INTRODUCCIÓN
Te quiero hablar acerca de una verdad que encontramos en la Biblia, y ésta se refiere a que estás condenado a la victoria. ¡El Dios tuyo puede salvarte! ¡El Dios tuyo puede bendecirte! Nadie que se acerca a Dios con hambre se va con hambre; nadie que se acerca a Dios sediento se irá igual. Dios sacia la sed y da de comer a su pueblo. El Señor ha determinado que su pueblo es un pueblo victorioso, no importa cuál sea la circunstancia que su pueblo atraviese; no que será victorioso, sino que es victorioso. Y esta acción está en el tiempo presente continuo. ¡Tú estás condenado a la victoria!
Leemos en Hageo 2:18 y 19: “Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré”.
¡Cree a esta palabra! La bendición comienza antes de que tú la veas. Dios había pedido que edificaran el templo, y era una época en que todavía no había semilla en el granero y tampoco la vid, la higuera ni el granado habían dado su fruto. Ni los olivos habían florecido, pero se habían propuesto acercarse a Dios y caminar con Él. ¡Decide a partir de hoy caminar con Dios! Decide amarlo a Dios más que todas las cosas. Decide tener intimidad con Dios a partir de hoy. Todo aquel que ama a Dios e intima con Él, termina haciendo su voluntad. Oro que esta palabra que recibes hoy no sólo la entiendas, sino que la creas y la atesores en tu corazón.
La Biblia señala que el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. ¡Está condenado a la bendición, y bendición eterna! Medita en este día porque este es el día que Dios manda esta palabra. Esto no es para los que no están dispuestos a caminar con Dios, no es para aquellos que no se animan porque tienen miedo a fracasar; esta palabra es para aquellos que deciden amar a Dios y no van a permitir que nada los aparte de Él. Esta palabra es para aquellos que deciden caminar en los caminos de Dios e intimar con Él. El Señor te dice hoy: “Todavía no has visto lo que es la bendición, mas desde este día yo te bendeciré”. No sé cómo está tu matrimonio, pero Dios te asegura que desde este día va a bendecir tu matrimonio. No sé cómo está tu economía ni tu empleo, pero Dios te promete bendecirte. Si eres un hombre o una mujer estéril, Dios te dice: “Desde este día voy a bendecir tu vientre. Y bendeciré tu semen, varón”.
Desde el día que echaron el cimiento Dios prometió bendecirlos. Todavía no estaba construido el templo, pero Dios que sabe todas las cosas, sabe quién caminará con Él y quien no, quien edificará su casa y quién no. ¡Dios lo sabe! Dios sabe quién tiene hoy su corazón abierto. El Señor conoce los pensamientos y los deseos más profundos de nuestro corazón. Hay quienes tienen deseos profundos de Dios, pero no ven la bendición. ¡Tú no tienes que verla! ¡Tienes que creerla! ¡El que cree verá! Jesús dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
Hoy tienes que apoderarte de esta gran promesa. Este será un año de bendición. No sé cómo será la economía del país, o cómo serán las relaciones familiares; no sé qué circunstancias estás por enfrentar, pero tú puedes creer. Lo que vale no es lo que sientes, lo que te parece o lo que ves; lo que vale es lo que tú crees. ¿Crees o no que el Señor te está hablando? Tengo que advertirte de algunas cosas.
LA BENDICIÓN Y LA GUERRA VIENEN DE LA MANO
Leemos en Daniel 6:1 y 2: “Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado”. Daniel fue a parar a Babilonia entre los esclavos de Judá, y fue un estadista en el reino de Nabucodonosor, en el imperio de Babilonia. Pero después llegaron los medos y los persas y destruyeron Babilonia apoderándose del reino. Ahora eran los medos y los persas quienes tenían un gran imperio, tan grande que necesitaban ciento veinte gobernadores. Al rey Darío le pareció bien poner ciento veinte gobernadores y sobre ellos poner tres más entre los que se encontraba Daniel. ¡Un hijo de Dios! Daniel era un siervo de Dios, era un profeta del Señor. Tal vez pienses que los siervos de Dios están protegidos de tal manera que no atraviesan dificultades, pero te equivocas porque todos atravesamos tiempos difíciles. Y vienen tiempos difíciles, mas nosotros sonreímos porque estamos creyendo en el Dios nuestro.
Se ha levantado el infierno contra los cristianos evangélicos, a los que llaman neo-pentecostales, y suponen que no somos ciudadanos por lo que no podemos opinar de política porque somos religiosos. Quiero decirte que tú eres ciudadano y tienes tanto derecho como cualquier otro ciudadano de fungir como persona política o como quieras. ¡El derecho que tiene cualquier ciudadano de cualquier país tú también lo tienes! Hay una fuerza que se opone, aduciendo que la iglesia está separada del estado, alegando la laicidad. No sé que piensan qué es laicidad, mas en la laicidad nosotros los cristianos estamos incluidos. En un país laico tú tienes derecho de creer en lo que quieras como cualquier otro ciudadano. En la laicidad se respeta la conciencia de los otros como también se tiene que respetar nuestra conciencia.
Te vuelvo a repetir que se vienen tiempos difíciles. Yo le escribí a un pastor, un gran amigo y le dije que estábamos orando por él porque fue atacado por la prensa internacional. Una cadena de televisión muy importante de Estados Unidos lo acusó de tener mucho dinero y cuentas bancarias en Nueva York, por negocios de lavado de dinero. A mí también me han acusado de lo mismo y a nadie se le ocurrió investigar si realmente tengo cuentas en el extranjero, y sé que tampoco se molestan porque no las van a encontrar, no porque yo sea astuto sino porque nunca han existido. Entonces le mandé un mensaje a ese pastor y le dije: “El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre” (Daniel 6:16). Esto tiene que ver con lo que la Biblia relata acerca de Daniel. ¿Y qué pasó con él? Leemos en Daniel 6:3:
“Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino”. El rey puso ciento veinte sátrapas y tres sobre ellos, mas a Daniel pensó en ponerlo sobre esos tres y hacerlo el número uno después de él en el reino. Afirma la palabra de Dios que Daniel era superior a ellos porque tenía un espíritu superior. No hay espíritu que sea superior al Espíritu Santo. No hay espíritu más grande que el Espíritu Santo quien todo lo llena. Llena todo el universo y ni siquiera el universo lo puede contener. ¡El Espíritu Santo es más poderoso! ¡Es el Espíritu de Dios! ¡No hay otro espíritu mayor que el Espíritu Santo! Cualquier otro espíritu es menor. Daniel era superior porque tenía un espíritu superior; por ello había caído en gracia ante el rey Darío y tenía el favor de éste.
El rey se había hecho amigo de Daniel y lo amaba. Entonces pensó ponerlo sobre los otros tres sátrapas más importantes del reino y se ve que lo comentó delante de ellos, además creo que se le habrá escapado el comentario de que Daniel tenía un espíritu superior por lo que debía ponerlo sobre los demás porque veía algo especial en él. Y cuando pensó en levantar a Daniel, continúa diciendo la Biblia: “Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él” (Daniel 6:4).
No siempre sucede que cuando Dios te promueve y te levanta, las cosas resultan bien. Cuando Dios planea ponerte en una posición especial, no siempre, o casi nunca las cosas resultan tranquilas. Cuando Dios quiere promoverte ya comienzan a suceder cosas que los demás ven. Cuando en el reino ven que Daniel comienza a ser levantado una vez más, y por sobre todos los principales, entonces surgió la envidia y el rencor, y buscaban ocasión para acusarlo. Tu promoción y tu bendición desatan guerra y oposición contra ti. Si crees en Dios y has decidido caminar con Él, y si lo amas y quieres hacer su voluntad, la promoción y la bendición vendrán por más que haya oposición y guerra. No siempre la oposición y la guerra es señal de que vas a fracasar, sino de que vas a vencer. La bendición y la guerra vienen de la mano. Toda promoción de Dios provoca reacción contraria en el mundo espiritual. Cuando viene la promoción sobre ti, los demonios lo ven. Desde que naciste, los demonios están ideando lavarte el cerebro, buscan tus debilidades para ver cómo hacerte fracasar y destruirte, entonces te infiltran deseos y pensamientos que dirigen tu vida en una dirección equivocada. Pero cuando tú te acercas a Dios y caminas con Él, cuando te alumbra su luz, tu mente es transformada y comienzas a pensar contrariamente a lo que los demonios están fraguando. Trabajan para que vayas en determinada dirección haciendo mil esfuerzos durante toda tu vida, tratando de desviarte del propósito de Dios, pero de pronto ven que tú tomas otra dirección y se agarran la cabeza. Y es que cuando sucede así es Dios que te está guiando a la promoción y a la victoria. No todo lo que está mal, está mal. Entonces tú te desesperas y dices: “Justo ahora que estaba orando más”, “justo ahora que me decidí a hacer la voluntad de Dios”. Justamente por eso, porque desbarataste los planes que los demonios tenían contigo.
LA VICTORIA VIENE DESPUÉS DE LA GUERRA
Dios no va a promover a cualquiera: Dios va a promover a los que le aman y guardan sus mandamientos. El Señor levantará en alto a quienes han puesto en su corazón la palabra de Dios y deciden hacer su voluntad. Nadie que decida caminar con Dios pasará inadvertido ante las fuerzas de las tinieblas. ¡Serás conocido en el infierno!
Recuerdo cuando llegué a Uruguay. Llegó a la iglesia un joven muy endemoniado y cuando terminó el culto se manifestó, y el demonio por la boca del joven comenzó a decir: “Este es mío. Sus padres lo abandonaron y yo lo pedí, y me ha sido dado. Y lo voy a matar”. Y agregó: “Hoy hay guerra acá”. Le pregunté quién era y respondió: “Soy un principado”. Sin temor le dije: “Te ordeno en el nombre de Jesús que lo dejes. ¡Te vas ahora, en el nombre de Jesús!” El demonio me dijo por la boca del muchacho: “A las doce de la noche va a correr sangre acá”. Yo miro la hora y eran las once y poco y pensé: “¡Voy a tener que estar luchando una hora con este y encima va a correr sangre!” Luché hasta el agotamiento echando fuera el demonio y éste se reía de mí y en tono burlesco me decía: “No puedes conmigo. No voy a dejarlo. Lo voy a matar”.
Nuestras reuniones las hacíamos en un cine en el segundo piso y bajando las escaleras enseguida salíamos a la calle. Entonces el demonio me dijo: “Ahora voy a hacer que salga corriendo y que se arroje delante de un auto y nadie me va a detener”. A esas alturas de la noche yo ya no tenía fuerzas para frenarlo y en un momento de descuido, el joven salió corriendo escaleras abajo, y lo único que atiné a decir, ya sin aliento y sin fuerzas, fue: “Padre, envía a tus ángeles y detenlo”. Entonces el muchacho bajó corriendo, abrió la puerta y la volvió a cerrar. Yo me gocé porque entendí que había ángeles allí. Entonces bajé y comencé a ordenarle al demonio: “¡Suéltalo! ¡Te vas en el nombre de Jesús!” Y al demonio que se burlaba y me confrontaba; a ese que me había dicho que lo iba a matar, le dije: “No pudiste salir a la calle”. A lo que me respondió: “Vos no ves nada”. “¡Yo no veo nada, pero le pedí a Dios que pusiera ángeles en la puerta! ¡Yo no puedo ver pero creo!” Y sollozando, el demonio me dijo: “Dajame este a mí. No seas malo”. Y de pronto dijo una frase que nunca olvidé: “Dame este, vos vas a tener miles”. Yo hacía un año que estaba en Uruguay y no sabía qué tan grande sería la iglesia, tampoco sabía a dónde íbamos a llegar, y un demonio me estaba diciendo: “Dejame este porque vos vas a tener miles”. Yo me maravillé y pensé: “¡Este demonio sabe quién soy yo!” ¡Soy conocido en el infierno! Ni yo sabía quién era yo. Me quedé sorprendido, y es que no hay que creerle a un demonio, pero te topas con uno que desesperado te pide que le dejes a esa persona sola porque vos vas a tener miles. El demonio se achicó y yo me agrandé, entonces con más ímpetu le ordené: “¡Lo sueltas! ¡Te vas! ¡Ni éste ni los otros! ¡No te dejo ninguno!”
¿Tú eres conocido en el infierno? La luz que tienes en tu vida, por más pequeña que sea, no pasa desapercibida a los demonios del infierno. Pero tengo que darte una mala noticia: los demonios te odian. ¿Por qué si yo no hago mal? ¿Por qué un cristiano tiene que pasar por estas cosas? Porque simplemente cuando tú amas a Dios, caminas con Él y haces su voluntad, haces estremecer las estructuras del infierno. Todavía no se veía quién iba a ser yo, pero los demonios ya sabían que Dios me había traído a Uruguay a despojarlos. Hubo veces, en que llorando le decía a Dios: “¿Fuiste tú quien me mandó a Uruguay? ¿Es tu voluntad que yo esté aquí?” Me asaltaban las dudas. Pero, poco a poco se fue afirmando en mí, la idea de que yo era un hombre escogido por Dios para bendecir al Uruguay.
Se enfurecen contra ti los demonios y muchas personas, ¿por qué? Porque has decidido hacer la voluntad de Dios. Has decidido caminar con Dios; que la voluntad de Dios es tu voluntad, y has decidido que ninguna otra cosa será más importante que tu Dios y su voluntad. Tus más grandes guerras vendrán de tus mejores victorias espirituales. No me equivoco al decir esto. Digamos que la victoria viene después de la guerra; si ganaste obtienes la victoria. Pero yo te repito que tus más grandes guerras vendrán de tus mejores victorias espirituales. Por ejemplo, cuando David mató a Goliat. Nadie se animaba a pelear contra Goliat porque todos le temían, pero David dijo que lo iba a vencer. Y cuando se le enfrentó, dijo: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado” (1ª Samuel 17:45). Toda guerra básicamente es espiritual. Todo problema en la familia básicamente es espiritual, en el matrimonio, con tus hijos; todo problema que tienes con tu pastor es básicamente espiritual. Cualquier problema que tengas con algún hermano de la iglesia es básicamente espiritual. Y toda verdad es paralela. Toda situación visible en el mundo visible tiene un paralelo en el mundo invisible y yo debo poder ver qué sucede en el mundo invisible para obtener la victoria en el mundo visible. David ya tenía la victoria antes de pelear contra Goliat. Le dijo que le cortaría la cabeza y ni siquiera tenía espada. ¡Y lo venció! Fue una guerra que ganó solito, cuando había todo un ejército que no se animaba a enfrentar a Goliat.
Ese día hubo victoria, alegría y jubilo, pero también ese día comenzaron los problemas. Saúl miró la victoria de David con malos ojos. Así dice la Biblia en 1ª Samuel 18: “Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David”.
Varias veces Saúl intentó matar a David y éste andaba huyendo, escondiéndose en cuevas, en lugares desérticos y secos. La victoria llevó a David a una nueva guerra peor que la que libró con Goliat. Ahora la lucha era contra un hermano, el rey, el ungido de Jehová. De Goliat decía que era un incircunciso orgulloso que se atrevía a desafiar a las huestes celestiales de Jehová de los ejércitos, pero de Saúl no podía decir nada, ni siquiera se atrevía a alzar su mano contra él. Toda victoria te llevará a una nueva guerra y en esos momentos necesitarás caminar con Dios. Tus más grandes guerras vendrán de tus mejores victorias espirituales. No se trataba de la guerra que él había ganado al derrotar a Goliat sino la que vino después de la victoria. Dios te dice: “Si me amas, si caminas conmigo, si amas mi voluntad, yo he determinado que tú eres victorioso. Tú vivirás de victoria en victoria. No será una guerra, serán muchas, mas en todas saldrás victorioso”.
CONCLUSIÓN
Tu meta debe ser la victoria en cada guerra. Tienes que identificar y establecer bien tu meta. Los que no obtienen victorias son los que no saben a dónde van. Dios no va a descuidar a aquellos que lo aman y les va a mostrar su voluntad. Debes creer que Dios ya ha determinado la victoria para ti, no importa qué tan grande sea la dificultad. Tu seguro está en tu inexorable relación de amor y obediencia a Dios. Si quieres victoria no clames por victoria; sólo ama a Dios y obedécelo. Tu seguridad está en caminar con Dios, en amarlo y amar su voluntad. Y la voluntad de Dios a veces es muy difícil. Jesús oró al Padre: “Si es posible pasa de mí esta copa”. Tus victorias no vienen de ti; vienen de tu fe y de tu amor a Dios. Cualquier dificultad que se te presente en la vida y veas que es muy difícil, quiero decirte que esa guerra no te la mandó el diablo; Dios la ha puesto delante de ti y tienes que demostrar que eres victorioso. Tu fe te sacará adelante. Tu amor a Dios te sacará adelante. Ora con fe y sigue creyendo en la victoria. Dios no ha diseñado derrota para sus hijos. Si eres cristiano, tú tienes la victoria de tu lado. Tus victorias no tienen raíces en tus fuerzas ni en tu sagacidad; tus victorias tienen raíces en el poder, el amor y la misericordia de Dios por ti. ¡Eres victorioso porque tu Dios te ama! El Señor tiene misericordia de ti. Eres una persona victoriosa porque Dios es victorioso y te lleva a la victoria. Dios no quiere ver a sus hijos fracasados, pero anhela ver a sus hijos pelear la buena batalla de la fe y decirle a la montaña que se desarraigue del lugar y se plante en el mar.
Leemos en Daniel 6:20: “Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” El rey Darío no quería que Daniel muriera. Los que lo odiaban trabajaron incansablemente para que el rey firmara un decreto, el cual decía que todo aquel que adorara a algún dios y le hiciera petición durante un lapso determinado tenía que ser echado en el foso de los leones.
A los leones no se los alimentaba, por lo que se ponían agresivos y cuando arrojaban a alguien al foso despedazaban a la persona en segundos. El rey Darío amaba a Daniel y luchó hasta la noche para librarlo de la muerte, pero no pudo porque él mismo había firmado el decreto, y la ley de Media y de Persia señalan que si el rey firma un decreto ya no podía volver atrás. Pero Daniel amaba a Dios, y por causa del decreto tenía que dejar de postrarse delante de su Dios, mas él no estaba dispuesto a ponerse bajo la ley humana para dejar de lado la ley divina.
A mí me han hecho una entrevista para una emisora importante y me preguntaron: “¿Usted está de acuerdo con eso de que la ley de Dios está por encima de la ley de la democracia?” Yo les respondí: “Cuando la ley declaraba que el aborto era un delito y los que estaban a favor del aborto luchaban contra esa ley, lo hacían en contra de una ley de la democracia porque sus convicciones son superiores a las leyes existentes”. Todos operamos de acuerdo a nuestras convicciones más profundas. Nosotros estamos de acuerdo con lo que Dios dice; amamos la vida y creemos en la ley divina, cuando dice: No matarás. Vamos a luchar contra a voluntad de quien sea, vamos a orar a Dios y vamos a vencer. La ley decía que Daniel no se podía arrodillar delante de su Dios, pero su costumbre era orar tres veces al día delante de Dios y lo hacía con las puertas y ventanas abiertas. Por lo que decidió que no iba a dejar de adorar a Dios pese a la ley, porque para él era más importante Dios, que la ley de los hombres. Y lo vieron, y lo acusaron. El rey se dio cuenta de lo que planeaban los sátrapas y lo quiso librar, pero no pudo; hasta que finalmente echaron a Daniel al foso de los leones…
Con el hambre que tenían los leones, sin embargo, no tocaron a Daniel. Yo digo que justo ese día, los leones habían declarado día de ayuno. ¡No pudieron comerse a Daniel! Dice la Biblia en Daniel 6:19 en adelante: “El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” El Dios tuyo, a quien continuamente sirves, ¿podrá librarte? ¡Claro que puede librarte! ¡Él es Dios! No estás creyendo en un dios de palo o en un dios muerto; no estás creyendo en un dios que yace colgado en una cruz. ¡Estás creyendo en un Dios vivo! “Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo”.
Es más importante que Dios te declare inocente a que un jurado humano te declare inocente. Se espera que tú seas inocente delante de Dios. Yo amo a Dios, guardo sus mandamientos, amo la voluntad de Dios, el Señor camina conmigo y yo camino con Él, y sé que Dios me va a librar de la boca de los leones. El que se levante contra ti, delante de ti caerá. Si no eres inocente, estás en problemas, pero hay un juez justo que tiene una particularidad y es que si tú te acercas arrepentido delante de Él y le dices que has pecado y te arrepientes, Él es un juez misericordioso y maravilloso. Él te puede perdonar y te puede librar; Él te hace inocente en un instante. Dios puede librarte del problema más grande de pecado que enfrentas, porque cuando Dios perdona, te declara inocente. Limpia todos tus antecedentes que te condenan, defiende tu causa y les tapa la boca a los leones.
Decide hoy hacer un pacto con Dios y dile: “Señor, yo te amo y decido, a partir de hoy, caminar contigo y hacer tu voluntad. Perdóname y límpiame, Jesús. No tengas en cuenta mis pecados, Señor. Yo creo que tú me has declarado inocente delante de ti y que me libras de los que me odian, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Jesús declaró que Dios aborrece la mentira. El problema radica en que, cuando tenemos que elegir entre la verdad y la mentira, puede ser que elijamos la mentira aun sin darnos cuenta, por falta de conocimiento. La Biblia dice en Oseas 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…” Cuando no tienes conocimiento de Dios, otras cosas te guían; cuando no tienes conocimiento de Dios, no tienes la verdad. La verdad es lo que Dios te revela cada día para vivir, mostrándote lo que tienes que decir y hacer. En otras palabras, la verdad marca rumbos. La civilización occidental en la que hemos nacido y nos hemos criado es la más desarrollada del mundo, y hay muchas civilizaciones. Las mujeres debieran darle gracias a Dios por haber nacido en la civilización occidental, llamada también, occidental y cristiana en las que gozan de muchos privilegios que otras mujeres no tienen. Pero les quieren meter en la cabeza que maten a los machos, les exigen que aborten, que no se casen. Las mujeres occidentales han nacido en una civilización que más derechos y libertades les han reconocido. Decimos que es una civilización occidental y cristiana porque sus fundamentos se basan en la verdad de Dios, y la verdad es el fundamento de la vida.
Jesús dijo: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:24). La verdad es el fundamento de la familia y de la vida personal; la verdad es el fundamento del gobierno y de una civilización. Las mujeres occidentales pueden salir a caminar con sus esposos, comer a la mesa con ellos, cosa que en otras civilizaciones está prohibido. En otras civilizaciones las llegan a matar por adulterio; las laceran, las azotan, o las abortan por el solo hecho de ser mujer como ha sucedido en China. Los hombres que hemos nacido en la civilización occidental, los que somos esposos, hemos comprendido que la mujer debe ser amada como nuestros propios cuerpos, y que debemos amar a nuestra esposa como Cristo ama a la iglesia. No es necesario que te hagas feminista porque nosotros entendemos que debemos considerar a las mujeres como un vaso frágil y cuidarlas. ¡Mujeres, conozcan la verdad! ¡No se dejen engañar por mentiras! No hagan caso cuando una feminista violenta las incita a matar a los machos. Yo soy muy feliz de tener a mi esposa y la amo, amo las hijas que Dios me ha dado y a mis nietas.
La civilización occidental se fundó sobre fundamento firme, estable e inamovible. Significa que las raíces de esta civilización está en la cultura judeo-cristiana. Se fundamentó en las verdades de Dios para ser más claro. Las constituciones de nuestras naciones tienen conceptos y principios para el matrimonio, la familia, la crianza de los hijos, que están enraizados en la palabra de Dios. Y los que no creen en Dios odian la iglesia porque la iglesia enseña estas cosas. Los liberales gritan: “Iglesia basura, vos sos la dictadura”. Odian a Dios, odian la palabra de Dios; odian lo que Dios enseña y por ende están en contra de todos los fundamentos de esta civilización.
Como arquitecto sé muy bien lo que es un fundamento. A la hora de construir un edificio más vale que el fundamento sea estable. Y yo quiero decirte que la verdad es estable, no se modifica; la verdad es eterna. ¡Dios es veraz! Jesucristo declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Cuando Jesús declaró que es el camino y la verdad, significa que la verdad marca rumbos. Leemos en Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas…”
LA VERDAD MARCA RUMBOS
¡Vive en la verdad! ¡Asegúrate en la verdad! La verdad es la palabra de Dios; y la palabra de Dios es Cristo. Leemos en Juan 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” ¡Jesucristo es la palabra viva de Dios! ¡Aférrate a la verdad y no la sueltes! Hoy en día hay un principio que se ha metido en la sociedad y se trata de la conveniencia política, y esto lleva a los políticos a tomar decisiones en función de la conveniencia y no en función de la verdad. Eso ha introducido la hipocresía en la clase política. ¡Detesto con todo mi corazón este principio filosófico de la conveniencia política que ha transformado a los políticos en mentirosos e hipócritas! Estamos sufriendo las consecuencias y a veces no sabemos con quién tenemos que tratar. Hay políticos que dicen defender la vida y terminan votando a favor del aborto, por ejemplo, por causa de las conveniencias económicas que los llevan a cambiar la verdad. ¡La verdad no se vende! ¡La verdad es un fundamento estable! Dijo Jesús: “Cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:26 y 27).
Yo quiero decirte que se ha desatado una guerra contra nuestros valores y principios; se ha desatado una guerra contra el fundamento mismo de las naciones occidentales, cuando se dice en la ONU que hay ciertos derechos humanos universalmente reconocidos que son de primera y otros de segunda.
Dije que como soy arquitecto, cuando puse el fundamento, y sé que este debe ser firme y estable, por lo que, una vez que el edificio se levantó no puedo cambiar el fundamento. El fundamento es la verdad y la verdad no cambia. La verdad es eterna. Dijo el salmista en el Salmo 119:30: “Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí”. Cuando tienes la verdad y la sigues, lo que haces es marcar un rumbo. Por eso, la palabra camino y la palabra verdad se relacionan. Como dijo Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. La verdad marca rumbo; por lo tanto, ignorar la verdad es ignorar el rumbo. Cuando ignoras la verdad estás eligiendo la mentira. Proverbios 14:12 dice así: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. Los caminos veraces son los caminos de Dios. El conocimiento de la verdad es esencial para la vida personal, para la familia y para la sociedad. Tu vida debe estar afirmada en la verdad. Quien conoce la verdad y camina en ella, quien elige la verdad y la proclama; quien hace lo que es veraz, es una persona firme y estable. Y vienen problemas económicos, familiares, o de cualquier índole, pero se planta firme, tiene esperanza, sabe que tiene victoria porque Dios lo respalda. Hoy tienes que proponerte abrazar la verdad y no la tienes que vender. No la cambies por conveniencia. Hay mentiras convenientes; a eso se le llama mentiras piadosas, pero Dios detesta la mentira. Si tú sigues la verdad serás una persona estable y veraz; serás una persona firme y no tendrás temor de las circunstancias porque sabrás que Dios está contigo.
Quiero que meditemos acerca de lo que dice en Nehemías 1:4: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. Nehemías era un esclavo, digamos que era un esclavo bien acomodado. Era el copero del rey. Pero el fin de la vida no es estar acomodados. El fin de la vida es seguir la verdad. Habían pasado setenta años desde que Nabucodonosor tomara Jerusalén quemando sus puertas y destruyendo sus muros. Nehemías vivía bien porque no tenía conciencia de la verdad. Puede ser que cuando tú escuches una verdad llores. Cuando le contaron a Nehemías que su nación estaba en gran afrenta, pasando muy mal, que los muros aún permanecían destruidos y las puertas quemadas, entonces, la verdad lo afecto y lloró. Esa verdad caló hondo en su corazón y le cambió el rumbo. Esa verdad le hizo tomar decisiones. Nehemías se entristeció y lloró. Tan triste se sentía que cuando le estaba sirviendo vino al rey, este lo miró y le preguntó que era lo que le estaba sucediendo. Entonces Nehemías le contó el por qué de su tristeza: “¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?” (Nehemías 2:3). El rey le preguntó en qué lo podía ayudar. Desde ese entonces le cambió la vida para siempre a Nehemías. Cambió el rumbo cuando conoció la verdad.
