Generalmente los problemas que vivimos y aún las alegrías que disfrutamos a diario, nos impiden vislumbrar con claridad la verdadera guerra mundial que tiene enfrentados al reino de los cielos contra el reino de las tinieblas, y asimismo, nos imposibilita conocer el propósito de Dios para nuestra existencia con respecto a esa guerra. El nos desafía a alistarnos en su ejército y promete equiparnos de las armas necesarias para tal lucha. Leamos Hechos capítulo 1, desde el versículo 1 al 9: “1En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. 6Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos”.
Jesús no dejó al creyente librado a la casualidad o a las circunstancias sino que le dio la promesa de la llenura del Espíritu Santo. Pero, ¿por qué Dios no llena a todos los cristianos? Porque Él lo hace con quienes se lo piden. Hay miles de promesas en la Biblia, ¿cuáles vienen a mí? ¿Todas? ¡No! Sólo las que conozco y anhelo. Si no conozco de la llenura del Espíritu Santo, nunca voy a anhelarla ni tampoco la tendré; por eso la palabra de Dios está para conocerla, estudiarla y demandar el cumplimiento de sus promesas sobre nosotros. Y la promesa de la llenura del Espíritu Santo es para poder ser testigos de Dios.
Muchos cristianos dicen: “Espero que me vaya bien, que la suerte me acompañe”. Pero es necesario tener en cuenta que estamos viviendo en el planeta tierra, en un lugar del universo usurpado por satanás donde él ha instalado la sede del reino de las tinieblas. Estamos viviendo en territorio enemigo, tenemos que ser bien conscientes de eso, porque de lo contrario, al ver la injusticia, diremos: “¿Dónde está Dios?” Dios está pero Él nos ha puesto para predicar el evangelio e instaurar el reino de justicia en este lugar; por lo tanto satanás nos ve como gente que estamos usurpando su territorio, aunque en realidad él es el usurpador. Es él quien se introdujo en un lugar donde no se tenía que meter porque nos descuidamos, desobedecimos y pecamos, ¡pero debe ser despojado! El reino de las tinieblas debe ser echado a un lado, debe irse de este planeta porque el reino de los cielos está siendo predicado y será instaurado. ¡Tenemos que tener en claro estas cosas! ¡Somos los representantes de Dios en la tierra! Algunos creen que recibimos a Jesús en nuestro corazón para que nos vaya bien y para que podamos vivir tranquilamente. Pero estamos en medio de una guerra, el reino de las tinieblas vino a oprimir el planeta tierra pero Jesús vino del cielo a despojar a todos los demonios e instaurar el reino de los cielos, un reino de justicia, de amor, de paz y de poder. ¿Crees que satanás es poderoso? Sí, pero nuestro Dios es todopoderoso. Lo sepas o no, lo entiendas o no, estás en medio de una guerra. ¡Satanás te odia! Quien vive todo el día mirando televisión, pelando papas, distraído, no se da cuenta que estamos en medio de una confrontación de dos reinos. El reino de las tinieblas está planeando instaurar un nuevo gobierno mundial. Últimamente han comenzado a circular varios eslóganes, como “nuevo orden mundial”, pero si observamos el billete del dólar veremos que tiene la siguiente inscripción en latín: “Nuevo orden de los siglos” y asimismo aparece en números romanos, la siguiente fecha: “1876”. ¡Hace ya mucho tiempo que están planeando un nuevo orden mundial! ¿Qué tiene que ver un escrito en latín con un billete norteamericano? ¡Nada! La pirámide del dólar tiene que ver con los Iluminatis y con los poderes de las tinieblas. ¡Nada tiene que ver eso con el reino de los cielos! Actualmente tenemos un nuevo orden europeo, la Unión Europea. Apocalipsis habla de Babilonia la gran ramera, como un gran sistema con un gobierno que será instaurado en la ciudad que gobierna hoy en la tierra; se refería a Roma. Hace dos o tres semanas se ha firmado el texto de la Constitución Europea; veinticinco países se transformarán en un solo país con una sola moneda. Esa nueva constitución europea no menciona a Dios ni tiene ninguna raíz cristiana, no obstante ser Europa la cuna de la civilización occidental y cristiana. La mayoría de los países de la civilización occidental y cristiana reconocen sus bases cristianas y aún en sus constituciones está plasmada la existencia de Dios aunque Uruguay es una de las excepciones. Por ejemplo, en el preámbulo de la constitución argentina se invoca a Dios, fuente de toda razón y justicia y por supuesto, en Estados Unidos también se menciona a Dios, y en su billete está la inscripción: “En Dios confiamos”. No obstante, hoy en día, se ha hecho una constitución europea humanista donde sólo se reconoce al hombre como dios y como primera y última autoridad para establecer leyes y valores. Se ha creado un gobierno secular, sin Dios, por lo tanto será un gobierno humano y confrontado al poder de Dios. Les estoy diciendo estas cosas para que sepan y conozcan que estamos en una verdadera guerra mundial invisible. Es Dios y su reino contra satanás con su reino: Satanás tratando de instaurar su reino y Dios tratando de instaurar el suyo.
Dios te ha escogido para que recibas revelación y conocimiento acerca de la verdad; en la Biblia está la verdad, allí están escritas las cosas que sucederán: Será instaurado un gobierno mundial y habrá un gobernante que será el anticristo. ¡No te dejes llevar por las corrientes de pensamiento del mundo! Hay quienes son pro-Rusia, otros, pro-Estados Unidos y creen que es una lucha de países, pero esto no es así, es una confrontación entre dos reinos: El reino de las tinieblas y el reino de Dios. ¡Tienes que saberlo! Ese reino que se está por instaurar y cuyo gobernante será el anticristo, no es un reino que responda a algún país o imperio, es distinto a todos los imperios que han existido y pretenderá doblegar a todas las naciones y ponerlas bajo su poder, utilizando un arma poderosísima que se llama dinero. La Biblia afirma en 1ª Timoteo 6:10: “…raíz de todos los males es el amor al dinero”. A través de préstamos han logrado endeudar a todos los países de la tierra. Estados Unidos es uno de los más endeudados de la tierra; una de las monedas más fuertes del mundo es el marco alemán, pero debo decirles que Alemania está endeudada; lo mismo sucede con Japón, Inglaterra, el Vaticano, etc. Todos los países están siendo doblegados bajo el poder de las deudas y han caído bajo un engaño que se llama “deuda externa”. El dinero es un poder económico que responde a personas que no son nacionalistas sino mundialistas. Ellas son las que generan e inventan dinero, no están endeudados; Inglaterra está endeudada pero la familia Roschild de Inglaterra no, Estados Unidos está endeudado pero la familia Rockefeller tampoco. Estas personas dominan a través del dinero, ellos le prestan a las naciones y lo hacen a través de las estructuras internacionales, por ejemplo, la ONU y sus organismos. Están invirtiendo su dinero para endeudar las naciones y lo están haciendo con fines y objetivos puramente mundialistas. Se está instaurando un nuevo orden mundial.
¿Conoces el propósito de tu existencia? ¿Sabes para qué has venido al mundo? Quizás las circunstancias de la vida, la forma en que viniste al mundo, o la situación que estás viviendo te hacen creer que la vida no merece ser vivida. Pero hoy tengo buenas noticias para ti. Jefté, a quien hoy conoceremos, también atravesó circunstancias adversas, no obstante, a pesar de ellas, Dios le hizo un hombre vencedor. ¡Dios anhela que tú seas como Jefté!
Leamos Jueces capítulo 11, desde el versículo 1 hasta el 3: “1Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. 2Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. 3Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él”.
Jefté, fue un hombre esforzado y valeroso. Hay muchos hombres poseedores de esas condiciones, que no obstante, tienen en su contra el pedigrí, una historia familiar, un apellido que no hubieran querido tener. Si bien hablo para hombres y mujeres, porque lo mismo se aplica a ámbos sexos, quiero hacer un énfasis especial en los hombres. He observado de qué manera se va degradando y degenerando la posición del hombre en la sociedad, quien se está quedando sin identidad, se pregunta quién es y no entiende cuál es su posición en el mundo, en la sociedad, en la iglesia y en su casa. La sociedad está haciendo que las mujeres en general sean más emprendedoras que los hombres. Veo una cantidad tremenda de varones que no saben cómo enfrentar la vida y veo mujeres que tienen hijos y son abandonadas por sus maridos, que sin recursos alimentan, visten y crían a sus hijos. Se ha forjado una clase de mujer trabajadora, esforzada y valiente y aún he visto que en los hogares donde no falta el padre, éste ha sido relegado; la mujer es la que tiene que preocuparse de las tareas de los niños en la escuela, de ir cuando la maestra cita a los padres, hemos visto cada vez más al hombre retirarse de su posición de sacerdote en su casa y de jefe de familia. En el mejor de los casos, es muy trabajador y trae el dinero a su casa, pero quien lo administra es la esposa. El hombre va perdiendo su identidad, su capacidad, su imagen de hombre, en la casa es simplemente un mueble más: Llega al hogar y como no tiene muchas responsabilidades mira televisión o lee el periódico. ¡La imagen del hombre se está degradando! Por tanto, me alegré cuando mi señora me contó que ha desafiado a las mujeres a orar por los hombres. Si no lo hacen, ¡no tendrán con quién casarse! Les quedará casarse sólo con un inútil. ¡Yo también desafío a las mujeres a orar por hombres valerosos y esforzados! Pareciera que esta sociedad le ha doblado la espalda a los hombres; se les ve cansados y no porque trabajen mucho; sucede que el espíritu que mueve nuestra sociedad, le ha robado al hombre lo que Dios le ha dado: La creatividad, la identidad de hombre, de sacerdote, de cabeza del hogar.
