PRIORIDADES EN EL ORDEN CORRECTO - Misión Vida para las Naciones

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Montevideo

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MENSAJES DEL CIELO

PRIORIDADES EN EL ORDEN CORRECTO

Cuando ordenamos nuestra vida y nuestras prioridades delante de Dios, cuando le damos a Él lo que le corresponde y le obedecemos, estamos priorizando lo más importante, dejando en segundo plano lo menos importante. Quiero hablarte hoy de la habilidad o capacidad de saber elegir prioridades. ¡Occidente está perdiendo sus valores! Me refiero a la capacidad de saber decidir qué cosas son las que tienen realmente valor y qué cosas deben pasar a segundo plano.

Cuando le damos un valor trascendental a una cosa secundaria y no valoramos lo que es realmente importante, sufrimos un mareo existencial, perdemos la brújula y no nos va bien. Cada uno tiene que poner su empeño y apreciar su vida sin perder de vista que ésta no es para hacer todo lo que se nos ocurre, sino que debemos aprovechar bien el tiempo y saber elegir los valores que defendemos. Como mencioné antes, occidente está perdiendo sus valores y se dedica a cosas vanas. ¡Está perdiendo el valor de la familia, del matrimonio y de los hijos!

¿Qué son los valores? Económicamente se le llama valor al dinero y a documentos como los cheques, etc. Pero en la sociedad, hablar de valores es referirse a lo que realmente tiene valor y es importante. ¿Y cómo puede uno, ordenar la vida, si no pone las cosas en el orden que deben tener? Por no saber apreciar lo que debe ser apreciado, la gente dedica fuerzas y tiempo en cosas que no reditúan. La Biblia señala que las personas piensan cosas vanas. Leemos en el Salmo 94:11: “Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad”. ¡El único que puede ordenar la cabeza del hombre es Dios! ¡El hombre que le teme, ordenará sus pensamientos y le irá bien!

            DIOS ESTABLECE PRIORIDADES

Dios establece prioridades, como señala Deuteronomio 6:5: Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. ¡Amarás el Señor tu Dios por sobre todas las cosas! ¡Eso es una prioridad! ¡Quién no le da valor o importancia a Dios no está ordenando bien su vida! Hay quienes creen que le dan valor a Dios, pero no entienden que sus hechos demuestran lo contrario. Una de las excusas que dan los cristianos evangélicos para no consagrarse o darle su vida a Dios consta de una enseñanza evangélica, la cual señala que primero está Dios, después la familia y por último la iglesia, pero no se dan cuenta que la iglesia tiene que ver con Dios y hay cosas que no se pueden saltear; por lo tanto, hay enseñanzas que debemos tener bien claras.

La Biblia señala en Efesios 6:1 y 2: 1Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 2Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa”. Pero está claro que Dios es primero y que tú tienes que obedecerlo por sobre todas las cosas. Muchas veces, hay confusión en los hijos de los creyentes, quienes están concientes de que Dios los quiere en determinado lugar pero ellos en obediencia a sus padres y por honrarlos, no saben poner prioridades. Y así como la Biblia señala que tienes que honrar a tu padre y a tu madre, Jesús dice que, quien no aborrece a padre, a madre, hermanos y hermanas y el que no aborrece aún su propia vida no puede ser su discípulo. También el Señor dice que cualquiera que deje a su padre, a su madre y hermanos por su nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Entonces, muchas veces las personas se encuentran en un aprieto y piensan: “¿Lo hago o no lo hago?” “No lo hago porque la Biblia dice que tengo que obedecer a mis padres”. No se entiende bien cómo funciona la cosa y yo te voy a decir cómo es: Cuando la Biblia dice que primero es Dios, ¡primero es Él!

He sabido de creyentes alcohólicos, que conocen la Biblia de tapa a tapa, y le dicen a la señora: “Tienes que obedecerme a mi y no al pastor porque yo soy la cabeza, así lo dice la Biblia”. Y la pregunta es: ¿Éste, a dónde va, para seguirlo? Querida dama: ¡Dios nunca te mandó a seguir a un hombre que dice que es la cabeza pero no tiene cabeza! Mujer, no te estoy dando pie para que seas rebelde pero sé que entiendes bien a lo que me refiero. ¡Tú tienes que obedecer a tu esposo en el Señor, porque primero es Dios!

He atendido a varias mujeres que me comentan llorando: “Mi esposo me pide cada cosa en la cama y yo le obedezco porque es mi cabeza. ¿Qué hago apóstol? ¡Vivo muy infeliz por causa de lo que me obliga hacer!” La próxima vez que te pida algo que sabes que está mal, dile que no lo harás porque primero obedecerás a Dios antes que a los hombres.