Yo que sé de construcción no le permitiría a un copero edificar una ciudad; sin embargo, Dios eligió a Nehemías porque sabía que sería sensible a la verdad, y le hizo conocer el mal que estaba padeciendo Jerusalén. De pronto Nehemías cambia su visión y su dirección. Ya no le interesa estar bien en el palacio del rey, ahora quería hacer algo por su pueblo.
Algo muy importante: La verdad debe ser conocida. La verdad debe ser proclamada. Y una vez proclamada y conocida la verdad hay que hacer algo al respecto. ¡Es con la verdad que saldremos adelante! Estamos levantando la bandera de la verdad en las naciones. Como nunca el pueblo de Dios se está levantando en las naciones a favor de la verdad y defendiendo la vida.
Tres cosas afectaron a Nehemías: el muro del Jerusalén estaba derribado, las puertas quemadas a fuego y estaban en gran mal. Las paredes son escudos de defensa. Eran dichosas las ciudades que estaban bien rodeadas de muros porque tenían defensas. Cuando no hay fortaleza ni firmeza, no hay muros. Otra cosa eran las puertas quemadas. Todos nosotros tenemos puertas y estas son los ojos, los oídos, el tacto, el gusto y el olfato. Nuestros cinco sentidos son las puertas y por esas puertas puede entrar maldición o bendición a nuestras vidas. Y si nosotros estamos contaminados, por esas puertas también pueden salir maldición. ¡Debemos cuidar nuestras puertas! Así como hablamos de las puertas de una persona, hablamos de las puertas de una casa, de una familia y de una nación. Una nación no puede tener sus puertas quemadas. Los aeropuertos y los puertos, entre otras cosas, son puertas en una nación. Nos admiramos de la gran corrupción que hay en Argentina, pero es posible que treinta y seis mil millones de dólares de la estafa que han cometido los políticos y empresarios en Argentina fueron introducidos en Uruguay. Se estima que entraron a Uruguay noventa y un vuelos con bolsos llenos de dinero que se lavó.
Nosotros tenemos que defender a nuestros niños; debemos defenderlos de los principios que se les quieren imponer. Tenemos que defender a las familias y a las iglesias porque debemos defender nuestros derechos a creer. Se llenan la boca al decir que los pastores somos unos avivados y que la gente es burra por dejarse seducir por nosotros; que les metemos las manos en el bolsillo a la gente y les sacamos la plata, etc. Odian la iglesia, odian a los pastores y a los creyentes los tratan de burros. Es que detestan la fe y los valores de Dios. Pero es tiempo que el gigante se despierte y ese gigante dormido es la iglesia de Jesucristo. ¡No sacrifiques la verdad por nada! La verdad no te dejará postrado en el camino. Afírmate en la verdad para que los vientos, las tormentas y los ríos no puedan derribarte. ¡Ama la verdad y abrázala! ¡Compra la verdad y no la vendas! Debes conocer la verdad, debes proclamarla y caminar en ella. ¿Dónde encuentro la verdad? La verdad la encuentras en la palabra de Dios. El Señor trae la verdad a nuestras vidas por revelación. De alguna manera, Él te hace sentir a través de la fe cuál es la decisión correcta que debes tomar. Un hombre y una mujer que aman a Dios, que no se quieren equivocar y lo buscan de todo su corazón; ellos van a conocer la verdad y no se equivocarán. No tienes que probar con veinte novias para ver cuál es la mejor. No tienes que equivocarte tanto a la hora de hacer negocios buscando una forma para que te vaya mejor. Si Dios te guía, no harás negocios que no convienen. Si Dios te guía, te casarás con la persona correcta. Dios no se ha descuidado de nosotros, el problema es que nosotros nos hemos descuidado de Dios y nos dejamos llevar por lo que nos dicen, por lo que nos parece o sentimos. No sólo necesitas conocer la verdad, necesitas creerla, debes proclamarla y hacer algo al respecto. Nehemías no se quedó sentado llorando y orando.
GUERRA CONTRA LA VERDAD
Quiero hablarte acerca de la próxima guerra que se nos avecina. Hace ya varios años que se aprobaron la ley de aborto, la ley del matrimonio gay, y todavía está en estudio la ley que protege a los transexuales, que pretende que nuestros hijos tengan el derecho a elegir otra identidad sexual diferente a la que Dios les dio. Señalan que la identidad de género es una construcción social y se puede elegir entre más de ciento veinte identidades. Otros dicen que no hace falta que te pongas ningún título, sino que tienes que hacer lo que se te da la gana. Son muchos males que afectan a la sociedad. Ahora en Uruguay, después de haber aprobado la legalidad del consumo de cannabis se están enterando que la marihuana produce problemas neuronales y comenzaron a hacer campaña en contra de su consumo. Nos mienten acerca del aborto señalando que estos disminuyen cuando hay leyes que lo despenalizan en las naciones, cuando en Estados Unidos y otros países los abortos se han multiplicado exponencialmente. La cultura de la ideología de género sólo ha provocado muerte y enfermedades. Las enfermedades de contagio sexual se han multiplicado. ¡Nuestros hijos corren peligro! Están sucediendo muchas cosas en el mundo que los cristianos ni siquiera están enterados.
La próxima guerra es la legalización de la pedofilia. Cuando hablé hace un tiempo acerca de este tema en un canal de televisión me repudiaron los cristianos y los políticos, entre otras personas. ¡Pero yo voy a alzar mi voz y declaro sin lugar a dudas que se viene la pedofilia! Así como declaré en una oportunidad que se venía el aborto y como dije hace más de veinte años que se implementaría un sistema económico en el que se eliminaría el dinero. ¡Iglesia de Dios reacciona! Hay personas adultas que se saborean con asaltar a tus hijos. Y no sólo se quiere legalizar la pedofilia sino también el incesto. No me importa si te escandalizas, pero yo te voy a decir la verdad.
Hay cultores de la ideología de género, hay ideólogos que han planificado todo esto y lo han declarado hace varias décadas atrás. Y la sociedad se ha ido permeando de las ideas de estas personas malvadas por lo que hoy te voy a compartir algunas frases que esgrimieron en su momento; una de ellas es Shulamith Firestone quien declaró: “Bastará por lo tanto con eliminar la familia biológica para eliminar el tabú del incesto”. Es una frase que se encuentra en uno de sus libros. Lo que sugiere es que se tiene que destruir la familia y así destruir el tabú del incesto. Ellos pretenden que los padres tengan relaciones sexuales con los hijos y viceversa. Y agrega esta mujer: “El proceso de destrucción de la familia se da de manera paulatina involucrando aun la pedofilia”.
Yo escribí un libro en el año dos mil doce, titulado Gobierno Mundial y Fin del Mundo. Te cuento que en el año 1776 surgió un grupo en una noche de brujas, “la Noche de Walpurgis” que significa noche de las brujas en Baviera, Alemania. Ese grupo se llamó Iluminatis. Esa figura que aparece en el dólar, una pirámide con un ojo, no está tan relacionada a la masonería sino a los Iluminatis. Ellos se han propuesto destruir las raíces o fundamentos de la civilización occidental. Odian a la iglesia católica y a los monarcas. El sistema de monarquía suponía la idea de que el monarca gobernaba de parte de Dios y que el representante de Dios en la tierra era el papa, pero se había vuelto un sistema corrupto. No solamente los masones y los Iluminatis querían que esto se acabara sino también muchos cristianos, entre ellos Lutero. Por eso es que nació la reforma de la iglesia católica. Pero los Iluminatis tenían otras ideas; lo cuenta una historiadora del Reino Unido llamada Nesta Webster, que nació en el año 1876, cien años después del surgimiento de esta orden, e investigó acerca de teorías conspirativas y conspiraciones masónicas. La guerra que ya se ha desatado en estos tiempos estaba anunciada. Esta mujer dijo que el accionar de los Iluminatis tenía seis fundamentos; lo primero era eliminar las monarquías. A los monarcas comenzaron a llamarlos tiranos fueran buenos o malos y había que destruir la tiranía, lo que se logró. En segundo lugar fue abolir la propiedad privada. Esas cosas se han practicado en la Unión Soviética, en China, en Cuba y Venezuela. De esa manera se centraliza todo el poder y las decisiones en el estado. Por lo que todo es del estado incluido los hijos. Tercero: suprimir todos los derechos de herencia. En Uruguay se ha avanzado en esto, en el hecho de que los padres no puedan dejar herencia a los hijos. Todo está atenazado con el sistema de inclusión financiera. Toda transacción tiene que tener una explicación lógica económica. Por lo tanto, los hijos tienen que explicar cómo accedieron a los bienes de los padres. El cuarto punto es destruir todo concepto de patriotismo sustituyendo los gobiernos nacionales por un gobierno mundial. A eso se le llama el nuevo orden mundial que es lo que está estableciendo la ONU y todos sus organismos. ¡Entérate que se está gestando un nuevo gobierno mundial!
En los titulares de prensa se dice que la ONU mandató a un gobierno; ahora las naciones no son soberanas, sino que reciben órdenes del organismo mundial. Entre otras cosas, el presidente argentino Mauricio Macri, hace lo que hace para que el FMI le preste dinero, para remediar la situación financiera de Argentina. Él declaró que defendía la vida, pero hoy por hoy está trabajando con ahínco para lograr una ley de aborto. El quinto punto es desprestigiar y eliminar todo concepto de familia. Esto lo he leído hace diez años atrás, en Uruguay, en unos manuales que elaboraron con subsidios de préstamos del BID; donde se habla de la deconstrucción de la familia tradicional hegemónica. Ellos tienen toda la intención de destruir el matrimonio y la familia. El punto número seis trata de destruir toda religión y crear una religión única. La Biblia dice que el anticristo no permitirá que nadie más sea adorado sino solamente él. ¿Sabes hacia dónde vamos? ¿Estás tomando en cuenta las señales que Dios nos está dando? ¿Estarías dispuesto a ir preso o a morir por defender la verdad? Tuve el privilegio de saludar a un doctor en la ciudad de San Juan, Argentina, que declaró que con gusto iba a la cárcel pero que no iba a abortar y nadie lo iba a obligar. ¿No merece la verdad que le des tu vida?
Te comparto otra frase de Kate Millett que dice así: “Los niños deberían expresarse a sí mismos sexualmente, probablemente entre ellos en un principio, pero también con adultos”. Se me acercó una mujer muy preocupada pidiéndome que orara por su hijita de unos siete años porque estaba turbada ya que le habían enseñado en la escuela, cómo tener relaciones anales. ¡Ya estamos en guerra! ¿Qué harás tú? ¿Aceptarás que el estado sodomice a tus hijos o a tus nietos a través de la imposición de la educación sexual? Yo te pido hoy en el nombre de Jesús que te pongas en pie de guerra. ¡La iglesia se levanta en toda América Latina para defender la verdad y para defender los derechos de los padres sobre los hijos!
Firestone dice que la familia es la causa de la existencia del tabú del incesto. El auténtico origen de la represión sexual percibido por el niño desde la infancia. Es por eso que pretenden destruir la familia. Esta mujer señala que los niños están reprimidos y hay que darles libertad sexual. Yo te voy a explicar cómo entra la pedofilia. ¿Qué han hecho los gobiernos? Han bajado la edad de consentimiento de los menores. Antes, cualquier persona mayor que tenía relaciones con un menor cometía un delito, pero las cosas cambiaron; los niños no pueden conducir siendo menores, no pueden viajar sin consentimiento de sus padres, entre otras cosas que no pueden hacer hasta no cumplir la mayoría de edad. Ah, pero pueden tener relaciones sexuales y los padres no se lo pueden impedir. Hay países que han bajado la edad de consentimiento del menor, o sea, si el menor desea y consiente y busca la relación sexual, entonces, el adulto no estaría cometiendo delito. Y Uruguay, que le gana a todos, ha bajado a doce años la edad de consentimiento de los menores.
Hubo un juicio hace un tiempo atrás donde una adolescente de catorce años tuvo relaciones con un hombre de más de sesenta años y un juez le aplicó la pena de cárcel. Pero el caso volvió a segunda instancia y el juez liberó al hombre ya que consideró que no era delito porque la niña confesó que ella había tomado por novio al hombre de más de sesenta años. El asunto es que el hombre quedó libre porque se consideró que no había cometido delito. En otros países hay un límite de diferencia de edad entre el adulto y el menor, esa diferencia no puede ser más de quince años; lo más triste es que en Uruguay no importa la diferencia de edad. ¡Uruguay es la nación más pervertida del mundo!
Por otro lado, dicen que los niños tienen derecho al placer sexual y que los padres no se pueden oponer a ese deseo del niño. Dicen que los niños pueden elegir con quién quieren tener sexo. Así que por un lado buscan que el niño desee tener sexo y por el otro lado bajan la edad de consentimiento. ¡Falta muy poco para legalizar la pedofilia!
Firestone dice así: “Si un hombre adulto desea tener relaciones sexuales con un niño sólo debe lograr la adhesión del niño, o sea, el consentimiento. Y comprobar las dimensiones de sus genitales, que sean penetrables”. Cometería delito si el tamaño de su ano o vagina es muy pequeño para poder tener relaciones. ¡Esto lo ha enseñado en la universidad! Estas ideas surgieron por la época del cuarenta, cincuenta, sesenta. Y la mujer continúa diciendo: “Si el niño escogiera la relación sexual con adultos, aun en el caso de que escogiera a su propia madre genética no existirían razones a priori para que ésta rechazara sus insinuaciones”. ¡A dónde hemos llegado! ¡Esto es lo que se está legislando! ¡La maldición que entra a la nación en forma de ley! Dijeron de mí que soy una persona que causa conmoción social. ¡Yo quiero provocar conmoción social! ¡Nosotros nos tenemos que levantar contra estas formas de vida que no responden a la verdad ni a los valores!
“La primera felación del niño debería ser practicada por su propia madre” es otra de las ideas de Firestone. O sea, el primer acto sexual buscado tendría que practicarlo la propia madre. Estas son las ideas que están dando vueltas en la sociedad. Hay otra mujer llamada Simone de Beauvoir, y dice que: “El niño puede formar relaciones íntimas de amor. Pero en lugar de desarrollar una estrecha relación con una decretada madre o padre, el niño puede ahora formar los lazos con gente de su propia elección”. Yo tengo un hijo y decreto que soy el padre, pero no hay que creer que ese niño es su hijo. No se puede decretar quién es el padre y la madre. Aunque a mi papá y a mi mamá no les guste, ellos no tienen derecho a meterse en mi vida sexual. ¡Eso están enseñando en las escuelas! El niño debe poder elegir con quién vivir, no importa quién sea. El niño puede formar lazos con gente de su propia elección de cualquier edad o sexo.
Debemos orar por todo esto porque se está resquebrajando la sociedad occidental y cristiana que ha sido atacada en sus raíces.
¿Qué dice Michel Foucault? “Es muy difícil establecer barreras a la edad del consentimiento sexual porque puede suceder que sea el menor con su propia sexualidad que desea al adulto”. Según ella, si es el niño que tiene el deseo, no hay nada malo. Y sabemos que se puede conseguir el consentimiento de un menor con una golosina. Oro a Dios que la iglesia entre en conciencia. Con esta clase de pensamiento la edad de consentimiento del menor baja a un año. Está preso el papá de una niña, que estuvo viviendo en un hogar de Beraca y que abusó de su beba de dos meses y la destrozó. Nosotros consideramos que eso es una perversión absoluta, y según Firestone, el padre debió haber medido el tamaño de los órganos sexuales de la criatura antes de hacer lo que hizo.
En la ONU hay un vocero, experto en cuestiones LGBT, y dijo que hay derechos que son absolutos y otros que no lo son. Hasta hace poco, los derechos humanos eran inalienables, son derechos que tenemos antes de que existan las leyes y el estado. Aun cuando todavía no había jueces ni republica ni leyes, nosotros éramos dueños de nuestra conciencia por eso el estado no nos lo puede otorgar, aunque reconoce nuestro derecho de conciencia, pero ahora dicen que ese derecho no es absoluto. La libertad de expresión y la libertad religiosa no son derechos absolutos y podrán ser limitados si fuere necesario. El vocero de la ONU dijo que hay derechos que sí son absolutos, por ejemplo, los derechos LGBT y la religión se va a tener que callar.
CONCLUSIÓN
Yo he tenido la tentación de pensar que los peores males no los voy a ver, pero mis hijas, mis yernos y mis nietos verán esos males y tiemblo delante de Dios. Prefiero ser acusado por el mundo, pero no quiero que Dios me señale y me diga que yo sabía la verdad y no hice nada al respecto. Tú y yo debemos enfrentar lo que se viene y no podemos ceder. ¡A nuestros hijos los educamos nosotros! El estado no tiene potestad sobre nuestros hijos. Viene un tiempo en que tenemos que demostrar cuánto amamos a las nuevas generaciones y debemos tomar conciencia de que no podemos entregarle a ellos las naciones pervertidas que quieren nuestros gobernantes. Viene un tiempo en que vamos a pagar con cárcel y aun con nuestra propia vida el defender nuestros derechos que Dios nos ha dado. El estado tiene la obligación de defender nuestros derechos, pero no tiene derecho a someter a sus ciudadanos.
“Señor, estamos dispuestos a dar nuestra vida por tu verdad, por lo que nos has enseñado en tu palabra, y no hay poder en el mundo que nos pueda robar la conciencia, ni la cárcel, ni la muerte. Gracias Señor, porque estamos en un tiempo en que los cristianos vamos a volver a demostrar que tu verdad vale más que la vida. Bendice a los padres y a los hijos, bendice las familias, en el nombre de Jesús. Nos ofrecemos para ser tus instrumentos en defensa de la verdad. Señor, hacemos voto delante de ti para no vender la verdad, para no transar con la verdad y no cambiarla por ningún otro bien. Tú eres el camino y la verdad y la vida Jesús, y a ti te damos la honra y la gloria que te mereces Señor, amén”.
INTRODUCCIÓN
En la Biblia hay enseñanzas que tienen que ver con árboles, como podemos leer por ejemplo en el Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Dios quiere hablarte acerca de lo que quiere hacer contigo y quiere que seas como un árbol plantado junto a corrientes de agua. Un árbol grande y frondoso ofrece sus ramas a las aves de cielo para que hagan sus nidos, da sus frutos a las personas y su sombra a los que están cansados; además da flores. Los arboles han sido creados por Dios para bendecirnos. Lo que caracteriza a un árbol frondoso y grande es que no piensa en sí mismo y todo lo que hace es para los demás.
SÉ COMO LA PALMERA
Proverbios 11:30 dice así: “El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio”. El que gana almas se comporta como un árbol que bendice y da vida. ¿Y quién es ese? El justo. Podríamos dividir a las personas en dos grupos; están los que dan y están los que piden. Están los que viven del evangelio y los que viven para el evangelio. También están los maduros y los inmaduros, y yo no tengo problemas con éstos últimos siempre y cuando sean niños. No nos molesta tanto que un niño haga travesuras porque es niño. No nos tiene que poner mal que sea inmaduro porque es niño y es de esperar que los niños sean inmaduros.
En el último viaje que hicimos a Israel hemos visto varios árboles endebles y raquíticos, y no sé para qué los cuidan tanto, pero hacen tanta falta los árboles. Vimos en el desierto de En-gadi por ejemplo, árboles flaquitos, que si te llegas a agarrar de ellos los rompes; pero éstos son regados y fertilizados constantemente por medio de un sistema de goteo ya que para los israelitas los árboles son muy importantes el hecho de tener vegetación en el desierto. Ellos han entendido que los árboles son una tremenda bendición y llevan ya cuarenta y un millón de árboles plantados desde el año mil novecientos nueve. Y esto está cambiando el sistema ecológico de Israel. En esa nación predominan los desiertos, pero los árboles son portadores de bendición.
Uno de los árboles que bendice Israel es el que produce dátiles. También hemos visto palmeras en lugares desérticos. Uno no puede creer cómo una palmera puede subsistir en un lugar donde sólo hay sequedad y sol, y nos han dicho que la palmera representa a Israel. Cuando visitamos Meguido, observamos un Tel, como conocemos la ciudad de Tel Aviv, que es una especie de montaña formada con la superposición de distintas culturas que han sido destruidas y se han vuelto a construir. En Meguido han excavado y han encontrado veinticinco culturas que surgieron una tras otra por miles de años. Sobre ese Tel que es pura piedra, que es tierra dura y seca, en la que no hay sitio donde cobijarse a la sombra, sin embargo, ahí, están las palmeras.
Salmo 92:12 dice: “El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano”. Yo me preguntaba cómo sería esto, y entendí que la palmera echa raíces muy profundas, buscando agua, así encuentran aguas amargas que otros árboles no soportan o por las que no sobreviven. Las palmeras toman esas aguas amargas que en realidad son aguas minerales con altísimos contenidos de sales y que son muy duras para que el ser humano beba porque lo enfermaría. Entonces, la palmera toma de esas aguas amargas y produce dátiles. Cuando la Biblia habla de la tierra que produce leche y miel, se refiere a la miel que produce el dátil, fruto de la palmera. Se extrae del dátil un néctar muy consumido en Israel y es el producto dulce de las aguas amargas. La Biblia señala que así es Israel, y así es el justo; el justo florecerá como la palmera. Éste vive de amarguras, pero produce dulzura; vive de quebrantos y adversidades, pero produce bendición. ¡Esa es la capacidad del creyente! ¡Ese es el tipo de árbol que Dios quiere hacer de ti!
El buen árbol, el justo, produce fruto abundante y da vida. El árbol que no es maduro, que no proviene de la justicia por decirlo así, es el árbol que piensa en sí mismo, no está dando sino recibiendo. Es el tipo de personas que está pendiente si lo llaman o no, si lo buscan o no; y si no lo hacen piensa que en la iglesia no hay amor, que nadie se acuerda de él. Ese tipo de persona resulta ser inmadura. Las actitudes de un niño inmaduro nos causan gracia; pero si un grande es inmaduro nos causa problemas. Si a los cuarenta años te sigues orinando ya no causa gracia, y nosotros no sabemos qué hacer con esa clase de personas. No sabemos qué hacer con una persona grande que sigue pensando en sí misma y espera de los demás, espera del gobierno o de la sociedad.
El árbol maduro da fruto y les da lugar a las aves del cielo para que hagan nido. El creyente que Dios quiere formar es el creyente que da vida. Un creyente que tiene esperanza siembra esperanza, y la esperanza es vida; un creyente que tiene fe, siembra fe y la fe es vida. Un creyente que tiene paz siembra paz. ¡Qué lindo es poder hablarle e infundirle paz a una persona turbada! El creyente maduro está capacitado para darle paz al que carece paz. ¡Dios quiere hacer de nosotros personas de bendición!
Como iglesia hemos donado unos mil árboles a una ONG llamada Keren Kayemet LeIsrael (KKL), parte de los cuales hemos plantado en Israel en este último viaje que hicimos. Esta organización hizo una ceremonia en reconocimiento por la donación de esos árboles. Hemos prometido que del dinero que entre para el campamento juvenil de Beraca del próximo año apartaríamos para comprar otros mil árboles más y donarlos a esta ONG. Después de haber plantado esos árboles nos llevaron a un lugar cerca de allí debajo de muchos árboles donde corría una brisa muy linda, nos sirvieron una mesa con frutas y bebidas, donde también se ofreció la ceremonia. Ese es un bosque que inauguró el ex presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle en el año 1992. ¡Qué diferencia estar en el desierto y después ingresar a esa zona de bosques! ¡Un bosque es una bendición! Plantar árboles es bendecir al mundo y Dios nos ha plantado a los cristianos, personas justas, para que seamos de bendición, como el árbol que da sombra y da fruto.
SÉ ARBOL DE JUSTICIA
Tal vez estás cansado o cansada de estar siempre esperando que te den algo, de mendigar que alguien haga algo por ti, en lugar de ser como un árbol grande y frondoso que bendice a los demás. Hubo un tiempo en que yo pensaba en mí mismo, tenía mis propios planes, pero un día Dios me transformó e hizo que yo ya no produzca para mí sino para los demás.
Estábamos orando en el último encuentro que tuvo lugar en Monte Beraca para que las personas sean llenas por el Espíritu Santo, pero hay quienes no están preparados para ello porque hay algo en su vida que se los impide. Yo le impuse las manos a una jovencita, pero ella estaba tiesa y no recibía nada. Al finalizar me puse a conversar con la joven y me contó que no conocía a su papá y eso la entristecía mucho. Antes de orar por las personas para que reciban el bautismo del Espíritu Santo les advertí que no pensaran en nada, sólo en ser llenos del Espíritu de Dios. El Señor no te va a dar aquello que no quieres recibir y si tienes otros pensamientos en tu cabeza que ocupan un lugar prioritario entonces le das a entender a Dios que no quieres ser lleno de su Espíritu. La jovencita no podía anhelar la llenura porque su anhelo era tener un papá que le diera afecto. Yo le hice ver a ella que Dios es nuestro verdadero Padre y a veces estás deseando un abrazo de ese padre que no te amó, que no te dio ni siquiera el apellido, de un padre que estaba más interesado en él que en su hijo o en su hija. Por más que desees eso no puedes cambiar la naturaleza de la otra persona, pero sí puedes cambiar tu actitud. Si tu padre te rechazó tú no serás como él. Tú te vas a aferrar a tu verdadero Padre que es Dios. Cuando tienes un encuentro con tu Padre del cielo, su Espíritu viene sobre ti y tú llegas a ser una madre o un padre como Él. Dios quiere impartir su Espíritu de paternidad sobre ti. El árbol se comporta como un padre que provee bendición, cobijo y frutos.
El Espíritu del Padre es el mismo que se manifiesta en los hijos. Cuenta la Biblia que Jesús llegó a Nazaret y se le dio el libro del profeta Isaías, y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel…” (Isaías 61:1). El Espíritu que hay en el Padre es el Espíritu que unge al Hijo para que sea un árbol de bendición. Y continúa diciendo Isaías: “…a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”.
Dios hoy te llama a ti, árbol de justicia. En poco tiempo viajaré a Italia con varios parientes, entre ellos mis hermanos y primos; y por este motivo he diseñado un árbol genealógico. Puedo ver en esto que la bendición de mi abuelo continúa a través de sus descendientes y me hace feliz saber que el espíritu que se movió en la vida de mi abuelo, y lo que él tenía en su corazón que era predicar el evangelio y ser de bendición, también tocó nuestras vidas. Mi abuelo, después de haberse convertido a Cristo fue a Italia a predicarle a sus parientes y amigos, pero no fue bien recibido; fue despreciado a tal punto que decidió irse de Italia y tomar otros rumbos porque quería criar a sus hijos en el evangelio. Y el poder de Dios que se movió en la vida de mi abuelo hace hoy, que veinte de sus descendientes, después de más de cien años, vayamos a su pueblo natal a bendecir esa tierra que no lo recibió. Yo tengo grandes expectativas acerca de esto. Hemos pedido al intendente que nos permita hacer un acto especial donde presentaremos el libro que habla de la historia de mi abuelo y donde honraremos su memoria.
