YOM KIPPUR - Misión Vida para las Naciones

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Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

YOM KIPPUR

INTRODUCCIÓN

 

Hay fiestas ordenadas por Dios que profetizan los eventos de la segunda venida de Cristo y el final de los tiempos. Debemos estar alerta; debemos entender los tiempos que estamos viviendo. La Biblia habla acerca de una tribu de Israel que entendía los tiempos; y Jesús se quejó diciéndoles que ellos no entendían los tiempos que estaban viviendo; el Mesías había venido y ellos ni siquiera se habían enterado; es más, creían que Jesús era un endemoniado.

Los creyentes no somos hijos de las tinieblas; somos hijos de la luz. Estas fiestas se llaman “Las Fiestas de la Torah”, de la ley o del Antiguo Testamento. Son fiestas que Dios ordenó a su pueblo por medio de Moisés; así leemos en Levíticos 23. Son celebraciones proféticas de otoño ya que, durante las mismas, en Israel se da comienzo a esta temporada; y se celebran según el calendario que Dios le dio a Moisés. De acuerdo a esto hemos entrado en el mes séptimo y el día 15 de setiembre, pasado, sería el día 10 del mes séptimo. La Biblia señala a esta festividad, y el pueblo de Dios así lo celebra, como día de gran solemnidad, y es el día más solemne del año.

El día de Yom Kippur es el día de la expiación. Una vez al año se hacía esta fiesta en Jerusalén y es posiblemente la más extraordinaria. En esta fiesta, Salomón inauguró el templo que había construido para Dios según indica 2 Crónicas 5:3: “Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo”. La palabra expiación hace referencia al hecho de que la sangre de Cristo nos cubre, ya que expiar significa cubrir o tapar. También, la raíz de la palabra expiación es “Kafar”, que significa calafatear o poner un impermeabilizante o cobertura que impide que penetre alguna cosa. Nosotros somos vistos por Dios a través de ese calafateado o cobertura que es la sangre preciosa de Cristo; y Dios ve sobre nosotros la vida de su Hijo entregada y sacrificada sobre la cruz del calvario, por lo que Dios ve a Cristo en nosotros.

Todos los años se celebra Yom Kippur o fiesta de la expiación, pero, esperamos que pronto venga el último día de expiación. Yom Kippur anuncia el evento más extraordinario que está por suceder en el mundo. El día de la expiación es el día de la segunda venida de Cristo, cuando viene a buscar a su novia para casarse con ella en la gloria. Yo animo a la iglesia a leer la Biblia. ¡Tú tienes que conocer la palabra de Dios! Las montañas se van a mover y la tierra será conmovida; mas la palabra de Dios permanecerá firme. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, dijo Jesús. “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste?”, dijo el Señor mediante su profeta Malaquías 3:2.

Aquel que conoce la palabra de Dios está firme, camina seguro, tiene paz y certeza. Jesús enseñó precisamente acerca de Yom Kippur, según leemos en Mateo 24; y dijo: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:32 al 35). En otro pasaje de la Biblia leemos que Jesús dijo: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).

Este es un tiempo de mucha oscuridad para las naciones, pero de luz para la iglesia. ¡La gloria de Dios viene sobre la iglesia en medio de la oscuridad! Antes de Yom Kippur se celebró Yom Teruah, o como también la conocemos, día de las trompetas; y entre estas dos celebraciones hay 10 días a los que se le llaman, días de Teshuva o de arrepentimiento. Durante estos días el pueblo de Israel examina su corazón y pide perdón a Dios por lo malo que han hecho, y también piden perdón a las personas que han ofendido. En esos días piden perdón por sus pecados porque no quieren llegar a Yom Kippur sin que estos sean perdonados; porque de no ser perdonados, ese día sus nombres serán borrados del libro de la vida. Espero que también consideres que tu nombre no sea borrado del libro de la vida.

Cada celebración de Yom Kippur anuncia lo que sucederá en el último Yom Kippur. Dios ha establecido estas fiestas para que tengamos presente lo que Él viene anunciando desde el principio. Y desde el principio Él creó los cielos y la tierra, y creó la luna, el sol y las estrellas para anunciar los eventos de Dios, Mo’adim o celebraciones a las que Él convoca. Dijo Dios: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isaías 46:9 y 10).

