¿QUIÉN ES JESÚS PARA TI? - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

¿QUIÉN ES JESÚS PARA TI?

jesus-1826Juan 7:1: 1Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle…” Uno de los problemas serios que tuvo que enfrentar Jesús, fue el hecho de que hubo gente que lo quería matar, pero, ¿por qué lo querían matar? Porque hay una verdad fundamental que rechazaban los religiosos de la época, y es sobre esa verdad que quiero hacer énfasis hoy: La deidad de Jesús. ¿Crees en Jesús? Hay muchos que creen en él, pero es necesario tener una fe real en él, hay quienes dicen “yo creo en Jesús”, pero, ¿cuánta certeza tienes de quién es él? Tu tienes que tener una fe bien anclada, las raíces de tu fe tienen que estar puestas donde corresponden. Para el verdadero cristianismo, JESÚS ES DIOS y ese es el gran tropiezo del pueblo judío, que tiene certeza de que hay un solo Dios, no tres y nunca entendió cómo el Dios del cielo caminó entre ellos, como uno de ellos. Sin embargo, el verdadero cristianismo se distingue de todas las sectas seudo cristianas, por el hecho de creer que Jesús es Dios.

Otra de las cosas que tenían clara los judíos es que no se podía adorar a nadie sino solamente a Dios, y este también es un principio cristiano, no debemos inclinarnos delante de ningún ídolo, foto, imagen, etc, sino sólo delante de Dios.

CREER EN JESÚS TE PUEDE OCASIONAR PROBLEMAS

Veamos lo que dice Juan 9, allí encontramos la historia de un ciego de nacimiento:

“1Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? 3Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él …  6Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, 7y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé … Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo”.

¿Por qué Jesús hizo barro con su saliva? No lo sé, muchos dirían: “Mira lo que le hace al pobre hombre…”, ¡¡pero lo cierto fue que el ciego regresó viendo!! Sin embargo, este milagro le ocasionó a Jesús problemas tremendos. Muchos fariseos opinaban: “Ese hombre no procede de Dios porque no guarda el día de reposo”, en cambio otros opinaban: “No puede nadie hacer milagros si no procede de Dios”. No seguros del milagro, fueron a sus padres quienes dijeron: “Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; 21pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. 22Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. 23Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. 24Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. 25Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 26Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? 28Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. 29Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea. 30Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. 31Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. 32Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. 33Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. 34Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron…”

El ciego que ahora veía estaba en serios problemas: Le habían quitado el derecho a ser judío; en esa época, expulsar a alguien de la sinagoga, significaba que no podía seguir siendo judío. Los fariseos le decían: “¡No tienes que creer en quien te dio la vista!” ¡El no sabía quién era Jesús pero ya lo habían expulsado de la sinagoga! ¡Uno que nunca había visto, se tenía que arrepentir por ver!

35Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró”.

¡¡El que había sido ciego, se tiró de rodillas y le adoró!! Cualquier judío sabía que eso no se podía hacer con cualquier hombre sino sólo con Dios, sin embargo, el ciego creyó que quien le había dado la vista era Dios, ¡¡y Jesús se dejó adorar!!

LA DEIDAD DE JESUS

La divinidad de Jesús es el gran tropiezo para la fe del pueblo judío, porque a ellos no les cabe que un hombre sea Dios, desde su punto de vista, Jesús pudo ser un gran hombre pero no Dios y esa es la línea que divide la fe de la incredulidad. Creer en la deidad de Jesús es esencial, si crees que Jesús fue un gran profeta, no es suficiente, si crees que fue una gran persona tampoco es suficiente, seguramente un masón, un agnóstico, un hindú, un mormón, cree que Jesús fue un gran hombre. El problema que divide las aguas no es que creas en Jesús sino qué es lo que crees de Jesús. Ser creyente es creer que Jesús es el hijo del Dios viviente, que es Dios mismo. ¡Ese es el camino! Cuando tu crees eso, entonces te haces acreedor a la vida eterna. Es Dios mismo quien cargó con tu culpa, Dios mismo quien murió en la cruz por ti, por eso debe ser amado y reconocido por ti.

Leamos también Juan 17, allí hay una oración de Jesús: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”.

Jesús es el hijo de Dios nacido en la tierra, engendrado por el Espíritu Santo, pero eso no significa que él comenzó a existir cuando nació en Belén sino que él fue desde el principio con el Padre. Cuando en Génesis capítulo 1 dice “Hagamos al hombre a nuestra imagen…”, Dios está hablando en plural pues estaba actuando conjuntamente con la segunda y tercera persona de la trinidad. Dios es tres en uno y uno en tres. Trinidad es “triunidad”; tu también eres un ser trino como Dios, tu tienes un cuerpo, un alma y un espíritu, ¡¡fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios!! Entonces, no hay ninguna aberración que Dios Padre esté en el cielo y Dios Hijo venga a la tierra.

Lo que establece la diferencia entre la fe y la incredulidad no es que tu creas en Jesús, sino que creas que Jesús es Dios, quien vino a ser golpeado como a ti te golpearon. Es Dios mismo quien cargó con tu culpa, Dios mismo quien murió en la cruz por ti, El es un Dios de amor, que se identifica contigo, con tu dolor, con tus angustias, es un Dios que te ama profundamente, un Dios que estuvo dispuesto a humillarse por ti hasta lo sumo, por eso debe ser amado y reconocido por ti.

En una oportunidad Jesús, luego de sanar un paralítico en día de reposo, dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios”.

Que Jesús quebrantara el día de reposo era grave, pero mucho más grave era que dijera “mi padre trabaja y yo también”. No aceptaban que El fuese Dios. Decir que Jesús es el Hijo de Dios, es decir que Jesús tiene la misma sustancia que Dios, “de tal palo tal astilla” dice un refrán.

“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. Dios caminó entre nosotros, comió y bebió como nosotros, se cansó como nosotros, murió y resucitó. No sé hasta qué punto te has acercado a Jesús, cuando tu te identificas con Jesús, te identificas con Dios mismo, cuando crees en Jesús, crees en Dios, eso de “creer en Dios a mi manera”, es un invento de los hombres. Dios dijo “no te harás imagen…”, es decir, no puedes imaginarte como es El.

En Juan 8:58 leemos que Jesús dijo: “Antes que Abraham fuese, yo soy”. Estaba hablando de su preexistencia, él no tiene futuro ni pasado, vive en un continuo presente, él existe desde la eternidad y hasta la eternidad.

¿Crees en Jesús vagamente? Hoy tienes que confesarle como el Hijo del Dios viviente, no es suficiente que hayas entrado en “en tren de la iglesia” o en “el tren de la célula”. ¡¡Tienes que creer en El como el hijo de Dios!! ¡¡Necesitas creer en Jesús como Dios mismo!! Si estás dispuesto a creer en El, haz una oración ahora mismo, confesando a Jesús como Dios en tu vida.

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