Piensa que un árbol tiene generaciones. En nuestro viaje a Israel, estuvimos en el Monte de los Olivos y los expertos nos dijeron que algunos de los árboles de olivo tienen unos mil ochocientos años. Los buenos árboles trasmiten bendición por generaciones. Dios quiere hacer de ti un árbol fuerte y tu bendición continuará a través de generaciones. Yo voy a Italia con un legado que recibí de mi abuelo. Una persona inmadura, para llegar a ser un árbol de justicia necesita la unción del Espíritu Santo; necesita ser saciado con el néctar de Dios. Debe aprender a ser feliz y tener contentamiento cualquiera sea la circunstancia porque no es la circunstancia lo que determina su felicidad, la que le puede generar paz o alegrar su corazón, sino que es la presencia de Dios en su vida. El Señor quiere producir hoy un cambio en tu vida. Dice la Biblia que el Espíritu Santo nos anhela celosamente. Ser llenos del Espíritu Santo es ser saciados con toda la bendición de Dios, con su néctar, con su sabia. ¡Benditos los que anhelan la llenura y la presencia del Espíritu Santo! “Yo te voy a hacer madurar”, dice el Señor. “La gente vendrá a ti para recibir de mi”.
He sido muy bendecido en mi viaje a Israel porque he tomado conciencia de lo importante que es tener árboles y he entendido que somos plantíos de Jehová. ¡Somos árboles del Señor! ¿Qué recibe de ti la gente que te rodea? ¿Ellos se acercan a un palo seco o a un árbol frondoso? Hay quienes se sienten fracasados, sienten que no tienen para dar, es más ellos están muy necesitados. Pero nosotros hemos sido saciados, cualquiera sea nuestra circunstancia, el temor no puede amedrentarnos porque el Señor está con nosotros; la soledad no nos abatirá porque el Señor está con nosotros. De nuestro interior brotan ríos de agua de vida y dijo Jesús que ese río de agua viva es el Espíritu que tienen aquellos que creen en Él. Deja de pensar que un mejor trabajo o un mejor sueldo te hará feliz; deja de creer que tu cónyuge te hará feliz porque muchos pusieron sus expectativas en su cónyuge pensando que los harían felices y sin embargo no lo son. Hay personas que viven insatisfechas y siguen esperando algo, pero lo que necesita su alma es la presencia de Dios.
CONCLUSIÓN
Leemos en Salmo 104:16: “Se llenan de savia los árboles de Jehová, los cedros del Líbano que él plantó”. La savia produce ramas, hojas, flores y fruto. Y Dios me dijo: “Se llenan de savia los árboles que yo he plantado en Uruguay. Plantío de Jehová serán llamados”. Dios está esperando que sus plantas bendigan el planeta. No te canses buscando satisfacción para tu alma; ábrele tu corazón a Dios. Si te sientes seco o seca, si te sientes fracasado y débil necesitas tomar una decisión. Una vez tuve que tomar una decisión y le dije a Dios que se haga su voluntad en mi vida. El Señor obró y destruyó todo lo que no servía y puso lo que Él quería. Me asombra hasta el día de hoy el hecho de que yo sea pastor. Nunca me imaginé que en mi hubiese sabia para ser pastor. Y aquellos que hemos sido plantados por Dios somos personas llenas de su savia. ¡Dios no te ha llamado para ser mendigo sino para ser una fuente de bendición!
Si te sientes débil, sin fuerzas, si todavía te disgustas porque no te prestan atención, porque no te reconocen como debieran, deja eso de lado y acércate a Dios para ser saciado por Él. Ya no importarán más tus circunstancias. El Señor reemplaza toda circunstancia y a toda persona que te ha faltado, sea quien sea. ¡Dios quiere llenar tu vacío! Serás un árbol cuyas ramas se extienden hacia el cielo.
Me gustó una frase de un discurso que ofreció en Argentina el primer ministro de Israel que dice así: “Israel es como un árbol antiguo que ha echado raíces profundas y sus ramas se extienden hacia el cielo”. Cuando escuché eso me maraville porque esa frase tiene un sentido bíblico y es que Dios ha declarado: “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra” (Isaías 62: 6 y 7). ¡Y lo está haciendo!
Yo siempre pensé en bendecir a Israel para ser bendecido, pero de pronto comencé a demandarle al pueblo judío que bendiga a las naciones porque la Biblia dice que Israel ha sido puesto para luz de las naciones. Y me animé a decirles a unos embajadores israelitas: “Ustedes nos recuerdan esa frase que dice bendeciré a los que te bendijeren y maldeciré a los que te maldigan, mas yo quiero recordarles que Dios les dijo a ustedes, te bendeciré y serás bendición. Así que les reclamo que ustedes sean de bendición para nosotros”. Y después escuché al primer ministro israelí decir que países árabes buscan amistad con Israel. Un problema importante de los países árabes es que no tienen agua e Israel ha desarrollado la mejor tecnología del mundo que lo abastece de agua. Jordania está entre los cinco países más secos del mundo, prácticamente es un desierto. Estuvimos en el lugar donde Moisés hizo salir agua de la roca y hasta el día de hoy sigue emanando agua de esa fuente en Jordania. Una de las causas por las que Jordania está en paz con Israel es porque éste le abastece de tecnología para el riego. Israel ha comenzado a ser bien vista por muchas naciones. Gracias a la tecnología israelí ahora no podemos librarnos de multas por causa de las cámaras que clocaron en las calles. Hay una gran cantidad de cosas con las que Israel colabora con las naciones y así como declaró el primer ministro de esa nación, Israel es como un árbol antiguo que tiene raíces muy profundas cuyas ramas se extienden hacia el cielo.
Dios ha hecho de Israel una bendición para el mundo, pero quiere hacer de ti también una bendición. Que eches raíces profundas y te rías del sequedal porque sabes dónde buscar aguas y extender tus ramas hacia otros. Y si te está faltando fuerzas para bendecir, es hora de que acudas al Señor. Si te sientes seco y débil, si te faltan palabras y te cuesta todo, quieres pero no puedes, acércate a Dios para recibir de Él. ¡Recibe la llenura del Espíritu Santo!
¡Toca las vidas, Señor! Derrámate sobre nosotros y haz de nosotros, árboles que den sombra y cobijo, árboles que den fruto y bendigan a otros. Repite esta oración y di: “Seré un árbol de bendición, el Espíritu Santo llenará mi vida. Lo creo, lo confieso, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Estamos viviendo días en los que necesitamos una sabiduría especial y un discernimiento especial, y tendremos que clamar a Dios con lenguas que no conocemos. Vamos a necesitar hacer uso y ejercicio de los dones de Dios, porque se avecinan tiempos difíciles. Si eres carnal, los dones espirituales no operan en tu vida, y si eres espiritual no puedes moverte sin los dones del Espíritu Santo. Los que no son de Cristo tienen la naturaleza carnal; nosotros tenemos una naturaleza carnal y otra espiritual. Dios es Espíritu y sus hijos son espirituales, engendrados por el Espíritu Santo, por lo tanto, tenemos una naturaleza espiritual. Jesús le dijo a Nicodemo: “Te es necesario nacer de nuevo”. ¿Cómo es eso de nacer de nuevo y volver al vientre de nuestra madre? Mas Jesús no se refería al nacimiento natural sino al nacimiento del espíritu.
Los que somos de Cristo debemos tener la certeza de que realmente hemos nacido a una nueva vida espiritual y en virtud de ello, tenemos una nueva naturaleza, por lo cual, somos llamados hijos de Dios. No somos engendrados de ningún espíritu de ángel, arcángel, querubín o serafín; somos engendrados por el Espíritu de Dios, así que nacemos como hijos de Dios. Al pastor Cash Luna lo tildan de endemoniado porque dijo que como fuimos engendrados por Dios, somos “Jehová Jr”. Entonces comenzaron a decir que es un hereje, que está endemoniado y es un falso profeta, pero resulta que éste término no es otra cosa más que, “hijo de Dios”. Se estila que cuando se le pone el mismo nombre del padre al hijo, nos referimos al hijo como Jr. No hay nada de disparatado o endemoniado en creer que tengo la naturaleza de Dios y en virtud de esa naturaleza es que se me da el título. ¡Nos ha sido dada la potestad de ser hechos hijos de Dios! Y si Dios es Jehová, ¿qué problema hay que me digan “Jehová Jr.”? ¡Ya lo condenaron al infierno al pobre hombre!
Dije que tenemos dos naturalezas; una es la de la carne, la naturaleza caída y pecaminosa que es la que Cristo quiere tener crucificada. Y por causa de esa naturaleza recibimos dones naturales, o sea, habilidades o capacidades. Algunos le llaman talento. ¿Qué son los dones naturales? Son las habilidades que tenemos y desarrollamos como seres humanos, aunque no seamos cristianos. Podríamos mencionar el arte, la pintura, la música, etc. Los dones naturales y los espirituales son de Dios, no hay tal cosa como que los dones son del diablo. También están los dones sobrenaturales. La iglesia tiene que prepararse para operar en el nivel de los dones sobrenaturales. La vida espiritual es sobrenatural. ¿Qué significa sobrenatural? Vas más alto. Si hay poderes naturales extraordinarios, tenemos que entender que los dones del Espíritu Santo son sobrenaturales y extraordinarios.
Veamos en 1ª de Corintios 12:1 lo que el apóstol Pablo les dice a los corintios: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales”. Quien ignora la existencia de los dones del Espíritu Santo, ignora la vida espiritual; quien ignora los dones espirituales desconoce acerca de lo que Dios quiere hacer, entonces no puede hacer la obra del Señor.
Si bien Dios usa los dones naturales y los dones sobrenaturales; los primeros se mueven en un nivel natural pero la guerra que nosotros tenemos es sobrenatural. Nuestros enemigos son sobrenaturales; lo que hace satanás y sus demonios es sobrenatural, por lo tanto, necesitamos operar en el nivel de lo sobrenatural.
NO IGNOREMOS LOS DONES ESPIRITUALES
El primer grave problema entonces es la ignorancia. Tal vez ignoramos porque no estamos bien informados, y cuando no estamos bien informados, pecamos, mas hoy dejaremos atrás el pecado de la ignorancia. Dice Romanos 10:14: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” ¿Cómo van a creer en Cristo? ¿Cómo van a ser perdonados los pecados si no hay quien les hable? Cuando alguien ignora el amor de Dios y el perdón de sus pecados, cuando ignora que puede tener acceso a la vida eterna, entonces está fuera del conocimiento del gran poder de Dios. El milagro más grande de todos es que tus pecados sean perdonados, que seas engendrado por el Espíritu Santo y tengas vida eterna. ¡Dios no quiere que te quedes sin la vida eterna!
Es necesario pues, aprender y meditar acerca de los dones del Espíritu Santo para estar informados. Por otro lado, podemos estar mal informados; por ejemplo, se dice que los dones de sanidad existieron en el tiempo de Jesús porque hacía falta mostrar el poder de Dios como testimonio ya que no se conocía la ciencia como se conoce hoy y tampoco había tecnología. Y dicen que Dios ha remplazado los dones de sanidades por la medicina, por la tecnología y los médicos se han especializado. Pero se muere la gente cada día en los hospitales, las personas se contaminan en los hospitales, y los médicos no saben qué hacer porque cada día aparecen nuevas enfermedades. Hoy en día, un estado gripal puede llevar a la muerte. La medicina se ha encargado de crear antibióticos que han fortalecido el virus que ocasiona la gripe. Por lo tanto, hoy en día es necesario estar bien informados. Y te digo que la mano de Dios nunca será remplazada por la tecnología, por los remedios ni por el poder humano. No estamos en contra de la medicina, de ninguna manera. No rechazamos ningún don y conocimiento natural, pero Dios hace cosas sobrenaturales. Y cuando los médicos le dicen a alguien que ya no se puede hacer nada, aparece Dios y te dice: “Levántate y anda”. Y por el poder sobrenatural de Dios la persona se sana.
Otra forma de ignorancia es no considerar relevante los dones del Espíritu Santo. Sé que existen y son sobrenaturales, pero yo vivo en un nivel natural y no tengo suficiente conciencia de la necesidad por lo que opero en un nivel natural con los problemas que tengo. Sin embargo, está el don sobrenatural de discernimiento de espíritus que me permite distinguir entre lo que veo y lo que realmente afecta mi circunstancia. Con ese don yo puedo entender que poderes espirituales se mueven detrás de una circunstancia determinada y ya no la enfrento de acuerdo a lo que ven mis ojos sino por lo que discierne mi espíritu.
1ª de Corintios 12: 4 dice: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo”. Los dones son habilidades y capacidades del Espíritu que operan en el creyente. Ahora, los dones naturales son de la persona, están en el alma de la persona, pero los dones sobrenaturales son regalo del Espíritu Santo. Un árbol de pera da peras, una chancha tiene chanchitos; eso es natural. Supongamos que me cuelgan en el árbol de navidad un reloj de oro 18 quilates. ¿Es natural que el árbol de navidad produzca un reloj? Alguien lo colocó allí. Los dones espirituales son un regalo, en cambio los dones naturales son innatos, Dios nos los ha dado y son maravillosos pero algunos los tienen muy escondidos. Los dones naturales son extraordinarios y no los despreciamos. ¡Son habilidades preciosas! Ningún animal cuenta con las habilidades que tienen los seres humanos. Ahora, los dones espirituales son del Espíritu y dados por Él.
DIVERSIDAD DE MINISTERIOS: DONES MINISTERIALES
Dice Pablo a los corintios acerca de los que Dios nos da: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo”. No debemos confundir los dones espirituales con los ministerios; aunque estos son dones o regalos de Dios, son profesiones humanas, por ejemplo, yo soy apóstol, o sea que mi ministerio es apostólico. Están los que tienen el ministerio de evangelizar, o sea que son evangelistas. Dios hace a alguien pastor, a otro evangelista, a otro apóstol, maestro o profeta. Dios lo desarrolla para que ejerza el pastorado, para que sea evangelista, etc. ¿Cuál es el don o regalo? Yo soy el don, el evangelista es el don, o el maestro, etc. Los dones ministeriales son personas dadas por Dios a la iglesia, a la ciudad y a la nación. Menciono esto para que conozcamos la diferencia que hay entre una cosa y otra.
DIVERSIDAD DE OPERACIONES
Después está la diversidad de operaciones y señala el apóstol Pablo que todo lo hace uno y el mismo Espíritu, pero ahora nos vamos a enfocar en los dones espirituales. ¿Qué son las diversidades de operaciones? Son las diferentes maneras en que Dios opera, de acuerdo a la persona que se trata. Por ejemplo, no he encontrado en ningún lado un evangelista que haga lo que hace Anacondia, y sus hijos espirituales hacen lo mismo que él. Tienen un modo de operar o una capacidad específica y especial. Yo he llevado un discípulo de Anacondia a la ciudad de Haití y se ha fastidiado porque no teníamos lo que ellos están acostumbrados a usar, como, por ejemplo, camilleros, carpa para liberación de endemoniados, un equipo que trabaje en el área de liberación y otras cosas más. Vemos entonces que hay diversas maneras de operar. Hubo oportunidades en que Jesús le ponía la mano en la cabeza a un enfermo y éste se sanaba, en otra oportunidad le metió los dedos en la oreja a un sordo y escupiendo tocó su lengua. En otra oportunidad, con la saliva hizo barro y se lo untó a un ciego en los ojos. ¿Por qué hizo eso Jesús? Se lo debe haber indicado el Espíritu Santo, porque todo lo hace uno y el mismo Espíritu Santo. Misión Vida para las Naciones no es como otras iglesias, nosotros tenemos una forma de operar especial; otras iglesias son tan especiales como Misión Vida, pero tienen otra manera de operar. El problema se presenta cuando veo lo que hace el otro y creo que lo que él hace no es de Dios, entonces surgen las divisiones porque algunos creen que Dios opera solo como se los reveló a ellos.
Continúa diciendo el apóstol Pablo: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (1ª de Corintios 12:7) Los dones se manifiestan, o sea que se dejan ver, se dan a conocer. ¿Y qué es eso de que le es dada a cada uno? ¿Crees que hay cristianos que no tienen ninguna manifestación del Espíritu Santo? Tu hijo, aunque sea en la vuelta de la oreja, tiene algo que ver contigo y en nosotros se manifiesta que somos hijos de Dios a través del poder del Espíritu Santo que opera por medio de los dones. Significa que no hay un solo hijo de Dios que no tenga alguna manifestación del Espíritu, más bien, cada uno de nosotros tenemos al menos una manifestación haciendo referencia a los dones espirituales. Todos tenemos alguna manifestación para provecho de la iglesia, para el bien de todos.
DIVERSIDAD DE DONES: DONES ESPIRITUALES
Volviendo a los dones espirituales, nos dice 1ª de Corintios: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo… Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas” (1ª de Corintios 12: 4, 8 al 10). Aquí dice que a uno le dio palabras de sabiduría, y a otro le dio otra cosa y a otro le dio otra cosa, para que nadie se crea que las sabe todas. Nadie se crea que es más importante, o que se las sabe todas, o que tiene todo porque quien tiene todo, todo, todo, es Dios.
La multiforme sabiduría de Dios ha sido derramada en la iglesia, pero nadie tiene todo para que nadie se crea nada. El Espíritu Santo da los dones a las personas de tal manera que yo necesito del otro porque de otra forma no estamos completos. Así lo dice el apóstol Pablo en 1ª de Corintios 12: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?” Cada miembro del cuerpo cumple una función específica y necesita de los otros miembros. Los miembros son muchos, mas el cuerpo es uno. Por eso es que una persona tiene un don, otra persona tiene otro don, etc. Y el poder magnífico de Dios se manifiesta a través de la iglesia y no de uno solo. ¿Dónde está Dios? ¡En toda la iglesia! En la suma de los miembros del cuerpo de Cristo.
“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1° Corintios 12:28). Estos son dones ministeriales. No quiero perder la oportunidad de lanzar un chiste: ¿A quiénes les da Dios don de lenguas? Sencillo, ¡a las mujeres!
Los dones son gratuitos, no se compran ni se ganan; los dones espirituales se practican y se desarrollan como cualquier otro don natural. Había un tal Simón que cuando vio el poder que operaba en uno de los apóstoles quiso comprar ese don. Los dones espirituales son sobrenaturales; esto significa, son muy poderosos, más poderosos que lo que manifiestan los demonios y que todo poder de satanás. Un solo don espiritual puede destruir un plan de décadas o de siglos de satanás, como sucedió el día que fue crucificado Jesús; el diablo creía que iba ganando, pero perdió por goleada. Una sola operación del Espíritu Santo destruye los planes del infierno. Los dones del Espíritu no se compran ni se ganan, pero se deben desarrollar. Son como los dones naturales en el sentido de que se deben desarrollar.
Hubo un tiempo en el que estudiaba piano entonces el profesor me dio unas cuantas melodías para practicar en la semana, pero yo no lo hice. Un día antes de la clase de piano comencé a practicar rapidito, pero se me trancaban los dedos. Llegó la próxima clase de piano y el maestro me pidió que tocara. ¡Cómo traspiré! Cuando finalicé, me dijo: “Márquez, usted no practicó como le dije, no?” Y yo le puse miles de excusas. Además de tocar piano, yo quería cantar en el coro universitario y ser de la selección de vóley; a todo eso tocaba el teclado en la iglesia y ejercía como maestro de escuela dominical, y, además, había muchos “además”. Entonces, yo quería sacar la lección de taquito, pero a la tercera vez que el maestro me llamó la atención, dije la verdad. Entonces me dijo que si yo quería ser un buen pianista debía practicar ochos horas diarias, de lo contrario, si no me comprometía en practicar ocho horas diarias, que no le hiciera perder tiempo. Ese día desistí de ser concertista de piano. Me di cuenta que no tenía corazón para practicar ocho horas diarias con todo lo que hacía. Así que abandoné la carrera.
Tanto los dones naturales como los dones espirituales se practican y se perfeccionan. Tal vez no te has dado cuenta que hay algo dentro tuyo que gime por ver personas sanadas. Tú no te has animado porque esperas que alguien te confirme que tienes don de sanidades. Dios te dio pies cuando naciste, pero tuviste que aprender a caminar, también te dio manos; cuando eras bebé agarrabas la cuchara y te la metías en la oreja, te ensuciabas de comida, pero al final aprendiste a comer. Los dones naturales y los dones espirituales se deben desarrollar. Si crees que tienes algún don sobrenatural, practícalo. Ahora, si no crees que lo tengas no eres hijo o hija de Dios porque todo aquel que es hijo de Dios tiene dones espirituales, al menos uno. ¿Quieres tener todos los dones espirituales? ¡No puede ser porque no eres Dios! Confórmate con algunos, pero todos no los puedes tener, porque todos los tiene Dios.
Nuestra guerra es sobrenatural. Dice la palabra de Dios en 2ª de Corintios 2:4: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. Nuestra guerra no es contra personas sino contra poderes espirituales de maldad en las regiones celestes. ¡Tenemos que vencer en el mundo invisible o espiritual! No creas que sabes mucho porque le dijiste algo a alguien y lo dejaste callado porque eso es meramente una discusión carnal, mas tú tienes que ganar tus batallas primeramente en el mundo espiritual. Porque nuestra lucha no es contra carne ni sangre sino contra poderes espirituales de maldad en las regiones celestes. Nuestra guerra dije, es sobrenatural, también lo son nuestros enemigos, y nuestros dones son sobrenaturales. ¿No te da ganas de descubrir qué dones tienes? Dios necesita gente que manifieste el poder de los dones del Espíritu Santo, y no es por ti sino por el reino de los cielos. No es para que saques pecho sino para que se manifieste la gloria de Dios en tu casa, tu barrio y tu nación, y para que la gente sea transformada.
Dios nos pide que hagamos su obra que es sobrenatural y nos ha dado a nosotros el privilegio de hacerla por medio del poder del Espíritu Santo. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará…” (Juan 14:12). El Señor nos dio el privilegio de ser partícipes de su obra y ha puesto en nuestras manos el hacerla, y su obra es sobrenatural. ¡La obra de Dios manifiesta su gloria! Y cuando nosotros hacemos algo por el poder del Espíritu Santo, por algún don sobrenatural, no se despierta alabanza y gloria para mí, sino para Dios. Las obras que hacen los cristianos no son para felicitarlos por sus hazañas porque no son hechas por el poder del creyente. Cuando un cristiano hace la obra de Dios, naturalmente surge darle la gloria a Dios.
Los dones deben ser usados, deben ser perfeccionados y manifestados. Si no se manifiestan los dones es porque están ocultos o atrofiados y todos queremos ver la gloria de Dios a través de los dones que el Señor te ha dado. La gloria que Dios ha puesto en otra persona es distinta a la que tú tienes y en todos podemos ver la gloria del Señor en distintas dimensiones y con distintas características. ¡Dios te ha dado a ti manifestación para provecho de muchos!
DONES DE REVELACIÓN
En 1ª de Corintios 12 el apóstol Pablo enumera los dones espirituales que en total son nueve. El primero es palabra de sabiduría. Si tú tienes sabiduría y no se manifiesta es porque ese don está atrofiado. ¿Cómo se manifiesta la sabiduría? A través de la palabra de sabiduría. Tanto el don de palabra de sabiduría como el de palabra de ciencia y palabra de discernimiento son dones de revelación. ¿Qué significa? Que Dios lo manifiesta o lo revela en el corazón y en el intelecto del creyente. Hay sabiduría natural y ésta se adquiere con mucho esfuerzo mediante el estudio, por ejemplo. Pero aquí no nos referimos a la sabiduría natural sino de sabiduría espiritual, la cual es revelada; o sea que se manifiesta y no requiere que seamos estudiosos de doctrina o teología porque aquel que cuenta con la sabiduría de Dios, esa sabiduría se enciende en el corazón del creyente. Jesús dijo: “Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros” (Mateo 10:19 y 20). Si tienes que presentarte delante de alguna autoridad no te pongas ansioso; si tienes que rendir cuentas delante de los demás respecto de tu fe, deja que el Espíritu Santo fluya.
La sabiduría del Espíritu es revelada. Por otro lado está el don de la palabra de ciencia; y ciencia significa conocimiento; y la gente confunde conocimiento con sabiduría. Hay gente que tiene mucho conocimiento, pero son necios porque carecen de sabiduría; ellos no saben qué hacer con esos conocimientos que tienen. En tanto hay quienes no tienen mucho conocimiento, pero son personas sabias con el poco conocimiento que tienen. Dicho de alguna manera, el conocimiento es la acumulación de datos. Conozco muchas cosas, pero tengo que saber qué hacer con eso que conozco. Muchos no saben cómo usar el conocimiento que tienen ni en qué momento hacerlo. A veces haces algo antes de tiempo y te arrepientes luego, pero otras veces lo haces después de tiempo y ya es tarde. Ahí es donde falla la sabiduría. Sabías lo que tenías que decir pero no lo hiciste en el momento preciso.
¿Has escuchado alguna vez la palabra gnosis? Eso significa conocimiento, o sea que el término conocimiento viene de la raíz gnosis. El tercer don espiritual de revelación, es el de discernimiento de espíritus. El verbo discernir está formado por el prefijo dis, que significa separación y el verbo cernere, que significa cernir o separar. Discernir también tiene una raíz que significa juzgar, y éste término significa separar lo que está bien de lo que está mal. Y discernimiento de espíritus significa zarandearlos y separar lo que es de Dios y lo que no es; es saber que aquello que parece que es de Dios en realidad no lo es porque lo discierno por el Espíritu Santo.
Una joven me escribió contándome que se subió a un taxi y el taxista le dijo que tiraba las cartas, le preguntó el nombre, entonces le declaró cosas que estaba viviendo. La chica estaba maravillada porque el hombre sabía todo lo que había vivido. Entonces yo le contesto que esos son espíritus de demonios, y ella me cuestiona: “¿Por qué tiene que ser de demonios?” Para mi es sencillamente espíritu de adivinación. Me comentó también que habían convenido con el taxista que la llevaría los días que ella va a la iglesia. Yo le dije que no vaya con él y volvió a cuestionar: “¿Por qué? ¡Contigo no se puede hablar!” Yo entiendo, pero ella no. Sería mucho más sencilla tu vida si supieras discernir, o sea, dividir lo que es de Dios de lo que no es, percibir lo que viene del infierno y lo que es del cielo. ¿Qué se está moviendo detrás de una circunstancia? ¿Es de Dios o no lo es? Este trabajo que me ha salido en el prostíbulo, ¿es de Dios o no es de Dios?
DONES DE PODER
En el segundo grupo encontramos tres dones de poder: Don de fe, dones de sanidades y don de milagros. Éstos se manifiestan no tanto por revelación sino por poder del Espíritu Santo. Jesús declaró: “…si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20). Hay una fe que es natural, por ejemplo, hay empresarios que tienen fe en lo que hacen y eso no es fe sobrenatural sino natural. Pero está la fe sobrenatural. Vemos en 1ª de Corintios 12 que se mencionan los dones de sanidades y notemos que está en plural. Es que hay muchas enfermedades y hay muchos dones del Espíritu Santo para sanar diversidad de enfermedades. Hay un predicador, Pablo Rocco, que por su mano el Espíritu Santo sana a muchos, pero tiene algo particular, por ejemplo, él va en un auto con alguien y dice que Dios hace milagros extraordinarios colocando muelas en la boca de la gente y no hace falta que ore; entonces le dice a la persona que va con él que se fijara, y ésta nota que tiene muelas nuevas. Hay personas que tienen una habilidad especial de parte de Dios para sanar determinado tipo de padecimientos, lo cual, no significa que no podemos tener varios dones de sanidades y que el Espíritu Santo pueda sanar a través del creyente que tiene esos dones. Otro don de poder es el de hacer milagros. Cuando Moisés extendió la vara sobre el Mar Rojo, éste se abrió. Hay milagros de sanidades y hay milagros de otra especie. Hay diversidad de dones, pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Tal vez tienes muchas deudas, y hay algunos que son expertos en meterse en deudas, pero no saben cómo salir de ellas. Muchos se endeudan pidiendo préstamos para pagar otras cuentas que tienen; y saldan esas deudas, pero se ven metidos en otra. Hay quienes oran por las personas endeudadas y piden a Dios que salde la deuda, y cuando van a ver la cuenta del banco o de la tarjeta de crédito resulta que ya no deben nada. Y el Espíritu Santo me hace sentir que deudas serán canceladas y descubrirás a la hora de pagar que no hay más deuda. Pero no te conformes con recibir un milagro; debes ser lleno del poder del Espíritu Santo para hacer milagros y manifestar la gracia, el amor y el poder de Dios.