El papá quiere que lo respeten como tal pero le es infiel a su mamá, o se vive emborrachando. ¡Primero debes obedecer a Dios! ¡Hay que saber establecer el orden!

Una persona me dijo que tenía bien claro que primero es Dios, después la familia y por último la iglesia, así que, los fines de semana no se congrega porque se queda con su familia. La esposa está cansada porque los domingos se queda en la casa mirando televisión todo el día, no habla con ella, no la saca a pasear, y si está mirando un partido de fútbol y ella le habla, éste le dice: ¡Cállate…gooooool! ¡Si tú no tienes claro cuales son las prioridades, tu vida es un desastre!

            EL EJEMPLO DE EZEQUÍAS

            La Biblia habla de un rey que yo admiro, el rey Ezequías; un hombre que se jugó por Dios, en un tiempo de anarquía espiritual, donde cada uno tenía un dios, y en cualquier lugar alto le hacían un altar. Este rey se levantó y destruyó los altares de otros dioses y produjo un cambio cultural y religioso, que llevó al pueblo judío a volverse al Dios de Israel, a Jehová de los ejércitos. Ezequías restauró el sacerdocio, las ofrendas, las celebraciones que Dios había ordenado, y durante su reinado se celebró después de muchos años la pascua, que era la fiesta más importante que Dios había establecido. La pascua es, para los judíos, la salida de la esclavitud de Egipto. ¡Una celebración extraordinaria que recuerda cuando Dios sacó a libertad a su pueblo sin ejército, sin caballos, sin armas, sólo con su brazo poderoso! ¡Y salvó, no a una persona sino a un pueblo y enterró los caballos del faraón en el mar Muerto! Hasta el día de hoy, los judíos, tienen un calendario que comienza precisamente con esa fecha, que recuerda la salida del pueblo judío de la esclavitud de Egipto y su viaje camino a la tierra prometida.

No se conmemoraba más la pascua, pero Ezequías estableció esa celebración nuevamente y aunque él era rey solamente de Judá, salió a buscar a la gente del reino de Israel, al norte, los que habían sido dispersados y los invitó a ir a Jerusalén a celebrar nuevamente la pascua. ¡Él amó a Dios con todo su corazón y puso mucho empeño!

La Biblia habla bastante acerca de Ezequías, de otros reyes señala pocas cosas ya que no son muy trascendentes. De algunos señala que se abocaron a hacer el mal delante de los ojos de Jehová, de otros dice que hicieron lo bueno delante de sus ojos, de otros declara que hicieron lo bueno y lo recto, pero de Ezequías dice en 2ª Crónicas 31:20 y 21 20De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto y verdadero delante de Jehová su Dios. 21En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”.

¡Una de las consecuencias de buscar a Dios con todo corazón es que Él te ordena la vida!

Hablé recientemente con un muchacho y me contó que cuando era chiquito asistía a la iglesia pero siendo adolescente, se apartó del camino del Señor y se juntó con una mujer con la que estuvo por siete años. Cuando esa relación terminó, entró en depresión tremenda y tenía toda la intención de suicidarse, pero comenzó a buscar a Dios y volvió a respirar. ¡Fue como haber estado en el CTI! Él me contó que cuando comenzó a buscar a Dios se dio cuenta de muchas cosas y volvió a congregarse. ¡Estaba contento por haber vuelto al Señor! Estuvimos hablando un buen rato, entonces me declaró que tenía una nueva novia, y que le ha dicho a ella que primero está Dios y no iba a permitir que ella lo confundiera. En un momento le pregunto: “¿Ella es cristiana?” ¡Y me responde que no! Luego le pregunté si había tenido relaciones sexuales con ella, ¡y me dijo que sí! Le respondí: “¡Entonces Dios no es tu prioridad!” ¡Son muchas las cosas que hacemos fuera de las prioridades de Dios!

            LA HISTORIA DE CAROLINA

Viene a mi memoria la historia de una chica muy querida que tiene veintiún años, que está en el grupo de chicos que viajó a Haití. Ella es una líder en potencia, a la que le he confiado la economía de todo. Cuando ella decidió ir a Haití en obediencia a Dios, se le presentó un dilema importante: sus padres y su hermana no eran creyentes por lo que se negaron a que fuera, entonces ella les respondió que debía obedecer primero a Dios. Aunque le dijeron muchas cosas, ella siguió firme porque Dios la llamaba a esa nación. Llorando, les dijo a sus padres: “¡Ustedes ahora no comprenden, pero más adelante lo entenderán!”