Jefté era hijo de una ramera. A muchos, cuando nacieron, el mundo no les estaba esperando y a Jefté le pasó eso. Galaad su padre, tuvo relación con una ramera quien quedó embarazada y de ese modo vino al mundo Jefté. Ese niño nació con una marca: Era el hijo de una ramera. Hay otros que son el hijo de un papá adúltero, que no les quiso dar el apellido… cientos de hombres y mujeres nacen en situaciones que nadie quisiera pero ya están aquí; quizás eres uno de ellos, pero tengo buenas noticias para ti: ¡Para tus padres quizás hayas sido un error pero para Dios no!
No obstante su origen, Jefté era un hombre esforzado y valeroso. ¡Necesitamos que se levanten hombres con esas características! Todos esperan que algo suceda en este país. Generalmente esperamos que algo ocurra fuera de nosotros pero somos nosotros quienes tenemos que producir las circunstancias que van a cambiar nuestro entorno. Recuerdo cuando conocí al pastor Martín: Era un muchacho mal vestido, peludo, drogadicto, que se preguntaba para qué había venido al mundo, no sabía qué hacer con su vida, había sido abandonado por sus padres pero cuando lo veo ahora en el púlpito, animando y ayudando a hombres y mujeres, digo: ¡¡Necesitamos levantar miles de hombres como éstos!! Quizás nadie se ocupe de ello, pero el evangelio sí, Jesús dijo: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” Lucas 19:10. Para Dios, el hombre es valioso e importante. ¡Lo hizo a su imagen y semejanza! No es un desecho, es un ser creado por Él; no importa que para tus padres hayas venido por equivocación, para Dios no. ¡El no hace a nadie por casualidad! Recientemente estuve en un encuentro en Tarariras, una ciudad del interior del país, donde también realizamos un casamiento. Me tocó ayudar y ministrar al novio; cuando le pedimos que nos cuente su vida, tartamudeaba y se quedaba mirando al cielo; luego nos dijo: “No quiero contar mi vida, es muy triste… no puedo hablar, me he puesto una coraza para no sufrir más”. Luego comenzó a contar que fue abusado a las 5 años; no contó mucho pero se hacía evidente que una de las luchas más grandes de su vida, había sido, luego del abuso, cuál era su identidad. Todos nacemos y nos criamos buscando nuestra identidad, necesitamos saber por qué y para qué estamos en el mundo. La pregunta más importante que nos tenemos que contestar hoy es: ¿Quién soy yo? Porque si no sabemos quiénes somos, no sabemos a dónde vamos, qué tenemos que hacer ni a dónde tenemos que llegar. Si no soy nadie, entonces nada vale la pena. Este muchacho se estaba casando apostando a algo que le podía hacer bien. ¡Había descubierto una mujer que lo amara! Ella también estuvo toda la vida buscando un hombre que le amara de verdad, ahora tenía a un hombre que la estaba amando. Era tan enternecedor ver esa pareja… cada uno había encontrado esperanza y motivación para vivir, para trabajar, para hacer algo el uno por el otro. En el encuentro esta chica contó por primera vez, que se había prostituído, recibió liberación y perdón de Dios. Nos decía: ¡Me siento tan bien! ¡Qué maravilloso es Dios! Cómo dignifica a las personas y hace que aquellas que no son amadas, sí lo sean. Yo te pregunto a ti: ¿Será que todavía algún demonio te dice que no vales nada, que nadie te quiere, que nadie te presta atención por el color de tu piel, o porque eres muy gordo o muy flaco? ¡Eso es mentira! ¡Dios te ama de manera especial!
Cuando fue creciendo Jefté, sus hermanos lo echaron y le dijeron: “No heredarás de la casa de nuestro padre, porque eres hijo ilegítimo”. Y dice la Biblia que huyó de la casa de su padre a la tierra de Tob, se fue a buscar otro lugar donde nadie supiera quién era él, ni conociera su pasado. Pensó que si cambiaba de ciudad, también cambiaría su identidad. He visto personas arruinadas que deciden cambiar de barrio, pensando que haciendo esto, sus vidas cambiarán también; cuando van al otro barrio, llevan consigo sus miserias y el diablo se les burla diciéndoles: “¿Qué te crees? ¿Qué no te conozco? ¡Sigues siendo el mismo!” Aunque te cambies de nación, seguirás siendo el mismo. Jefté había sido desheredado, había sido echado de su tierra, de su familia simplemente porque no había nacido de una mujer correcta sino de una ramera. Pero me encanta ver cómo Dios trata con estas personas. Quizás no has nacido de una ramera, pero toda la vida te han dicho que eres un idiota, un estúpido y que nunca saldrás, adelante. ¡Nada te sale bien! Pero he venido a decirte que estás hecho con el mismo material que los norteamericanos, que los argentinos, que los brasileños… ¡Somos criaturas de Dios hechas a su imagen y semejanza! No importa el barrio en que hayas nacido ni el apellido que tienes, Dios quiere hacerte como a Jefté, anhela ponerte por jefe y por cabeza. ¡Dios quiere hacerlo contigo!
Esta semana quedé impactado al advertir que numerosos cristianos están encarcelados, anudados, frenados, atados e imposibilitados por causa de temores. ¿Cómo puede suceder esto? ¡El temor no es de Dios! ¡No proviene de Él! Aunque es necesario diferenciar dos clases de temores: Uno es el temor infundido por el reino de las tinieblas, por satanás, y otro es el temor de Jehová que nos aleja del mal. Hoy quiero hablar del primero, el que ata a las personas e impide que salgan adelante, que transforma la valentía en cobardía, que paraliza, que hace que las personas prefieran quedarse donde están antes que pelearle la batalla a alguna dificultad. ¡Pero hoy vengo en el nombre de Jesús a traer palabra de Dios y rociar sobre ti su consejo! ¡Si estás en una cárcel, aprisionado por temores, serás liberado en el nombre de Jesús!
Recientemente pasó al altar una mujer llorando porque tenía temor a todo; a través del llanto expresaba lo que le ocurría. La palabra de Dios dice: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31). ¡Muchos no gozan de la libertad que Jesús prometió a aquellos que creen en El! La verdad nos hace libres en tanto que la mentira nos ata; el temor es un demonio, un espíritu del infierno que encadena a las personas con engaño y con mentiras. Esos temores la mayoría de las veces, comienzan a ejercer presión sobre las personas desde la más tierna infancia; desde que somos pequeños satanás intenta bloquearnos a través de temores; él sabe que si lo logra, no seremos las personas que Dios planificó que seamos y si no hacemos la voluntad de Dios, haremos otra voluntad, o la nuestra o la de satanás. Precisamente, el temor se transforma en dios de aquellas personas que le obedecen. Si Dios es mi padre, le obedezco, y si el temor es mi padre a él le obedezco. Demasiadas personas no obedecen a Dios por sus temores, demasiadas personas no se casan por sus temores, pierden sus negocios, no estudian alguna profesión, no hablan con el pastor, no se acercan a Dios ni se atreven a entrar a la iglesia; si eres una de ellas, hoy recibirás liberación de parte de Dios.