DONES VOCALES
En el tercer grupo de dones dados por el Espíritu están los dones vocales; esto significa que se declaran, o se hablan, por ejemplo, el don de profecía. Es dar mensaje de parte de Dios anunciando lo que el Señor hará. La profecía es un don que Dios le da a algunas personas y éstos anuncian eventos futuros acerca de lo que Dios va a hacer. Satanás no tiene el don de profecía sino de lengua larga; tiene el don de adivinación, él adivina. Pero el profeta que habla de parte de Dios, lo que dice sucederá. Está el don de lenguas que reciben los creyentes como señal cuando son llenos del Espíritu Santo, y comienzan a hablar en lenguas que no entienden ni conocen. Eso no es precisamente el don de lenguas, sino que hay algo más que son los géneros de lenguas. Hay personas habilitadas por Dios para habar en distintas lenguas, sean humanas o angélicas. Hay lenguas de hombres y hay lenguas de ángeles. Cuando uno ora en lenguas está haciendo una oración perfecta. Al orar con el intelecto se nos mezclan cosas que nosotros deseamos con cosas que Dios desea, pero cuando oramos en lenguas, solamente oramos lo que el Espíritu nos da y esa es una oración perfecta. Tienes que ser lleno hoy del poder de Dios de los distintos géneros de lenguas. Porque todo lo que Dios quiere hacer en el mundo, lo hará en sociedad con el ser humano porque Él le ha dado al ser humano autoridad sobre el planeta Tierra. Dios mandó al hombre a llenar la tierra y a sojuzgarla, así que el Señor no hará nada si no lo anuncia a través de profetas o lo manifiesta a través de sus hijos.
Por otro lado está el don de interpretación de lenguas; alguien puede estar hablando algún género de lenguas que nadie entiende, pero tú lo entiendes, o lo hablas tú y lo entiende otro que te escucha y entonces traduce lo que dices porque entiende perfectamente aunque no estudió esa lengua y no la conoce. No hay ningún instituto en el mundo que enseñe lengua de ángeles. Puede haber alguien que hable lenguas angelicales, un idioma que nadie entiende, y hay otro que interpreta lo que dice porque le fue dado ese don. Ha ocurrido que ha habido gente que nunca habló hebreo, pero ora en ese idioma y alguien que conoce el hebreo interpreta lo que dice. Los dones de profecía, de lenguas e interpretación de lenguas son dones vocales porque se declaran con la boca. El don de interpretación de lenguas es equivalente al don de profecía. El profeta habla en un lenguaje que todos entienden; ahora, hay otro que está profetizando en lenguas que nadie entiende, pero hay alguien que interpreta lo que dice y eso que declara se transforma en una profecía porque es un mensaje entregado por Dios a la congregación.
DONES DE REVELACIÓN: Palabra de Sabiduría
Vimos entonces, tres grupos de dones de tres; unos son de revelación, otros de poder y por último los vocales. Volvamos a ver la palabra de sabiduría. En el hebreo, siempre que se numeran cosas como 1, 2, 3 implica que hay un orden, que existe una jerarquía. Por ejemplo, tal como señala 1ª de Corintios 12:28: “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas”. Lo primero aquí son los apóstoles, segundo, profetas, tercero, evangelistas; o sea que hay un orden. Sabiduría está en el primer lugar, por lo tanto, este es el don más importante. No todos los dones son iguales en importancia.
En 1ª de Corintios 12:31 el apóstol Pablo dice: “Procurad, pues, los dones mejores”. Si hay dones que son mejores, hay otros que no son tan mejores. Esto significa varias cosas, número uno: uno puede desear o aspirar a determinados dones. Algunos aspiran a algún don que el Espíritu Santo le ha marcado. Volviendo al don de sanidad, hay personas que anhelan sanar enfermos. Ahí no está eligiendo el mejor, sino que siente con el sentir que da el Espíritu. Si tú deseas sanar enfermos, da por hecho que el Espíritu Santo te está impulsando. ¡Comienza a orar por los enfermos! Pero existe la posibilidad de que también puedo aspirar a los mejores dones y pedírselo a Dios. Ahora, todos debiéramos pedir sabiduría, y llegamos a la conclusión que la palabra de sabiduría es la más importante. Y vamos a encontrar razones en la Biblia para deducir que la sabiduría es muy importante.
Leemos en Ezequiel 28:12: “Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura”. Si lees todo el texto bíblico notarás que aquí se establece un paralelo entre el rey de Tiro y satanás. Éste ser fue creado por Dios y le fue dada una belleza sin igual; también se le otorgó una sabiduría extraordinaria. ¡Cuidado que la sabiduría te puede echar a perder también! Acuérdate del rey Salomón. Tener un don no es garantía de que permaneces en santidad y pureza delante de Dios. Puedes tener mucha sabiduría, pero tienes que cuidarte de amar a Dios por sobre todas las cosas y no amar el don más que al dador del don. ¡Tienes que vivir enamorado y enamorada de Dios! Ya sabemos en qué terminó todo, a satanás no le sirvió de nada la hermosura ni la sabiduría; y algo parecido le ocurrió al rey Salomón. Se pervirtió deseando cosas que no eran convenientes. Satanás es derrotado con sabiduría revelada.
Dice la Biblia que los dones y el llamado de Dios son irrevocables, o sea que, satanás permanece en la belleza que le fue dada y en la sabiduría que le fue dada. Para hacer caer a las personas es muy sabio. Pero Dios previó que su sabiduría sobrepasa muy por encima la sabiduría del diablo. Hay quienes se hacen los guapos con satanás y le dicen: “¿Qué te crees?” Satanás se jacta de grandes cosas, él fue creado y le fue dada sabiduría que no le ha servido de nada porque Dios lo avergüenza con la sabiduría que tiene y que les da a los creyentes. Con lo cual, potencialmente, un creyente es más sabio que satanás, si lo que tiene es el don de sabiduría, palabra de sabiduría y revelación de sabiduría. Tú no tienes que tenerle miedo al diablo, si tienes que tener temor de Dios y no ofenderlo al punto que decida no darte más nada. Entonces, sin el respaldo del poder de Dios vas a querer enfrentar a satanás en el poder natural del hombre, mas tú necesitas enfrentarlo en el poder de Dios; y él tiene que ser enfrentado con sabiduría revelada. Por eso ese es el don más importante.
Dice el libro de Proverbios 4:7: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia”. Yo le pido a Dios mucha sabiduría; la anhelo con toda mi alma porque sé que con sabiduría voy a resolver muchas cosas que he estado esperando que Dios haga, pero el Señor me dijo que no lo iba a hacer porque yo necesito sabiduría. El Señor me dijo que si me da sabiduría iba a tener todo lo demás. Cuando a uno le falta sabiduría se vuelve cabezón, testarudo, cabeza dura; uno se vuelve insistente en determinados argumentos ante la impotencia de no querer aceptar que lo que le falta es sabiduría para enfrentar determinadas situaciones de la vida. La sabiduría opera en el área del intelecto; o sea, en el área de los pensamientos. Cuando una persona es sabia, se nota en los resultados de lo que dice y hace.
Salomón había sido ungido rey, era un joven inexperto, pero se dedicó a buscar a Dios. “Y aquella noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé” (2ª de Crónicas 1:7). Una madre diría: “Dios mío, dame a mí la enfermedad de mi hijo pero que él se sane” ¿Qué le pedirías a Dios si Él te preguntara que quieres? Reinhard Bonnke, un evangelista que ha ganado millones de personas para Cristo en África, cuando comenzó su ministerio, alquilaba un lugar para predicar y cada mes le faltaba dinero para pagar el alquiler. Y él, todos los meses apartaba un tiempo para orar y ayunar, entonces se encerraba y oraba: “¡Dios mío dame el dinero para el alquiler! Qué no avergüence tu nombre y que yo no sea avergonzado. ¡Padre, manda el dinero!” Él esperaba que llegaran ofrendas de otros países porque en África, ¿quién iba a ofrendar? Era una carga, una guerra y una opresión para Reinhard Bonnke cada mes que tenía que pagar el alquiler porque no le alcanzaba el dinero. Y un día Dios le habló y le dijo: “Reinhard, ¿qué quieres que yo te dé?” ¿Qué te pido? Pensó, y enseguida le vino a la mente lo del alquiler, pero se quedó callado. Dios le volvió a insistir: “¿Qué quieres que te dé?” Y en un golpe de luz, Reinhard Bonnke le dijo al Señor: “Dame un millón de personas para ti”. Eso alegró el corazón a Dios porque estaba pidiendo lo que el Señor quería que pidiera.
Cuando Dios le preguntó a Salomón qué quería que le diera, él respondió: “Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?” Fíjate que lo que pidió Salomón son los primeros dos dones sobrenaturales, sabiduría y ciencia. ¿Qué pidió? ¡Los dones más importantes! Mira que Salomón necesitaba un lindo palacio, tenía que construir el templo con todo lo que su padre David le había preparado. Salomón necesitaba muchas cosas como caballos, carros, derrotar a sus enemigos; pero pensó bien qué era lo que le iba a pedir a Dios y su respuesta agradó al Señor. Salomón reconoció que el pueblo le pertenecía a Dios y ya que él iba a gobernar al pueblo de Dios, necesitaba sabiduría y ciencia para hacerlo. “Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti” (2ª de Crónicas 10 al 12).
CONCLUSIÓN
Quien le pida a Dios sabiduría y ciencia alegrará su corazón. ¡Cuántas pavadas le pides a Dios! “Señor, dame otro trabajo porque mi jefe me tiene cansado…” “¡Dame un aumento de salario Dios!” ¿Alguna vez se te ocurrió pedirle a Dios que te dé sabiduría y ciencia para saber qué es lo que tienes que hacer? Sabiduría es entender las decisiones que debo tomar con los conocimientos que tengo. Salomón pidió ciencia, o sea, conocimiento. Señor, dame sabiduría para poder usar correctamente los conocimientos que tengo y dame más conocimiento para tener más habilidad para ser sabio. La conclusión es ésta: Tú puedes tener bienes, riquezas y gloria, pero si no tienes sabiduría, eres tonto porque perderás todo. El hombre que carece de sabiduría pierde lo que tiene. ¡No alcanza la gloria ni los bienes ni las riquezas! Tal vez lo recibiste por herencia, pero lo pierdes todo por falta de sabiduría. Quizás pides tener más dinero, pero Dios te dice: “No me pidas más dinero. Pídeme sabiduría”. Quizás le pides gloria, mas el Señor te dice: “No me pidas gloria porque con la sabiduría vas a adquirir todo lo demás”.
Yo me lamento al ver que hay personas que llevan años y años sin poder adquirir riquezas y no logran prosperar. ¿Qué les está faltando? ¡Sabiduría! Algunos no ven negocio en ningún lado, pero otro encuentra una piedra y piensa qué negocio podría hacer con ella. ¡Cómo Dios no me dio a mí, inventar el spinner! ¡El que inventó esa estupidez está forrado en dinero! Dile a Dios: ¡Señor dame sabiduría! Donde hay sabiduría surgen las ideas; y donde hay ideas hay más dinero que en las minas de oro.
“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia. Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino” (Proverbios 3:13 y 14). Quien tiene sabiduría no necesita andar pidiendo prestado. ¡No eres sabio pidiendo dinero prestado! ¡Eres sabio usando lo que tienes cuando cuentas con la sabiduría de Dios! Necesitamos sabiduría para tratar con nuestros hijos, con nuestros cónyuges, con los vecinos, etc. Necesitamos sabiduría para tratar con las personas que nos rodean. Si tu jefe se da cuenta que tienes sabiduría, te quiere retener, te sube el sueldo o decide “cortarte las patas” porque le vas a ganar. Pero tú con sabiduría vas para adelante igual. ¡Nadie te va a frenar!
Debemos tener entendimiento de cómo nos vamos a manejar con todo lo que está sucediendo en el mundo, que se nos viene encima y nos quiere destruir como creyentes, quiere destruir nuestra familia, nuestra descendencia, el matrimonio y toda la trama social. Yo digo que son endemoniados aquellos que están tratando de destruir el matrimonio y la familia convencional. ¡Estamos enfrentando fuerzas del infierno! Hay parientes que nos tratan mal y nos hacen daño y no sabemos cómo enfrentar la situación. Proverbios 3:15 hace mención de la sabiduría y dice así: “Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella”. Dios te dice que de nada sirve tener mucho oro si te falta sabiduría, porque la sabiduría es más valiosa que las piedras preciosas. Dios les da a las cosas el verdadero valor que tienen, y si la Biblia dice que la sabiduría es más importante que el oro, la plata y las piedras preciosas, hoy tienes que pedirle al Señor que derrame sobre ti la sabiduría del Espíritu Santo. ¡No hay nadie más sabio que el Espíritu Santo!
Dice la Biblia que con sabiduría creó Dios la tierra y la fundó con inteligencia (Proverbios 3:19). Todo lo que hay en el planeta Tierra, los metales, las piedras preciosas. todo lo bueno, lo grande, hermoso y glorioso que hay en el planeta se logró con sabiduría e inteligencia. ¿Tú quieres eso que Dios tiene para ti? Fíjate cómo te encegueces cuando deseas algo y lo codicias; hasta dejas de tener sabiduría por la concupiscencia o codicia que hay en tu corazón, por obtener eso. Y Dios no quiere dártelo, pero tú peleas con el Señor para obtener eso que no te hace bien, para obtener aquello que no te va a llevar a la prosperidad ni le dará gloria a tu vida.
Oramos: “Señor, queremos el más importante de los dones. Yo no sé cómo hacer con la economía de mi hogar; no sé cómo tratar con algunos vecinos. No sé cómo hacer para que lo que tú me has dado, produzca; no sé cómo hacer con mis hijos. Mas te pido sabiduría, en el nombre de Jesús. ¡Por sobre todo dame palabra de sabiduría! Que en el momento preciso, en esa circunstancia precisa y en el lugar preciso yo tenga la palabra acertada y tome la decisión acertada. ¡Yo anhelo recibir aquello que tienes para mí, Padre! Toma ahora mi corazón, sopla tu Espíritu Santo, te lo pido en el nombre de Jesús. Espíritu Santo te necesito, no puedo vivir la vida ni tomar las decisiones si tú no me alumbras. Hazme sabio Dios mío, te lo pido en el nombre bendito de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
“No me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos”, dice una frase que algunos atribuyen a Mahatma Gandhi y otros a Martin Luther King. La inoperancia de los que saben el bien, es peor que la maldad de los malos. La oscuridad puede ser muy densa, pero enciendes un fósforo y las tinieblas se disipan; por lo tanto, la luz que somos nosotros, no puede quedar oculta. Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Los que prefieren no tener problemas, los que se callan y no hablan la palabra de Dios, están escondiendo la luz, y la ira de Dios vendrá sobre ellos ya que hay muchos que están en contra de la luz porque no han conocido la luz. Aunque hay quienes han conocido la luz y no quieren problemas, conocen el evangelio pero no quieren pasar vergüenza o ser contradichos. Pero yo te digo que Dios te va a juzgar, por lo que es preferible ser enemigo de la luz y no ser amigo de la luz y callarse. ¡Hazte cargo!
Un líder de la iglesia al que le he reclamado que no se acerca a mí y no quiere hablar conmigo y es muy huidizo, me dijo que le sucede así con mucha gente y agrega: “Yo me crié con un padrastro muy malo, que me golpeaba”. Este hombre sufrió mucho hasta que se fue de la casa, aunque se involucró en la droga; ahora que está en la iglesia se le ve muy bien pero le cuesta acercarse a mí o a alguna otra autoridad. Me contó que su padrastro tiene cáncer y está muriendo, y no se animaba a ir a verlo porque no lo podía enfrentar por todo el dolor que le ha causado, y estoy hablando de un líder de la iglesia. Yo le dije que si ese hombre moría se iba al infierno pero que él, su hijastro, sería el responsable. ¿A quién iba a usar Dios para salvarlo y para llevarle la luz? Le aseguré que si el hombre se moría y se iba al infierno, Dios lo haría culpable a él. Ahora, si le lleva el evangelio y su padrastro lo rechaza se iría al infierno por voluntad propia pero él sería salvo de la ira de Dios. Si este líder no le predica a su padrastro con la excusa de que está muy dolido por todo lo que lo hizo sufrir y el hombre se va al infierno, entonces la culpa sería sobre su cabeza. Piensa en esos parientes que no puedes ni ver. Tal vez no sabías esto, pero a partir de ahora eres responsable de predicarles el evangelio.
LA IGLESIA: COLUMNA Y BALUARTE DE LA VERDAD
Leemos en la carta del apóstol Pablo a los romanos: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18). ¡La verdad no puede ser detenida! ¿Quiénes detienen la verdad? Los que se levantan contra ella y los que tienen la verdad pero no hacen nada con ella. Esos que tienen miedo o vergüenza de hablar la verdad, son los que la detienen. La Biblia señala que la iglesia es columna y baluarte de la verdad (1° Timoteo 3:15). La verdad no es del hombre; la verdad es de Dios y ha sido revelada a la iglesia. ¡En la iglesia está la verdad de Dios!
Una columna se erige verticalmente. Las columnas soportan cargas verticales y trasmiten el peso del edificio hacia el fundamento. Se calcula el peso de un edificio y se van haciendo las columnas de acuerdo a las cargas que va recibiendo; las columnas de abajo son más gruesas que las superiores porque las que están abajo cargan el peso de todos los pisos. La iglesia es columna de la verdad, o sea, soporta la verdad, lleva la carga de la verdad. En otras palabras, eres responsable de la verdad que te ha sido enseñada a través de la palabra de Dios.
También dice la Biblia que la iglesia es baluarte; vendría a ser como una trinchera, un lugar de defensa. La verdad está atrincherada en la iglesia. El mundo “no se va al bombo”, como dice el dicho popular, porque la iglesia hace presión a través de la verdad.
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”. La ira es juicio de Dios; y se revela, o sea, se manifiesta, se da a conocer contra toda impiedad e injusticia, contra toda persona injusta e impía. Quien detiene la verdad lo hace con injusticia. Los creyentes detienen la verdad al no hablar lo que conocen, callándose la verdad. En resumen, detener la verdad es desatar la ira de Dios. Todo aquel que no expone la verdad, aquel que no la conoce, que la ignora o que detenga la verdad conociéndola, desata la ira de Dios sobre su vida.
Romanos 1:19 y 20 dice así: “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Lo que sabes de Dios, lo sabes a través de las cosas creadas. El Señor ha manifestado a través de la creación su gran inteligencia y sabiduría. Todo lo que la ciencia descubre, ya Dios lo pensó y lo hizo. El hombre no inventó las matemáticas; en toda la creación se manifiestan las leyes matemáticas. La física también la inventó Dios porque hizo que el planeta Tierra esté suspendido en la nada. Su gran poder y deidad se hacen claramente visibles a través de las cosas creadas. ¡Hay ciencia, sabiduría e inteligencia en cada flor, en los árboles, en las frutas, en las nubes del cielo y en los mares!
Nadie puede edificar una casa estable sobre la arena, pero Dios puede ponerle límites al mar con la arena. La creación nos habla de la grandeza de Dios, por lo tanto no hay excusas porque podemos entender la creación por medio de las cosas hechas. ¡No hay excusas! Los hombres tienen que darle la gloria a Dios y reconocerlo. No pueden decir que la vida surgió del Big Bang porque no puede salir algo bueno de una explosión. La Biblia dice que el Señor nos creó a su imagen y semejanza. Tú tienes que cuidar y honrar tu cuerpo porque los animales y las demás cosas fueron hechos conforme a su género, pero el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Es increíble cómo el oxígeno es inhalado por la nariz y llega a los pulmones y éstos hacen un intercambio, porque allí se produce el paso de oxígeno desde el aire a la sangre y el paso de dióxido de carbono desde la sangre al aire. ¡Hay mucha sabiduría en el cuerpo humano! ¡Dios es grande, terrible y poderoso! ¡El Señor es digno de toda alabanza y de toda gloria!
¿Pero cuál es el tropiezo? Lo dice Romanos 1:21: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”. No se te mueve un pelo a la hora de adorar a Dios, no levantas tus manos para alabarlo. Pídele perdón al Señor por tu falta de gratitud y tu falta de reconocimiento al que creó los cielos y la tierra.
Señala este pasaje que lo conocieron a Dios, pero no le dieron gracias ni la gloria que Él se merece, entonces, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. La consecuencia de no darle gracias a Dios y no alabar a Dios dándole la gloria, es que te envaneces en tus razonamientos. Quitas la mirada en lo que tienes que ver para fijarte en otras cosas. Dejas de admirar al Señor y a su creación y comienzas a enfocarte en otras cosas y entonces, tus razonamientos se vuelven vanos, entra oscuridad en tu corazón. Éste se oscurece y perdemos capacidad intelectual.
¿Quieres que te vaya bien en la universidad? ¡Alaba a Dios y dale la gloria! Estudia dándole gracias y glorificando al Señor, así tu intelecto funcionará bien. Si tienes problemas en tus estudios, busca a Dios, dale la gloria debida a su nombre y tus pensamientos serán afirmados; tu intelecto estará libre de contaminación, tus razonamientos serán correctos y tu corazón estará en luz.
Hay una consecuencia catastrófica cuando se oscurece el corazón ya que uno deja de entender y de discernir la verdad. Con un corazón en tinieblas no puedes partir el alma del espíritu; la palabra de Dios no obra en un corazón desagradecido, la gloria y el poder de Dios no se manifiestan en un corazón desagradecido. ¿Quieres ser más inteligente y tener luz en tu corazón? Dale gracias a Dios, alábalo y glorifica su nombre. ¡Es importante que entendamos esto! Yo trato todos los días de mi vida darle gracias a Dios por todo lo que me ha dado y tengo mayor discernimiento y lucidez porque entra la luz a mi corazón y mis pensamientos dejan de ser vanos.
La gente que no glorifica a Dios se turba y dice Romanos 1:22 y 23: “Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”. Entra la idolatría en el corazón del hombre. Muchos preguntan qué tiene de malo escuchar música secular, pero fíjate a dónde está dirigida esa música. Se idolatra el sexo, el amor que se perdió, idolatran a la mujer y al hombre. Dime dónde hay sabiduría en la música del mundo. ¡Están turbados y engañados! A una bella mujer le dicen diosa y resulta que le hacen unas preguntas en algún concurso de miss y son unas “burras” que no saben responder. ¡Esto es verdad! La vanidad es oscuridad.
LA IGNORANCIA DE LA VERDAD DESATA LA IRA DE DIOS
¿Qué hizo Dios? “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos” (Romanos 1:24). No es que el Señor los arrojó a la inmundicia, es que esa inmundicia estaba en sus corazones. Dios los entregó a la inmundicia en la codicia o deseos de sus corazones. Cuando el corazón está en oscuridad surgen deseos en él y el hombre no está capacitado para detenerlos, se hacen tan fuertes que no los pueden frenar. Como no han querido tener en cuenta a Dios, los razonamientos se les han vuelto vanos, el corazón entró en tinieblas, y Dios entonces, los entregó a la inmundicia, en las codicias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. Esto último significa que en sus relaciones deshonraron sus propios cuerpos. Vuelvo a decirte, honra tu cuerpo porque éste fue creado a imagen y semejanza de Dios. Tu cuerpo de un vaso de barro, pero está diseñado para contener la gloria de Dios. ¡No lo ensucies! ¡No entregues tu cuerpo a deseos viles! ¡No lo uses para codicias insanas!
Continuamos leyendo en Romanos 1:25 y 26: “…ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”.
Y aquí entramos en un tema de actualidad que es la ideología de género. Entramos en un territorio en que debemos discutir qué enseñan algunos ministros de Dios. Un joven me dijo que su patrón que es de la iglesia tal y que no viene al caso, dijo que en su iglesia se enseña que dentro del matrimonio todo vale y fuera de éste nada. ¿Cuál será el versículo bíblico en que se respaldan para declarar semejante cosa? Se enseña que si la pareja está de acuerdo, pueden hacer cualquier cosa. Perdón si te rompo los esquemas pero creo firmemente que la Biblia no dice eso. Han cambiado la verdad de Dios por la mentira, por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas. No todo es legal en el sexo, no todo es lícito ni bueno. Kinsey es uno de los precursores de la ideología de género y dice: “No existe en mi opinión ninguna relación sexual que se pueda considerar anormal”. ¡Cualquier relación sexual es normal para este hombre! ¡Que le vaya a enseñar a su abuela! Lo que yo te predico hoy es palabra de Dios: “…aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”. No todo vale dentro del matrimonio. Dios es un Dios de diseño y de propósito. El hombre fue diseñado como tal para que cumpla el plan de Dios así también la mujer.
¿Es bueno o malo el placer sexual? El placer es bueno dentro del propósito y de los límites de Dios. El Señor creó el sexo y el placer porque le dio mandamiento al hombre y a la mujer de multiplicarse y si hubiera hecho el sexo aburrido, no se iban a multiplicar. Entonces le puso placer al asunto para que el esposo y la esposa tengan relaciones sexuales y así multiplicarse y llenar la tierra. Aunque el placer no es el propósito sino la herramienta de Dios para su propósito. Pero como toda cosa en exceso es mala, el placer es malo cuando se sale de los límites. Los tallarines son buenos pero si comes en exceso es malo. ¡Todo necesita límites! El diablo te retiene para que no hagas lo bueno y si no logra frenarte te empuja para que sigas de largo.
¿Qué surgió en el corazón del hombre? Pasiones vergonzosas. Pasión es un deseo intenso que no puedo frenar y tengo que hacer lo que hay en mi corazón; y en este caso es una pasión vergonzosa. Hay pasiones buenas, por ejemplo, tener pasión por Cristo es bueno, no puedo frenar, tengo que predicar el evangelio. El apóstol Pablo declaró: “¡Hay de mí si no predico el evangelio!” ¡Eso es pasión! Llueva o no llueva yo tengo que predicar, haya gente o no, yo tengo que hablar del amor de Dios. Pero hay pasiones vergonzosas y esas influyen de la misma manera al ser humano; es un deseo muy fuerte por el cual yo estoy dispuesto a pagar un precio. Pasión es estar dispuesto a padecer y pagar un precio con tal de satisfacer ese deseo engañoso.
Hay hombres que saben que van a perder su familia pero no pueden frenarse. Las pasiones vergonzosas llevaron a las mujeres a cambiar el uso natural de la mujer por el que es contra naturaleza, o sea que hay un uso sexual en la relación de la mujer que es bueno y correcto y hay uno que es malo. Según Kinsey, “No existe en mi opinión ninguna relación sexual que se pueda considerar anormal”. Así que según él se puede tener relaciones con animales, con niños, hombres con hombres y mujeres con mujeres. Ese es el pensamiento de la ideología de género, pero la Biblia dice que hay un uso que es contra naturaleza. Las mujeres no pueden tener hijos por la nariz, tampoco por la oreja, ni por ningún otro lado que no sea el canal de parto. Pero hay personas que tienen pasiones vergonzosas y quieren satisfacer sus placeres sexuales por donde sea y mucho mejor si es desenfrenado. Prueban una y otra cosa y después no saben cómo satisfacer esa fiebre sexual. Hay un ochenta o noventa por ciento de pervertidos sexuales que violan niños, mujeres y hombres; también hay madres que violan a sus hijos y tías que abusan de sus sobrinos entre otras tantas aberraciones. Esos deseos vergonzosos surgen porque no han tenido en cuenta a Dios, no le han dado gracias ni la gloria que Él merece. “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”.
