Av. 8 de octubre 2335
Montevideo
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Nos ubicamos en el tiempo en que los descendientes de Jacob; a quien Dios le puso por nombre Israel; se van a vivir a Egipto, donde comienzan a conformar un pueblo en esclavitud; allí son recibidos como visitas y terminan siendo esclavos. Dice Éxodo 1:7-12: “7Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra. 8Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: 9He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. 12Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”.
El versículo 7 es importantísimo; ya hay musulmanes que están declarando que van a dominar el mundo sólo porque la civilización occidental no tiene hijos y ellos sí. Occidente tiene la tecnología, la bomba atómica, la bomba neutrónica pero ya en Inglaterra, en Francia, en Estados Unidos y en varios países, los musulmanes están haciendo temblar a todo el mundo porque crecen y se multiplican. Todo pueblo que crece y se multiplica es fuerte, debemos tener este concepto en mente. Si el pueblo de Dios creciera y se multiplicara sería un pueblo fuerte, ¡ya que no ganas almas para Cristo deberías tener unos cuantos hijos!
Uno de los imperios más famosos que ha existido en la historia de la humanidad fue el imperio egipcio, que ha ejercido y ejerce hasta el día de hoy una influencia impresionante en todas las civilizaciones. Hoy en día hay mucha gente poderosa, culta, políticos, que creen y practican los ritos de las ciencias ocultas de Egipto y algunos afirman que muchas de las construcciones de los egipcios las han edificado los seres extraterrestres porque todavía no se ha llegado a descubrir cuáles fueron los métodos científicos que utilizaron para realizar las construcciones tan exactas y tan bien hechas. Así que, en Egipto había muchos que sabían de geometría, de matemáticas, de física, etc. y algunos cuerpos de los faraones hasta el día de hoy no se han descompuesto, porque han hecho un gran trabajo de embalsamamiento. Pero a pesar de ser un imperio tan fuerte y tan poderoso, eran débiles. Y siendo los descendientes de Israel esclavos, (lo que implica decir que no tenían influencias, ni dinero, ni armas, ni ejército, ni carros, ni caballos), crecían y se fortalecían, y lo más impresionante aún, es que cuanto más los oprimían, más se multiplicaban, de tal manera que los fuertes se sentían débiles, y los débiles, fuertes. Que una persona sea fuerte o débil no depende de lo que siente, mucha gente que se cree fuerte, es realmente débil, y mucha gente que se cree débil, ¡realmente es fuerte! Hace unos días, cuando terminé de predicar, me dije: “llego a casa, ceno y me tiro de cabeza en la cama”, pero “me tiré de cabeza en un sofá” y comencé a ver una película acerca de un narcotraficante que vio desde su niñez cómo se peleaban sus padres; la pelea más grande era porque su papá no tenía buenos trabajos y la mamá que no tenía dinero para sus gastos; lo volvió loco diciéndole: “eres un inservible, para qué me habré casado contigo…la vecina tiene y yo no tengo, tú siempre con la misma excusa”. El niño observaba cada pelea y ya desde pequeño decidió que no iba a ser pobre; al llegar a su juventud se introdujo en el mundo de la droga, comenzando a sentirse fuerte, poderoso y llegó a ser uno de los narcotraficantes más importantes de Estados Unidos. Introdujo la cocaína en ese país, incluso llegó a conocer personalmente a Pablo Escobar; viajaba a Colombia y fue quién llegó a organizar las primeras redes de ventas de cocaína haciéndose súper millonario… los dólares comenzaron a entrar en sus arcas, haciéndose un hombre muy fuerte y cuando quiso acordar cayó preso, siendo traicionado por sus amigos. El asunto fue que terminó en la cárcel, y perdió su esposa, todo lo que anhelaba y deseaba. Decidió no hacer más ese tipo de negocios; se fue a Panamá, donde había dejado millones de dólares mas cuando llegó allí, el gerente del banco le dijo: “los fondos han sido confiscados”, y se quedó sin el trabajo de la droga, sin su esposa quien comenzó a maltratarlo como su mamá lo hacía con su papá. El único sentido de su existencia fue una hija, pero ésta ya no creía más en él… prometió llevarla a vivir a California y el día que iban a partir, vino la policía y se lo llevó. ¡Nunca más vio a su hija! Un hombre poderosísimo que llegó a tener tanta fama, tanto poder y tantas personas en sus manos, terminó en la cárcel; tiene que estar allí hasta el 2015, ya es un viejo, pero tiene que estar recluido hasta ese año. Una historia digna de verse, cómo una persona fuerte puede llegar a ser tan débil y cómo aquellos que se sienten y son poderosos en esta tierra en realidad son pobres y débiles. Que no te suceda que te creas fuerte y seas débil, o te creas débil cuando en realidad eres fuerte, no todos aquellos que se sienten débiles son realmente débiles y no todos que se sienten fuertes realmente lo son, porque las cosas no son como se sienten. ¿Estás acostumbrado a hacer las cosas de acuerdo a lo que sientes? ¡Realmente eres un pobre infeliz! Dicela Bibliaque no hay cosa más engañosa que el corazón del hombre, no puedes permitir que tu corazón te guíe, que tus sentimientos te guíen, no tienes que confiar en lo que sientes, debes creer y crecer en la palabra de Dios, y actuar en obediencia a ella. ¡Pon fe en esto!