El temor usa mentiras y engaños para atar a las personas. ¿Alguna vez viste al “viejo de la bolsa” o al “cuco”? ¡No! Sin embargo el temor que muchas personas grandes tienen, entró cuando eran pequeños y sus padres le quisieron asustar con el “cuco” o con el “viejo de la bolsa”. Conozco muchas mamás que asustan a sus hijos con el pastor: “¡Pórtate bien o le digo al pastor!” O le dicen: “Mira que te voy a encerrar en el cuarto oscuro y no te voy a dar de comer” Algunos niños ni se inmutan con semejantes amenazas, pero hay otros que se sienten oprimidos y atemorizados e incluso, muchos de ellos, al llegar a la edad madura tienen miedo a la oscuridad. Una chica me dijo: “Pastor, yo soy una de esas personas que duerme con la luz prendida”. ¿De qué manera te podrá ayudar el tener la luz encendida? Aún personas mayores de 40 o 50 años, duermen así; tienen cara de valientes pero de noche son cobardes. ¡El temor usa el engaño y la mentira! Dicen los psicólogos que más del 90% de nuestros temores jamás ocurrirán y el otro 10% se hace realidad porque nuestro temor actúa como una fe negativa que atrae las cosas. Temor es fe en negativo, es la creencia que eso malo que estoy pensando que va a suceder, sucederá realmente. Jesús dice en su palabra: “…al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). ¡Si tu crees que no te vas a casar porque eres demasiada delgada, deja de creer eso porque te vas a quedar soltera! Las flacas tienen miedo de casarse porque son flacas y las gordas porque son gordas… Si eres flaca, el temor usará tu flacura y si eres gorda, usará tu gordura para que no te cases. ¡El temor paraliza y hace estragos!
Narra la Biblia que Dios le pidió a Gedeón que prepare un ejército para luchar contra los filisteos. Al ver que era una gran multitud, le dijo: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase” (Jueces 7:2-3). ¡Luego de esta palabra quedaron diez mil soldados! Los temerosos no sólo no son victoriosos en sus batallas, sino que “son la manzana podrida del cajón”. ¿Qué puede hacer un ejército que tiene un porcentaje de soldados medrosos? ¡Más importante que las armas es la moral del ejército! Recuerdo cuando hice el servicio militar, una de las primeras cosas que nos enseñaban, era a poner cara de valientes. En ese tiempo, las relaciones con Chile no estaban muy bien; disputábamos cuál era la línea divisoria, y nos decían: “¡Vamos a cruzar la cordillera! ¡Destruiremos a los chilenos!” ¡Nos lo decían un día y otro día a tal punto que ya buscábamos algún chileno para ir probando! Los soldados son adiestrados desde el primer momento para que no sean cobardes; lo menos que tiene que tener un soldado es temor a la hora de pelear. Pero hay algunos que no quieren pelear ni “la olla”, es decir, el pan diario, hay quienes se sienten atemorizados por la vida y dicen: “La vida es muy pesada”. Pero la Biblia dice: “…el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. (Mateo 11:12) Eso significa que el reino de los cielos se conquista, sus beneficios se logran aquí abajo a través de batallas. El cristiano fue llamado a ser un vencedor, la Biblia afirma que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37). No hemos sido diseñados para perder sino para ganar; a todos nos gusta la victoria pero no a todos les gusta pelear. Pero con el reino de los cielos no es así, quien no pelea las batallas que tiene que pelear es un rebelde. Cuando Dios mandó a Josué a pelear la conquista de la tierra prometida le dijo: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9). ¡Le ordenó que no tema! ¡Dios hoy te ordena que no temas! En muchas oportunidades Dios le dijo a sus hijos que no temieran y cuando fueron dominados por el temor, cayeron derrotados. Pedro caminó sobre las aguas pero cuando vio el viento y las olas tuvo temor y comenzó a hundirse. ¡Los que temen se hunden! En otra oportunidad, cuando Jesús enseñó la parábola de los talentos, señaló que quien tenía un talento, tuvo temor y lo guardó bajo tierra hasta que regresara su Señor y éste le contestó: “Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” (Mateo 25:26-29) ¡La vida es una lucha y hay que pelearla!
Romanos 8:15 afirma: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” El espíritu que Dios pone en nosotros no es espíritu de esclavitud para que vivamos en temor. En otras palabras perteneces a la familia del gran guerrero, Jehová de los ejércitos, perteneces a la familia que todo lo puede en Dios, porque lo cree, ¡pero hay que hacerlo, venciendo toda esclavitud!
Tenía 15 años de edad, cuando mi pastor, Roberto Passo, me dijo: “Jorge, vas a ser pastor”. Yo lo miré despectivamente y por dentro me dije: “¡Qué ingenuo es!” Recuerdo que en esa época oraba diciendo: “Señor, haz conmigo tu voluntad, estoy dispuesto a hacer lo que quieras, menos, ser pastor”. Él estaba dándome una profecía, que más que profecía era una visión de Dios acerca de lo que había dentro mío, que yo no sabía, pero que ya estaba escrito desde antes de la fundación del mundo. Cuando tú tienes planes propios, ignoras los de Dios y también su propósito para tu vida.
Leamos Proverbios 19:21: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá”. Quiero hablarte acerca del propósito de Dios para tu vida. Él tiene un propósito con cada ser humano que ha venido al planeta tierra; estos propósitos son eternos y distintos a los tuyos. Él nos conoce por nuestro nombre antes de haber estado en el vientre de nuestra madre, no trajo a ningún ser humano por casualidad, es un Dios previsor. ¡Todo lo que está ocurriendo y acontecerá, él lo sabe desde el principio!
El conoce todas las cosas desde el principio, no necesita llegar al final para saber cómo son las cosas, por eso afirma en su palabra: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último” (Apocalipsis 1:9). Nada sorprende a Dios, porque Él no tiene futuro ni pasado, sólo presente. Él tiene planes para nosotros desde antes de la fundación del mundo de modo que cuando tu trabajas con tus propios planes, ignoras los de Dios. Propósito es idea e intención original; Dios es como un gran arquitecto que diseña un edificio y tiene una intención o idea original. ¿Crees que los grandes edificios surgieron por casualidad? ¡No! El diseñador tuvo una idea original que luego fue plasmada en realidad; del mismo modo, el propósito de Dios para nuestras vidas, es su intención original acerca de nuestra persona. Por ejemplo, quien fabrica bombillas lo hace con un propósito: Sorber un líquido, o tomar mate (¡como en Uruguay!). En nuestra oficina tenemos una de alpaca, pero recientemente vino un muchacho a hacer algunos arreglos, y como no tenía con qué atornillar un tornillo, usó para ello la bombilla… pero ese trabajo no fue la idea original con que ésta fue diseñada, de modo, que la torció casi totalmente. ¡La idea original de la bombilla no era que sirviera de destornillador sino para tomar mate! Del mismo modo, cuando el hombre no se desempeña dentro de la intención o idea original de Dios, funciona mal. Mi deseo es hacerte ver qué útil podrás ser cuando conozcas la idea original de Dios sobre tu vida porque nadie vino al mundo por casualidad; quizás tus padres no te esperaban, pero tú estabas en los planes de Dios. Él es el creador de todas las cosas a través de su palabra; el ADN es una mezcla de componentes químicos pero no funcionaría si no tuviera un código, un lenguaje, un software, una idea original. Un muerto tiene ADN pero está muerto, para vivir necesita la palabra de Dios que sostiene y produce todas las cosas; si Él saca su aliento, quita la palabra del ADN y éste pasa a ser sólo un componente químico. Pero tú eres más que materia, eres materia activada con el software de Dios.
Yo, a los 15 años, tenía un plan: Recibirme de arquitecto. Trabajé afanosamente en mis planes; pero mi vida comenzó a ser efectiva realmente, cuando conocí el plan de Dios para mi vida, y aquello que me parecía que no podía ser, se hizo realidad. ¡Hoy no cambio el oficio de pastor bajo ningún concepto! Estoy haciendo la voluntad de Dios y me gozo en saber que Él tiene un plan conmigo en Uruguay y que cuando vaya al cielo, entraré por los portales con la República Oriental del Uruguay. En mis planes no existía este país pero sí estaba en los de Dios y planificó que hoy te dijera: ¡Eres lo más precioso del diseño de Dios en toda la creación! Porque nada creó Dios a su imagen y semejanza sino sólo al hombre y a la mujer. La idea original de Dios acerca de ti, como el que hizo la bombilla, es la verdad de tu vida, es el motivo por el cual se generó tu existencia y ella no tiene razón de ser si no es por ese propósito original. ¿Qué pasa entonces cuando funcionas fuera de ese propósito? Estás desubicado, eres una pieza del rompecabezas que no cuadra y está fuera de órbita. Quien no funciona dentro de la verdad de Dios para su vida, no funciona en la verdad sino en la mentira, quien no conoce el plan de Dios o la idea original para su vida, no puede creer en esa verdad, y gasta su existencia en otro proyecto, en el propio. Pero todo proyecto fuera del de Dios es engañoso, mentiroso; implica edificar la casa sobre la arena, de modo que cuando venga el vendaval, por muy bonita que sea la casa, se derribará porque no fue establecida sobre la verdad inconmovible de los siglos que es Jesús.