No conocen la verdad o han hecho caso omiso de ésta y desatan la ira de Dios que se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Dios ha pensado en el sexo, en la relación sexual natural y el hombre ha pensado en la relación sexual contra naturaleza, mas el Señor está en contra de esto. El ochenta por ciento de los violadores y pervertidos sexuales que ceden ante pasiones vergonzosas consumen pornografía. Aún hay cristianos que consumen pornografía. Hemos descubierto varios casos de gente que ha usado las computadoras de la iglesia para ver pornografía. Se alimentan de basura y por lo tanto van a producir basura. Padres, no se sientan orgullosos de tener un televisor en cada dormitorio porque sus hijos se encierran a ver cosas que no convienen y ustedes no lo saben. Después se preguntan por qué sus hijos reaccionan de determinada manera…
Hace unos años atrás, me fui a descansar a la casa unos líderes de un hogar de Beraca y cuando vi el panorama los rezongué. Encontré que sus hijas, cada una tenía su dormitorio, y estaban encerradas mirando telenovelas. Ellos estaban salvando almas ayudando a chicos y chicas problemáticos mientras sus hijas se estaban perdiendo. El padre, para servir tranquilo les dejaba el televisor en el dormitorio para que ellas se distrajeran. Pero no pasó mucho tiempo que la hija mayor se escapó por la ventana de su cuarto y se fugó con un muchacho. Luego, al tiempo, la hija menor también se escapó, y volvieron, cada una, casadas y con hijos. Los sueños de que sus hijas sean siervas de Dios quedaron en la nada porque permitieron que fueran alimentadas con programas que las llevaron a seguir sus pasiones vergonzosas. ¿Qué hay de bueno en una novela? Es puro engaño, venganza, seducción, etc.
“Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”. Esto me sugiere que no todo es válido en el matrimonio y yo le creo a la palabra de Dios antes que a las enseñanzas de los pastores que dicen que todo es válido en el matrimonio. No hace falta explicar que algunos órganos del cuerpo tienen esfínteres con una función específica.
Romanos 1:27 dice: “De igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. La lascivia desea beneficiarse a expensas de otros. Uso a una mujer o a un hombre para satisfacer mis deseos por medio del engaño. Por ejemplo, mujeres que hacen trabajos de brujería para atar a un hombre y ese hombre viene como idiota…
“Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:28). Un empresario que ha logrado levantar una gran empresa, por años le ha costado mucho esfuerzo, y por causa de su mente tan reprobada termina destruyendo su familia, entregándole sus bienes a su secretaria. ¡Termina perdiendo todo! El corazón queda en oscuridad porque no aprobaron tener en cuenta a Dios. ¿Qué es esto de no aprobar tener en cuenta a Dios? Es darle gracias y la gloria debida a su nombre; es no olvidar ninguno de sus beneficios, así como decía el salmista: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias. El que sacia de bien tu boca…” (Salmo 103: 1 al 5)
David no se permitía olvidarse de ninguno de los beneficios que Dios le brindaba y daba gracias al Señor por todo. Pero algunos no quisieron tener en cuenta a Dios; David sí, lo tenía en cuenta siempre y disfrutaba de la obra maravillosa de Dios. Imagínate que Dios te alimentara en una estación de servicio como a los autos, y no todos pueden consumir más que un combustible especial. ¡Qué aburrido sería! Pero Dios ha hecho todo para que disfrutes. ¡Agradece a Dios por la comida, por tu familia, por todo!
“Como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades…” Y la lista es extensa, todo viene a partir de no darle la gloria a Dios.
¿Has practicado o aún practicas actividades sexuales contra naturaleza? ¿Consumes pornografía alimentando tu corazón de pasiones vergonzosas y codicias? Estas prácticas te llevan al deseo de deshonrar tu cuerpo por no darle la gloria a Dios. Yo, leyendo estas cosas, aprendí a darle gracias a Dios por mi esposa, por mis hijas, por mis yernos y nietos; agradezco a Dios por la iglesia, por los pastores y líderes, también por la familia de Cristo que me ha dado en Uruguay. ¡Doy gracias a Dios por todo y le doy la gloria! Yo no voy a permitirme tener una mente reprobada ni pensamientos perturbadores. Yo no voy a tener mi corazón en oscuridad. Yo no seré como John Money y Alfred Kinsey que proponen que los niños deben ejercer libremente su sexualidad. Según ellos, la pedofilia, el incesto, el lesbianismo, homosexualismo y la violencia no deben ser penadas. Esa es la mentalidad de las personas que lideran la filosofía de la ideología de género. Una mujer, Shulamith Firestone, señala que hay dos límites para tener relaciones sexuales con niños, uno es el consentimiento del menor, así que si logras el consentimiento del niño puedes tener relaciones sexuales con él, aunque tenga cuatro años; y el otro límite es el biológico, los órganos del niño o niña tienen que ser penetrables. ¡Eso enseña la ideología de género!
En Uruguay ya se aprobó la educación con perspectiva de género y los manuales señalan que hay que deconstruir el matrimonio y la familia tradicional porque coartan la libertad y oprimen a los niños, entonces hay que enseñarles cosas distintas a las que han conocido hasta ahora. Yo quiero formar un club de padres. ¡A mí no me van a callar! Que me hagan juicio y me metan preso; yo caminaré firme en la palabra de Dios aunque tenga que ir a la cárcel. ¿Cuántos padres valientes hay que se atrevan a enfrentar a los directores y maestros? ¡Hoy en día, la maestra es más importante que la madre! La directora de escuela que está en contra de estas enseñanzas, tiene que acatar porque el estado lo ha ordenado.
¡Pero yo sé cuáles son mis derechos! Las autoridades se tienen que someter a la Constitución Nacional. La Constitución señala que los padres tienen el deber y el derecho de criar a sus hijos y encaminarlos en su moral, en su conciencia, de acuerdo a su conciencia y a sus creencias. ¡Ese es el derecho de los padres y no del estado! El estado tiene la obligación de defender mis derechos y no imponerme enseñanzas que yo deploro. Yo no estoy para someterme al estado; éste está para defender mis derechos. ¡Yo tengo derecho de conciencia y el estado no me lo va a robar! Yo tengo derechos de libertad religiosa y de expresión. ¡El estado no me puede obligar! Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres. ¡Defiende tus derechos! ¡Dios me asiste! ¡El Señor está conmigo! No me importa que me denuncien y me hagan juicio; yo prefiero estar bien con Dios y no con los hombres.
¡El mundo se está poniendo pesado! Me enteré de un homosexual que se le metió al auto a un pastor y le pidió dinero; el pastor se negó y el homosexual lo denunció alegando que el pastor le había pedido servicios sexuales y no le pagó. Se viene un sacudón y quien no esté firme va a caer. La gente comenzó a irse de la iglesia porque creyeron a la versión que dijo el homosexual acerca del pastor. Cuando me denunciaron por lo que dije en un programa de televisión, mucha gente se fue de la iglesia y muchos chicos se fueron de los hogares Beraca. El que esté débil va a caer. ¡Que Dios me dé fuerzas, pero yo no pienso retroceder!
CONCLUSIÓN
Tienes que pedirle perdón a Dios si es que no tienes la costumbre de ser agradecido o agradecida y no le das la gloria. Abre tu boca, agradécele y glorifícalo. Dile: “Señor, ayúdame en esta hora. No quiero tener un corazón entenebrecido ni mis pensamientos en tinieblas. No quiero tener razonamientos vanos. Líbrame en esta hora y perdóname, Señor. Yo a partir de hoy voy a ser agradecido contigo y te voy a dar toda la gloria y toda la alabanza”.
Si has cometido prácticas sexuales indebidas, contra naturaleza, y si has obligado a tu novia o esposa a tener relaciones sexuales contra naturaleza pídele perdón al Señor. Si eres mujer, pídele perdón a Dios por haber accedido a esas prácticas. Aunque tu esposo sea la cabeza del hogar y tú debas obedecerlo porque es la autoridad de Dios, yo te digo que el Señor no te obliga a obedecer al pecado. No obedezcas a tu esposo cuando te obligue a cometer actos indebidos, obedece a Dios. ¡El Señor te limpia y te libra en esta hora!
Los hombres, por causa de haber obligado a las mujeres a tener relaciones sexuales contra naturaleza o ilícitas han tenido que pagar abortos; hay mujeres que tomaron las pastillas del día después o han ido a practicarse un aborto. Pídele perdón a Dios y dile que limpie tu pecado con la sangre poderosa de Jesús. Dios hoy te hace libre de las ataduras de las inmundicias y de las pasiones vergonzosas. Tú has deshonrado tu cuerpo, pero el Señor hoy te limpia. Tus pecados son enterrados en lo profundo del mar. “No me acordaré de ellos. No te acusaré. Te bendeciré”, te dice el Señor. Yo proclamo ahora que huyen de tu vida los espíritus de lascivia y de adulterio, de homosexualismo y lesbianismo; huye el espíritu de pornografía de tu vida, en el nombre de Jesús. ¡Huyen los poderes del infierno! En el nombre bendito de Jesús, amén.
INTRODUCCIÓN
El amor de Dios tiene un elemento que es la compasión y ésta es el motor del amor de Dios, que lleva a una persona a padecer por causa de la necesidad de otros. Pasión significa padecer y compasión es padecer juntamente con otro; es decir que, si alguien tiene tristeza, yo me entristezco como esa persona. Padezco juntamente con ella. Me duele lo que está viviendo el otro como si a mí me estuviera sucediendo lo mismo que a esa persona. Eso mueve mi corazón y mis decisiones, direccionándome hacia la necesidad del otro. ¡Para Dios la compasión es extremadamente importante! La compasión hace que te enfoques en el quebranto y en la necesidad de las personas de tal manera que te lleva a dejar de lado tu propia necesidad.
Tal vez alguno diga: “¿Y yo qué? ¿Y mi problema?” ¡Dios está contigo! Su mandamiento es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No es, te amarás a ti mismo. A mí me alcanza con el amor de Dios y me alcanza con saber que si amo al prójimo, el amor de Dios obrará en mi favor y el Señor suplirá todas mis necesidades y mientras yo cuido de otros, Él cuida de mí. Si yo tengo compasión por otros, Dios tiene compasión de mí, y si yo socorro a otros, Él me socorre a mí.
El mundo se rige por el egoísmo, el hedonismo y el egocentrismo; y el evangelio viene a combatir esos conceptos y viene a instaurar el amor de Dios que mira la necesidad del otro y me acerca al prójimo. La compasión es entonces un aspecto especial del amor de Dios que me lleva a actuar en favor del necesitado. La película: “La Pasión de Cristo” significa “el padecimiento de Cristo”, y su padecimiento no fue por Él mismo sino por la humanidad. La compasión enfoca la dirección de mis pensamientos y de mi accionar. Si yo me centro por ejemplo en las ganas que tengo de comer y me choco con alguien que tiene hambre, pierdo de vista la necesidad de esa persona porque estoy enfocado en que quiero ir a comer. Y si me siento cansado o no tengo tiempo porque ando afanado, no puedo ver la necesidad de otros. Mis sentimientos me direccionan, pero si hay compasión en mi corazón, mis ojos y mis sentimientos se enfocan en ayudar a los que me rodean. La Biblia señala que es más bienaventurado dar que recibir. ¡Son dichosos los que dan! ¡Son bendecidos! Y no sólo me refiero al dinero, al abrigo o a los alimentos; se trata de dar lo que haga falta, como un consejo, como ofrendar mi tiempo. O sea que dejo de lado el tiempo que tengo para mí y lo dedico a ayudar a otra persona como por ejemplo mandándole un mensaje. ¡Todo eso es dar!
LA COMPASIÓN TE GUÍA A LA VOLUNTAD DE DIOS
Más bienaventurado es dar que recibir, y bienaventurado significa dichoso. Significa: son más felices los que dan que los que reciben. Pareciera ser que los que reciben se ponen contentos por un momento, pero quienes reciben más gozo y satisfacción son los que dan. Esto es una verdad bíblica que si no las has experimentado debes hacerlo. ¡No te pierdas el beneficio de dar! Experimentarás gozo al dar.
Yo estoy feliz por los veintiséis años que llevo en Uruguay predicando el evangelio y no es que la gente me ha pagado bien. Yo sé lo que es sentirse extranjero en una tierra que no es tuya. A los uruguayos les provoca rechazo y fastidio los argentinos. En Uruguay se sienten orgullosos de lo humildes que son. En general, en este país se trata muy bien a los extranjeros, pero no tanto a los argentinos. ¡Yo lo he vivido en carne propia! La prensa, los políticos y un montón de gente me han tratado con un cariño extraordinario. Algunos decían: “¿Y qué tiene que decir este argentino acá? ¡Que se vaya a su país!” Pero Dios me mandó a Uruguay y me plantó aquí; el Señor me hizo adoptar a Uruguay y amo a los uruguayos. Oro por este país y creo que he derramado más lágrimas por esta nación que los propios uruguayos. Llegué con una mano atrás y otra adelante, mas Dios me ha bendecido y así como declaró José, el Señor me ha prosperado en la tierra de mi aflicción. En mi país nunca fui acusado como lo han hecho en Uruguay con toda clase de difamaciones. ¡Hasta de traficante de menores me acusaron! Ahora me dicen homófobo, retrógrada, que promuevo el odio, etc. Y no es por eso que estoy amargado sino que estoy dichoso por Cristo, porque todo lo que hice en los veintiséis años, fue dar. A veces me siento cansado, agotado, predico a veces tres cultos en un día y me encuentro con gente que necesita hablar conmigo, entonces los atiendo y me voy a mi casa muy tarde en la noche…
Una joven venía todos los domingos, me abrazaba y me decía que yo era su papá, pero le dije en una oportunidad que el chico que le gustaba no le servía y no la he visto más. ¡Se terminó el amor hacia mí como papá! A veces los consejos molestan. A veces uno no quisiera ser pastor, no quisiera darles consejos a determinadas personas, pero Dios nos puso para eso. ¿Cuál es el resultado de todo esto? ¡Soy un hombre feliz! Bienaventurado o dichoso es aquel que da. Hay gente que da, pero no está bien enfocada; da, pero lo que lo motiva no está guiado por la misericordia ni por la compasión. Solamente aquellas cosas que hacemos direccionados por la compasión están dentro de la voluntad de Dios. Nosotros damos muchas cosas, pero movidos por motivos egoístas del corazón. Haití recibe mucha ayuda de personas extranjeras que hacen donaciones tal vez por motivo de conciencia, pero estas personas dan sin sabiduría. Digamos que la compasión lleva a la persona a dar con sabiduría y con justicia. Porque a veces cuando damos, pero no somos guiados por la compasión, perjudicamos más de lo que bendecimos.
En Haití se ha desarrollado la “cultura del mangueo”. Las personas que van a allí y dan, se van felices por su conciencia, pero no son conscientes de que han ido generando esa cultura del mangueo en los haitianos ya que éstos esperan siempre que llegue alguien con billetes verdes. Cuando construimos el hogar de niños de Haití, con capacidad para albergar a cien niños, estábamos felices porque quedó hermoso y soñábamos con verlo lleno de niños que habían quedado huérfanos. Mientras íbamos construyendo el hogar de Beraca, fuimos a conocer otros hogares; y en Haití muchas personas se preparan para pedir.
Conocimos una mujer que albergaba en su casa unos cuantos niños y ella tenía una carpeta muy sucia y maltratada con papeles de inscripción muy mal hechos. Ella, mostrándonos la carpeta, nos dijo que necesitaba dos mil dólares mensuales para poder llevarlo adelante. Esta mujer pedía y pedía plata y a mí me molestaba por lo que le dije que nosotros estábamos en plena edificación de un hogar y nos estábamos gastando el dinero que teníamos en la construcción; le recalqué que nuestra intención no era solventar otros hogares pero que iríamos a visitar su casa y si Dios nos demandaba, con gusto la ayudaríamos. Y fuimos a conocer el lugar, muy pequeño, muy precario, había mucha mugre y los niños estaban sucios y llenos de moco. No era un ambiente lindo sino más bien triste y los niños no eran felices allí, pero a esa mujer le servía porque la mentalidad de ella es que si los niños están sucios y mal vestidos, que si el piso es de tierra y faltan provisiones, entonces genera lástima en la gente y ésta terminaría ayudándola. En Haití les conviene mostrar miseria ya que si la gente ve que las cosas están relativamente bien, entonces no les van a dar. Yo le ofrecí que se fuera a nuestro hogar con los niños y armaríamos un equipo, pero se negó. Las chicas que fueron a visitar el hogar conmigo les preguntaron a los niños si habían comido y ellos les dijeron que hacía días que no comían, en realidad no sabíamos si era cierto o es que le habían enseñado a decir que no comían para dar lástima. La mujer no quiso irse con nosotros alegando que Dios le ha revelado que ella tenía que estar allí y que yo debía tener misericordia y ayudarla. Entonces le increpé: “¿El Dios que te dio la visión no te dio la provisión? ¿Fue Dios quien te mandó a tener a estos niños sin comer por días? ¿Dios te manda a tenerlos mugrientos y lleno de mocos?” Están esperando recibir pero no tienen un corazón acorde al de Dios; esperan recibir pero no tienen intenciones de mejorar la casa o de alimentar mejor a los niños. Cuando damos, queda claro que debemos tener dirección y esa dirección la da la compasión. La compasión te lleva a invertir en otros con sabiduría. ¡Dios necesita gente compasiva!
No son tantos los que dan, y no me refiero sólo al dinero sino a aquellos que dan su vida y lo que sea necesario en beneficio de otros. Analizaremos la vida de Jesús; en Mateo 9:36 leemos: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”. En varios lugares encontraremos a Jesús rodeado de multitudes. ¿Qué ve Jesús en la multitud? Posiblemente si nosotros vemos una multitud, sólo nos sentiremos curiosos de ver qué están haciendo, pero no pasa de ahí. Mas Jesús al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas. El Señor vio que estaban desamparadas y dispersas; Él veía a las multitudes como ovejas abandonadas que no tenían quien las guíe, entonces se compadecía de ellas. Después de un día de trabajo arduo, Jesús hubiera dicho a sus discípulos para ir a Mac Donald a comer porque tenía hambre y después se irían a descansar porque había que seguir trabajando al otro día.
LA COMPASIÓN TE ENFOCA Y TE DIRECCIONA
Si no hay compasión en nuestro corazón aparece alguna otra prioridad. Pero si hay compasión, ésta te va a enfocar en las necesidades que Dios te quiere mostrar y tienen que ver con sus prioridades y no con las tuyas. Cuando no hay compasión, te enfocas en tu hambre, tu cansancio, tu trabajo o estudio, etc. Pero si hay compasión entonces me enfoco en las personas y en sus problemas; yo no puedo pasar de largo cuando veo la cara de una persona que está quebrantada. Si la compasión está en mí, me detengo para hablar con esa persona. No pondremos como excusa que tenemos mucho para hacer aunque todos tenemos mucho que hacer.
Para enfocarnos en algo tenemos que dejar de lado alguna cosa; seguramente quitaremos tiempo al descanso, a la comida, a la televisión, etc. A alguna cosa le robaremos tiempo a la hora de enfocarnos en los demás. La compasión es la que te hace enfocarte en aquello que Dios quiere. ¿Tú quieres conocer la voluntad de Dios? Yo te digo que los que tienen compasión conocen la voluntad de Dios. ¡Ya no ores que Dios te muestre su voluntad! Tu oración debe ser que el Señor te llene de amor y de compasión por los demás porque si hay amor, ese amor no te dejara estar ocioso y sin fruto, y lo que hagas será de bendición. Es más, dejará de ser una carga lo que estás haciendo; si a ti te toca hacer la comida y no hay amor, cocinar se transforma en una carga muy pesada.
Hoy en día se les dice a las mujeres que no hay que ser esposa ni madre porque eso es una tiranía, entonces son esclavas y viven oprimidas por el macho en una sociedad opresora y patriarcal, y critican a la iglesia que promueve el matrimonio y la familia. Yo conozco mujeres que son una bendición como esposas y me quito el sombrero al ver la clase de madres que son. Yo me deleito en ver a mis hijas cómo dedican tiempo y amor en criar a sus hijos, cómo juegan con ellos y esos niños son felices. Para ellas no es una esclavitud ser esposas y madres. A las mujeres les enseñan que si tienen hijos no tendrán futuro, vivirán oprimidas toda la vida, atadas a las obligaciones que les imponen los hombres. Les enseñan a tener aversión por los hombres. Mira que hay mujeres que son peores que muchos hombres, luchan por que la mujer sea igual al hombre; nada de sexo, sí igualdad. En un artículo que leí, alguna feminista señala que la erección del miembro masculino es una agresión contra la mujer. En otra publicación, un transexual de cincuenta y dos años de edad, pasa a la transedad. Antes de transformarse en mujer, se llamaba Pablo y estaba casado. A los 46 años de edad, abandonó a su esposa y sus siete hijos para vivir lo que considera su vida «verdadera». En una entrevista detalla su lucha por convertirse primero en una mujer y, después, en una niña de seis años de edad que habita en un cuerpo de un hombre de más de 50 años. Se viste como una niña y habla como una niña y es un hombre grande y corpulento. ¡Es terrible lo que está sucediendo en el mundo!
Jesús al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas. ¡La gente está desorientada! ¡Dios tiene compasión por las personas! Leemos en Mateo 14:14: “Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”. A Jesús le vino un deseo ferviente de ayudar a los que estaban enfermos; el Señor no vio otra cosa más que gente enferma en esa multitud. Reitero, la compasión te enfoca en las necesidades de las personas. Mateo 15:32 dice así: “Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino”. Justamente, lo que la gente estaba necesitando, es lo que Jesús estaba percibiendo. En momentos era el hambre, en otro, las enfermedades, o los veía desorientados como ovejas que no tenían pastor. Y ahí estaba Jesús sintiendo compasión, orientado en la dirección de la voluntad de Dios.
Cuando Jesús estaba en la tierra se compadecía de la gente y hasta se olvidaba de sus propias necesidades. Juan capítulo 4 relata que el Señor se dirigía a Galilea y le era necesario pasar por Samaria; cansado del camino, se sentó junto al pozo mientras los discípulos iban por comida; allí se encontró con una mujer samaritana y le dijo: “Dame de beber… La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?… Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás… Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad”.
Quiero mostrarte con esto, cómo Jesús se enfoca en la necesidad de las personas. Estoy en condiciones de asegurarte, después de haber ayudado a muchas mujeres y decirte que cualquier mujer que haya tenido varios maridos se siente fracasada y vacía. Los judíos no pasaban por Samaria porque era abominable, mas la Biblia señala que a Jesús le era necesario pasar por allí. “En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?… Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”.
¡El hambre te puede enfocar en tu necesidad de comer, pero la compasión te enfoca en la necesidad de la persona que está a tu lado! La compasión te hace poner tus derechos a un lado para atender las necesidades de otros. ¿Quieres conocer la voluntad de Dios? La voluntad de Dios se conoce cuando su compasión y su amor se mueven en mí. Dios no quiere que esto te quede sólo como una enseñanza sino que seas lleno hoy de su compasión y mires por las necesidades de tu prójimo. ¡La compasión te desenfoca de tus propias necesidades!
Estaba Jesús en Getsemaní orando y sudando gotas de sangre porque no quería ir a la cruz, y si el Padre le presentaba otra posibilidad no tendría que sufrir. “Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” (Marcos 14:36). Jesús podía haber huido de allí, sin embargo, estaba delante del Padre diciéndole: “Que sea tu voluntad y no la mía”. Y se quedó allí porque era la voluntad del Padre y sabía que debía morir en la cruz del calvario para cambiar su vida por la nuestra. Cuando llegó la pascua en que Jesús sería crucificado, y Él sabía que iba a ser azotado, clavado y crucificado en esa pascua, dice la Biblia que afirmó su rostro para ir a Jerusalén (Lucas 9:51). Los que lo rodeaban sabían que algo le iba a suceder allí y ninguno quería que fuera, y dice Mateo 16:22: “Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca”. Jesús estaba acostumbrado a compadecerse de la gente y cuando Pedro le dice eso, Jesús lo mira a los ojos y le dice: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”. ¡Su compasión por mí y por ti lo hizo ir a Jerusalén! La compasión por la gente que era la voluntad de Dios, lo hizo ir a Jerusalén aun sabiendo que iba a padecer. Jesús no estaba para compadecerse de sí mismo; Él tenía gozo de saber que su padecimiento tenía un gran fruto y era nuestra salvación. ¿De qué me libró Jesús? ¡No tengo ni idea de qué me habrá librado! Según la prensa yo soy un sinvergüenza y reconozco que tengo cara de sinvergüenza, pero Cristo perdonó mis pecados y cambió mi corazón y aunque tengo cara de sinvergüenza, soy siervo del Dios Altísimo.
Si Jesús hubiera tenido compasión de sí mismo, hubiera seguido el deseo maquiavélico de satanás. Mas el Señor le dijo a Pedro: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”.
LA COMPASIÓN NO ELIGE LA CONVENIENCIA
Te voy a decir algo muy importante y es que tu conveniencia no es la voluntad de Dios. Muchas veces resolvemos cosas razonando qué es lo más conveniente o qué es lo que no conviene; pero lo que es conveniente para nosotros no es necesariamente la voluntad de Dios y nuestra conveniencia se levanta contra los designios de Dios. La compasión no elige la conveniencia; la compasión elige la voluntad de Dios. Posiblemente, para Jesús la conveniencia era no ir a Jerusalén, o haberse escapado de Getsemaní para guardar su vida. Cuando haces lo más conveniente y lamentablemente se ha instalado en el mundo, y desgraciadamente también en el mundo de la política, la teoría de la conveniencia, ya no importa lo que está bien o está mal, lo importante es lo conveniente. De acuerdo a la conveniencia se elige, sin importar la verdad y sin importar lo que está bien o mal. ¡Lamentable pero es así!
Y los cristianos no estamos exentos de eso porque siempre elegimos la conveniencia; tenemos que estudiar, trabajar, estamos cansados y hambrientos, etc. Y al final no hay lugar para la compasión. Dios quiere hacer una obra nueva en tu corazón. Si tu corazón no se enfoca en lo que Dios quiere no estás demostrando que eres un siervo de Dios ni que para ti lo más importante es el reino de Dios y su justicia. Estás demostrando que para ti no es importante la voluntad de Dios.
El apóstol Pablo había hecho muchas campañas de evangelismo y fundó una gran cantidad de iglesias en toda Asia, en todo el mundo de oriente conocido en aquel entonces. Había llegado a muchos lados. Y habiendo terminado sus giras de predicación del evangelio decide ir a Jerusalén, entonces dijo: “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:22 al 24).
Ojalá quedaras ligado y ligada al Espíritu hoy, y marches a donde Dios te guie. Dice Hechos 21: 8 al 14: “Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien, viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aún a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor”.
Pablo conocía la voluntad de Dios y a pesar de las profecías que eran ciertas, decidió no tener compasión de sí mismo sino de la gente. El plan de Dios era que Pablo les predicara el evangelio a los gobernantes de Jerusalén, de Cesarea de Filipo y a los de Roma. No es lo mismo lo que razona tu intelecto que lo que Dios razona. La dirección de Dios no es la misma que tu intelecto ya que éste te guía hacia tu conveniencia, pero la compasión de Dios siempre te va a guiar en otra dirección. Por eso Jesús dijo: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo”. Una cosa es que te guie tu conveniencia y otra muy distinta es que te guie la compasión de Jesús. La compasión de Dios no te dejará mirar hacia otro lado cuando hay una persona necesitada, algo harás por ella. Si es necesario sacrificarás tu vida por los demás y no serás una persona desgraciada porque más bienaventurada cosa es dar que recibir declara la palabra de Dios. ¡Serás feliz! Dios suplirá todo lo que te falta y verás las maravillas del Señor.