Cuando llegó a Haití me contó que se fue con la carga de haberse alejado de sus padres y no sabía quién les iba a predicar. Ahora, ellos estaban enojados, porque el padre le dijo: “Si te vas a Haití, olvídate que ésta es tu casa”. Se lo dijo como un último intento por retenerla, así que la chica se fue llorando pero sabiendo cuál era la prioridad en su vida. ¡Era consciente que había obedecido a Dios en esa situación! También su hermana le dijo que estaba loca, que le habíamos lavado la cabeza y argumentaba que en Haití no iba a tener futuro, y quién sabe con quién se iría a casar. Esta hermana tiene un puesto importante en uno de los hoteles más reconocidos de Uruguay y un novio con el que convivía, pero un día, esa convivencia se hizo insostenible y la chica entró en una depresión profunda, tal es así que comenzó a tomar pastillas porque anhelaba morir. ¡Aún con un buen puesto de trabajo en un gran hotel! Entonces, le escribió a su hermana que estaba en Haití, contándole lo mal que estaba, y Carolina le respondió: “Yo no tengo un medicamento para darte, el único remedio que te ofrezco es el evangelio, lo que me hizo bien a mí, creo que te puede hacer muy bien a ti. Tienes que ir a la iglesia Misión Vida en Maldonado y entregarle tu corazón a Jesús”. ¡Ella accedió a ir y se entregó a Cristo! Le vuelve a escribir a Carolina diciéndole: “¡Ahora entiendo tu locura, yo estoy tan loca como vos!” También participó con su novio en el almuerzo de fin de año que celebramos en Monte Beraca; habían allí unas mil quinientas personas, y ella se presentó y me dijo: “Yo soy la hermana de Carolina”. ¡Gloria a Dios! Pero eso no queda ahí, a las dos semanas, Carolina me manda una foto en la que aparece el pastor Oscar de la ciudad de Rivera, bautizando a su papá y a su mamá.

“21En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”  (2ª Crónicas 31.21). ¡Eso le sucedió a Carolina! No creas que ser prosperado es tener mucho dinero, o una buena cuenta bancaria. ¡Ser prosperado es mucho más que eso! Es que te vaya bien en la vida, que tengas un matrimonio que funcione, tener hijos y que éstos sean valorados, que estén orgullosos de ti. ¡Eso es ser prosperado! Que encares un negocio y salga bien, que tomes decisiones y Dios las respalde. ¡Eso es ser prosperado!

A Ezequías Dios lo prosperó, pero lo hizo por todo cuanto emprendió en el servicio al Señor. ¡Primero Dios! ¡No le pongas más excusas! “Yo quiero servir a Dios pero estoy en la etapa de estudiar”. ¡Todas las etapas son para servir a Dios! ¡Todos los días son días de consagrase a Dios! No dividas lo secular de lo religioso ni dividas tu vida, porque eres de Él. ¡Todo es de Dios! Tú no estudias porque hay que ser alguien en la vida, lo haces porque sabes que Dios te mandó a estudiar eso y debes conocer en qué vas a servirle con lo que has aprendido. No estudias porque te mandó tu padre o tu madre, estudias porque eres de Dios y Él es tu prioridad. Tu vida es de Dios, tu trabajo también, Él te va a prosperar en tu empleo si tú tomas en serio el servicio a Dios allí. ¡En eso te bendecirá y te respaldará! ¡Serás próspero y bendecido!

¡Señor enséñanos a poner en orden las prioridades! ¿Qué es lo que debo hacer? ¡No puedo poner el carro adelante y el burro atrás! ¡Desgraciadamente hay muchos creyentes que no entienden cuáles son las prioridades para su vida! O andan mareados, por lo que hoy dan su vida por la esposa pero mañana le dicen: “¿Para qué me habré casado contigo?” ¡Hoy vale mucho y mañana no vale nada! ¿Tú crees que un ser humano vale mucho por un momento pero después no? ¡Dios no ve las cosas así! Porque entonces no habría visto la vida de Miguel, quien había perdido todo y andaba en la calle drogándose. Dios hubiera dicho que él no valía nada, pero para Cristo, Miguelito vale mucho. ¡Vale, esté como esté y donde esté!

Nosotros les ponemos precio a las personas y aún a Dios. Están aquellos que se enojan con Él y ya no lo aman más porque no hizo lo que ellos querían. Entonces, los valores se nos mueven todos, pero para el creyente que sabe las prioridades, Dios es primero ayer, y hoy, y por la eternidad; y Él es digno de alabanza, es justo y bueno, es todopoderoso siempre y siempre vale. ¡Dios es primero y lo que Él quiere es primero! ¡No lo que tú quieres sino lo que Dios quiere, eso es prioridad! ¡Eso es ponerlo en primer lugar!

No se trata de poner a Dios en primer lugar en los sentimientos, porque hay muchos que no demuestran con sus hechos que Dios está en primer lugar. Algunos dicen: “Primero Dios, después la familia y luego el servicio, así que como tengo que atender a mis seres queridos no puedo hacer nada en la iglesia, o sirvo si me sobra el tiempo”. ¡Yo creo que no estás poniendo a Dios en primer lugar!