Hay otro concepto que quiero enseñarte: Lo que se ve, no es la realidad. Dios tiene una visión distinta de la nuestra; cuando Él ve una semilla, en realidad está viendo un bosque, por lo tanto, lo que ves, es circunstancial y pasajero. No puedes ver tu existencia de acuerdo a las circunstancias que estás atravesando porque hay mucho más dentro de ti: ¡Lo que Dios escribió acerca de ti y que tienes que llegar a ser! En otras palabras, la realidad es todo el plan y no una parte; no puedes basar tu existencia en lo que ves, porque la realidad de ahora es un instante y en un momento, dejará de ser. Dios tiene un plan grande y maravilloso que tiene que ser desenvuelto y tú debes entrar en él. ¡Nada es lo que se ve! La realidad es lo que se espera que sea, y de allí que sea más importante vivir por lo que no se ve que por lo que se ve. El apóstol Pablo decía: “…no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. (2ª Corintios 4:18). La realidad pues, es lo que realmente se espera. Un huevo no es un huevo, sino un gallinero entero. ¡Tú no eres lo que se ve! Te estoy dando esta palabra ahora porque creo que eres un artefacto de Dios con un potencial increíble y su plan para tu vida ya ha sido escrito desde la eternidad. Solamente tienes que conocerlo, alcanzarlo y decirle a Dios hoy mismo: “No quiero vivir de errores y mentiras. ¡Quiero vivir tu verdad! Quiero ser tu idea original respecto de mí”. Fuera de ese plan eres menos que una pelusa en el universo.
Isaías 48:3 dice: “Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad”. Y Proverbios 19:21 afirma: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá”. Dios planificó: “Jorge Márquez no es arquitecto, es pastor”. Lo dijo antes de la fundación del mundo; yo veía un arquitecto, pero Dios un pastor. Y lo expresa antes para que sepamos que Él es dueño del pasado, del presente y del futuro, que asimismo hay un plan y para que cuando éste suceda, le demos la gloria a Él. No cabía en mi cabeza este oficio pero sí en la de Dios.
Leamos Jeremías 1:5: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”. Antes que tu mamá se casara con tu papá, antes que tu papá empezara a sentir pasión por tu madre, Dios te conoció. Él llama las cosas que no son como si fuesen, hace de las tinieblas luz, y de la luz tinieblas. No hay nada escondido de sus ojos, Él todo lo puede y te ha puesto nombre antes que existas. ¡Dios tiene planes contigo!
“Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá”. La palabra “consejo”, se traduce en el inglés como “propósito”. El propósito, la intención, la idea original de Dios sobre tu vida, prevalecerá. ¿Qué significa consejo, propósito o designio? Es más que diseño. Puedo diseñar un edificio que nunca se construirá, pero “designio” implica diseñar un edificio con el poder de hacerlo, es diseñar algo que se hará sí o sí. Y también es sinónimo de la palabra precepto o idea original. La idea original es la verdad, la copia es mentira; del mismo modo, cualquier otro pensamiento que no sea la idea original, proviene de error, de engaño y tú no puedes arriesgarte a edificar tu vida en una idea de segunda mano, o en una idea tuya propia. ¡Hoy tienes que entrar en el designio, en el precepto, en la intención original de Dios para tu vida!
Esta semana fui impactado por el conocimiento de determinados descubrimientos científicos que revelan la grandeza de Dios. ¿Eres consciente de su gloria? ¿Crees en él? Ningún ser humano tiene excusas suficientes como para negar su existencia.
Leamos el Salmo 139, desde el versículo 7 al 14:
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, 10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. 11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. 12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz. 13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien”.
El rey David expresaba a Dios lo maravillado que estaba por su obra y lo que Él es. En este mundo materialista nos hemos acostumbrado a admirarnos de las máquinas, de los autos que hace el hombre y de la tecnología que ha desplegado; también se ha logrado fabricar motores microscópicos que pueden introducirse dentro de un conducto del cuerpo humano. ¡Es maravilloso lo que el hombre ha logrado y no es para menos porque fue hecho a imagen y semejanza de Dios!
No obstante, más grandiosa es la obra de Dios en la creación. Estamos tan poco acostumbrados a ver el cielo… ¿te has detenido a observar el firmamento, una flor, una rama? ¡Es maravillosa la creación de Dios! Pero dice la Biblia en Romanos, capítulo 1, versículo 18: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”. Cuando un hombre dice: “No hay Dios”, esto le molesta a Dios mismo, porque con injusticia detiene la verdad. El Salmo 14: 1: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien”. Hay científicos “buenos” que todo el día están estudiando en sus laboratorios, no engañan a nadie, no molestan a nadie, visten sencillo, tienen su familia en orden, pero están engañando a la humanidad en su necedad y detienen con injusticia la verdad. Me confundía en mi juventud, cuando algún ateo me decía: “Soy ateo pero muy bueno: Trabajo, no fumo y no hago mal a nadie”. Me hablaban de su condición moral como buena y positiva, sin embargo, esas virtudes no bastan; hay personas que han sido muy buenas, pero con sus filosofías y pensamientos se han levantado contra Dios en sus mentes y han trabajado toda la vida para injustamente detener la verdad. Cuando una persona no conoce a Dios, sus obras proceden de sí misma y son malas, mas un cristiano no hace obras propias sino aquellas que provienen de Dios. Toda obra de hombre es injusta e intrascendente y está llena de engaño y de mentira, porque la vida sin Dios es una vida ciega.
Romanos 1:18-20 afirma: “18Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,…” En otras palabras: Todas las cosas creadas le dan gloria a Dios, de modo que un científico ateo está ciego y no quiere encontrar a Dios en las cosas creadas, pero Él se ha manifestado a través de ellas.
Esta semana me ha sorprendido el entender cómo Dios se manifiesta a través de su creación. ¡Él está en ella! El salmista decía: “He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener;” (1 Reyes 8:27). Está en todos lados y más allá también. ¡Los cielos no lo pueden contener! Cuando el universo termina, Dios sigue, continúa, el universo está dentro de Él. No obstante, no necesitamos ir al fin del universo, ni explorar “Marte” para conocer si hay Dios o no. Esta semana vino un Ingeniero Químico español que nos enseñó acerca de la “escherichia coli”, una bacteria que hay en nuestros intestinos, no podemos prescindir de ella y tiene que ver con nuestros procesos digestivos. Es una bacteria unicelular; los científicos hasta hace poco hablaban de estas bacterias como formas de vida muy sencillas que luego evolucionaron hasta llegar al hombre. La evolución, según ellos, va de lo más sencillo a lo más complejo, pero han descubierto con sorpresa que lo que creíamos sencillo, es demasiado complicado; tenían asumido que una célula viviente era una gelatina con vida, pero el microscopio de barrido electrónico que agranda un objeto hasta 100 mil veces su tamaño original, permitió conocer la complejidad de estas formas de vidas aparentemente sencillas. ¡Tuvo que pasar tiempo para entender que una célula no era una cosa muy sencilla que evolucionó! Nuestro organismo no puede existir sin la “escherichia coli”, de modo que cuando el hombre evolucionó de sapo hasta llegar a hombre, también tuvo que evolucionar esa bacteria. ¡Si no evolucionaba ella, no existiríamos! Y no tenemos una sola bacteria en nuestro cuerpo… tenemos miles… si nos pudiéramos ver por dentro, quizás nos espantaríamos de nosotros mismos. Esta bacteria tiene ciertos “pelitos” para trasladarse, que para poder verlos, es necesario agrandarlos 100 mil veces. Los motores que conocemos giran a 1000 o a lo sumo 5000 vueltas por minutos pero este simple animalito (por así decirle) tiene motores que giran a 100 mil revoluciones por minuto, paran en seco, y vuelven a girar para el otro lado a la misma velocidad. Y no tiene un solo motor sino varios, de modo que cuando quiere ir a toda velocidad, enciende todos los motores y cuando quiere girar para un lado, enciende sólo algunos. ¡Y puede movilizarse en cualquier dirección! Hacia delante y hacia atrás, para la izquierda, para la derecha, etc., un helicóptero es un bebé de pecho comparado con la “escherichia coli”, y sólo comentamos del sistema de locomoción! Se ha descubierto también, que un complejo sistema eléctrico alimenta esos motores. Esta bacteria posee un motor que tiene un eje, bancadas, y censores que detectan la temperatura, las sustancias nocivas de las que no lo son y mandan la información al núcleo donde hay “una computadora” a donde llega la mencionada información, ésta es procesada y luego emite órdenes a otros sectores de la célula, y se comienza a actuar en consecuencia: Digerir, producir o expulsar una sustancia, mover los motores, etc.
¿Tiene sentido tu vida? ¿Te has preguntado para qué vives? Si no sabes responder estas preguntas, por más que te consideres cristiano, aún no conoces el propósito por el cual fuiste creado. ¡Necesitas conocer la visión de Dios para tu vida! Cuando puedes vislumbrar con exactitud el plan de tu creador, las circunstancias que estás atravesando pasan a un segundo plano porque tienes certeza de la meta que debes alcanzar. La vida del apóstol Juan fue un ejemplo de ello. ¡Y tú también puedes llegar a serlo!
Leamos Apocalipsis capítulo 1, desde el primer versículo hasta el 17:
“1La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. 3Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. 4Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. 7He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 8Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. 9Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 10Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. 12Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. 17Cuando le vi, caí como muerto a sus pies”.
¡Qué visión! Cuando Juan vio ese espectáculo cayó como muerto. Los seres humanos alimentamos nuestra vida con visiones, o dicho de otro modo, nuestra vida se motiva con las visiones que tenemos. ¿Qué es una visión? Es aquello que está en el futuro y que con certeza podemos vislumbrar su advenimiento, es algo que nos motiva a trabajar, a obrar, a operar. Todas la personas poseemos dos áreas: Un área animal que tiene ánima o alma, y es afectada por las señales que recibe a través de los cinco sentidos del cuerpo; nuestra alma se afecta con lo que vemos, oímos, gustamos o palpamos. Pero hay otra área de nuestra vida que es la espiritual, que no se deja afectar por los sentidos, sino que, a través de la fe se deja influir por las señales o visiones que vienen del mundo espiritual. Jesús dijo: “…mis palabras son espíritu y son vida”. Es decir, cuando recibo palabra de Dios, que proviene de su corazón al mío, por la fe, estoy recibiendo espíritu y vida.
Asimismo, es importante tener en cuenta, que hay tres clases de vida y el idioma hebreo utiliza tres vocablos para individualizarlas: La palabra “bios” describe la vida biológica, de carne y hueso, la palabra “psiquis” se refiere a la vida psíquica o almática, y la palabra “zoe” indica la vida espiritual, que es la vida eterna o de Dios. Esa vida “zoe” se alimenta de la palabra de Dios y genera su visión; según sea la prioridad que le demos a Él, a su palabra, a sus pastores, nuestra vida “zoe” estará fortalecida por sobre nuestra vida “psíquica” o almática. Tienes que saber elegir tu “comida espiritual”, del mismo modo que eliges tu comida natural; hay quienes no saben qué comer y a consecuencia de ello están enfermos, porque les gusta por ejemplo, el chocolate. Cuando no sabemos elegir lo que debemos comer, aparecen la artrosis, la gastritis, el colesterol, etc. Lo mismo ocurre con nuestra vida “zoe”; si no la alimentamos correctamente, con la palabra de Dios, morirá.
Alan Vincent fue un hombre que levantó 3000 iglesias en la India, tiene 74 años de edad y ha ganado cientos de miles de hindúes para Cristo. ¡No es fácil predicar el evangelio allí! Este hombre llegó a enfrentar demonios; en una oportunidad, uno de ellos le dijo: “¡Bombay es mío!” y él le contestó: “Bombay es de Dios y ahora te echo fuera en el nombre de Jehová de los Ejércitos”. Él creía que era un sueño, pero al otro día, tenía toda la casa destrozada porque había estado peleando de verdad contra el demonio. Cuando llegó a la India y vio la miseria, las pestes, las enfermedades, la pobreza, la idolatría, se deprimió y le preguntó a Dios por qué estaba allí. Comenzó a desanimarse y angustiarse, pero un día, tuvo una visión y vio a Jesús sentado en el trono a la diestra del Padre reinando con poder. ¡Simplemente tuvo una visión! Lo mismo ocurrió con el apóstol Juan, que cuando vio la visión, cayó al suelo, pero cuando se levantó, no fue el mismo. Asimismo, Alan Vincent, luego de su visión, nunca más tuvo debilidad ni sintió que la empresa de conquistar la India era demasiado difícil o engorrosa. Comenzó a trabajar pues, con esa nueva visión sabiendo que Jesús es rey de reyes, que no hay nada que lo pueda detener; él alimentó su alma y espíritu de esa visión y abrió 3000 iglesias en 14 años.
La pregunta es: ¿De qué te alimentas? ¿Cómo es tu vida? Porque demasiadas personas dicen “no se puede” y ven su propia vida como una carga demasiado difícil de sobrellevar y aún piensan en la muerte. Si tu vida es muy pesada, muy difícil y complicada, y todo te va mal, no digas que eres un cristiano porque no estás viviendo la vida que Jesús te prometió. ¡Jesús te prometió una vida abundante y Él no miente! Es necesario que revises cuál es la visión que mueve tu existencia. Recuerdo que yo nunca había prestado especial atención a Marta, mi esposa, pero un día la miré y ya no la vi como antes sino que una nueva visión vino a mí; la empecé a mirar como la mujer que podría compartir su vida conmigo y ser mi futura esposa. ¡Y esa visión me movió! ¡Nunca más la volví a ver igual! Quizás lo que estás viendo te detiene, quizás te alimentas de una visión equivocada… satanás de continuo muestra visiones equivocadas a los cristianos: Que te vas a morir, que no vas a poder, que no vas a salir, que eres siempre el mismo, pero hoy vengo a decirte en el nombre de Jesús que el potencial que hay en tu vida es incalculable e impresionante.
Oseas 4:6 expresa: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…” Cuando nos va mal, lo más probable es que busquemos quién tiene la culpa; a veces se la echamos a Dios, otras veces a papá o mamá… tenemos una gran habilidad para argumentar que la situación que vivimos es responsabilidad de otro. No buscamos explicaciones dentro de nosotros, sino fuera, y cuando hacemos eso, nos equivocamos. La palabra de Dios no dice que su pueblo pereció por culpa de alguien, sino por falta de conocimiento. El conocimiento es esencial e importante y los que no se esfuerzan en recibir el que proviene de Dios, se transforman en personas ignorantes y la ignorancia destruye y mata.
Proverbios 13:13 dice: “El que menosprecia el precepto perecerá por ello”. Te equivocas cuando crees que tienes algún enemigo a quien echarle la culpa de que las cosas te vayan mal, a pesar de que muchos te lo desean y quizá hayan hablado en tu contra y puesto sobre ti palabras de maldición, aun así, Dios te hace responsable de tu futuro y de la vida que estás viviendo. ¡Ya basta de echarle la culpa a los demás!: “Si conoces mi palabra y mis mandamientos, te prometo que te irá bien, no importa lo que te han dicho ni quién es el presidente de tu país” te dice Dios. Si entras en el reino de los cielos, hay un soberano que se llama Jehová de los Ejércitos, y en ese reino operan leyes distintas a las de tu país. ¡No busques más excusas! Hoy puedes hacer un trato personal con Dios. El peor enemigo no son los políticos ni tus parientes, sino la ignorancia. La ignorancia es el rechazo o el desconocimiento de la verdad; ella tiene sustancia y necesitamos conocerla. Hablamos de ignorancia pero también hay otro término importante, que es “precepto”. Para entenderlo, vamos a referirnos primeramente a las ideas; las ideas controlan y dominan todas las cosas que se ven; entonces, lo que hoy vemos, antes de existir, fue una idea. ¡Las ideas son importantes! Si tienes ideas de Dios, harás cosas de Dios, si tienes ideas propias, harás cosas de hombre. La verdad de Dios es superlativamente más importante, más grande y poderosa que las ideas de los hombres. Cuando hablo de las ideas de Dios, me refiero a su conocimiento; para poder acceder a sus pensamientos, Dios pide que nos despojemos de nuestras propias ideas. Nuestras ideas conciben cosas humanas, las de Dios conciben cosas que tienen que ver con el reino de los cielos. ¡Todo lo que existe provino primero de una idea! Dios hizo todas las cosas conforme al plan establecido por él mismo; antes que existieran, Él las vio, las pensó, las ideó y una vez que las elaboró en su mente, abrió su boca y a través de su palabra ellas fueron creadas. De la misma manera, las palabras que tú hablas son el fruto de tus razonamientos, pensamientos e ideas que luego se transforman en hechos. Para tener un buen conocimiento es necesario saber las ideas primitivas, originales. Cuando el hombre entra en el mundo de Dios, toma contacto con las ideas verdaderas en tanto que cuando se mueve en el mundo humano, maneja conceptos. ¿Qué es un concepto? Una idea concebida, elaborada a partir de un precepto. Precepto es idea original; concepto, es algo ya concebido pero antes de ser un concepto, fue un precepto, no es lo mismo la idea original que la idea elaborada. Cuando accedemos a Dios, accedemos a sus preceptos. Normalmente los repuestos originales de un vehículo son más caros, ¿por qué? ¡Porque son originales! Me han hablado de los controles de calidad que tienen los repuestos originales de la marca Mercedes Benz que hacen el producto más caro porque rinde mucho más que otras marcas. Del mismo modo, la idea de Dios es lo que más vale; el rey David decía: “Enséñame tus preceptos”, quería decir, enséñame “tus ideas originales”. Hubieron siervos de Dios que quisieron conocer su corazón más que sus obras; dice la Biblia que Dios, a su pueblo Israel le mostraba sus obras, pero a Moisés le indicaba sus caminos. Generalmente estamos interesados en las cosas visibles, anhelamos ver milagros tremendos, pero no son ellos los que nos enseñarán cómo es Dios, Él está buscando personas que anhelen conocer su corazón y sus caminos. Cuando estamos llenos de conceptos, éstos operan como un filtro, y cuando la idea original viene a nuestro corazón, pasa por ese filtro de modo que no recibimos el néctar y la dulzura de su palabra sino una idea elaborada y transformada a través de nuestros propios conceptos. Cuando se tienen pre-conceptos, no se pueden entender las cosas enseñadas por otra persona que sustenta un concepto distinto; uno tiene los propios, y a través de ellos, filtra las verdades o las mentiras que le llegan; cuando se tienen estos pre-conceptos, se puede estar recibiendo como verdad algo que es mentira, y viceversa. Por esa causa, el pueblo de Dios no alcanzó la tierra prometida, porque tenía sus propios argumentos, y del mismo modo, para que Dios haga una nueva obra en nosotros, necesita que tomemos una decisión: ¡Arrepentirnos de nuestra manera de pensar! Hay cristianos que no están dentro del reino de Dios sino fuera de él; tienen una cultura cristiana, una manera de ser cristiana, oran como los demás pero están fuera del reino. Cuando entras en el reino de Dios, ¡todo es sobrenatural! Pero se entra a lo sobrenatural cuando se recibe la palabra limpia, pura y sacrosanta que viene de Dios, ¡no un concepto elaborado sino su palabra pura! El poder de Dios y su Espíritu viajan en su palabra y cuando la recibes en tu corazón, recibes vida, por lo tanto, Dios se levanta contra los conceptos humanos. La Biblia dice que nosotros éramos enemigos de Dios en nuestra mente, teníamos nuestra propia manera de pensar, quizás “no fue nuestra intención ser sus enemigos”, pero Dios te dice: “Tú te levantas contra mí porque no piensas como yo, filtras lo que yo te digo con tus conceptos. ¡Pero quiero llegar a ti con mis preceptos!”