CONCLUSIÓN
Cuando es Dios quien guía también provee; y provee una paz que sobrepasa todo entendimiento y el gozo del Señor, que no es el gozo de haber recibido dinero o de encontrar empleo, sino como decía Nehemías, el gozo del Señor es mi fortaleza (Nehemías 8:10). ¡Dios hoy te ha hablado! Él quiere irrumpir en tu vida y no lo hará sin tu consentimiento porque el Señor te dio libre albedrío, pero Él te ha hablado y está golpeando a la puerta de tu corazón, déjalo que ponga su amor y su compasión y así obrarás conforme a su dirección. Muchos chicos de los hogares de Beraca se molestan porque los mandan a preparar la comida y no pueden hacer otra cosa que quieren; si la compasión de Dios está en ti, a la hora de preparar los alimentos será un poema y los que coman tu comida se deleitarán. Lo que te toque hacer, lo que Dios te mande a hacer será un gozo. Si el Señor te da diez hijos serás la mujer más feliz y esto va en contra de lo que dice el mundo, como que tener hijos es una desgracia. Así que yo les digo a las mujeres que tengan hijos; sean madres de muchos hijos y disfrútenlos. Sean esposas y deleiten a sus esposos y no crean que son esclavas porque Dios las declara benditas. ¡Son benditas las mujeres que hacen la obra de Dios! Tener hijos no es una esclavitud, pero abortarlos es un crimen. No te sentirás oprimido u oprimida porque Dios te dará una libertad que nada tiene que ver con tus razonamientos. Dijo Jesús: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. La verdad es la voluntad de Dios.
El Señor quiere romper las ataduras del egoísmo, del hedonismo y la autosatisfacción en ti. ¡Dios va a darte placer! ¡El Señor va a sustentarte y te dará gozo! Tú encárgate de hacer por otros lo que Dios quiere que hagas. Dios llenará tu corazón de compasión y lo que te mueva a partir de hoy ya no serán los motivos egoístas de tu corazón, sino que sentirás compasión por tu prójimo y serás guiado por el amor de Dios a bendecir a los demás. Que no pase desapercibido este mensaje en tu vida, pídele al Señor que ponga en ti su corazón para compadecerte como Él se compadeció. La compasión es de Dios y la quiere derramar sobre tu vida hoy, recíbela en el nombre de Jesús, amén.
INTRODUCCIÓN
En la historia de Génesis vemos que Dios toma a un hombre que no tiene historia y que no es famoso, para hacer algo grande con él. Jesús eligió como discípulos a doce hombres que tampoco tenían historia y no vinieron de un lugar importante; ellos eran conocidos como gente del vulgo sin letras, es decir, gente común y corriente. El Señor no necesita gente especial para hacer la obra que Él quiere hacer; lo que verdaderamente le importa, es el corazón de esa gente. Quien pone la sabiduría, la gracia y el poder es Dios, por lo tanto el Señor no depende de tu cara para hacer su obra. Dios llamó a Abraham y le dijo: “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”. Este hombre no tenía historia y no era una persona importante pero Dios toma a esa persona y decide hacer algo importante. No es que somos importantes sino que el Señor nos hace importantes y quiere hacer contigo lo que hizo con Abraham.
¿Quieres ser bendecido? ¿Quieres ser bendecida? A Dios no le sirve que sólo quieras ser bendecido o bendecida, no le alcanza con eso, es muy poca cosa para Él que seas bendecido. He conocido empresarios importantes y muy bendecidos que han acumulado mucho dinero, ellos han querido dejarles su legado a los hijos pero esa herencia fue un desastre y terminó destruyendo la familia. No es suficiente la bendición porque al final esa bendición puede transformarse en una terrible maldición. Un empresario de Brasil dueño de la fábrica de árboles de navidad y de adornos más grande del país, contaba con una flota de camiones que cubría muchos lugares de Brasil; este empresario se llenó de dinero y cuando cumplió setenta años de edad no sabía qué hacer con la fábrica y con su dinero. Tenía un hijo gay que se fue a vivir a Nueva York, al que le importó un bledo la fábrica o lo que hacía su padre. ¡Es importante que seas bendecido y bendecida pero lo más importante es que seas bendición! Cuando Dios te bendice no sólo quiere que seas bendecido; su anhelo es que seas una bendición, lo que significa que las personas que te rodean serán afectadas positivamente con la bendición que tú tienes. ¡No sirve de nada que seas bendecido si no eres bendición!
LA HISTORIA DE ABRAHAM
“Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”, le dijo Dios a Abraham. De verdad el nombre de Abraham es reconocido en todo el mundo y él dejó un legado de bendición. Los descendientes de Abraham conforman hoy el estado de Israel, una nación bendecida. Hace poco estuvimos recorriendo Israel y hemos venido enamorados de lo que está aconteciendo en esa nación. Ellos son capaces de venderle tecnología a todo el mundo por ejemplo, todos los celulares cuentan con tecnología israelí. Venden desde las cosas más sencillas a las más sofisticadas. Hay países alrededor de Israel que tienen cien veces más superficie, si no es más; son países grandes en la región que cuentan con palmeras y dátiles pero el exportador más grande de dátiles en el mundo es Israel. Un judío me declaró: “Dios nos ha bendecido con la nada. Al no darnos nada, nos ha obligado a usar la inteligencia”. Ellos han aprendido a sembrar palmeras en el desierto. Yo nunca me imaginaría plantando bananos en Israel. ¡Ni se me ocurriría! Los bananos crecen en climas cálidos y húmedos con mucha vegetación. ¡Ellos han plantado bananos en el desierto! ¡Es impresionante! Han adquirido la capacidad de hacer que maduren por etapas así no se les echan a perder. En otros países las bananas maduran todas a la vez por lo que se llena el mercado de esta fruta hasta que te salen hasta por las orejas. Como se satura el mercado hay que venderlas baratas, pero los israelitas han aprendido cómo hacer para hacerlas madurar por etapas y no todas juntas por lo que no saturan nunca el mercado ni su precio se reduce. Lo que he visto en Israel es increíble.
Abraham dejó un legado. Dios le dijo: “Haré de ti una nación grande…” A mí me tiene sorprendido cómo una nación con tan poca cantidad de habitantes, nueve millones, más o menos, tiene un desarrollo impresionante. Estados Unidos tiene más de trescientos millones, China e India unos mil quinientos millones, Brasil, ciento sesenta millones, más o menos. Pero Israel tiene nueve millones de habitantes y su economía está entre las primeras del mundo. Ellos les venden tecnología de seguridad a los países más importantes. ¡Es un país bendecido! Casi todos los días arrojan misiles sobre Israel y en estos últimos días la nueva modalidad es producir incendios, así aconteció días atrás, que habían focos de incendio en Israel y se suponía que eran provocados por terroristas, cincuenta focos en diferentes partes del país.
En esa nación hace mucho que no llueve, es muy seco, a esto se le agrega el viento y los terroristas comenzaron a armar incendios; en cuestión de dos días había ciento veinte focos y esto fue en aumento. El primer ministro pidió a las naciones que les ayudaran a mitigar los incendios y gracias a Dios, países como España, Turquía, Rusia y Francia enviaron aviones grandes para colaborar. Hubieron miles de evacuados porque los incendios afectaron las ciudades, entonces le escribí a un amigo que vive en Israel preocupado por la situación y él me respondió: “Amigo Jorge, no te hagas problema, ya están los doscientos veinte focos apagados”. Ni con los ataques que reciben dejan de ser una nación de gente feliz y bendecida. Hemos estado ahí y no parece que están en guerra, y de continuo están recibiendo ataques. ¡Israel es una nación bendecida porque Dios la guarda!
Dios le dijo a Abraham: “Haré de ti una nación grande”. ¡No la pueden aplastar! Le dijo más: “Te bendeciré y serás bendición”. Abraham es una bendición para su descendencia hasta el día de hoy. Te hablo de un hombre que tuvo contacto con Dios hace cuatro mil años atrás pero las consecuencias de esa relación con Dios nos siguen hasta hoy. Israel es una nación sumamente bendecida y guardada por Dios porque el Señor se agradó de un hombre que le creyó a Él. La Biblia dice que Abraham le creyó a Dios y le fue contado por justicia; las promesas que el Señor le dio a Abraham se concretan por el hecho de que él creyó, caminó y obró por esas promesas.
Una promesa que no conozco, no la puedo reclamar, por ejemplo, si alguien recibe una herencia pero nunca se enteró de ello, esa bendición se pierde. El creyente debe conocer la palabra de Dios, debe conocer sus promesas y creerlas, entonces le sucederá como a Abraham. Dios te da sus promesas y las cumple; tu parte es creer en esas promesas que el Señor te ha hecho. Leemos en Gálatas 3:29: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”. Esto significa: las promesas que Dios le dio a Abraham también son para mí. Si tú eres de Cristo entonces eres del linaje de Abraham por lo tanto eres heredero o heredera de las promesas de Abraham.
MI HISTORIA
Dios me tomo a mí y me hizo pastor, pero yo de pastor no tenía nada ni quería tenerlo, y eso no dependía de mi cara. Dios me quería pastor y por cuanto me escogió, me tomó y me hizo tal como Él quería. Mis planes personales eran egoístas, yo quería bendición para mí, pero Dios quería que yo fuera bendición para muchos. Hoy, después de muchos años de haberle creído al Señor y haberle dicho que sí, he visto su promesa cumplirse. Mira que yo de consejero no tenía nada, menos de misericordioso; yo era cristiano porque me había criado en la iglesia y creía en la palabra de Dios, pero no me importaba mucho el sufrimiento de la gente. Mi pensamiento era que si la gente oraba, Dios la ayudaría pero que no me embromaran a mí. Y después de muchos años veo las maravillas que Dios ha hecho conmigo y con mi familia.
Mi hija mayor recientemente cumplió años de casada y fuimos a celebrarlo en un centro comercial pero no entramos por la puerta principal sino por la parte de un supermercado y llevábamos bolsos; entonces se nos acercó un guardia de seguridad y nos dijo que debíamos dejar los bolsos en los lockers. Yo le dije que íbamos a pasar por ahí hacia la parte del shopping, entonces el hombre me mira y exclama: “¡Pastor Márquez, Dios lo bendiga! Yo no voy a la iglesia pero lo conozco y quiero decirle que usted ha bendecido mi vida. Yo lo escucho todas las noches por la radio”. Nos despedimos del hombre y seguimos caminando, y a unos veinte o treinta metros salió una mujer que atendía un quiosco y gritó: “¡Pastor Márquez! ¿Cómo le va? ¡Dios lo bendiga! Hace mucho que no voy a la iglesia, pero usted ha bendecido mucho mi vida”. Mi esposa y yo nos quedamos un rato conversando con la mujer y terminamos orando por ella y bendiciéndola. Desde que habíamos ingresado al centro comercial, en un rato nos encontramos con tres personas que nos conocían y nos saludaron. Cuántas personas como ellas hay que ni siquiera asisten a la iglesia pero han recibido bendición, y yo me alegro mucho. No es por mi linda cara, por mi inteligencia ni porque tenga misericordia, pero Dios ha hecho de mí una bendición. ¡He bendecido a miles de personas! ¡Cuántos matrimonios, cuántos drogadictos, cuántas personas tristes y amargadas he bendecido! Yo me glorío en el Señor por ello. Y el Señor quiere hacer esto contigo. Si tú eres de Cristo perteneces al linaje de Abraham y eres bendito, eres bendita porque Dios ya lo declaró hace cuatro mil años por lo tanto debes creer que Dios ha hecho de ti una bendición para el mundo. Si no lo sabías, ya lo sabes hoy y si no lo creías, es tiempo de que lo hagas. ¡Tú te tienes que transformar en la bendición que el Señor ha determinado que seas! Tu vida cobra valor y sentido cuando decides ser aquello que Dios pensó para ti. El Señor nunca bendice a nadie que no sirva para bendecir a otros. Él no te va bendecir para que esa bendición se te pudra adentro y no la impartas, es más, la bendición no sirve si no bendice a otros. Tal vez te regalaron algún dulce o conserva en un frasquito y tú lo guardaste; de pronto te das cuenta que han pasado meses y años y no has abierto ese frasco que terminó por vencerse, por lo que ya no sirve para nada. Ese producto era una bendición cuando te lo regalaron, pero estuvo mucho tiempo guardado y dejó de ser una bendición. ¡Mira tu vida, no seas que te estés pudriendo! ¡Que la bendición que Dios ha puesto dentro de ti no se eche a perder! Tú has sido llamado para ser bendecido y para ser bendición, y para que Dios haga de ti una nación grande.
¡Así es el Señor! Él toma a alguien que no tiene historia, que no tiene méritos ni antecedentes importantes y lo transforma en una bendición. La Biblia está llena de estos ejemplos. Hombres que no podían creer que Dios los iba a usar como sucedió con Moisés. El Señor escogió un tartamudo para ir a hablar con faraón y cuando Moisés comenzó a excusarse de que era tartamudo para hacer semejante obra, Dios le afirmó que Él le dio la boca por lo tanto iría ante faraón a hablarle las palabras que le daría para que hablase. La palabra de Dios es muy poderosa y genera lo que el Señor está declarando que sucederá. Cuando Dios envía su palabra a tu corazón, envía bendición, tú debes compartirla y no dejar que se te pudra adentro. La palabra de Dios tiene poder suficiente para producir aquello que el Señor ha dicho. Cuando Dios dijo: “Sea la luz”, no sólo lo dijo sino que hizo surgir la luz. Si Dios hoy te habla contra ese espíritu de amargura que te aqueja, esa palabra tiene poder para hacer desaparecer la amargura de tu vida y sin importar cuánto tiempo hace que ese sentimiento está en tu corazón, desaparece al instante en el nombre de Jesús. Si hay en tu corazón impotencia o tristeza que no has podido superar en años, y has hecho fuerza para no sentirte así por lo que trataste de distraerte con muchas cosas para salir de eso, el Señor te dice: “Yo quito hoy tu tristeza y te hago libre”. La palabra de Dios tiene poder para arrancar de raíz toda tristeza, toda amargura, inseguridad e impotencia.
Hoy Dios te está hablando y sucederá que bendición entrará a tu vida, pero tienes que asegurarte que esa bendición no será agua estancada. Jesús dijo que de nuestro interior brotarían ríos de agua viva. En la medida que tú das bendición recibes bendición, ese es el trato con Dios. A Dios no le sirves bendecido sino como bendición. ¡Es muy poca cosa que seas bendecido! He visto cómo mucha gente se jacta de la bendición que tiene y me pregunto si con tanta bendición serán de bendición para los demás. Dios, que ama al hombre, está dispuesto a bendecirlo y necesita hombres y mujeres bendecidos pero dispuestos también a bendecir. ¡El Señor lo va a hacer hoy contigo! Te puedo hablar de Moisés, de Josué, de David y de tantos otros siervos de Dios de la Biblia que no tenían un gran currículum pero fueron bendecidos y de bendición para su pueblo. El gobierno de Israel me ha invitado a su nación y para ello me pidieron que mandara mi currículum pero con lo único que cuento es con lo que Dios ha hecho conmigo. Soy pastor de una iglesia grande y bendecida; una iglesia que llenará la nación de la gloria de Dios.
LA HISTORIA DE GEDEÓN
El libro de Jueces capítulo 6 habla acerca de una situación que vivía Israel y era que los madianitas dominaron por siete años al pueblo. Jueces 6:1 dice así: “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. 2 Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. 3 Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. 4 Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos”.
Cuando no hay bendición en tu casa, se te rompe alguna cosa, cuando por fin lo arreglas se rompe otra cosa que también arreglas, pero después cae un hijo enfermo, cuando se sana, tu marido te deja y se va. Cuando no hay bendición de Dios todo se destruye, pero cuando cuentas con su bendición, todas las cosas ayudan a bien. No hay nada malo que venga contra ti, que Dios no pueda usar para bien en tu vida. La aflicción que vivía el pueblo de Israel los llevó a clamar a Jehová. Ellos se habían alejado de Dios y edificaron muchos altares a dioses extraños de distintas naciones. Las naciones tienen dioses para distintas funciones, por lo que si eres un marino conviene que tengas a la diosa del mar, y también está el dios de la montaña, del fuego, de la guerra, etc. Cuando una mujer quiere conquistar a un hombre va a un curandero el que invoca al dios que hace trabajo de endulzamiento para que esa persona se enamore de ella, pero el curandero ni siquiera le pregunta si ese hombre es soltero o casado entonces le pide algunos productos para hacer el trabajo como por ejemplo la miel así le hace el trabajo de endulzamiento para que el día en que ese hombre mire a la mujer, quede prendado. Las personas echan mano a distintos dioses de acuerdo a sus necesidades; Israel había caído en ese engaño, cuando Dios les había ordenado: “A tu Dios amarás y a Él solo servirás”. ¡El Señor es el Dios de tu vida! Es Dios de tu economía, de tu matrimonio, de tu familia, de tu ciudad, etc. ¡El Dios nuestro fue quien creó todas las cosas! “En su aflicción clamaron a Jehová”, señala la Biblia. Así fue que el Señor levantó a un hombre que libraría al pueblo de las manos de los madianitas. El pueblo de Israel estaba temeroso y preocupado, lo que los llevó a esconderse en cuevas y también escondían el trigo que cosechaban porque los madianitas que eran miles, llegaban con gran cantidad de camellos y devastaban la tierra. Así, dice la Biblia, empobrecía Israel.
Leemos en Jueces 6:11 al 14: “11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. 13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”
Aquí está la clave. No te elige por tu linda cara, tú no sirves, no tienes dinero, no conoces gente importante y no cuentas con un ejército; tú no tienes fuerzas y no sabes cómo hacer pero aquí la clave está en la frase: “Yo te envío”. La clave es que Dios te escogió, eso hizo con Moisés; él le dijo a Dios: “Manda al que tengas que mandar, yo no sirvo para esto”. “Yo te he escogido a ti”. No importa lo que sabes sino lo que Dios sabe; no se trata si puedes hacerlo porque lo importante es que Dios puede. Tú tienes que tener un corazón dispuesto para hacer lo que Dios quiere de ti; Él tiene los recursos que se necesitan para hacer de ti lo que quiere que seas. Dios no ve lo que ve el hombre. Gedeón era muy temeroso y cobarde. Estaba tratando de limpiar el trigo para después esconderlo, antes de que llegaran los madianitas. Era un israelita más que tenía temores, porque los madianitas eran muchos y ellos pocos. Mas Dios habla conforme a lo que Él quiere de la persona. Dios tomó a un adolescente de un campo de Belén que cuidaba ovejas y le dijo: “Tú eres rey de Israel”. ¿Quién puede ver a un rey en un pequeño pastor de ovejas? No es lo que tú ves; lo que importa es lo que Dios ve. Tal vez tú no puedes, pero lo que importa es que Dios puede. El Señor no te escogió porque eres bueno o porque oras mucho; Dios te escogió porque Él es Dios y puede hacer contigo lo que nadie se imagina.
Sucedió que Gedeón comenzó a creerle a Dios aunque le parecía demasiado exagerado lo que Dios le estaba declarando de él: “Hombre esforzado y valiente”. Gedeón sabía que de esforzado no tenía mucho y menos de valiente pero esa era la visión que Dios tenía de él. Leamos nuevamente Jueces 6: 13 y 14: 13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”
Con éstas tus fuerzas tú destruirás a los madianitas y lo harás porque te mando yo. Sólo si Dios te manda, el equipamiento lo pone Él porque quiere que seas una bendición. Gedeón no sabía si estaba despierto o soñando entonces quería una prueba. Jueces 6: 36 al 40 dice: “36 Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. 38 Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. 39 Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40 Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío”.
Después de esto se dio cuenta que verdaderamente el Señor lo había escogido para salvar al pueblo, pero antes, Dios lo manda a destruir un altar a Baal que tenía su padre y Gedeón aún estaba temeroso: “25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; 26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. 27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche” (Jueces 6:25 al 27).
Gedeón obedeció a Dios pero hizo lo que le encomendó de noche para que nadie se diera cuenta, ¡pero todos se dieron cuenta y lo querían matar! Mas el Dios que le dijo que él iba a vencer a los madianitas mantuvo su palabra y no iba a permitir que lo mataran porque lo había escogido para destruir a sus enemigos. Gedeón mandó a llamar a gente de todas las tribus de Israel y congregó treinta y dos mil hombres para la guerra, gente sin experiencia en guerra y sin armas. Treinta y dos mil hombres para enfrentar a un ejército de ciento veinte mil soldados. Gedeón se habrá preguntado: ¿Qué hago con treinta y dos mil hombres contra un ejército de ciento veinte mil? Sigamos leyendo Jueces 7:2 y 3: “2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil”. Veintidós mil tuvieron miedo y temblaban y se volvieron a sus casas. ¡Mira los valientes de Israel! Quedaron diez mil. Me imagino a Gedeón preguntándose: “¿Qué hago con diez mil frente a un ejército de ciento veinte mil además de los miles de camellos que tienen? Para Dios es indistinto si eres lindo o eres feo, lo que importa es que Él esté en el asunto. Si tú eres de Cristo, eres del linaje de Abraham entonces eres heredero de sus promesas. ¡Dios quiere hacer de ti una gran bendición para el mundo! “Te bendeciré y serás bendición”. Es mucho más importante ser bendición que ser bendecido, pero no puedes ser bendición si primero no eres bendecido.
Habló nuevamente Dios con Gedeón. “4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas” (Jueces 7: 4 al 6). Gedeón pensó: “Tendré que luchar con esos nueve mil trescientos”. Pero Dios le contesta: “No, con los nueve mil trescientos no, con los trescientos enfrentarás al ejército madianita”. ¡Dios puede! El Señor saca recursos donde tú ni te imaginas.
“16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. 17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. 18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón! 19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! 21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento…” (Jueces 7: 16 al 22)
Una trompeta es suficiente para un ejército, pero Gedeón contaba con trescientas, una por cada hombre. Habían trescientos hombres que no tenían espada ni lanzas, tampoco caballos, pero tenían trompeta. De pronto, todos al unísono tocan las trompetas, rompen las vasijas y se pueden ver trescientas antorchas encendidas de un lado y de otro; uno creería que hay un ejército terrible pero eran sólo los que tocaban las trompetas. Se levantaron los soldados madianitas y comenzaron a matarse entre ellos.
CONCLUSIÓN
Te bendeciré, engrandeceré tu nombre, serás una gran nación, serás bendición. La parte que más me ha tocado es: “serás bendición”. Yo veo la bendición que es Abraham hasta el día de hoy, el legado que le ha dejado a su descendencia; veo lo que dice el apóstol Pablo en Gálatas 3 que si soy de Cristo, soy descendiente de Abraham y son mías las promesas. Señala la Biblia que la promesa de Dios a Abraham no fue para sus simientes sino para una sola que fue el más importante, Jesucristo. La bendición reposó sobre Jesús. Parecía un fracaso la cruz, la muerte de Jesús y su sangre derramada, pero desde la perspectiva de Dios era la victoria más grande que ha acontecido en el mundo. ¡Cristo resucitó! Dios tiene recursos que no tienen los hombres. ¡Yo soy descendiente de Abraham! ¡Yo soy una bendición! ¿Tú eres bendición?
Muchas personas declaran que no están preparados para predicar, quieren esperar un poco más y hacer un curso o algo así. Yo te voy a dar una clave: Si tú no das lo que ya tienes, Dios no enviará más bendición sobre ti. Tienes que dar de lo que tienes; no importa si es poco, tú dalo y el Señor te dará más a ti. Tienes que creer que Dios te transformará en una bendición. ¡Que no se te pudra la bendición adentro!
Viene a mi memoria un hombre que no tiene brazos y piernas, su nombre es Nick Vujicik; él quiso suicidarse por causa de su condición y vivía deprimido hasta que creyó que Dios tenía un propósito con él. Este hombre se casó, tiene hijos, recorre las naciones dándole aliento a quien no tiene aliento. ¡Dios puede! ¡No mires tu condición! Sólo oye la palabra de Dios. El Señor te ha hablado y te quiere bendecir. Que tu existencia no sea sin sentido e infructuosa como la vida de cualquier vecino. Que tu vida produzca las grandezas de Dios. Cuando Dios dice que te bendecirá y te usará, Él tiene poder para que te muevas en su poder. ¡El Señor cuenta con los recursos que necesitas para ser quien Él quiere que seas!
Dile a Dios: “Señor, estoy dispuesto. He creído que lo que has hecho con Abraham harás conmigo; también puedes hacer conmigo lo que has hecho con Gedeón. Tú sacaste un rey de detrás de unas ovejas en unos campos perdidos de Belén. ¡Tú eres grande y poderoso! Yo no soy nadie, pero tú me has mirado Señor, tú me has escogido. Di la palabra que tienes para darme, Dios. Yo soy bendición y voy a impartir bendición. Me has dado tu palabra y la he creído. Yo no seré una bendición, ya soy una bendición, tú lo has determinado así, desde el mismo instante que pronunciaste bendición sobre Abraham también diste bendición a su descendencia y yo sé que soy descendiente de Abraham porque soy de Cristo; yo sé que mi herencia es la misma de Abraham. Te doy gracias, Señor. El mundo verá lo que tú eres capaz de hacer con una persona como yo. Hoy estoy seguro, estoy segura que soy una bendición para mi familia, para mis amigos, para mi barrio y para todos los que me rodean. Yo soy una bendición para mi nación. El mundo verá tu gloria. Gracias Dios, amén”.
INTRODUCCIÓN
Quiero hablarte acerca de conceptos que debemos entender bien y mantener firmes en nuestras vidas; uno de ellos es que el matrimonio no es un proyecto entre dos personas, sino que es un proyecto de Dios. Por lo tanto no existe eso de que ibas pasando, la miraste, entonces vino un angelito y quedaste flechado; esas son cosas que tienen que ver con el folklore del enamoramiento, del noviazgo y del matrimonio pero es Dios el que está en el asunto del matrimonio desde que naces hasta que mueres. Es el Señor el que guía tu vida, sólo que tú tienes que dejar que Él vaya al volante. Dios forma los matrimonios, por ejemplo, lleva a una persona a otro país y allí se enamora; así sucedió con una de las jóvenes que está ayudando en el hogar de niños en Haití: Vanny se fue de Uruguay a servir en esa nación y allá Dios la casó con un hombre de color. En mi caso fue distinto, ya que Marta, mi esposa, vivía al lado de mi casa, así que yo jugaba a la pelota con mis hermanos y la arrojaba para la casa del vecino, entonces me asomaba y gritaba: “Marta, ¿puedo pasar? ¡Quiero sacar la pelota!” Lo cierto es que fue Dios quien intervino, y no cupido. Yo vivía al lado de la casa de Marta y me crié con ella y nunca me había percatado de lo linda que era y un día dije: “¡Uuuuuuuuuu!”
Dios diseñó al hombre y a la mujer, los dos tienen distintos diseños, no sé si estás al tanto del asunto. Debemos tener en cuenta que cuando existe un diseño, existe también inteligencia, por lo que donde hay diseño hay inteligencia; yo no creo que un vaso haya sido pensado por la casualidad sino lo hicieron con un fin y es el de contener líquidos. Alguien lo pensó y alguien lo diseñó y siempre, detrás de un diseño hay inteligencia. En el caso del hombre, la inteligencia es de Dios y no de la madre naturaleza ni del azar; yo no creo que el azar sea tan inteligente para formar un hombre tan bien formado y tan lindo como yo, tampoco creo que haya creado una mujer tan linda como mi esposa. Como yo soy inteligente, no puedo creer que de la nada surgió un ser humano como yo, pero eso es lo que se enseña en las escuelas y universidades para justificar el hecho de que Dios no existe, que provenimos de la materia, que somos fruto de la casualidad o del azar. El azar hizo a una mujer, que vino a existir en el mismo tiempo en que existía un hombre, que también hizo el azar para que ellos se juntaran y tuvieran hijos. ¡Esto es difícil de creer!
Dije que hay diseño y hay inteligencia y si hay diseño e inteligencia entonces hay propósito, porque si tú encuentras algo que no tiene forma ni se sabe para qué es, tal vez lo haya hecho la casualidad, en cambio un tenedor por ejemplo, fue hecho con un propósito, alguien pensó que a la vaca había que pincharla. El tenedor es fruto de un diseño inteligente y el propósito de éste no es tomar sopa sino pinchar los alimentos sólidos y llevarlos a la boca. ¡Todo diseño tiene propósito!