El pasaje leído nos enseña que había un imperio fuerte que era débil, y un pueblo esclavo y débil que era fuerte, porque la fortaleza no está en el hombre sino en Dios, solamente es fuerte quien Dios apoya y respalda. ¡Las apariencias de este mundo son solamente apariencias! Lo importante no es lo que se ve, sino lo que no se ve, lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno. ¡El verdadero poder está en lo que se ve en el mundo espiritual! Que Dios te abra los ojos y te dé entendimiento para que puedas ver y discernir lo que hay en el mundo espiritual detrás de cada persona, detrás de cada frase, y detrás de cada palabra. Que puedas entender que cuanto más débil eres, si tienes fe en Dios, más fuerte eres. Pablo quería sentirse fuerte y decía: “… me fue dado un aguijón en mi carne,… 8respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. (2ª Corintios 12:7). Así que el verdadero fuerte, es el cristiano que vive en debilidad confiando en el poder y en la fuerza de Dios. ¡Esa es la verdadera fuerza! Por tanto, cuando me siento fuerte algo anda mal.
En esta semana, un matrimonio se fue a predicar a Juan Lacaze, una ciudad del interior del país y cuando regresaron, encontraron toda la casa revuelta, ¡el que lo hizo fue un hombre a quien le habían dado abrigo y techo y también les buscaba con un revólver para matarlos! Yo les dije: “¡Es una buena señal!” Extrañados, me contestan: “¡pero pastor, no hay ningún motivo para que este hombre nos busque para matarnos, si solamente le hemos hecho el bien!” Este suceso me hizo recordar acerca de un hermano que se enojó conmigo; dijimos con Marta: “vamos a visitarlo”, así que tomamos el auto y fuimos a verlo; cuando llegamos a la casa, me puso una pistola en la cabeza, diciéndome: “¡Te vas de mi casa! ¡Te mato! ¡Has entrado en mi casa y el artículo tal dice que no podes violar el domicilio!” Era un hermano a quien le habíamos predicado el evangelio, le habíamos bautizado, le habíamos ido a visitar en la cárcel, ¡lo habíamos ayudado infinidad de veces! Con mi esposa nos tomamos de las manos y dijimos: “¿Qué hacemos?” Una persona valiente no puede huir, y me dije: “no vamos a huir”, ¡pero me voy a orinar! Marta no sabía qué hacer y comenzó a hablar en lenguas, ¡nunca habló tan bien en lenguas! No recuerdo bien la historia, pero yo decidí no irme… hay una fuerza que te impulsa a no irte cuando alguien te dice: “¡te vas de mi casa porque te mato!”, hay un poder que hace al fuerte bajar su pistola, tirarla e irse al dormitorio. ¿Dónde está el poder? ¡La fortaleza está en Dios!