Precepto es la primitiva idea y original de Dios, cuando su palabra entra al corazón del hombre, llega también su poder sobrenatural. ¡Llega la vida misma! Tu enemigo más grande no es satanás, sino tú mismo, filtras la verdad de Dios y no la dejas pasar. Por eso Jesús tomó un niño y dijo: “…si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Lo importante no es ser sincero, porque uno puede estar sinceramente equivocado sino creer lo correcto.
El Salmo 19:8 afirma: “El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos”. Lo único que puede abrir tus ojos y tu entendimiento es el precepto puro de Dios, es decir, la idea original de Dios, ¿y cuál es su idea original? ¡Lo que Él tiene pensado para ti antes de la fundación del mundo! Tú puedes elaborar muchos planes y terminar cansado pero quizás no hiciste la voluntad de Dios; lo importante no es trabajar sino trabajar en lo que Dios quiere, lo importante no es pensar sino pensar en lo que Él quiere, lo importante no es creer, sino creer la palabra de Dios. La religión pretende ser un sustituto de Dios, quiere hacer gente buena, pero sólo Jesús hace gente buena. ¡La religión no puede cambiar el corazón de las personas, sino sólo endurecerlo y llenarlo de conceptos! Hay quienes creen que si hacen esto y lo otro, estarán bien con Dios pero solamente Jesús justifica al hombre en la cruz del calvario, ¡no serás justificado por tus obras!
La meditación de hoy está en el Salmo 46, desde el versículo 1º hasta el 7:
“1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; 3 Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. 4Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. 5 Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. 6 Bramaron las naciones, titubearon los reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra. 7 Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob”.
¿Puedes confiar plenamente en Dios cuando las circunstancias que vives son totalmente adversas? ¿Eres capaz de estar en paz cuando “la tierra” que pisas se está moviendo? Dios está dispuesto a cuidar de ti, si le entregas tu vida.
Esta semana me saltó el corazón cuando me enteré que en Argentina, mi patria, hubo un temblor de grado 6 en la escala de Richter. Fue un temblor importante, un puntito más y hubiera sido un terremoto. Inmediatamente me acordé de los tornados que están padeciendo los habitantes de Florida, EE.UU.: ¡15.000 familias quedaron sin techo! ¡Qué agradecidos debemos estar nosotros que vivimos en Uruguay! No tememos la venida de ningún tornado o terremoto porque nuestro suelo es seguro y firme. No obstante, yo me crié en una zona sísmica, en la ciudad de San Juan, Argentina. San Juan es una de las provincias más sísmicas de Argentina; puedes entrar en cualquier día del año a una estación sismológica y ella te podrá mostrar que continuamente el terreno se está moviendo, aunque estos movimientos son imperceptibles. Hay una fisura en medio del océano Atlántico que va separando África y Europa de América, y como el mundo es esférico, el corrimiento de esas placas tectónicas produce una fricción en la cordillera de los Andes, provocando así suficiente tensión para producir movimientos sísmicos.
Me acuerdo haber crecido viendo a mi mamá gritar cada vez que la tierra temblaba. Su comportamiento se derivó a causa de un terremoto que ella vivió el año 1944 antes que yo naciera. Ese terremoto dejó toda la ciudad de San Juan destruida. ¡Toda! Hubo que demoler todo y hacer la ciudad de nuevo; imagínate tirar todos los ladrillos de la ciudad de Montevideo y edificarla nuevamente. Mucha gente murió en ese terremoto y a causa de él surgió un nuevo trazado de la ciudad; se podría decir que San Juan es la ciudad más nueva que hay en Argentina. Pero yo no viví el terremoto de 1944 porque nací en el 51; me crié sintiendo temblores, pero estos nunca fueron de real significación. De vez en cuando sentía un sacudón, era más o menos como ir en el ómnibus, lo único que en vez de moverse el ómnibus se movía el piso. A veces discutíamos: “¿Sentiste el temblor?” Otro decía: “No, no tembló”. Pero para saber si realmente la tierra tembló, teníamos que fijarnos en una araña que colgaba del techo. Si se había movido, efectivamente hubo un temblor. Para mí era lo más normal sentir vibraciones, por lo que hasta me molestaba ver a mi madre gritar al más mínimo temblor. Ella siempre decía: “Cuando hay temblores, es necesario correr debajo de un dintel”; las construcciones antisísmicas, tienen los dinteles bien hechos de manera que si uno está en un edificio, para que no le caiga el techo en la cabeza, lo mejor es meterse debajo de un dintel de una puerta. Mi mamá gritaba y corría debajo de un dintel, y yo pensaba: “¡Pero qué exagerada!” ¡Hasta que yo mismo estuve en medio de un terremoto! Corría el año 1977, estábamos durmiendo con mi esposa, y a eso de las 6 de la madrugada, ¡me movieron la cama! En ese tipo de situaciones, uno se despierta y dice: “No puede ser que se me mueva la cama, debo haber soñado”, pero cuando pensé eso, sentí otro sacudón más fuerte y esta vez sí me despabilé del todo. Luego se empezó a mover todo, nos miramos con mi esposa, nos abrazamos y dijimos: “Si morimos, que sea juntos”. Y entonces por primera vez, vi un techo que se ondulaba, y yo que soy arquitecto y conozco de hormigón armado, me quedé totalmente sorprendido porque jamás creí que el hormigón de un techo se podría oscilar de esa manera. Gracias a Dios, en esa oportunidad, no cayó ninguna casa en San Juan, pero sí cayeron una gran cantidad de viviendas en una zona denominada Caucete, pero eran casas que no estaban construidas bajo normas antisísmicas. Cuando conocí el terremoto, me empezó a pasar lo que le sucedía a mi madre cada vez que ocurría un temblor; me di cuenta que ella no era tan exagerada. Yo pude ver en esa oportunidad, cómo el pavimento se agrietó profundamente de tal manera que éste se abrió en dos; recuerdo que me saqué una foto dentro de la rajadura, con mi auto al lado. Vi cómo estructuras de hormigón se retorcieron como si fueran simples latas… cuando sobrevienen a nuestras vidas esas circunstancias que uno jamás se imaginó vivir, recién allí buscamos a Dios. Aunque yo me había criado en una zona sísmica, fui impactado. Hay que ver cómo uno clama cuando le ocurren esas circunstancias. Me acuerdo que cuando nos dijeron que el epicentro había sido en Caucete, a 30 km de San Juan, fuimos a auxiliar a unos hermanos que teníamos allí y vimos cómo una pared se rajó en dos partes, una hacia la derecha y otra a la izquierda, y el techo a dos aguas, cayó totalmente aplastando los bancos, el armonio, el púlpito y todo lo que había. La construcción quedó totalmente destruida, aunque ningún creyente murió.
Recordando esto que sucedió en San Juan hace ya varios años, y viendo lo que ocurrió en Miami recientemente, me hizo pensar en las tormentas que todos tenemos que atravesar en algún momento de nuestras vidas. Qué bueno que nosotros aquí en Uruguay no tengamos que temer por terremotos, pero sí vienen terremotos y tornados espirituales a todo ser humano. Uno de los problemas que tiene el hombre es que no sabe cómo resolver los problemas, le falta sabiduría para enfrentarlos, por eso termina haciendo cualquier cosa. Los matrimonios se divorcian, las mujeres quieren ser hombres y viceversa… recientemente hablé con un muchacho, ex – travestí que se inyectó siliconas en los pechos y en las nalgas. El pobre muchacho ha adelgazado y ha caminado demasiado de modo que la silicona que tenía en las nalgas, le bajó a la pantorrilla. ¡Eso sí que es un tornado! Le dije: “Ve al cirujano y sácatelo”, pero me expresó el muchacho que no sería posible, pues la doctora le dijo que debería hacerle varios cortes para extirparle totalmente la silicona. ¡Qué triste! Algunos no saben qué hacer para vivir mejor y otros no saben qué hacer para morir mejor. Ahora están proponiendo la eutanasia para los niños; hemos leído noticias muy tristes: 700 Ongs esta semana le han prometido al mundo que para el año 2015 no habrá un país en el mundo donde no esté aprobada la ley de aborto. Éste será un derecho y las mujeres podrán tener sus hijos cuando deseen. ¡El mundo está en conflicto! Hace sólo un tiempo atrás, el presidente de Rusia, Putín veía con desagrado la decisión de Bush, el presidente de EE.UU. de atacar a los terroristas de Irak, pero ahora los terroristas han atacado a Rusia y Putín está decidido a atacar a los terroristas en cualquier parte del mundo. Se han comparado los términos de Bush con los de Putín, ¡y son iguales!
Hoy aprenderemos una lección importantísima, tomando en consideración la vida de Daniel, que fue un profeta, estadista, sabio, inteligente, prudente y sin tacha: ¡Realmente fue un hombre de Dios! Hay quienes se quieren dedicar tiempo completo a la obra de Dios, para servirle y aseveran que si trabajan en alguna otra cosa, esa otra actividad les robará tiempo para servir a Dios. ¿Cómo habrá hecho Daniel para ser uno de los más grandes profetas de la antigüedad y a la vez ser también gobernador sobre 120 sátrapas? Algunos no pueden hacer varias cosas a la vez: Si oran, no tienden la cama y viceversa. Yo me pregunto: ¿Los días de Daniel habrán sido de 24 horas? ¿De cuántas horas son los tuyos? Ese rico que gana un millón de dólares por día, tiene 24 horas también para ganarlos, mientras que tú ganas 5 dólares en el mismo tiempo. Hoy quiero hablarles acerca de algo importante que Dios tiene para nosotros, lo mismo que tenía para Daniel: ¡Un espíritu superior!
Cuando Dios nos ha llamado a ser parte de su reino, lo ha hecho para que tengamos una vida mejor y superior en todos los sentidos; al hablar de una vida superior, me refiero a que seamos gente que sabe resolver problemas, situaciones, con una visión aguda y capaz de ver más allá de las circunstancias visibles. ¡Dios nos ha llamado a vivir una vida superior! ¡No me conformo con menos!
Hay algo que nadie te puede robar: La presencia de Dios en tu vida. José, antes de ir a Egipto, era para sus hermanos, un soñador, mimado de su padre, detestable y se lo querían sacar de encima. ¡Pero Dios estaba con él! Tanta odio le tenían que lo vendieron como esclavo a Egipto, ¡pero no pudieron quitarle la presencia de Jehová de los Ejércitos en su corazón! El mundo puede hacerte muchas cosas, pero no puede quitarte a Dios. ¡Tienes que retener a Dios! ¡Tienes que estar lleno de su Espíritu! Cuando vendieron a José como un esclavo, dice la Biblia que él era varón próspero porque Jehová estaba con él. ¿Quién te puede quitar a Dios si has decidido vivir con Él? No importa que tu madre, tu padre o quien sea, esté blasfemando contra ti, aplastándote y enterrándote con sus palabras, apreciando más a tus hermanos que a ti. ¡No importa! ¡Que no te falte Dios! La presencia de Dios trae sabiduría al corazón del creyente. No estamos muy acostumbrados a pedirla, porque nos apremian más otras cosas, como por ejemplo, pagar la factura de la luz, del agua, alguna deuda, algún problema con la tarjeta de crédito. ¡Estamos acostumbrados a pedir cosas triviales y nos perdemos las mejores! Dios está esperando escuchar de tu boca, oraciones que valgan la pena.
¿Quién era José? Era un esclavo, pero Jehová estaba con él y era varón próspero. No había cárcel ni acusación que lo pudieran detener; indefectiblemente José iba a ser alguien que llegaría a ser una persona de importancia porque el temor de Jehová estaba sobre él y según la Biblia ese es el principio de la sabiduría; deja que digan de ti lo que quieran, el temor de Dios te apartará del mal, te alejará del pecado, y de tomar decisiones equivocadas. Todo otro temor es vano, no sirve para nada, pero el temor de Dios te sacará adelante. ¡El temor de Jehová proporciona inteligencia, sabiduría y prudencia!, por lo tanto, en vez de orar a las apuradas, dile a Dios: “Apúrate y acompáñame a la universidad, a mi trabajo”. ¿Y quién era Daniel? ¡Un esclavo! El rey Nabucodonosor tomó cautivo a Judá y a su rey, Joacim, y los llevó a Babilonia, oportunidad en que el rey Nabucodonosor dijo: “Quiero que me elijan de entre los jóvenes que han traído de Judá, a los más lindos, inteligentes y sabios. Les daré tres años para que les den la ración y el vino del rey, y le enseñen las letras y las ciencias de Babilonia porque quiero tener gente entendida alrededor mío”. En ese montón estaban Daniel y sus cuatro amigos. Pero el versículo clave que hoy quiero compartir con ustedes está en Daniel capítulo 1, versículo 8: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse”. A cualquier deportista le sucede lo mismo que a Daniel: No puede comer cualquier cosa, necesita una dieta especial para responder física y psíquicamente mejor que el resto, se esforzará pues, en recibir las vitaminas y proteínas faltantes, y comerá un alimento especial y seleccionado. Cualquiera que desee lograr cosas, debe establecer un régimen especial, no sólo de comidas sino de ejercicios, obligarse a acostarse y levantarse temprano, etc. ¡Quien anhele superarse en la vida, tendrá que establecer un régimen especial para su vida! Si tomas “mate” todos los días hasta el mediodía no esperes que Dios te coloque en un lugar alto, si te quedas viendo TV hasta que cierra el canal, no creas que te irá bien. ¡No serás una persona sabia ni entendida! Daniel pues, se propuso no contaminarse con la comida del rey. ¡El quería ser prudente y sabio! Toda verdad es paralela, así como es necesaria una dieta en la comida para mantener el cuerpo en forma, es también necesaria una dieta para el alma y el espíritu. ¡Tienes que elegir de qué se alimenta tu cabeza! Daniel no solamente estableció una dieta de comida. Él oraba tres veces al día, era un esclavo, pero aun así decidió buscar a Dios con todo su corazón. Babilonia es indicada en la Biblia como la madre de las rameras, de las hechicerías, de las brujerías, seguramente que a un buen cristiano no le gustaría habitar en ella. ¿A dónde mandó Dios a Daniel? ¡Lo envió cautivo a la corte del rey de Babilonia, llamado Nabucodonosor! Y este rey, comienza a observar que Daniel tiene un espíritu superior: “este hombre tiene el espíritu de los dioses”, afirmó, porque él no creía en un dios, sino en muchos dioses. El tema no es tener muchos dioses, sino tener a Dios en el corazón. A Daniel le tocó ir al foso de los leones, porque prefirió honrar a Dios, antes que obedecer un reglamento del rey que decía que no se podía hacer petición alguna a ningún dios, a no ser, al mismo rey. ¡Él decidió tener una relación con Dios aunque le costara la vida! Y a sus tres amigos, también les sucedió lo mismo, quienes fueron echados en el horno de fuego por no querer reverenciar una estatua del mismo rey. Ellos, al igual que Daniel, prefirieron su relación con Dios, antes que obedecer a los hombres, aunque éste fuera un rey. Es preferible perder un lugar, una oportunidad, una relación, pero no perder la relación con Dios.