TODO DISEÑO TIENE PROPÓSITO
Cuando Dios hizo al hombre y a la mujer, los hizo con un propósito, y cuando los unió en una relación llamada matrimonio también fue con un propósito; no es una unión casual ni un proyecto entre un hombre y una mujer sino que es un proyecto de Dios, por lo tanto hay propósito y los proyectos de Dios son trascendentes. El Señor no creó a los hombres y a las mujeres y los puso en el mundo para luego observar a ver qué hacían sino que Él tiene proyectos con la humanidad; su plan era poblar el planeta Tierra y rescatarlos para formar una familia, para darles vida eterna y que esas personas poblaran el reino de Dios y reinaran juntamente con Él.
El matrimonio no es la imposición de la religión ni de la sociedad; el matrimonio es un proyecto con propósito de Dios para bendición del mundo y el Señor pensó el matrimonio para que las generaciones a través de éstos fuesen bendecidas, seguras, llenas de esperanza, felices y animadas.
Dios no quiso poner una carga opresora sobre el hombre y la mujer sino que quiso bendecir al mundo, porque su deseo fue que no haya hijos rechazados o no deseados. El Señor siempre quiso que los hombres amaran a las mujeres y que éstas los amen a ellos y deseen tener hijos, y que usen sus diseños tanto de mujer y de hombre para ser los mejores padres y las mejores madres. Para que el plan saliera bien, Dios puso virtudes en el hombre y en la mujer, y les dio a cada uno ciertas cosas que el otro no tiene y desea. La mujer desea tener a su lado un hombre que la cuide, que la ame y la proteja, ella necesita apoyarse en él; la mujer de Dios quiere y necesita ser la ayuda idónea del hombre y luchar junto a él por los proyectos de Dios.
Dice Génesis 2.24: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Dios creó a la mujer del costado del hombre; cuando Dios sacó la costilla de Adán sacó algo de él e hizo una mujer y se la presentó al hombre, por lo que Adán declaró: “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne…” Ya no serían dos sino una sola carne, esto es, unidos en todo lo que tiene que ver con lo natural, unidos en cuerpo, en alma y espíritu. Dios no hizo a la mujer para que ésta sea competencia del hombre. Cuando la mujer se harta del hombre o se desencanta de él, quiere independencia, quiere ser ella y que el hombre no se meta en su vida, de ahí surge el matriarcado, es decir, el gobierno de la mujer en el hogar, donde la mujer lleva los pantalones y el marido no existe. Hay mujeres que dicen que no necesitan un hombre para tener hijos, ellas se eligen a la carta el semen de cualquiera y tienen los hijos que quieren porque se saben manejar solas y no necesitan de nadie. ¡Esas mujeres son una costilla autogestionante!
Cuando el hombre no entiende qué es él es para la mujer, cuando no entiende para qué fue creado en relación a la mujer, se cree el macho, de ahí surge el machismo, esto es cuando el hombre se cree superior a la mujer y ésta tiene que obedecerlo y someterse porque él es el hombre. Cuando éste piensa que es superior se produce un desbalance moral; si para él la mujer es inferior no le tiene que rendir cuentas a ella porque es el macho, entonces se puede acostar con cualquiera, en cambio su mujer no. En el mundo hay muchos hombres que destrozaron sus hogares porque se creyeron que podían adulterar cuanto quisieran.
En un encuentro de matrimonios en el que estuvimos ministrando, una mujer le confesó a su esposo que le había sido infiel en el tiempo en que estuvieron separados; la separación fue provocada por él ya que se drogaba además de ser muy mujeriego. En ese tiempo en el que estuvieron separados y en que él no quería saber nada de su esposa, aunque ella lo buscaba porque quería reconciliarse, viendo que era imposible, sucedió que la mujer se encontró con un ex novio y se acostó con él. El marido se enteró de esto en el encuentro en el que participaron, y se fue muy enojado. Cuando el hombre se cree superior, acepta para él normas morales que no acepta para la mujer.
Dije que cuando la mujer se cree superior al hombre surge lo que llamamos el matriarcado y cuando es el hombre que se cree superior surge del machismo; todo esto son distorsiones del plan de Dios. La Biblia nos enseña que el matrimonio es un prototipo o un reflejo en la tierra de lo que sería la relación espiritual que existe entre Cristo y la iglesia, también nos enseña que Jesús es la cabeza de la iglesia y la ama de tal modo que se entrega, dando su vida por ella, la cuida y la sustenta, así debe ser el varón. La iglesia se sujeta y ama a Cristo y le es fiel; eso es lo que el matrimonio está llamado a ser, un reflejo de la unión entre Jesucristo y la iglesia. El Señor está enamorado de su amada y la iglesia es la unión en un solo cuerpo de todos aquellos que han sido limpiados por la sangre preciosa de Jesucristo y tienen vida juntamente con Él; Jesús ya les ha dado vida y están unidos desde aquí abajo y por toda la eternidad.
Los hombres debemos aspirar a ser con nuestras esposas como Cristo es con la iglesia. Dios decidió que por la unión del hombre y la mujer sean un solo cuerpo, lo cual significa que no hay separación y que esa unión es para siempre hasta que la muerte los separe, y estableció que la relación entre el hombre y la mujer debe ser una relación de pacto así como Cristo estableció una relación de pacto con la iglesia. Al celebrar la Santa Cena, cuando Jesús levantó la copa de vino y la bendijo, dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros”. (Lucas 22:20) Jesucristo se comprometió con nosotros mediante un pacto y quiero hablarte acerca de la importancia del compromiso y de lo que nosotros declaramos con nuestra boca ya que cuando un hombre y una mujer hacen un pacto hablan con su boca y prometen mutuamente amarse en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza y ser fieles el uno al otro hasta que la muerte los separe.
Hay algo muy importante a resaltar en un pacto; la Biblia dice en 2ª Timoteo 2:13: “Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo”. El amor de Dios con nosotros es un pacto unilateral ya que el Señor se compromete conmigo a ser fiel aunque yo le sea infiel. Cuando existe un verdadero pacto entre un hombre y una mujer no es un contrato entre dos personas sino una unión de dos personas que unilateralmente se prometen amor y fidelidad en cualquier circunstancia. El amor no cobra, sino que da; entonces la mujer promete al hombre amarlo pase lo que pase, aunque él le sea infiel y aunque no cumpla lo que promete y el hombre declara exactamente lo mismo. No depende de cómo se comporte mi cónyuge ni de lo que haga, porque yo he decidido delante de Dios amarlo.
El matrimonio no es un contrato ya que en éstos hay clausulas, por ejemplo, está especificado que si tú pagas tienes derecho a recibir lo que se estipuló pero si no lo haces entonces te cobran multa; en definitiva, un contrato se trata de que si tú cumples con tu parte yo también cumplo con la mía pero si no haces lo que prometiste yo soy libre de no cumplir lo que te he prometido; esto, pues, es muy diferente a un pacto. El pacto matrimonial es como el que Dios tiene con la iglesia; Él nos amó con amor eterno y no lo hizo porque somos buenos, a mí no me amó porque soy bueno ya que no lo soy ni me amó porque soy justo, Dios me amó desde la eternidad con amor eterno porque es su condición y su fidelidad es inamovible. Al hablar de fidelidad entendemos que hablamos de algo que no existe en el corazón del hombre, sólo existe en el corazón de Dios y en quien el Señor ha puesto el poder y la capacidad de ser fiel.
El matrimonio es la unión de personas que han entendido que Dios es el autor del verdadero matrimonio ya que hoy en día vemos unión entre dos hombres, dos mujeres, etc. Yo me refiero al que diseñó el Dios inteligente; el Señor pensó en la unidad entre el hombre y la mujer para cumplir sus proyectos eternos. Yo tomo muy en serio las uniones matrimoniales y me siento un héroe cada vez que caso a una pareja; está tan vapuleado el matrimonio y tan complicado, que aquellos que luchamos por el matrimonio que Dios estableció realmente somos héroes.
Con mi esposa nos fuimos al interior del país a oficiar un matrimonio y nos regresamos enseguida ya que comenzaba en Monte Beraca un encuentro para matrimonios, pero al llegar a la ceremonia les dije a los novios que estaba ahí porque consideraba que el casamiento era un acto sublime ya que donde hay un hombre y una mujer que quieren invitar a Dios a que selle ese pacto es algo maravilloso. Creo que estamos haciendo historia en un país con altos índices de divorcio, más que casamientos, esto es porque la infidelidad es el fruto del corazón del hombre. En la ceremonia de la que participé, el juez de paz dijo a los novios entre otras cosas que se debían fidelidad uno al otro. Yo quedé impresionado porque el estado no enseña de fidelidad, más bien apoya el hecho de que las personas pueden tener relaciones con quien quiera, donde quieran sin que nadie le pueda recriminar, ni siquiera el cónyuge. Según el estado tú puedes acostarte con el vecino a sabiendas de tu esposo porque eso forma parte del derecho al placer sexual de las personas. Así que por un lado te permiten esas prácticas y por otro te dicen que los contrayentes de deben fidelidad mutua. El estado les pide a las personas una virtud que sólo Dios tiene y que existe en un matrimonio, siempre y cuando Dios sea el primero en esa unión. Si Dios es primero en el matrimonio, entonces habrá fidelidad; en cambio, las personas que rechazan y repudian al Señor y se alejan de Él son propensas a infidelidades y divorcios porque salen de la dimensión de la gloria y del poder de Dios.
El Señor exige que tu “sí” sea sí y que tu “no” sea no y no quiere que uses la conveniencia luego de haber empeñado tu palabra. Algunos se casan prometiendo amar a su cónyuge en la salud, en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, etc. Pero al tiempo se lamentan: “¿Qué te habré visto para casarme contigo? Debí haber estado ebrio para haber aceptado”.
Conocí una pareja que estuvo siete años de novios porque querían estar seguros de que se amaban antes de tomar la decisión de casarse; siete años fornicando sin ningún compromiso aparente, para asegurarse de que a la hora del matrimonio todo iba a funcionar bien, pero se casaron y a los tres meses se separaron. ¡La fidelidad no surge del corazón del hombre, sino del corazón de Dios! Cuando un matrimonio busca a Dios con todo su corazón, el Señor resiste los poderes del mal que quieren destruir su proyecto. El matrimonio de Dios está diseñado y pensado por Él desde el Edén; el matrimonio civil del estado es una invención de éste que surgió muchos siglos después. Es infinitamente superior y más importante el casamiento religioso o aquel que se lleva a cabo ante Dios, que el matrimonio civil. Los jueces dicen que es el único matrimonio que reconoce el estado de la República Oriental del Uruguay y no reconoce otro y hay muchas contradicciones al respecto.
Como Dios ama al hombre y desea que las generaciones que nacen sean bendecidas, quiere matrimonios bendecidos, quiere esposos que amen a sus esposas y esposas que amen a sus maridos y que tengan un pacto de fidelidad entre ellos, sustentados en la gracia y el poder de Dios.
Malaquías 2:13 dice así: “Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto”. Dios no está obligado a aceptar tu ofrenda, si ésta no le agrada, porque Él ve tu corazón. En estos versículos, la Biblia te enseña que si eres desleal con tu esposa, el Señor no recibirá con agrado tus ofrendas. Yo fui áspero con mi esposa en un tiempo, pero leí en el Nuevo Testamento que no debíamos ser ásperos con nuestras esposas y que debíamos vivir con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso frágil y como coherederas de la gracia de la vida para que nuestras oraciones no sean estorbadas, y yo quería la bendición de Dios. Para que el Señor me escuchara yo tenía que dejar de ser áspero con mi esposa y no era fácil para mí porque muchas cosas que ella hacía o decía me desagradaban, entonces me enojaba, pero cuando entré en razón de que mis oraciones iban a ser estorbadas, decidí tratarla bien. Yo le decía con cariño: “¡Hola, mi amor!” Y lo miraba a Dios como diciéndole: “¿Viste como la trato no?” No te digo que cambié de un momento a otro pero desde ese tiempo hasta hoy he ido mejorando en mi trato con mi esposa. Hoy en día vivo agradecido por ella, lo que antes me molestaba de Marta, ahora me causa gracia. Dios puede transformar tu corazón y tu mirada y llevarte a aceptar a una persona así como es, y aun así amarla igual. Mi esposa se siente bendecida y cuando yo la bendigo y la trato bien ella me bendice, entonces al ser bendecido por ella, la re contra bendigo y ella en respuesta me re contra bendice y así vivimos bendecidos.
EL PACTO CON LOS GABAONITAS
Leemos en 2ª Samuel 21: “Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas”. Los gabaonitas eran una especie de remanente de los amorreos, eran un pueblo que quedó de la conquista de Israel en la época de Josué, cuando Dios le dijo que le daría la tierra prometida y le ordena que destruya las ciudades de los amorreos, a sus dioses y a sus moradores, hombres y mujeres porque les entregaría la tierra a ellos ya que el Señor estaba hastiado de los amorreos por causa de sus fornicaciones, de su idolatría y crímenes. Entonces Josué salió a conquistar la tierra y la orden fue que no debía quedar nadie vivo, mas los gabaonitas viendo todo lo que había sucedido, armaron un plan para hacer alianza con el pueblo de Israel y en Josué 9 leemos: “Mas los moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai, usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso. Y vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con nosotros…Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto, y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán… Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros. Este nuestro pan lo tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso. Estos cueros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino. Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová. Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de la congregación. Pasados tres días después que hicieron alianza con ellos, oyeron que eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos. Mas todos los príncipes respondieron a toda la congregación: Nosotros les hemos jurado por Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no les podemos tocar”.
A Josué y a los príncipes del pueblo les había parecido veraz lo que les habían contado los gabaonitas y accedieron a hacer alianza con ellos pero no consultaron a Jehová para ver qué debían hacer. Una vez que sale la palabra de tu boca, Dios quiere que seas fiel a lo que has dicho, por eso dice la Biblia que vamos a dar cuenta de toda palabra ociosa que salga de nuestros labios. No podrás justificarte delante del Señor en ese día, que no sabías lo que estabas diciendo. ¡Dios tiene en cuenta y anotada cada palabra ociosa que sale de nuestra boca! Entonces Jesús dijo: “No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies…Pero sea vuestro hablar: Sí, sí y vuestro no, no…” Dios detesta que habiendo hecho un pacto, no lo cumplas.
Cuando el pueblo de Israel se dio cuenta que había metido la pata ya no había vuelta atrás porque sabían que Dios les iba a demandar que cumpliesen el juramento que habían hecho. Pasaron de esto más de cuatrocientos años, ese fue el período de los jueces, después de ellos vino el período de los reyes y entonces llega el primer rey, Saúl; y cuenta la Biblia que éste, por celo a favor de los israelitas mató a casi todos los gabaonitas. Según lo que nos relata 2ª de Samuel, quinientos años después de esto, hubo hambre en Israel y David le pregunta a Dios, y el Señor le dijo: “Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas”. Uno se pregunta por qué no sucedió eso en el tiempo de Saúl y ocurrió cuando David estaba reinando; porque Dios es Dios de las generaciones y cuando hay maldad en el corazón de las personas, la maldición puede que le llegue ahora, mañana o pasado mucho tiempo. Si eres fiel a tu esposa o a tu esposo, si tu si es si y tu no es no, Dios te bendecirá a ti y después de ti a tus generaciones. “…Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”, dice el Señor. ¡Yo sé que mis generaciones serán benditas! Yo no estoy trabajando sólo para recibir bendiciones en esta tierra, los que me siguen también recibirán bendiciones; tengo muchos hijos espirituales y ellos van a recibir bendición por haber recibido la palabra que les he predicado.
2ª de Samuel 21:2 y 3 dice así: “Entonces el rey llamó a los gabaonitas, y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.) Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?” La heredad de Jehová eran los israelitas, ellos eran los bendecidos. Dios le había dicho a Josué que los conquistara y destruyera porque Él estaría con Josué. El pueblo de Israel contaba con el respaldo de Dios pero resulta que ahora había una hambruna tremenda en la nación y tenían que ir a los gabaonitas para saber qué es lo que ellos querían a cambio de que los perdonen y bendigan. ¿Qué tenían que perdonar los gabaonitas a los israelitas? Tenían que perdonarlos porque faltaron al pacto que habían hecho con ellos. En lugar de ir los gabaonitas a pedirles su bendición a los israelitas fue todo lo contrario, porque hubo un pacto que no se cumplió. 2ª Samuel 21: 4al 6 nos dice: “Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis, haré. Ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel, dénsenos siete varones de sus hijos, para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey dijo: Yo los daré”.
Dios demandó que el pacto sea cumplido y Él te va a demandar a ti lo que le has prometido a tu cónyuge delante de su presencia. En el caso de los matrimonios, Dios va a exigir que se cumpla con fidelidad el pacto y sabemos que esto no será posible si no es con el poder de Dios. Algunas mujeres dirán: “¡Es muy difícil lo que me está pidiendo Dios porque a este hombre no lo aguanto más!” Tendrías que haberte dado cuenta antes de abrir tu boca; tú te comprometiste con tus palabras que ibas a amar a tu esposa y le ibas a ser fiel. “Ah pero ya no puedo serle fiel. ¿Quién la aguanta a mi mujer?” La fidelidad no viene de tu corazón ni de tu voluntad sino de tu relación con Dios. El Señor es fiel y obrará en ti para que tú seas fiel.
Un matrimonio es una relación entre tres personas no dos, es el esposo, la esposa y Dios en el medio; Dios en la cama, en la cocina y en todos lados. Lleva esto también a otros ámbitos de tu vida. ¿En qué te has comprometido en tu trabajo? ¿Qué fue lo que le prometiste a tus amigos? No te desdigas, no seas como los que no tienen Dios porque tú tienes Dios y debes cumplir con las palabras que has hablado. “Pastor, pero es difícil” ¡Claro que es difícil! Si no fuera así entonces no necesitarías a Dios, pero la prueba de que caminas con Dios es que aun en las situaciones más difíciles y complicadas cumples con lo que prometiste porque estás confiando en el Dios que te acompaña, que te respalda, te sustenta, te cubre, te defiende y te bendice. Claro que para poder disfrutar de una vida y un matrimonio bendecido tienes que amar a Dios con todo tu corazón y establecer un pacto con Él. Sucederán muchas cosas que no entiendes y te preguntarás por qué Dios permitió eso y el Señor te responderá: “Prometiste amarme pase lo que pase y confiar en mí en todo tiempo”. Confío en ti Señor, en las tinieblas y en la luz, en la enfermedad y en la guerra, donde sea que me encuentre confío en ti. Te amo, Señor. Yo he hecho un pacto contigo y nunca te voy a reprochar nada. Y Dios ha hecho un pacto conmigo y me ha dicho: “Nunca te voy a reprochar nada, te voy a amar”.
CONCLUSIÒN
Cuando pienso que Dios me amó y no le importó cómo era yo, me maravillo por lo grande de su amor porque no dependió de que si yo lo merecía o no y cuanto más vil era yo, más me amaba el Señor. El vínculo que tenemos con Dios nos ayuda en el vínculo con nuestro prójimo; no amamos a las personas porque nos gustan, porque son lindas y buenas, las amamos porque el amor de Dios está en nosotros y las valoramos porque Dios las valora. El Señor te ayude a mejorar tu relación con Él, con tu cónyuge y con tus hijos. Nosotros no sabemos ser fieles, hemos postergado a nuestros hijos por algún afán de la vida.
El hombre que casé me dijo que le gustaba tanto su profesión y que ésta le demandaba tanto que él podría trabajar diez o doce horas diarias y aun los fines de semana, y por eso fue que perdió su primer matrimonio porque no supo cuidar a su esposa e hijos. Lo que sucede es que si uno valora más otras cosas que a Dios se le desacomodan todos los valores en le vida. No es más tu trabajo que tu esposa, no es más tus ganas de salir a cazar o tu deporte que tu esposa; tu casa y todo lo que puedas conquistar no son más que tú esposa porque el valor más grande que tienes es ella misma. ¡El valor más grande que tienes es tu esposo, mujer! Quien entiende esto, entiende que el valor más grande por sobre todas las cosas es Dios. Sólo entenderás el valor de las cosas cuando entiendas el valor de Dios.
Si le fuiste infiel a tu cónyuge, si fuiste infiel a la hora de cumplir un contrato o una promesa dile a Dios: “Señor, no te valoré a ti y he perdido tanto, me he enfriado y ni siquiera sé cómo pasó. Me enojé con alguien y guardé ese enojo y eso endureció mi corazón entonces dejé de congregarme y de orar. Hoy recibo tu palabra Señor, y entiendo que tengo que temblar a tu palabra, que tengo que valorarla y creerla. Padre, lo que tú me enseñas hoy es de mucho valor y puede repercutir en bendición o en maldición para toda mi vida y después de mi existencia aquí en la tierra. Líbrame de mis maldades, Señor. Ayúdame a cumplir mis pactos y líbrame de tomar livianamente lo que sale de mi boca, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
Quiero hablarte acerca de algo que hace mucho daño a cristianos y a no cristianos; los creyentes no se han dado cuenta de la manera en que determinadas cosas golpean y demuelen su fe y los transforman en personas débiles y fracasadas, las transformen en gente que no tiene fuerzas ni iniciativa alguna y no cree en la victoria: Me refiero al temor.
Este es un poder espiritual que paraliza a las personas, que las transforma en cobardes e impide que puedan enfrentar determinadas circunstancias. Los cristianos creemos que las circunstancias que vienen a nuestras vidas son un ejercicio que nos impulsa a salir adelante y a vencer; creemos que después de cada dificultad salimos fortalecidos, estamos más crecidos y maduros, y que a través de las pruebas aprendemos cosas nuevas que quedan grabadas en nosotros y son elementos que nos llevan a ser victoriosos en nuevas circunstancias.
Las personas que no logran atravesar las dificultades se quedan paralizadas en el tiempo y comienzan a comer y a beber el fracaso, y tienen falta de idoneidad para enfrentar las cosas que les depara la vida. Las personas que tienen temores dejan de ejercitarse, por ende dejan de crecer y madurar. Los temores son una fuerza negativa y operan como una especie de fe negativa que no viene de Dios sino del infierno: Tienes fe de que algo malo te va a suceder, sientes miedo de enfermarte o que tu hijo se enferme de algo malo; sientes miedo a la hora de emprender una relación sentimental porque ya has sufrido y crees que los hombres te van a lastimar, entonces decides juntarte a un hombre pero te abstienes de amarlo. El temor produce desconfianza, inseguridad, angustia y falta de iniciativa. Si vives atemorizado o atemorizada no digas que tienes fe en Dios; si ante alguna circunstancia te angustias, no digas que tienes fe en Dios. Si ante una circunstancia declaras: “Esto no lo puedo enfrentar”, o “esto es más de lo que puedo soportar”, o como dicen los jóvenes: “esto me puede”, si como muchos, dices que ya no aguantas más, has determinado un decreto contra ti: ¡Has decretado que tienes límites que no podrás sobrepasar!
El apóstol Pablo, ante los problemas declaró: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Con Él puedo enfrentar cualquier circunstancia y no se trata de que el apóstol Pablo fuera orgulloso o soberbio sino que había conocido el poder de Dios sobre su vida y sabía que era más grande y más poderoso que todos los problemas que pudiera enfrentar. ¡Pablo no confiaba en él sino en Dios!
UTILIZA LOS RECURSOS DE DIOS
Es importante que el creyente confíe en sí mismo pero no que lo haga ausente a la seguridad o a la certeza de que Dios está con él. Lo más importante que tiene un cristiano es la presencia del Espíritu de Dios en su corazón y no ha surgido ninguna fuerza en el universo que pueda doblegar la fuerza del Espíritu Santo, es más, no ha habido circunstancia o poder que haya vencido a Dios. Tú puedes declarar como el apóstol Pablo que todo lo puedes en Cristo que te fortalece, no porque confías en ti sino porque confías en el poder de Jesús que lo levantó de entre los muertos. El Señor venció la muerte, que fue el poder más importante que tenía satanás; él tenía las llaves del abismo y de la muerte, pero Cristo le arrebató esas llaves venciendo con poder.
Hay cosas que tenemos en nuestro armario de recursos a las que echamos mano a veces, como algún medicamento para calmar alguna dolencia; en nuestro diario vivir tenemos un armario con recursos para enfrentar circunstancias y hay armas que no son buenas, porque las armas que no son de Dios, no son buenas. Reitero, si las armas que usas no son de Dios, no son buenas. Por ejemplo, con mi esposa cumplimos treinta y nueve años de casados y hemos enfrentado juntos muchas adversidades pero en nuestro armario de recursos no contamos con un arma que diga “divorcio”. Muchos creen que pueden poner fin a un problema matrimonial con el divorcio pero ni Marta ni yo tenemos en nuestro armario la alternativa “divorcio” y jamás se nos cruzó por la mente semejante planteo, y eso que hemos tenido muchos problemas como cualquier matrimonio, pero nunca echamos mano a un recurso que no es de Dios. La Biblia dice que Dios abomina el divorcio o la disolución del matrimonio. Por lo tanto, con mi esposa hemos solucionado nuestros conflictos con otras armas pero el divorcio no está en nuestra lista.
Cuando no cuentas con las armas de Dios surgen otras armas que te dan soluciones que no vienen de Dios, pero las soluciones que no vienen de Dios, no sirven. En este tiempo, la iglesia y yo estamos atravesando circunstancias adversas; Uruguay está sufriendo una persecución religiosa. Hemos salido en los periódicos y en los programas de televisión, lo cierto es que le están pegando a muchas iglesias. ¡Nos están persiguiendo por causa de nuestra fe! Yo vengo a ser “el cuco” o “el viejo de la bolsa” y se han dicho muchas cosas acerca de mí y de mi iglesia; lo cierto es que la angustia y la impotencia han golpeado a la puerta de mi corazón pero yo no tengo en mi armario la idea de que “esto me puede” porque yo no cuento con esa arma ya que no hay nada que me pueda a mí porque yo soy de Cristo. ¡La Biblia declara que soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó! (Romanos 8:37). Date cuenta cuáles son las armas que sirven… ¡Las que sirven están en la palabra de Dios! Si la Biblia señala que todo lo puedo en Cristo que me fortalece yo tengo que echar mano de esa arma.
El cristiano que usa la palabra de Dios, opera con ella, que es la espada del Espíritu, y señala la Biblia que la palabra de Dios es más cortante que toda espada de doble filo y penetra hasta partir el alma y el espíritu. ¡No hay arma más poderosa que la palabra de Dios!
Yo que estoy atravesando muchas dificultades, busco en la palabra de Dios y me encuentro con el Salmo 37: 32 y 33: “Acecha el impío al justo, y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando le juzgaren”. Otra versión declara: “Acecha el malvado al justo, y procura matarlo. Jehová no lo abandonará en sus manos, ni tolerará que sea condenado en el juicio”.
Por un lado escucho voces que me dicen que me van a comer crudo; algunos hermanos y amigos me dicen: “¡Cuidate! Me he enterado que te van a comer”. Ellos me ayudan con eso a tener miedo. Lo que me produce temor no viene de Dios ya que todo lo que viene de Él nos da fuerza y aliento; tú no debes tener miedo de tus circunstancias sino que debes tener temor de Dios y cuidar tu relación con Él. Si haces eso, los problemas que estás atravesando estarán en las manos de Dios y el Señor te ayudará. Dios declaró que no dejará que seas condenado en el juicio y tampoco te va a abandonar en sus manos. ¡El Señor no te dejará en manos del malvado! ¡Él no te va a abandonar! ¡Créelo!