¿Cómo te sientes tú? Hablo con hermanos que me dicen muy seguido: “pastor, me siento tan débil…” ¡Qué buena oportunidad para fortalecerse en el Señor! Qué linda oportunidad para demostrar que no tienes cualquier cosa, sino fe, certeza total y absoluta que aquello que estás viendo, no es, y aquello que no estás viendo, realmente es. No sé qué brujo te ha mandado el diablo, o qué gran problema familiar o económico ha puesto delante de ti, tu escasez no es tu debilidad, tu fortaleza es Jehová de los Ejércitos, ¡tu fortaleza es Dios! Eres parte del pueblo de Dios y tienes que creer lo que te estoy diciendo: ¡Tú realmente eres fuerte! ¿De qué sirve que tengas mucho dinero, como este narcotraficante de la película, que está basada en un hecho real, si eres de carne y huesos como cualquier ser humano y en unos pocos años un gusano será más fuerte que tú y comerá tu carne? ¡El pueblo de Dios es realmente fuerte! El único problema es que hay cristianos que no saben que son fuertes ni tampoco quieren creerlo, pero hay provisión del cielo de tal manera que todo aquel que puede creer, ¡realmente es fuerte! ¡Hoy tienes que fortalecerte! He visto cristianos que se apartan de Dios y comienzan a enfriarse, siendo dominados por sus antiguos vicios: por el cigarrillo, por el alcohol, por el mal genio. ¡Otra vez! Todo lo que habían dominado y que llegó a ser débil, ahora es fuerte delante de ellos porque no está el respaldo de Dios sobre sus vidas. Qué débil nos hacemos cuando Dios no es nuestro respaldo, es increíble cómo podemos llegar a revolcarnos otra vez en los mismos vicios… como dicela Biblia: “el perro vuelve a su vómito”. Aquello que nunca pudiste dejar, lo dejaste porque buscaste a Jesús, pero cuando sacaste la mirada de Él, otra vez volviste a lo mismo. ¡Es tiempo de buscar a Dios!
A este matrimonio de la ciudad de Tarariras que me dijo: “pero si no hay ningún motivo para que este tipo nos quiera matar” le contesté: “¿Quién te quiere matar? ¡El diablo!, ¡y es una buena noticia!” Cómo no va a ser una buena noticia que satanás se enfurezca contra ti, ¿contra quién se va a enfurecer más satanás? Contra aquel que se está consagrando, ayunando, orando, contra quien Dios está por usar; él no soporta esas cosas, se enfurece y manda un batallón completo contra esa persona, que luego se lamenta: “justo ahora que me estaba consagrando, ¡mira lo que me pasa!” Es que justamente te quiere detener. ¡Es buena señal que satanás se ensañe contra ti! Si tu fe está puesta en Cristo, satanás no podrá hacer nada, pero si tu fe está débil, ¡estarás perdido! Pero la palabra de Dios ha venido para que ésto no suceda, para que te fortalezcas en Jehová tu Dios.
Ese pueblo débil, comenzó a crecer, a fructificarse y a hacerse fuerte porque Dios estaba con él; Egipto tenía dioses y brujos poderosos, hasta el día de hoy tiene dioses poderosos, pero el verdadero Dios es el nuestro, el más grande y el más poderoso. Jehová de los Ejércitos dijo que iba a juzgar a todos los dioses de Egipto junto con todos los primogénitos de todas las familias, incluida la familia de Faraón que era considerada divina, los faraones y su familia eran considerados hijos de la divinidad y eso a Dios no le gusta, así que ustedes saben como fueron las maniobras; los egipcios le dijeron a las parteras de las hebreas que cuando naciera un niño varón, lo mataran, pero ellas temieron a Jehová, no al faraón, y preservaron la vida de los pequeños. ¿Quieres que Dios fortalezca a Uruguay? ¡Preserva la vida, promueve la multiplicación de los uruguayos! Los casados tengan muchos hijos, las estériles oren para tener hijos y adopten hijos, ¡críen hijos para la gloria de Dios! ¡Él les hará fuertes y poderosos! “Ahhh pastor, qué antiguo que es usted, a mí me gusta tocar la guitarra, no tener hijos, me quiero realizar como mujer, tener un titulo universitario…” Leí el testimonio de una madre uruguaya, que decía: “Cuando tuve mi primer hija quedé embelesada, la miraba, la contemplaba, veía sus movimientos, y decía, cómo un ser tan perfecto nació dentro de mi vientre”. Relataba cómo se consagró… cómo contemplaba a su hija, la veía crecer y disfrutaba de ella. Después dice que tuvo dos hijos más, un chico y una nena, y cuenta: “yo creía que ya no podía más pero cuando nacieron mis otros dos hijos mi amor se multiplicaba, me sentía ensanchada y descubrí que el llamado de Dios para mi vida era traer hijos al mundo para consagrárselos al Señor.” ¡Qué fuerte! Esta mujer pareciera ser del siglo XV… ¡Encontró el deleite de criar hijos para Dios!