 

FIESTA ORDENADA POR DIOS

 

Entonces, la fiesta de Yom Kippur tiene origen cuando Dios le dio un mandato a Moisés para que su pueblo cumpliera como estatuto perpetuo, como leemos en Levítico 23:26 y 27: “También habló Jehová a Moisés, diciendo: A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová”. Esta festividad este año (2021), tuvo lugar el pasado 15 de setiembre. Esto significa que ellos tenían que estar tristes delante de Dios. Si no llegas al día de la expiación cubierto por la sangre de Cristo; cuando el Señor venga se cerrarán las puertas y ya no habrá más tiempo de gracia, no se predicará más el evangelio, no hay más perdón de pecados ni salvación. Ese será día de juicio. Será un día de gloria para los que han sido expiados y de fiesta para quienes estamos expectantes; pero es día de mucha turbación para quienes no conocen a Dios.

Según los profetas del Antiguo Testamento, este es el día grande de Jehová. “Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento”, así dice la Biblia en Sofonías 1:15. Los cielos serán estremecidos y la gente temblará delante de Dios, y dice la Biblia que algunos dirán a las montañas: “Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (Apocalipsis 6:16). Se espera que lleguemos a ese día reconciliados con Dios. Habrá gente que estará turbada; mas los que esperamos en Dios estaremos en paz. Ese día se termina la historia de la humanidad; ya el hombre no podrá enseñorearse del hombre.

En el Nuevo Testamento encontramos que se hace mención de esta festividad de Yom Kippur y no entendíamos que se trataban de las celebraciones que son mencionadas en Levítico 23; tampoco conocíamos la historia ni el significado de esta fiesta. El apóstol Pablo les habló a los hebreos acerca de esta fiesta y dijo que en el tabernáculo estaba el lugar santísimo al cual podía entrar solamente el sumo sacerdote una vez por año, y antes de entrar a interceder por el pueblo, aún él mismo que era imperfecto y pecador, debía presentarse delante de Dios con la sangre de un sacrificio especial por su propia vida y por la de su familia. Y si el sumo sacerdote era aprobado por Dios entonces estaba autorizado a entrar en nombre del pueblo. Entonces presentaba en el lugar santísimo la sangre de los sacrificios.

En ese lugar nadie entraba, en ningún día del año, ni siquiera el sumo sacerdote sino solamente ese día de expiación. Y dijo el apóstol Pablo acerca de Cristo como sumo sacerdote: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención…Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena…así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:11, 12, 24,25 y 28).

El sacrificio de Jesús nos abrió el camino al Padre. Hay muchas expresiones en el Nuevo Testamento que nos enseñan que Jesús y sus discípulos participaban de estas fiestas; y estas no eran fiestas judías sino de Dios. Estas fiestas convocadas por Dios están relacionadas a profecías, a eventos que van a suceder, y anuncian el proceso de los planes de Dios.

 

LAS 70 SEMANAS DE DANIEL

 

Según las profecías de Daniel y lo que declaró Jesús en Mateo 24, Daniel anuncia 70 semanas de acontecimientos importantes en la historia de la humanidad, y dentro de esas 70 semanas anuncia una última semana. Esas semanas significan días de años; es decir que una semana tiene 7 días y esos días están representados por años. Entonces, la última semana de Daniel son 7 años y está dividido en dos partes: 3 años y medio y 3 años y medio. Ese período de 3 años y medio comprende 1260 días cada uno conforme al calendario lunar. Leemos en Daniel 9:27 acerca de un pacto de paz que celebrará el mundo. Si entras a la página de la ONU verás la siguiente frase que dice: “Paz y Seguridad”. La Biblia dice en 1ª Tesalonicenses 5:2 y 3: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán”.

Esta frase habla del gobierno mundial del anticristo. Entonces, hay una celebración de un pacto de paz que comienza al principio de la última semana de Daniel, los últimos 7 años; y este pacto de paz lo celebra un gran estadista que hace grandes promesas en el cual el mundo confía, aún Israel confía en él. Comienza así un período de supuesta paz y seguridad para el mundo. Y Daniel 9:27 dice: “…a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.

A la mitad de la semana ese estadista hará cesar el sacrificio continuo y la ofrenda. Se supone que, en la semana de Daniel, que son 7 años divididos en dos partes, en algún momento de los primeros 3 años y medio se construye el tercer templo de Jerusalén, algo que se ha estado diciendo hace mucho tiempo; una vez que se construya el templo en Jerusalén comenzarán a ofrecerse los sacrificios y las ofrendas diarias, y los sacerdotes harán como en el Antiguo Testamento. Esto genera cierto espanto y dice la Biblia que, a los 3 años y medio de haber comenzado este periodo de paz, a la mitad de la semana, este estadista hará cesar el sacrificio y los ritos diarios del templo. Yo creo que aquí comienza el espanto de los israelitas porque han confiado en alguien que por fin va a hacer posible que ellos puedan disfrutar de sus sacrificios y de la búsqueda de Dios a la manera de ellos. Aquí comienza una gran turbación para el pueblo de Israel.

“Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador…” Después de la mitad de la semana viene la abominación desoladora. Acerca de la abominación desoladora, Jesús dijo: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:15 al 21). Hablamos del momento en que cesa el continuo sacrificio y las ofrendas, después aparece la abominación desoladora, y Jesús dijo: “…cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, huyan porque viene una gran tribulación como no ha habido nunca en la tierra ni habrá”.

 Los elementos van encajando y esto no es un tema de interpretación, sino que hay que leer bien la Biblia para ver que los acontecimientos son cronológicos. Jesús describe esa gran tribulación. Muchos creen que esta gran tribulación es la ira de Dios, pero están equivocados porque esto es la persecución de satanás a los creyentes, los descendientes de Abraham. A los descendientes de Abraham según el linaje y a los descendientes de acuerdo a la fe, los cuales somos nosotros.

Si quieres saber de qué se trata, lee el capítulo 12 de Apocalipsis; allí descubrirás que hay una gran persecución sobre aquellos que tenemos el testimonio de Jesucristo. Sabemos cuál es la ira de Dios y sabemos que seremos librados de su ira; pero esta tribulación de la que Jesús habla no es la ira de Dios. La ira de Dios no es sobre nosotros sino sobre las naciones; es el castigo a los que no llegaron salvos, perdonados ni limpios al día de la expiación.

Acerca de la gran tribulación continuó diciendo Jesús: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados…E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Esto es Yom Teruah. Esta celebración se da cuando la luna está en fase nueva y oscura; y está oscura porque no recibe el brillo del sol en la cara vista desde la tierra ya que la tierra se interpone entre el sol y la luna.

Esto nos recuerda la parábola de las 10 vírgenes en Mateo 25:6 que dice: “Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” El clamor es el sonido de las trompetas; el anuncio de que Cristo está llegando, porque el Señor viene a buscar a su novia para llevársela a la gloria a celebrar las bodas del Cordero. Hay un tiempo entre el clamor o llamado de media noche, y ese es el tiempo de los 10 días de Teshuva o de arrepentimiento. Los judíos lo llaman también, los diez días de terror. En ese lapso de tiempo quien no se convierta será condenado porque llegará al día de Yom Kippur sin haber sido cubierto por la sangre de Cristo. Los que esperamos esto y creemos vamos a estar en luz; tendremos revelación y entenderemos los tiempos. En cuanto a los otros, los que rechazan a Jesús y no están expectantes de su venida, el Señor dijo que el día de su venida nadie entenderá y que será como en los días de Noé en que se casaban y se daban en casamiento y nadie entendía nada, hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos.

Jesús dijo que el día en que Noé entró al arca Dios cerró la puerta del arca; no la cerró Noé sino Dios. Ese día, Noé que representa a la iglesia, la novia de Jesucristo y su familia, fueron salvos; pero ese mismo día fue día de condenación para el resto. Si lees la Biblia verás que todas las cosas van encajando. Daniel nos aclara más acerca del momento de esos eventos que he mencionado. En Daniel 12, el último capítulo, y en los versículos 11, 12 y 13 que son los últimos versículos del libro de Daniel, un ángel le dijo: “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días”. A la mitad de la semana 70 de Daniel hasta la abominación desoladora hay 1290 días; la mitad de la semana son 1260 días, y se excede por 30 días más respecto a los últimos 7 años. Antes creíamos que todo se terminaba en los últimos 7 años de las profecías de Daniel, pero él nos aclara que hay 30 días más después del evento de la abominación desoladora. Y Jesús aclara que cuando esto ocurre viene una gran tribulación. En Daniel 12:12 leemos lo que el ángel le dice a Daniel: “Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días”. Yo me preguntaba qué eran esos 1290 días y los 1335 en su totalidad. Esos 1335 días sobrepasan por 45 días los 30 días que sobrepasan el final de los 7 años. ¿Qué pasará a los 1335 días? Daniel también quería saber de qué se trataba y el ángel le dijo: “…tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días”. Aquí, según Daniel, está el fin de los días o el tiempo que Dios le ha asignado al hombre.

EL GRAN DÍA

 

Estudiando acerca de las 3 fiestas de otoño que son Yom Teruah, Yom Kippur y Sukkot, quise ver cómo encajaba en esto, esas fiestas; no podía pasar por alto y no ubicar el gran día como el día final. Habrá un último Yom Kippur de la historia de la humanidad, ese es el día de la segunda venida de Cristo. Así dice Mateo 24:31: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. Se conoce ese día de gran voz de trompeta como el gran shofar, el anuncio de la llegada del novio que viene a buscar a su novia. Esta es la descripción del gran día de Jehová, día grande y terrible del que hablan los profetas del Antiguo Testamento y los autores del Nuevo Testamento. Cuando leas que dice “el día” o “el gran día”, o “el día de Jehová grande y manifiesto”; todo habla de un solo día y un mismo día, y es ese el día de la venida de Jesucristo y el fin de la historia de la humanidad. Porque comienza un nuevo ciclo, donde quien reinará será Jesús el Mesías sobre la tierra.

Diez días antes de Yom Kippur está Yom Teruah y en esos días, Jesús señaló que se verán señales en los cielos. Será cuando todo se pondrá oscuro; y como dijo Isaías: “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria” (Isaías 60:2). Estos son dos acontecimientos concatenados; Yom Teruah y Yom Kippur. Entre esas celebraciones hay diez días de Teshuva o de arrepentimiento, es en ese entonces que los judíos serán estremecidos. Pero solo tendrán diez días para llegar a Yom Kippur, al día de la expiación; perdonados y salvados. Dijo el profeta Zacarías: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10).

En ese tiempo, como declaró el apóstol Pablo, todo Israel será salvo. Queridos, no hay un pueblo; hay un solo pueblo. Dice la Biblia que Dios derribó el muro que nos separaba: “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Efesios 2:12 al 14). Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. El Señor no se llevará a unos ahora y después a otros; Él se llevará a su pueblo, los que han creído en Él. Y el pueblo de Israel en este tiempo creerá en el Mesías, y llorarán y serán salvos.

 

EL CERRAR DE LAS PUERTAS

 

Celebramos entonces Yom Teruah el día primero del mes séptimo; el día décimo del mes séptimo celebramos Yom Kippur y luego de esto viene Sukkot el día 15 del mes séptimo. Esta fiesta dura 7 días. Un casamiento en Israel dura 7 días. La fiesta de Sukkot recuerda cuando el Señor se había desposado con su pueblo en el desierto. ¿Dónde serán las bodas del Cordero? ¡En el cielo! Esta celebración está en otra dimensión. Aquí, según manifestó el apóstol Pablo: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. (1ª Tesalonicenses 4:16 y 17) La celebración de Yom Kippur también es llamada fiesta de las puertas cerradas. ¡No hay más oportunidad! Dijo Jesús: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois”. (Lucas 13:24 y 25) ¡No habrá más oportunidad! Afuera será el lloro y el crujir de dientes. Había 5 vírgenes que no tenían fuego, no tenían unción. ¡Estaban despistadas! No se habían preparado. Ellas en su confusión le pedían aceite a las otras 5 vírgenes que si tenían unción pero ellas para no quedarse sin aceite las mandaron a comprar. Y cuando volvieron las insensatas ya las puertas se habían cerrado. Las otras habían entrado a las bodas; pero ellas golpearon, sin embargo, las puertas no se abrieron. Hemos establecido una relación entre las fiestas de la Torah y las profecías bíblicas que hablan sobre el fin de los tiempos. ¡No puedes permanecer despistado!

Jesús dijo: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). Habrá clamor y lamento cuando Cristo venga por su novia, esos son los 10 días de Teshuva. Cuando venga el Hijo del Hombre en las nubes se termina la historia; el Señor se llevará a los suyos y ya se terminará la oferta del evangelio. No se predicará nunca más el evangelio. Jesús añadió: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

 

CARA A CARA

 

Para recordar: Esta celebración de Yom Kippur también se conoce como el Cara a Cara, porque dice la Biblia que ese día el hombre verá a su creador. Dice la Biblia en 1ª Corintios 13:12: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”. Algunos al verlo tendrán un rostro radiante en cambio otros estarán turbados. Ese es el día del gran ayuno; día de Neilá, en que las puertas se cierran. Es tiempo de separar. Por lo que entendemos del Nuevo testamento, Jesús va a apartar a las ovejas de los cabritos. Van a quedar separados para siempre los que son de Él de los que no son de Él. Recordemos también la parábola del trigo y la cizaña; vino el enemigo y sembró cizaña entre el trigo por lo que los siervos le preguntaron al Señor si quería que arrancaran la cizaña, mas el Señor les dijo: “No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero” (Mateo 13:29 y 30).

 

CONCLUSIÓN

 

Yom Teruah es el día de las trompetas o del anuncio; pero el día de la gran trompeta o el gran Shofar es el día de su venida, la trompeta final. También se relaciona Yom Kippur con la vendimia. El significado de las fiestas está en los frutos, está en las estrellas, en la luna; todo está en la palabra de Dios. ¡Qué es lo que no ha hecho Dios para que entendamos su obra! La Biblia habla de Jesús como el vendimiador que pisa las uvas en el lagar de Dios y sus vestiduras son manchadas con sangre de la vendimia; de los que son pisoteados, y sus vestiduras han sido teñidas por los enemigos de Dios.

Mi intención no sólo es que aprendas de estas cosas; me preocupa que tú seas salvo. No desperdicies este día que el Señor te ha otorgado para arrepentirte. Los judíos practican arrepentimiento; y hay un arrepentimiento genuino que es el que produce el Espíritu Santo en la vida de aquellos que escuchan la palabra de Dios y su llamado. Estoy convencido de que hay muchos que creen que son cristianos, pero no lo son; piensan que van a estar en la gloria y no será así. Hay gente que no entiende bien y le falta aceite en su lámpara. Es tiempo de que se arrepientan, no solo los del mundo sino también los de la iglesia. Debes tener tu día de expiación hoy; que hoy sean tus pecados perdonados y seas limpiado. Uno no compra la expiación o el perdón de pecados porque le haya hecho gauchadas a Dios y es muy servicial. Lo que tú necesitas es que se rompan las ataduras del poder del pecado en tu vida. Mucha gente que sirve a Dios está pecando. Tampoco valen las ofrendas que has dado porque con ofrendas no se paga la vida eterna; no se paga la salvación. Con nada puedes pagar la salvación porque es la sangre de Cristo.

El precio de la sangre de Jesús es muy alto; tampoco la puedes comprar. Él te ama y te ofrece cubrirte en esta hora con su sangre preciosa. Este es el día de tu Yom Kippur; día de la expiación de tus pecados. ¡Hoy pueden ser cubiertos tus pecados! Si tienes fe tú recibes hoy la vida eterna y la paz de Dios. Haz una oración y dile a Dios: “Señor, vengo a ti. No tengo otro a quien ir. Eres tú Señor quien murió por mí en la cruz del calvario y derramó su sangre por mí. Creo en ti Señor y te pido que me desates y me des libertad; perdóname. Vengo a ti, para cambiar el señorío del pecado por el señorío de Cristo. ¡Recibe mi vida en esta hora! Yo creo que me amas y tienes misericordia de mí y creo que tú eres mi paz. Recibo vida eterna; recibo salvación y me quedo en paz hasta tu segunda venida, amén”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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