La palabra de Dios tiene poder; cuando el Señor dijo: “Sea la luz”, su palabra fue pronunciada y se hizo la luz. Dios le dijo a Moisés que extendiera su vara sobre el Mar Rojo y le ordenara que se abra. ¡La palabra de Dios es poder! Moisés obedeció a Dios, extendió su vara, le dijo al mar que se abriera y éste se abrió. Tu recurso más importante es creer en la palabra de Dios y alimentarte de ella. Si desconfías de la palabra de Dios, continuarás con tu angustia y tu temor pero si atesoras la palabra que el Señor te dio y declaras que Él no te abandonará en las manos de los malvados, así será. Leemos en el Salmo 37:39: “Pero la salvación de los justos es de Jehová, y Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia”. Alimentarte todos los días te mantiene fortalecido y aseguras que tu cuerpo reciba vitaminas y proteínas y que tus defensas estén altas; la vida espiritual se alimenta con la palabra de Dios y la palabra de Dios debe ser tu comida de cada día.
Como señala el Salmo 37, tu salvación no es un mérito tuyo sino que viene de Dios ya que el Señor es el responsable de tu salvación. Confiar es no temer, es no sentirte angustiado; confiar es luchar contra el temor y la ansiedad, y ¿cómo se lucha? ¡Creyendo en la palabra de Dios! El Señor habla y no miente. Dice el Salmo 37:3: “Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad”. Según el diccionario, “apacentar” es alimentar con pastos o con enseñanzas espirituales; apacentar la grey de Dios es darle de comer alimento espiritual. ¿Y cuál es ese alimento? ¡La verdad! Tú confías en el Señor y haces el bien, entonces habitarás en la tierra y serás fortalecido y renovado con la verdad. La verdad no está en los sabios ni en la vuelta de la esquina; la verdad está en la palabra de Dios. Dijo Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”.
Vienen circunstancias que quieren angustiarte y debilitarte, de modo que termines declarando que no puedes más. ¡Yo no voy a declarar tal cosa! Voy a decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. ¡Soy más que vencedor por medio de Aquel que me amó! El diablo quiere que desconfíes, así encontrará una brecha para debilitarte y derrotarte. ¡Confía en Dios y créele a su palabra!
Leemos en el Salmo 23:5: “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”. De este versículo aprendí que a Dios le importa un bledo lo que está sucediendo a tu alrededor; no hace caso de tus angustiadores ni de las angustias. Él te dice: “No mires a tus angustiadores, mira la mesa que te estoy sirviendo”. Muchos son los cristianos que no ven la mesa que Dios les está sirviendo porque están asustados por causa de los angustiadores. ¡Tú estás en la mesa de Dios y el Señor te está dando de comer! No mires a tu alrededor, mira la mesa que Dios te está sirviendo y quédate tranquilo. El Señor te va a agasajar, a Él no le importa qué rango de demonio te está atacando. Dios te dice: “¡Yo soy tu cuidador!”
DESECHA LOS RECURSOS QUE NO PROVIENEN DE DIOS
Estuve ayudando a un hermano muy amado que dejó de mirar el plato; no viene al caso contar lo que él está viviendo pero lo cierto es que una persona que según él tendría que estar presa amenazó con matarlo y este hermano se turbó. Entonces dijo: “Dios, ¿no vas a hacer justicia?” Y después pensó: “Si la justicia no hace justicia, entonces la voy a hacer yo”. Entonces tomó un revolver y decidió que antes de que esa persona lo mate, él lo mataría primero. ¡Un cristiano!
Hay herramientas que tú no puedes tener en tu armario. O te ayuda Dios o te vas al diablo. Es importante que te concentres en esto que Dios te está enseñando. ¡No mires a los costados! ¡Mira que el Señor está contigo! El rey David estaba siendo perseguido, en el salmo 23, él no estaba tocando un arpa debajo de un árbol al lado de un arroyo tratando de escribir una poesía. “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará…” El rey David estaba siendo perseguido, pero aun así escribió: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tú vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores…” Como él estaba absorto mirando la clase de Dios que tenía y lo que el Señor le estaba ofreciendo, pudo declarar: “… unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”. Estaba feliz y gozoso sin importar que le haya tocado atravesar el valle de sombra de muerte. Por eso, David pudo confesar que su copa estaba rebosando, porque estaba lleno del Espíritu Santo. ¡Qué importa lo que me está pasando, lo que importa es que Dios está sobre mí!
El hermano que mencioné me dijo: “¿Qué quiere que yo haga? ¡Póngase en mi lugar! Tengo esposa e hijos y no se van a quedar solos”. Yo le dije que tenía bien claro que había un montón de demonios que lo querían comer crudo y verlo muerto pero yo conozco un versículo de la Biblia que dice así: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende”. (Salmo 34:7) ¿Está presente este versículo en tu vida? ¿Te comiste ese plato o lo vas a desechar? ¡Hay mil demonios merodeando pero el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende! Si logras enfocarte en la palabra de Dios, te olvidarás de todos los demonios; yo sé que el diablo es malo y feo y le gusta matar a la gente pero si el Señor está contigo no importa qué tan grande sean las circunstancias que tengas que atravesar y cuán fieros sean los demonios, porque Dios te va a defender.
Si pudieras creer lo que te digo hoy, y esto no viene de mi corazón sino que viene de Dios para ti; recibe esta palabra que es tu alimento y no te faltarán fuerzas sino que tendrás paz y las herramientas que no sirven, esas que están en tu mente y en tu corazón caerán al suelo y te quedará solamente la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
¡Hemos sido creados por Dios para ser invencibles! Algunos dirán que soy un soberbio al declarar esto, pero no es así; Dios nos ha hecho victoriosos y no somos por nosotros, sino por la presencia del Señor en nuestras vidas. ¿Está la presencia de tu Dios en tu vida? He atendido a una mamá con dos hijos que no sabía por qué motivo quiso suicidarse tomando toda clase de pastillas. Su papá, que va poco a visitarla, decidió ir a verla y la encontró tirada en el piso. Ella tenía una profunda tristeza… Comer bien espiritualmente hablando, te quita la tristeza y la depresión, y te quita las ganas de suicidarte. Ella dijo que era muy amada y que amaba a sus hijos pero no entendía por qué decidió quitarse la vida. Me contó que ayudaba mucho a todo el mundo pero se sentía vacía. Entonces le pregunté: “¿Así pretendías ayudar a tus padres y a tus hijos?” Ella inclinó la cabeza y se puso a llorar… ¿Cómo puede decir que ama cuando le va a quitar a quienes la aman, su propia vida? La mujer le entregó su corazón a Jesús y después que oramos tenía en su rostro una sonrisa muy hermosa. Le pidió perdón a Dios y ella sintió que el Señor la ha perdonado, ahora tenía paz porque Cristo había entrado en su corazón.
Fíjate que Cristo es el verbo o la palabra de Dios encarnada. Juan capítulo 1 dice así: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Jesús dijo: “Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo”. (Juan 6:49 al 51) Esa palabra encarnada de la que habla Juan es Cristo y Él es la palabra de Dios encarnada, o sea hecha carne. Es difícil de entender pero en resumidas cuentas, Cristo es la palabra de Dios que descendió al mundo y Él declaró que era el verdadero pan. O sea que todo lo que Jesús dice es tu verdadero alimento. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. La palabra que salió de la boca de Dios fue: “Sea la luz”, y fue la luz. El poder de Dios reside en su palabra; lo que el Señor dice genera planetas, sistemas solares, etc; lo que Él dice sostiene el planeta Tierra en la nada. ¡Lo que Dios dice es verdad y poder! ¡Y Cristo es la palabra de Dios encarnada en el mundo!
CONCLUSIÓN
Lo que Dios hoy te ha dicho viene de Jesucristo; si puedes encarnar esto en ti, si puedes procesar esto y que no quede sólo en tu mente sino que lo atesores en tu corazón. Tal vez te sientes débil ante los problemas y crees que ya no puedes seguir; sientes que eres un fracaso, pero Dios te dice que Él no te ha creado para el fracaso. El Señor te ha creado a su imagen y semejanza y ha puesto en ti su Espíritu, y te ha dado su palabra que es la que te sustenta cada día.
No eches mano a los argumentos que te dictan las circunstancias, más bien echa mano a la palabra de Dios. Tal vez estás cansado o cansada, tal vez has probado el polvo y te has convencido de tus fracasos. Estás listo o lista para “colgar la toalla” y no quieres volver a intentar porque ya has intentado varias veces y en todas has fracasado, y has hecho tuyo ese ese refrán que dice que “el que se quema con leche ve la vaca y llora”. Has probado el desánimo y el fracaso porque no has contado con las armas de Dios pero el Señor te dice: “Mi palabra te hará más fuerte que tus circunstancias. Mi poder se perfeccionará en tu debilidad. Tú dependes de mí. Tu causa ya no es tuya; tu causa es ahora mi causa. Dame tu causa y yo te voy a sustentar y te voy a defender. No te fijes en cuán grande es tu problema o qué tan grandes son los demonios que se mueven para destruirte a ti y a tu familia. ¡Yo estoy contigo! Muchos te han fallado pero yo nunca te voy a fallar. Entrégame tu cansancio, tu fracaso, entrégame tu soledad y tu debilidad. Deja que yo entre a tu vida y te llene con mi Espíritu. Nadie ha podido vencer a mi Espíritu Santo y quiero dártelo como un regalo a ti”.
Dile: “Señor, yo recibo esta palabra que es mi comida y mi bebida. No echaré mano a otras armas ni argumentos. Si tú me has dicho que me amas, entonces me amas; si has dicho que me cuidas, así lo haces. Yo confío y espero en ti y aunque las circunstancias me digan lo contrario, yo creeré lo que tú me digas. Señor, he pecado porque he estado con mi mirada puesta en las circunstancias y no me he alimentado de tu palabra; he pecado porque dejé que el temor, la angustia y la impotencia se apoderaran de mí. Mas yo quiero tomarme del Espíritu de victoria que tú tienes para darme en esta hora, en el nombre de Jesús, amén”.
INTRODUCCIÓN
En nuestra relación con Dios la confianza es fundamental; yo no puedo decir que creo en Dios si no le tengo confianza. Y si bien las personas hacen cosas que nos llevan a desconfiar, la pura verdad es que Dios nunca ha hecho nada que nos lleve a desconfiar de Él. Podemos perder la confianza porque tenemos una mala percepción o malos sentimientos y no porque otro haya hecho mal; en todo caso yo soy desconfiado y cuando veo a la otra persona, le encuentro todos los defectos por los cuales desconfiar. Con Dios nos sucede algo parecido ya que tenemos una cierta percepción de quien es Él. Muchas personas han tenido un padre que les ha fallado, que les ha mentido y en quien no han podido confiar, entonces se les hace difícil llamar “Padre” a Dios y confiar en Él; esas personas establecen una relación entre su padre terrenal y el celestial y como el primero les falló deciden no confiar en Dios porque suponen que Él también les va a fallar y se vuelven propensas a no confiar. ¡Es terrible el pecado de no confiar en Dios!
Estoy viviendo circunstancias que han llevado a la gente a perder la confianza en mí por causa de un programa de televisión en el que han argumentado con mentiras acerca de mi persona. Hay quienes me conocen y me aman, del otro lado están los que me critican, claro, si le crees a lo que se dijo en ese programa vas a desconfiar de mí, pero si has visto el resultado de la obra que he estado haciendo seguirás confiando en mí sin importar lo que los demás digan. Por un lado hay un grupito que me ama, del otro lado otro grupito que me odia, y en el medio está el grupo de los tontos que miran a un lado y al otro y dicen: “He visto que hacen bien pero también he visto que hacen las cosas mal”.
A todo esto yo me presento delante de Dios y le digo: “Señor, ¿por qué tengo que vivir esto?” Y encuentro en la Biblia palabras que me bendicen y me alientan, así como el pasaje que se encuentra en Job 4:6: “¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?” Yo también veo las circunstancias y oro: “Dios, ¿qué va a suceder ahora, qué vas a hacer conmigo?” ¡Y tengo que decidir si confío en su palabra o no!
EL EJEMPLO DE JOB
Job estaba viviendo una calamidad; él era un hombre bueno, santo, un hombre de oración, justo delante de Dios. Sin embargo, el Señor no le garantizó que no vendría tempestad sobre su vida. Dios no te ha dicho que no ibas a pasar por el horno de fuego, más bien prometió estar contigo. ¡Verás la gloria de Dios en medio del horno de fuego! Dice el Señor en Isaías 43:2: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. ¡Esa es la promesa de Dios! Él te dice que experimentarás quebrantos pero estará contigo y en tu vida se verá su gloria. Cuando se presentó satanás delante de Dios, al escuchar el concepto que el Señor tenía de Job, le dijo: “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”. Le insinuó que Job lo amaba porque lo había llenado de bendición, mas Dios sabía bien que no era así, entonces autorizó a satanás a tocar todo lo que Job tenía y a probarlo, pero él no le atribuyó a Dios despropósito alguno.
Un amigo de Job le dijo: “¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?” Quien desconfía, dice: “Señor, ¿de qué me sirve haber sido bueno e íntegro? ¡Tanto que he dado y así me pagan!” Lo que yo tengo que solucionar es mi relación con Dios ya que en mi integridad está mi esperanza y lo que digan los demás lo pongo en las manos de Dios. No es fácil lo que tenemos que vivir, pero el Señor te pregunta: ¿Confiarás en mi o no? ¿Esperarás en mi o no? Cuando uno se desespera, entra en un estado de angustia e impotencia, se apresura a actuar y pierde la paz y la esperanza, entonces se enfría la relación con Dios.
¡No peques, temiendo! ¡Confía en el Señor! ¡No peques dejando de confiar! Porque lo que Dios te ha prometido en su palabra, lo cumplirá. Ningún arma forjada prosperará contra ti y condenarás toda lengua que se levante en juicio contra ti. ¡Este es el premio de los siervos de Jehová!
Yo me reía porque ando buscando confianza y esperanza en la palabra de Dios y el Señor me pide que le dé palabra de consuelo a tanta gente que está a mi alrededor, y me doy cuenta que estoy aprendiendo cosas que ya sabía pero no las sabía muy bien, por eso tengo que vivir ciertas experiencias y una de ellas es que en un programa de televisión se me ha criticado y han proferido muchas mentiras contra mí. Yo te pregunto: ¿Has visto a alguien hacerse rico y abrir cuentas en el exterior del país vendiendo tortas fritas y paños de piso? De mí han dicho que manejo millones de dólares, que tengo cuentas en el exterior y he hecho lavado de dinero. En una nota a la jueza que está a cargo de la demanda que le hicimos a ese programa, le puse: “¿Usted cree que con la venta de tortas fritas me he hecho millonario?” Yo pienso que el Señor ha permitido todo esto para que la obra que se está haciendo en los hogares de Beraca se conozca mejor. En el año dos mil ocho teníamos cuatro hogares y hoy, en el dos mil dieciséis hay sesenta y cinco hogares Beraca funcionando. ¡Sesenta y un hogares se han abierto en ocho años! Aquí está incluido el hogar de niños en Haití que son unos mil doscientos metros cuadrados de construcción. ¡Si alguien quiere saber dónde está el dinero miren la obra de Haití! ¿Creen que abrimos los hogares “soplando y haciendo botellas”? A todo esto, me han puesto en las redes: “Márquez, devolvé la plata que te robaste”.
Según el diccionario, confianza es una esperanza firme, no es endeble sino firme. La confianza es ánimo resuelto y aliento, es decir, confiar es tener el alma bien puesta funcionando con toda la energía, asegurando tu mente, tu voluntad y tus emociones. ¡Eso es confianza! De lo contrario, si tienes desconfianza, pisas despacio y tanteando; la desconfianza te quita la seguridad, el ánimo y el aliento. Leemos en Job 31:35: “¡Quién me diera quien me oyese! He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me forme proceso”. El término Omnipotente se traduce también como El Shaddai. ¡Cuántas cosas se han dicho de mí! ¡Cuántas mentiras! ¿Cómo hago con eso Señor?” ¡Estamos en las manos de Dios! ¡Nuestra confianza está en El Shaddai, el Omnipotente Dios! ¡Yo no sé pero Él sabe bien qué hacer al respecto!
Yo quiero que aprendas a confiar en Dios, haz tuyos estos versículos bíblicos. Tal vez no puedas confiar más en tu hijo que te ha robado tanto pero puedes confiar en Dios; no puedes confiar en tu cónyuge pero puedes confiar en el Señor. Si yo no hubiera atesorado estos versículos haciéndolos parte de mi vida no podría estar hablándote con tanta certeza y fuerza. ¡Dios va delante de ti! ¡No temas porque temer es pecado!
EL EJEMPLO DE EZEQUÍAS
Hubo un rey, Ezequías, un hombre de Dios, quien cambió la historia de la nación; el pueblo de Dios se había corrompido, adorando otros dioses, llenando la cultura de antivalores, todo lo cual iba contra la voluntad de Dios. Ezequías pues, promovió un gran cambio y estableció un solo lugar de adoración, barriendo con todo otro altar y estableciendo culto al Dios Omnipotente. Hizo reformas religiosas extraordinarias y pasó a la historia como uno de los grandes reyes de Israel. En el capítulo 30 y 31 de 2ª de Crónicas habla de la fidelidad y de las grandes obras de Ezequías y leemos en 2ª Crónicas 32:1: “Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas”.
Judá era la nación y Senaquerib entró en su territorio. Otra versión de la Biblia señala que acampó dentro de Judá y afirmó su rostro, lo direccionó, y estaba clarísimo que iba contra Jerusalén capital de Judá, una ciudad fortificada. Continuando con el pasaje de 2ª de Crónicas 32 dice la palabra de Dios: “Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?”
Según el diccionario, la confianza es esperanza firme, ánimo resuelto, aliento, vigor. Senaquerib había destruido las naciones por donde habían pasado él y su padre, y en cada nación había dioses, mas no hubo uno que salvara a su nación de la mano de este rey poderoso de asiria. Pero a Ezequías no le importaron los antecedentes de las derrotas de las otras naciones, de los otros dioses ni del poder del rey Senaquerib. Decidieron entonces, tapar las fuentes de las aguas para que cuando llegaran a rodear Jerusalén se encuentren con que no hay agua. “Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, y también hizo muchas espadas y escudos”. Otros, imagino, se deprimirían y se echarían a lamentarse…
Muchos me han sugerido que me quede tranquilo, que no haga nada, porque el Señor me va a proteger. Eso sería fácil. Pero Ezequías edificó todos los muros caídos, hizo alzar las torres y mandó construir otro muro por fuera. Senaquerib ya estaba dentro del territorio de Judá mas Ezequías y el pueblo se prepararon contra sus enemigos. ¡La confianza en Dios era plena!
¿Con qué ánimo se prepara un boxeador para enfrentarse con otro? El periodista le pregunta cómo se siente para enfrentar a su adversario y éste le responde: “Este tipo es grande, no me siento lo suficientemente fuerte para enfrentarlo y creo que me va a noquear en el quinto round”. ¿Puede ganar una persona así? ¡No! No tiene ánimo resuelto y no está convencido. A los boxeadores se les enseña cosas como que tienen que apretar los dientes y declarar que se van a comer crudos a sus adversarios.
2ª de Crónicas 32 sigue diciendo: “Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos, diciendo: Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá”.
¿Qué significa esto de que con él estaba el brazo de carne? Senaquerib contaba solamente con la fuerza de su carne o con fuerza humana, mas con ellos estaba El Shaddai, el Todopoderoso y Omnipotente Dios. Si tú tienes tus cuentas arregladas con Dios, Él peleará tus batallas. ¿Es tu integridad, tu confianza? En un momento reflexioné en cuanto a lo que estaba viviendo y oré: “Dios, hay algo que me da paz y me deja tranquilo aunque todo esté muy difícil, y es que tengo la certeza que tú peleas mis batallas”. “Señor, están los que han perdido su confianza en mí, de afuera y de adentro de la iglesia, pero delante de ti está mi corazón, y nada hay encubierto a tus ojos”. ¡Conmigo está el Todopoderoso!
Cuando una persona es creíble, lo que dice o enseña es creíble; de lo contrario cuando esa persona no es creíble, lo que diga tampoco lo será. La gente compra primero al mensajero antes que al mensaje. Cuando me cae bien una persona, tengo el corazón receptivo, dispuesto a creer en lo que dice, pero cuando veo en alguien cosas que no están bien, comienzo a desconfiar de su mensaje. La estrategia del enemigo es destruir mi imagen, por consiguiente destruye mi mensaje y así también echan abajo mi fe, mi religión y todo lo que predico. Deja de ser creíble el predicador, deja de ser creíble el mensaje.
Lo que me ha sucedido es un ataque a la religión, un ataque a un derecho humano fundamental, y es el derecho a creer. Hay un artículo en el Código Penal uruguayo que señala que cuando alguien ataca a un clérigo de la religión está atacando el culto y eso es punible. “…mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá”.
SENAQUERIB QUIERE ROBARTE LA CONFIANZA Y EL ANIMO
Continuando la lectura de 2ª de Crónicas 32, dice así la palabra de Dios: “Después de esto, Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén: Así ha dicho Senaquerib rey de los asirios: ¿En quién confiáis vosotros, al resistir el sitio en Jerusalén? ¿No os engaña Ezequías para entregaros a muerte, a hambre y a sed, al decir: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria? ¿No es Ezequías el mismo que ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso? ¿No habéis sabido lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano? ¿Qué dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro Dios libraros de mi mano?”
Con esto Senaquerib pretendía ganar la guerra antes de hacer guerra. ¿Cómo es posible esto? Robando el ánimo y la confianza a los soldados. Cuando tú entras en un estado de desconfianza, entras en un estado de debilidad. Senaquerib estaba haciendo una guerra psicológica y antes de entrar en Jerusalén con su ejército envió a sus siervos a amedrentar al pueblo y a ponerlos contra Ezequías. Lo que quería Senaquerib era ganar la guerra sin pelear, entonces usó esa estrategia para debilitar al pueblo, diciendo: “¿Qué dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro Dios libraros de mi mano? Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano? Y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías”. Senaquerib no creía o no entendía que el Dios de Israel no es cualquier dios. ¿Tu Dios es el mismo Dios de Israel o es como esos hechos de yeso pintados con esmalte sintético? ¿Es de madera, hecho por mano de hombre? ¿No sabes que no hay tal cosa como la diosa del mar sino que hay un solo Dios que creó el mar y todo lo que hay en él? La Biblia nos dice que el Señor juntó las aguas, levantó la tierra y produjo las cavidades donde iba a parar el agua. ¡Dios es Dios del mar, de las montañas, de los cielos y de los vientos!
Senaquerib creía y le quería hacer creer al pueblo de Dios que el Señor era un diosito más del montón. Yo quiero que te convenzas que no hay Dios como nuestro Dios. ¡Él es el Dios Todopoderoso! “Además de esto escribió cartas en que blasfemaba contra Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra él, diciendo: Como los dioses de las naciones de los países no pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos. Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba sobre los muros, para espantarles y atemorizarles, a fin de poder tomar la ciudad. Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombres”. Atemorizarse es pecar contra Dios, es creerle a Senaquerib. Sería como decir: “Es verdad, estamos fritos. Senaquerib está diciendo la verdad”. Mas el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron por esto, y clamaron al cielo. Y Jehová envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Este se volvió, por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos. En otra versión de la Biblia dice: “Y allí adentro del templo los hijos de sus propias entrañas lo mataron”.
Dice la palabra de Dios en el Salmo 37: “No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad… Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí”. ¡No te preocupes! Verás que se yerguen y se levantan, hablan con soberbia y prepotencia, pero pronto verás y ya no estarán más en su lugar porque van a perecer. Es fundamental tener confianza porque te da paz y la certeza que necesitas para seguir haciendo lo que Dios te ha encomendado sin detenerte. En una carta que le escribí a la jueza que está a cargo de nuestro caso, le dije lo siguiente: “Nosotros obedecemos a una ley superior que dice: Ama a Dios por sobre todas las cosas y ama a tu prójimo. ¡No dejaremos de socorrer a los débiles!”
Una iglesia equis tenía un solo hogar similar a los nuestros y te digo esto con mucho dolor; cuando esa iglesia vio lo que nos sucedió a nosotros, cerraron el único hogar que tenían. Yo dije: ¡Dios mío! ¿Por qué tienen que pagar los débiles de la tierra por causa de las mentiras y engaños? La falta de confianza te debilita y te obliga a dejar de hacer la obra que debes hacer.
El Señor te dirá: “Tuve hambre y no me diste de comer porque un periodista payaso habló mentiras, tuve sed y no me diste de beber, estuve enfermo y no me visitasteis, estuve en la cárcel y no vinisteis a mí”. Dios te ordena que confíes en Él. Si has perdido tu confianza en el Señor no me cabe la menor duda de que te debilitaste y no te animas a hacer nada, que has perdido el ánimo y las fuerzas. Yo he clamado a Dios, Él me ha dado su palabra y la creí. Yo estoy dispuesto a luchar porque el Señor me ha fortalecido.
CONCLUSIÓN
¿Cómo estás con tu situación personal? ¿Se ha debilitado tu confianza en Dios o es tu confianza en Él tu fuerza? ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos? Dios hoy quiere obrar en tu vida, ábrele tu corazón. No se ha acortado el brazo del Señor para salvar, no se ha debilitado su mano para bendecirte.
En una oportunidad, David huyó porque su propio hijo le causó una rebelión y temió por su vida. Iba David por las montañas, descalzo y llorando; se levantaron personas que lo maldijeron: “Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso”. Y uno que iba con él le dijo: “¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza”. Pero él se lo impidió, y leemos en el Salmo 109:28 que oró: “Maldigan ellos, pero bendice tú; levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo”. Si yo cuento con la bendición de Dios, no importa que me maldigan, y yo quiero la bendición del Señor. Por causa de lo que me tocado vivir me he presentado delante de Dios y le he dicho: “Señor, sé que delante de ti soy inocente”. Lo que importa es que delante de Él yo soy inocente y con esto no digo que no haya cosas que no hago mal, pero no cometo esas aberraciones de las que se me acusa. Yo puedo ser imperfecto pero puedo mejorar y es necesario que lo haga.
Una mujer decía que los hogares Beraca tenían piso de tierra y los jóvenes comían porquerías, entonces me puse a investigar para ver de qué hogar se trataba y resultó ser un hogar que hace ocho años atrás tenía piso de tierra pero ahora está mejorado; se han construido tres dormitorios más, tres baños y una cocina, y todo el piso es de cerámica así como los revestimientos. Ahí está invertido el dinero por el que se me acusa de que me lo quedo yo. Si satanás no te encuentra en una falta, te la inventa.
No sé si te han acusado a ti y de qué te han acusado pero no hay nadie que no sea acusado por satanás. En la Biblia se le llama “el acusador de los hermanos” y en el libro de Apocalipsis capítulo 12 versículo 10 también dice de él: “el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche”. Mientras tú duermes, satanás te acusa delante de Dios, mas yo he sido perdonado y estoy cubierto por la sangre de Cristo. No sé tú. Lo que ve satanás no es lo que el Señor ve, y cuando Dios me mira, ve a su hijo porque la sangre de Jesús me cubre. Tengo paz con Dios porque Él ha perdonado mis pecados. ¡Sabe que tu confianza tiene galardón! Tal vez has perdido la confianza y junto con ella perdiste las fuerzas por lo que estás pecando, porque tu confianza genera certeza y fuerzas. ¡Confía en Dios! No tienes derecho a desconfiar ya que Él hará que todo lo que venga contra ti sea para bien porque a los que a Dios aman, en todas las cosas les ayuda a bien.
“Padre, oro por mis hermanos en esta hora, que tengan confianza y liberen esa confianza en otros. Que tengan fuego para predicar tu palabra. ¡Llénalos con tu Espíritu Santo! Quita la debilidad, quita el oprobio, el temor, la angustia y los dardos envenenados del maligno contra mis hermanos. Te adoro, Dios. Levanta al caído, al débil, al triste, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.