Señor nos ha dado una tarea más grande que nosotros mismos, y nos ha dicho que no nos hagamos problema porque Él está con nosotros dondequiera que vayamos, así como a Josué, no nos dejará ni no nos desamparará. Así que no temamos ni nos intimidemos. Dijo David: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. El galardón de Dios es para aquellos que confían y la confianza en Dios aleja el temor. El temor es solamente para temer a Dios. Él te puede mandar a la condenación eterna. ¡Teme a Dios y obedécelo! No es malo temer a Dios. Dice la Biblia que el que teme a Dios se aleja del mal y del pecado.
¡Es tiempo de tomar una decisión! Ya lo he dicho y lo reitero. Vienen días muy difíciles. Están tramando contra la humanidad. Hay noticias que en pocos años la población será la mitad. Hay gente que trabaja arduamente para reducir la población mundial. Esto significa que van a aniquilar personas por cualquier medio; sea por la ideología de género, por el aborto, por la guerra y las pestes, por lo que sea. Ellos consideran que hay un gran porcentaje de la población que son vientres inútiles que no producen lo suficiente para ellos, que son los dueños del mundo. Vientres inútiles son quienes sólo trabajan para subsistir.
En el Congo explotan niños para extraer cobalto de la tierra, que es lo que se utiliza para los celulares y las baterías de los autos de energía limpia. Miles y miles de niños trabajando en condiciones insalubres. ¡No hay cosa más sucia que la energía limpia! ¡Qué tengan que utilizar niños cargando bolsas de cobalto! Pero nadie ha pensado dónde van a ir a parar las baterías inútiles que no se degradan. Todo lo que acontece es una lucha por el poder. Con esto que te digo tal vez sientes temor, pero no temas. No importa lo que pase en el mundo o lo que te digan. Necesitas tener tu esperanza puesta en Dios. ¡Tienes que tener la verdad en tu corazón y debes proclamarla! El premio es para los que confían.
Hay una sentencia que se encuentra en Proverbios 29:25: “El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado”. El antídoto para el miedo es la confianza. ¡Confía en Dios y serás exaltado! No importa si amenaza una gran tormenta. No importa lo que esté sucediendo en el mundo. Lo que importa es sí confías en Dios o no. Te hablo de algo que viví. Estuve 30 días en cama con Covid; 30 días con oxígeno. Me preguntaban si yo tenía miedo y si pensaba que me iba a morir. Pero no. No pensaba que me iba a morir. No soy un gran cristiano, pero la gracia de Dios está sobre mí y te puedo decir que no he sentido miedo. No he pensado en la muerte para nada. Estando convaleciente dije que iba a aprovechar el tiempo que Dios me ha dado para descansar porque creí que Dios me había permitido vivir esta situación para descansar y eso hice. Tú puedes mirar la vida desde diferentes ópticas, pero la única óptica desde la cual tienes que mirar las cosas que te suceden es a través de la confianza en Dios. Dice la Biblia que el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. ¡Eso es una realidad en mi vida y tiene que ser realidad en la tuya! Si crees que el ángel está para defenderte no tienes motivo para temer. Salvo que ignores la verdad; entonces te llenas de temores y dudas dónde andará el ángel, si estará contigo o te ha abandonado. Si vivo en la certeza de la palabra de Dios entonces camino seguro. Si yo creo que Jehová es mi pastor y nada me faltará, vivo seguro. No puedo pensar que se olvidó de mí o está sordo. ¡No! El Señor no es sordo ni ciego. A Él nunca se le terminó la misericordia. ¡Nunca dejó de amarte!
CONCLUSION
El miedo acecha cuando la desconfianza se entroniza. Deja delante de Dios tus temores y deja que Él se lleve la carga que te ha puesto el diablo. Que no te aman, que no te comprenden, que nadie se ha puesto en tu lugar. ¿Por qué se pondrían en tu lugar si estás tú? En lo único que piensas es en ti. Cuando tú amas, piensas en los demás. Yo he visto cómo ejércitos de personas han clamado al cielo por Carolina y su esposo. He visto la noticia de lo que están viviendo, circular por Europa y América. No necesitas estar pensando que nadie se ocupa de ti porque Dios se ocupa de ti. Carolina dice que está aprovechando esta vivencia para predicar el evangelio, y Dios dice: “Entonces yo estoy aprovechando para levantar un ejército que ore a mí por ustedes”. Dios ha tocado el corazón de muchas personas que oran por mí. Decide ahora que vas a confiar, espera en Dios. El Señor es tu escudo y tu fortaleza. Él es tu socorro. Dice la Biblia en el Salmo 40, el cuál es mi favorito: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”.
Hoy la iglesia Misión Vida y muchos, ven a un hombre caminar con seguridad sobre la peña. ¡Lo hizo Dios! Cuando Él me dio esta palabra yo estaba llorando debajo de una mesa. Pero me dio el Salmo 40 y no me fue suficiente; no me alcanzaba, pero de pronto comenzó a penetrar en mi corazón y el Señor comenzó a afirmarme en su palabra.
Como siempre, te recomiendo que aprendas versículos bíblicos de memoria. Repítelos y haz oraciones de esos versículos. ¡Ora palabras de confianza en Dios! Que la palabra de Dios se haga carne en tu vida porque su palabra es verdad y penetrarán hasta lo más profundo de tu ser y te harán libre. Nosotros vivimos confiadamente porque hemos creído en el Señor y hemos creído en su palabra.
Oro por ti: “Padre venimos a ti, fuente de nuestra paz. Disipa los temores que causan tantas enfermedades y tanta ansiedad, te lo pido en el nombre de Jesús. Libera de la cautividad del temor, Padre. Libera del temor de las vidas y haz entrar tu confianza en los corazones. Aleja todo temor de nuestras vidas por lo que nos podrían hacer o lo que nos podría suceder. Que venga sobre las vidas esa paz y es confianza que les falta. Tu presencia trae paz, Señor; tu presencia trae gozo”.
Dile al Dios: “Hoy me presento delante de ti a poner toda mi confianza en ti, que eres la fuente de mi sustento. Tú me cuidas y me proteges; tú eres mi escudo y mi fortaleza. ¡Lo declaro con fe! Echo fuera de mi vida el espíritu de temor en el nombre de Jesús. Dame ahora tu paz, llévate mi carga y mi aflicción. Tú me has dado palabra de verdad. Voy a confiar en ella, lo declaro en el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: