Quiero compartir contigo algo que tiene que ver con la iglesia y con el cristianismo. Dicho de otra manera, la interrogante que hoy nos plantearemos es: ¿Quién es un cristiano? o ¿Qué es la vida cristiana?
La iglesia es un organismo vivo como el cuerpo humano; éste, está conformado por distintos miembros unidos con un mismo propósito: que el cuerpo funcione bien. Los ojos cumplen una función, pero el propósito que éstos tienen, no es sólo para su beneficio personal, es decir para los ojos mismos, sino para todo el cuerpo. Del mismo modo, la finalidad de los oídos no es para éstos sino para el cuerpo, y así ocurre con el resto de los miembros del organismo.
Señala la Biblia que los hijos de Dios somos un cuerpo y somos todos miembros los unos de los otros. La visión bíblica es que tú no existes para ti sino para tu prójimo. Parece complicado de entender porque en el mundo egoísta en el que vivimos, un mundo hedonista, amarse a sí mismos se ha transformado en una prioridad. Tanto es así que a la hora de amar al prójimo, a las personas se les han agotado las fuerzas y el amor. ¡Tanto se ama la gente a sí misma que no tiene tiempo de amar a su prójimo!
La expresión que prevalece entre los jóvenes es: “¡Rescatate!” La traducción de la misma sería algo así como: “¡Embromate!”, como diciendo: “¡No tengo tiempo para ayudarte, así que ayúdate tú! Tira de las correas de tus propios zapatos para salir del barro”. ¡Pero el cuerpo de Cristo no es así! Te reitero: La iglesia de Cristo es un organismo vivo, es un cuerpo, y así como éste tiene distintos miembros pero todos están unidos por coyunturas, conformando no muchos cuerpos sino sólo uno y cada miembro tiene una función distinta aunque esa función no es para sí mismo en particular sino para el resto del cuerpo, en la iglesia cada uno de nosotros existe para bendición del cuerpo y de la iglesia misma. (más…)
El hecho trascendente es que Cristo murió en la cruz del calvario y eso no se discute; más, en nuestro ambiente tampoco se discute que haya resucitado. La pregunta que quiero contestar es la que se hicieron los religiosos de la época y leemos en San Juan 11:47: “Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales”.
Según este pasaje bíblico, unas semanas antes de la Pascua se tuvo que reunir el concilio porque la situación era desesperante: ¡Jesús había hecho muchas señales y milagros! Los religiosos exigían a Jesús que hiciera señales pero Él no las llevaba a cabo porque ellos se lo pedían, sino porque formaba parte del plan divino, el hacer manifiestas las señales del reino de Dios aquí en la tierra. Él dijo: “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros” (Lucas 11:20). Jesús sanó muchos enfermos, liberó endemoniados y resucitó muertos; en esa ocasión en que los religiosos se hicieron esa pregunta, había resucitado a Lázaro, ¡y se había armado una batahola tremenda! Porque muchos judíos creían y entre ellos estaba José de Arimatea que formaba parte del concilio. Él se había convertido en un discípulo secreto del Señor y participó del concilio que lo condenó pero no estuvo de acuerdo con la decisión que ellos habían tomado. Después, ese José de Arimatea pidió a Pilato que le entregara el cuerpo de Jesús, entonces lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro que nadie había usado. (más…)
Si les preguntas a algunas personas qué piensan de la Pascua, enseguida piensan en huevos, conejitos, chocolates; sucede algo similar a la Navidad, donde aparece en escena la bota roja del viejo malo que da regalos caros a los chicos ricos y obsequios baratos a los niños pobres o directamente no les da nada. La gente se regala huevos de chocolate en Pascuas, se desean felicidades pero no conocen bien la esencia de la Pascua, porque los huevos nada tienen que ver con este acontecimiento. Solamente se aprovecha esta oportunidad para hacer negocio, igual que la Navidad.
¿Qué sucedió la semana previa a la Pascua? Leemos en Marcos 14:3 al 9: “3Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. 4Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 5Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. 6Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. 7Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. 8Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. 9De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella”. (más…)
En Deuteronomio 28 podemos ver las condiciones que Dios establece para que vengan sobre nosotros una serie de bendiciones que Él ha planificado para nuestras vidas; si estas condiciones no se cumplen, también establece que vendrán las maldiciones allí puntualizadas.
Muchos se preguntan: “¿Será la voluntad de Dios que yo esté enfermo? ¿Será que Dios se glorifica en la enfermedad? ¿Estaré pagando por algún pecado que he cometido? ¿Por qué es que oro y no viene la sanidad?”
Una de las cosas que quiero enseñarte hoy es que Dios nos ama y quiero hacer un énfasis especial en el hecho de que, porque Él nos ama, ha provisto para nosotros muchas bendiciones. ¡Él nos ha amado desde antes de que nazcamos, nos ama durante nuestra vida aquí en la tierra y nos amará en la eternidad! No es que nos ama y nos hace sufrir aquí pero después seremos felices allá. Dios quiere que tengamos gozo, vida abundante, sanidad, alegría, fe y esperanza aquí; Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
La Biblia dice en Oseas 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”.
El tema de la salud y la enfermedad tiene que ver con condiciones que Dios ha establecido para recibir una y desechar la otra; condiciones que, si no las conocemos, si no entendemos la palabra de Dios y no sabemos lo que Jesús ha hecho por nosotros, si no sabemos cuáles son las promesas que nos pertenecen, no podremos gozar de las bendiciones, ni tampoco podremos pelear por ellas ni reclamarlas. Pero, si sabemos lo que Dios ha hecho por nosotros, lo que Él ha previsto por nosotros y sabemos también cuáles son nuestros derechos por ser creyentes, por ser hijos de Dios, por haber creído en Jesucristo, entonces nos podemos plantar firmes y declarar: ¡Esto sí es de Dios y esto no! ¡Lo que es de Dios lo quiero porque me pertenece! (más…)
En el viaje reciente que hicimos a la India, realmente visitamos otro mundo, totalmente diferente al nuestro, con costumbres, hábitos y creencias muy distintas, con una cultura absolutamente diferente a la nuestra. ¿Qué es una cultura? Cultura es una serie de hábitos, costumbres y creencias que le dan una identidad particular a una sociedad. ¿Qué es lo que le da particularidad a una cultura? Precisamente, “cultura” tiene su origen en la palabra “culto” es decir, en la relación que una persona tiene con Dios o determinados dioses. ¿Por qué es tan distinta la India a nosotros? ¡Porque allí hay trescientos treinta millones de dioses! ¡Cualquier cosa puede ser un dios allí!
Dios me llevó a esa nación y me mostró las consecuencias de ese tipo de creencias, las que generan determinados tipos de vivencias y de relaciones, porque, la relación que uno tiene con Dios o con dioses genera determinado tipo de relación con las personas. De lo que Dios demanda surgen las costumbres de cómo nos llevamos o tratamos, cómo es el matrimonio en una cultura, cómo trata el hombre a la mujer y viceversa y cómo es el trato con los hijos, si se los ama o no. En la India hay una práctica que creo ya está abolida y se refiere al hecho de que era un honor para las madres llevar a sus hijos menores de un año al río Ganges que estaba apestado de cocodrilos y los dejaban allí para que los cocodrilos los devoraran porque se trataba de una ofrenda a su dios cocodrilo. (más…)
Leemos en Romanos 6: 6 al 11: “6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Todo lo que Jesús vivió fue para que nosotros vivamos tal cual Él lo hizo. Cristo murió, entonces, nosotros morimos, Él resucitó, también nosotros resucitamos; se sentó en los lugares celestiales, igualmente nosotros; Dios le ha dado a su Hijo honra y gloria y Él nos la ha dado a nosotros; el poder que recibió Jesús de Dios nos lo ha transferido a través de su Espíritu Santo para que así como Él es, nosotros también seamos.
Romanos 6:6 comienza diciendo: “sabiendo esto,…” o sea, damos por sabido o lo conocemos; no es algo que debiera suceder sino que ha sucedido, y es que nuestro viejo hombre ya fue crucificado.
Quizás has dicho en alguna oportunidad: “Me insultó y yo me bajé de la cruz”. ¡No te puedes bajar de la cruz! Porque de esa manera demuestras que eres un carnal. Los que han muerto con Cristo han muerto al pecado pero viven para Dios y no es la misma vida que vivían antes, sino la nueva vida en Cristo. (más…)
La pregunta que hoy quiero que contestemos es: ¿Por qué tenemos que vivir en escasez y en pobreza de algunas cosas siendo que nuestro Padre es rico? ¡Nuestro Padre es rico por lo tanto nosotros somos ricos! ¡Él tiene abundancia y nosotros también! …Aunque algunos dicen: “Yo tengo abundancia, yo soy rico” y tienen cara de mendigos.
¡Pero tú no eres pobre! Cuando Cristo vino a salvarte, cuando murió en la cruz del calvario, no sólo fue para perdonarte tus pecados y para darte una nueva vida sino una vida abundante, totalmente llena de poder, de gloria y de bendición. ¡No puede ser que tengas que lamentar tu vida, tus problemas económicos y laborales, tus inconvenientes familiares y la situación de tu matrimonio! ¡No puede ser, porque cuando un padre es rico, el hijo también es rico!
¿Te imaginas un padre rico y un hijo pobre? Como el hijo pródigo por ejemplo, que cuando llegó a determinada edad, quiso “hacer la suya”, sin el padre, llevándose la parte de la herencia que le correspondía y la disipó, perdiendo todo, haciéndose pobre y miserable. Pero cuando volvió a los brazos del padre, volvió a la bendición.