Daniel, como leímos, propuso no contaminarse con la comida del rey; no se trata sólo de comidas, sino de una dieta espiritual. ¡Tú necesitas una dieta espiritual! Si alimentas tu corazón con la palabra de Dios, tu vida será totalmente distinta, a que si lo alimentas con televisión. Por lo tanto, tienes que tomar por norma, venir a la casa de Dios, escuchar y leer su palabra, orar, y no pedir tonterías. No es importante pedirle a Dios que te saque de las deudas, sino que te dé sabiduría para no tenerlas. ¡Si no tienes sabiduría, jamás saldrás de las deudas!
Hablé esta semana con un jerarca muy importante del gobierno quien me confesó, que por dedicarse en demasía a su profesión, perdió a su primera esposa, luego a la segunda y ahora está a punto de perder la tercera.
¡Hoy, Dios quiere hablarte! Cuando recibes su palabra, a Él recibes, del mismo modo que cuando la rechazas, a Dios rechazas.
Esta mañana, las noticias internacionales comentaban acerca del conocido futbolista, Diego Armando Maradona; está llegando a Cuba para ser internado en una clínica mental. Todo el mundo discute quién tiene la culpa, si él o quien le proporcionaba droga, o los parientes, o los médicos… ¡Todos debaten! Pero ayer, un hermano de él, declaró que el propio Maradona, tiene la culpa de todo. Y yo te pregunto a ti: ¿Quién tiene la culpa de todos los males que tú tienes? El problema de Maradona, ¿de quién es? ¡De él mismo! Cada uno de nosotros nos presentaremos delante de Dios, a rendir cuentas, sin nuestro padre, sin nuestra madre, sin nuestros hijos, solitos, desnudos, hasta sin la ropa que tenemos puesta ahora. ¡No podremos esconder nada! No culpes a los que te rodean, de la situación que estás padeciendo. ¡No es lo que entra a tu vida lo que te contamina, sino lo que sale de ella! Jesús presenta una enseñanza muy especial acerca de ello y hoy lo aprenderemos.
Leamos Marcos capítulo 7, versículos 6 y 7: 6Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”.
Se planteó una discusión, porque los discípulos, al pasar por un campo, tuvieron hambre, entonces, cortaron algunas espigas de trigo y las comieron, violando así uno de los mandamientos de los ancianos que indicaba, que antes de comer había que lavarse las manos siguiendo un ceremonial especial. Todo buen judío tenía que observar determinadas reglamentaciones religiosas que provenían de lo que ellos mismos llamaban “la tradición de los ancianos”. Los religiosos de la época le dijeron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?” Hay toda una recopilación de enseñanzas que constituyen la ley de Moisés, que es lo que está en la Biblia y también hay toda una interpretación de la ley de Moisés, que escribieron los ancianos y que se denomina la “tradición de los ancianos”.
Dios tiene un serio problema con las personas que no saben diferenciar entre su palabra y la tradición religiosa de la iglesia. Jesús hizo una diferencia muy clara entre lo que Dios dijo y lo que decían los ancianos; éstos querían hacer cumplir la ley de Dios a la gente, y para ello, ponían reglamentos que terminaron siendo ordenanzas que iban contra la ley de Dios. Jesús les respondió: “¡Hipócritas! Con razón escribe Isaías de ustedes: Este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, enseñando como doctrina, mandamientos de hombres”. Una doctrina es lo que se cree acerca de una verdad divina establecida por Dios, es una enseñanza que deber ser creída y no arrancada. El libro de Apocalipsis dice en reiteradas oportunidades: “Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida…” (Apocalipsis 22: 18-19). En la época de Jesús, existían dos corrientes religiosas: Los saduceos, que no creían en el más allá, en la eternidad, ellos sacaban partes de la palabra de Dios y los fariseos, que sí creían en la eternidad pero reglamentaban todo y Jesús los criticaba porque diezmaban hasta la menta y el eneldo, pero dejaban pasar lo más importante de la ley de Dios que es la misericordia. Y en este mismo pasaje que estamos leyendo Jesús les dice: “Porque ustedes se levantan contra la palabra de Dios, por hacer cumplir los reglamentos que ustedes tienen”. Los ancianos habían establecido una ley, la del Corbán; que expresaba que si yo había apartado algo para ofrendárselo a Dios, eso era intocable, y si mis padres tuviesen necesidad, no podría ayudarlos con ese dinero y honrarlos porque era Corbán; Jesús entonces les dice: “Dios ordenó honrar al padre y la madre, pero ustedes le dicen a la gente que si el dinero que tienen es Corbán, tienen el derecho de negarle asistencia a ellos, si hacen esto, cumplen con la ley de los ancianos pero no con la ley de Dios que dice “honra a tu padre y a tu madre”, enseñando como doctrina, reglamentos humanos ”.
¿Por qué se enoja Jesús? Porque la gente no tiene conciencia y no sabe discernir entre lo que ordena Dios y lo que prescribe el hombre; las personas se confunden porque no se interesan tanto en entender y conocer la palabra de Dios sino en saber qué se puede hacer y qué no… muchos vienen a una iglesia y preguntan: “¿Aquí las mujeres pueden usar pantalón o no? Si se puede usar pantalón, me gusta, me quedaré en esta iglesia”. Les importa muy poco si Dios permite o no usar pantalones… quieren usarlos, así que deciden ir a esa iglesia. La gente quiere saber de reglamentos, qué está bien y qué no… No les importa saber qué dice Dios de determinado tema, sino qué dice la iglesia. ¿Permiten fumar en esta iglesia? ¿Permiten tomar vino? Dios se enoja con aquellas iglesias que se interesan más en reglamentos que en amar a Dios y respetar su palabra, porque lo que él ha dicho es muy importante. ¿Te gustaría tener un novio al que le escribes cartas y que él no lea ninguna? “Te amo pero no he tenido tiempo de leer las 12 cartas que me mandaste en los últimos 6 meses. ¡Cómo me gustaría saber lo que me dijiste pero no tengo tiempo! ¡Pero las tengo guardadas en un cajón!” Hay gente que tiene la Biblia abierta en una mesita de su casa, otros, para dormir bien, la usan de aspirina y la ponen debajo de la almohada. Esos le están diciendo a Jesús: “Amado mío, no he tenido tiempo de leer la Biblia, pero como tú verás, la tengo debajo de la almohada. Quiero que sepas, que la tengo abierta en el lugar más preferencial de la casa”. ¡Pero para llevarse bien con Dios, hay que amar su palabra! Quien ama la palabra de Dios, ama a Dios. El muestra a través de su palabra qué es lo que se debe hacer.
La gente no entiende que debe diferenciar entre la palabra de Dios y las tradiciones humanas. ¡Hay iglesias que están llenas de tradiciones! El deseo de Dios es que sus hijos estén unidos, pero la iglesia de Jesucristo está separada, dividida, y tristemente, la peor parte en esto la llevamos los pastores. Las iglesias están desunidas no por doctrinas; creemos las mismas, enseñamos la misma palabra, pero no estamos de acuerdo con la práctica de tal o cual pastor. ¡Estamos divididos por tonterías! No encontré ningún pastor de ninguna iglesia evangélica que predique en contra de la doctrina de la trinidad. ¡No! Todos creemos las cosas fundamentales, la palabra de Dios, que es lo que nos une. Pero, ¿qué es lo que nos divide? ¡Lo menos importante! Imagínate qué ridículo es que te lleves mal con tu esposa y te quieras divorciar solamente porque no sabe hacer un tipo de comida: Ella te ama, lava tu ropa, tiene limpia la casa, te espera para almorzar, te pone los zapatos en su lugar, pero decides divorciarte porque no te gusta cómo hace “tal” comida. ¡Qué locura! ¿No? Esto es lo que hicieron los fariseos con Jesús: “¿Por qué tus discípulos no cumplen con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer?” ¿Y de dónde salió eso? ¡De la tradición de los ancianos! Y Jesús hace una división importante: “No enseñen como doctrinas, mandamientos de hombres”. A Dios le interesa por sobre todas las cosas, su palabra, que se respete lo que él ha dicho. Si Él ha dicho “honra a tu padre y a tu madre” tú debes hacerlo, no importa si te han fallado o te han abandonado, Dios sigue diciendo: ¡Hónralos!