Las parteras no temieron al Faraón, y le dieron toda clase de excusas: “Las mujeres hebreas son muy fuertes: Cuando nos llaman, nosotras vamos corriendo al parto, pero cuando llegamos, ¡el niño ya nació!” Y por cuanto no obedecieron el mandato del Faraón, sino que obedecieron a Jehová, el pueblo prosperó en gran manera y el Faraón dijo: “tenemos que debilitar este pueblo” y dio la orden de que todo varón que nazca de una mujer hebrea debía ser muerto.
Había un descendiente de Leví cuya mujer tuvo un hijo y estuvieron tres meses luchando con ese hijo, tratando de saber qué hacer con él, y dijeron: “no lo podemos esconder más”… y en un acto de fe decidieron esconderlo, tirándolo al río. Qué importante es un acto de fe, a veces es una cosa que parece tan sencilla, que no va a causar un gran efecto, pero es una bomba neutrónica en las manos de Dios. Esta mujer y este hombre hicieron una cestita de juncos, la calafatearon con asfalto, pusieron unas sábanas y tiraron el niño al río como diciendo: “¡Dios, lo vamos a poner en el río, pero haz algo!” Se quedaron vigilando al niño… me imagino que si el niño lloraba, la madre iba corriendo por él a darle de mamar y luego lo volvía a dejar en el cesto. Me imagino cuántos padres deprimidos, depresivos, angustiados habrán ido a entregar a sus hijos, creyendo que ya no había más salida, creyendo que ya no había más solución, la orden del Faraón era matar los niños, tirarlos al río, pero esta familia hasta el último instante luchó por la vida de su hijo, y Dios premió su fe. A veces la fe no es una gran acción, es una cosa muy sencilla, pero es lo que está faltando en tu vida para que Dios derrame su bendición sobre ti. Dice la palabra de Dios que un día la hija del Faraón se fue a bañar en el río Nilo y en ese instante el niño se puso a llorar… la princesa pidió que se lo traigan, lo tomó en sus brazos y dijo: “¡este es un hijo de las hebreas!” Le gustó el niño y dijo: “¡qué lindo! ¡Es para mí!” y ahí estaba escondida una hermanita del niño, quien se presentó diciendo: “¿Te gusta? ¿Quieres que te consiga una nodriza para que te críe el niño?” La hija del faraón le contestó: “Sí, ¡tráeme una nodriza!” Y fue y buscó a su propia madre a quien la hija del faraón le dijo: “Críame este niño, yo te lo pagaré”. A veces me dicen: “Pastor, ¿qué hago? He orado, he ayunado, le he leído las profecías del profeta Isaías, el Corán, le he leído todo, le llevé al pastor Andrés, le llevé al pastor Martín, ¿puede venir usted apóstol? ¡Ya hice todo! ¿Qué más puedo hacer?” Yo le respondo: “le vas a volver a hablar tú” pero te miran como diciendo ¡Eh! A veces le pides a la persona que lo intente una vez más, cuando ya probó muchas veces, y no se da cuenta que Dios le está indicando que de un paso más de fe. Yo te pido en el nombre de Jesús que des un paso más de fe en aquel imposible que tienes delante de tus ojos, no se qué es, tú dices: “pero ya hablé”, ¡intenta una vez más! He visto cómo a veces un intento más, produce un “clic”, y se abre la puerta, quebrantándose el poder del infierno. No des por perdido nada, simplemente pregúntale a Dios, qué quiere él con respecto a ese tema, qué quiere él con respecto a ese problema que tienes. Dios necesita gente que esté dispuesta a hacer un acto de fe, tú creías que tener fe era saltar como el “hombre araña” de un edificio a otro, volar por el aire como “superman”… ¡No! A veces se necesita sólo una palabra, claro, es tan insignificante que pareciera no tener efecto, pero a veces una palabra es la gotita que rebasa el vaso.