La escasez no es parte de la vida cristiana, pero cuando hablo de escasez no sólo me refiero a problemas económicos sino también a problemas familiares y escasez espiritual; las riquezas de Dios son materiales y espirituales, y éstas últimas son mucho más preciosas o más caras que las riquezas materiales.
La Bibliaseñala que nuestra fe es más preciosa que el oro, tú puedes tener todo el oro pero si no tienes fe eres un pobre y miserable, y te irás al infierno por tu falta de fe. Por lo tanto hay riquezas que provienen de nuestro Padre celestial y que no podemos ignorar. (más…)
Leemos en Hechos de los apóstoles 19:1 y 2: “Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, 2les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo”.
Lucas, el autor de este libro no dice que Pablo encontró unos discípulos sino “ciertos discípulos”, o sea “una clase de discípulos”; tal vez entenderíamos mejor si la Biblia señalara que se encontró con unos “especímenes raros”, que habían recibido el evangelio pero no lo más importante de éste. ¡Habían recibido el mensaje de Dios pero no lo conocían todo! Dice la palabra de Dios: “La suma de tu palabra es verdad” (Salmo 119:160). ¡Una verdad parcial, una verdad a medias, es una mentira completa! Yo no puedo engañarme y decir que la Biblia me guió a tal o cual cosa si tengo por costumbre tomar versículos de la palabra y usarlos como a mí me parece. ¡La suma de su palabra es la verdad! Si tienes algún problema y encuentras en la Biblia algún tema específico relacionado a lo que estás viviendo, busca cuántas veces aparece ese tema y cuando sumes todo lo que la palabra de Dios te expresa sobre ese asunto, entonces tienes la verdad.
Hay creyentes que no llegan a hacer la obra que Dios quiere que hagan porque conocen parcialmente su palabra, por lo tanto, tienen parcialmente su gracia, su favor, sus dones y su poder, pero Dios quiere que tengamos una unción fresca, nueva, poderosa. ¡Quiere que seamos llenos del Espíritu Santo! (más…)
Leemos en el Salmo 119:142: “Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad”; y el versículo 89 del mismo capítulo afirma: “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos”.
Quiero hacer una reflexión que pretende explicar por qué los hombres somos tan cambiantes, por qué somos tan anímicos o psíquicos; precisamente, fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, y cuando pecamos, la imagen de Dios fue desdibujada de nosotros, quedamos destituidos de la gloria de Dios y por lo tanto quedamos destituidos de la luz que nos permite conocer la verdad.
Los hombres andan buscando la verdad pero no la encuentran, porque la verdad está en Dios. Cuando el hombre pecó y quedó separado, apartado de Dios, perdió la brújula, perdió el conocimiento de Dios y quedó inestable porque al no conocer la verdad, comenzó a buscarla y a determinarla pero nunca la encontró; y no entiende aún, que la verdad es algo firme y estable, no entiende que es algo inamovible. Como no cree en los principios de Dios, pretende fundamentar su existencia y la existencia de la sociedad en la razón, pero lamentablemente, el corazón del hombre está desorientado y aunque busca la verdad no la encuentra, y al no lograr encontrarla, decide que ésta no existe, declarando que no hay ninguna verdad permanente ni estable, sino que todo es cambiante y todo evoluciona. Por lo tanto, no tiene dónde anclar el barco en medio de la tempestad, no tiene un lugar dónde permanecer firme y estable. (más…)
El lema del campamento juvenil que hemos tenido recientemente reza la siguiente frase: “Más allá de tus sentidos” y el significado hace alusión a la necesidad que tiene cada creyente de conocer y entender de dónde surgen las motivaciones de sus acciones, hace alusión a la necesidad del creyente de saber desechar toda iniciativa que no proviene de Dios y aceptar y hacer con alegría, con obediencia y humildad toda iniciativa que promueve Dios.
Esto lleva un proceso de renuncia, implica una necesidad de que el creyente entienda que ha nacido de la carne pero debe morir a ésta, y que debe nacer del Espíritu para vivir en él. Esto implica lo quela Bibliallama, la muerte de la carne o del hombre de pecado; implica también el hecho de que, ese nuevo ser engendrado por Dios, renacido no de carne sino del espíritu, debe crecer y fortalecerse, debe renovarse y gobernar. ¡No debe gobernar la carne sino el espíritu! El creyente que no entiende de estas cosas vive confundido en razonamientos, en pensamientos y en iniciativas que nunca sabe si provienen de la carne o del espíritu; lo peor es que el cristiano, normalmente elige hacer lo que le gusta, lo que siente y le parece, aludiendo que lo que siente no es malo ni pecaminoso, sin entender que no ha nacido para hacer lo que siente sino para hacer la voluntad de Dios. (más…)