¿Por qué la mataste? … porque me dijo que me odiaba, y ¿por qué te dijo que te odiaba? Hacía diez años que te decía que te odiaba…. Hoy Dios te dice: Hay personas que se están por quebrar delante de ti, pero tú ya no crees que con una palabra se van a quebrar, tú fuiste muchas veces a arreglar muchos trámites que aún no se han resuelto, pero has ido con miedos y dudas, ¡ve ahora con fe! Anda de nuevo pero ve en el nombre de Jesús, sin dudar, echa fuera la duda. ¡Pídele al Señor que te alumbre y ve con fe!
“21Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. 22Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:21-22). Quizás pienses, ¿cuántas toneladas tendrá la montaña? ¿Cuántas volquetas serán necesarias para correr esa montaña? Pero Jesús viene y te dice: tienes que abrir tu boca en fe y la montaña te obedecerá, sin volqueta, sin camión, ¡sin nada!… a veces simplemente es una frase”. Lo más tremendo es que este acto de fe estaba respaldado por Dios y ese niño estaba escogido por Él desde antes de la fundación del mundo para ser el libertador de Israel. Dios quiso demostrar su poder, haciendo que ese niño se críe en la corte del Faraón; se crió y se formó en la filosofía, en las matemáticas, en la cultura, en la literatura de los egipcios, en el conocimiento de su religión y de sus dioses pero ese niño era de Dios, y para demostrar su poder y burlarse del poder del Faraón, Dios le dijo: “tú me lo vas a cuidar, me lo vas a criar, y yo lo usaré para liberar a mi pueblo”.
De modo pues, que la hija del Faraón, que era la fuerte, dijo a la madre: “críamelo que yo te voy a pagar”. ¡Qué jugadas que tiene Dios! A veces veo madres sufrir, que dicen: “¿por qué mi hijo está en la droga y se junta con fulano? ¿Quién lo va a sacar de allí?” ¡Deja que Dios lo está criando con el Faraón! ¡Ya regresará! ¡Sigue orando con fe! ¿Por qué lloras por lo que ves? ¡Tendrías que reír por lo que crees! Debes cambiar tu estado de ánimo; tu poder más grande está en la fe en Dios, en lo que no se ve, ejercita tu boca para hablar en fe, lo que no se ve es lo más importante. ¿Puedes ver a tu hijo que está en la droga, predicando el evangelio? Si lo puedes ver es suficiente, eso honra a Dios, el que se acerca a Él, acérquese con fe, no dudando nada. La madre de Moisés capaz que no tenía mucha visión, simplemente había una semilla de fe en ella, pero dijo: “no lo voy a entregar, lo pondré en una canasta y lo echaré al río”, y Dios honró ese acto de fe. En realidad, ese acto de fe estaba dentro de los planes de Dios porque no hay nada que no provenga de la fe, que no proceda de Él. ¿Qué es la fe? Es una gotita de visión del cielo que se enciende dentro de tu corazón, es una gota de los planes de Dios, quien te lo muestra para que los creas, y creyendo, ¡lo veas! La hija del Faraón le puso por nombre “Moisés”, porque de las aguas lo rescató. ¡El agua que lo tenía que ahogar, lo hizo flotar! El problema que te quiere hundir, será el problema que te va hacer flotar porque Dios usa lo que no es, para avergonzar lo que es, y llama las cosas que no son como si fuesen. ¿Será posible que hoy puedas entregarle a Dios ese problema que te aflige, que te debilita a tal punto que se te van las ganas de orar y de venir a la iglesia? ¿Será posible que te pongas en las manos de Él? No hay nada imposible para Dios… ¡tienes que creer! ¡Es necesario que hoy hagas esta oración ahora mismo! “Padre querido, vengo a ti pidiéndote perdón, porque me he afligido pensando que mi problema no tiene solución, ¡pero me he olvidado de ti! Hoy declaro que la circunstancia que estoy atravesando, será transformada en bendición para mi vida. Este problema que tengo es tuyo, te lo entrego a ti, ¡ya no es mío! Lo he puesto en tus manos, y creo que tú harás lo que yo no puedo. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.
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