            LA HISTORIA DE MIGUELITO

            Cuando Miguel se dio cuenta que Dios lo llamaba para servirlo en Haití, su esposa se rehusaba a ir porque a ella le preocupaba la educación de su hija y quiénes serían sus amiguitos. Vino a hablar conmigo, amargado y ansioso y le dije que si él ponía a Dios en primer lugar, debía dejar que Dios le hablara e hiciera lo que tenía que hacer. Miguelito quería ayunar todos los días por esa causa y le dije que lo hiciera uno o dos días nada más, y que le entregara su carga a Dios. A los diez días, llama su señora y le confiesa que no quiere ser un estorbo en los propósitos de Dios para su vida, así que decidió seguirlo. ¡Allá está Miguelito con su esposa y su hijita! Y su padre, que no quería saber nada con él porque le vendía las herramientas para comprar drogas, se está pagando un viaje a Haití para ayudar a su hijo. El hijo admira al padre y el padre admira al hijo. ¿Desde cuándo? ¡Desde que Miguelito puso a Dios en primer lugar! Toda su familia está feliz, sus padres se entregaron a Cristo. ¡Es hermoso!

Cuando él entro a la comunidad, su esposa no tenía ni la más pálida idea de que al poco tiempo le propondría casamiento. Ella se había separado y no quería saber más nada de él. Pero, aquel que le da prioridad a Dios, es sorprendido por Él.

“Dios sabe que tengo mucho trabajo” ¡Tu prioridad es el trabajo! “Dios sabe que termino el fin de semana muy cansado de trabajar” ¡Tu prioridad es descansar! “Dios sabe que no puedo hacer nada porque tengo que atender a mis nietos”. ¡Entonces tu prioridad son tus nietos! ¡Aprende qué es prioridad! ¡No digas que tu prioridad es Dios si tus hechos demuestran lo contrario!

Leamos nuevamente 2ª Crónicas 31:21: “21En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”.

            ¡Si lees la Biblia, Dios te ordena la cabeza! Hay hombres y mujeres a los que pareciera que les falta un tornillo. “¡Yo con este hombre no quiero estar más y que Dios no me venga a decir que hacer!” ¡Lee la Biblia y sabrás qué es lo que Dios quiere! ¡Él te enseñará las prioridades!

Hay padres que no saben cuándo fue que perdieron a sus hijos y alegan que hicieron todo, que les dieron todo. ¡Creen que le dieron todo porque le compraron championes de marca! ¡Se lamentan que les han dado todo a sus hijos pero que éstos les han pagado mal! ¡Les dieron todo, menos padres! ¡Les faltan algunas tuercas, creen que han hecho las cosas bien, pero que sus hijos los han defraudado! ¡Pero no son los hijos los que defraudaron a sus padres, sino que los padres defraudaron a sus hijos! Cuando tu hijo vino al mundo, llegó con el disco duro vacío y tú se lo has llenado. ¡Tú le has llenado la cabeza a tu hijito con tus gestos, tus palabras y actitudes! ¡Tu hijo te ha copiado todo! Resentido el padre, resentido el hijo; gritón el padre, lo mismo el hijo. ¡Temerosa la madre, temeroso su hijo!

Enséñanos Señor a contar nuestros días de tal modo que traigamos al corazón sabiduría, decía el rey David (Salmo 90:12). “Señor enséñame tus caminos, muéstrame tus sendas. Me deleito en tus palabras. Tus palabras son como la miel en mi boca. De tus mandamientos he adquirido sabiduría Señor, me has hecho más sabio que mis enseñadores con tus palabras”. Lee el Salmo 119 y si es posible apréndelo de memoria, y verás cómo amaba el rey David la palabra de Dios. “Enséñame tus estatutos y yo les enseñaré a otros” ¡Sí! ¡Porque de la palabra de Dios se aprenden los valores!

Hoy en día, en la escuela obligatoria, gratuita y laica les enseñan a los niños todos los valores dados vuelta: que un hombre puede ser mujer y una mujer puede ser hombre, que un matrimonio puede ser entre dos hombres o dos mujeres, etc. ¡Lo enseñan todo al revés! Un matrimonio, hoy, es totalmente diferente a lo que era antes. Una familia ya no la constituye papá y mamá y hasta les prohíben a los niños dibujar a sus progenitores, tampoco quieren festejar el día de la madre o del padre, porque les han cambiado el concepto de familia, y ésta es para ellos, un grupo de personas que viven bajo un mismo techo.

El estado no promueve el matrimonio y no lo valora, por más que esté escrito en la Constitución Nacional. El estado te pide a tu hijo para educarlo en una escuela de tiempo completo y te lo retienen cinco horas más del horario curricular para que ya no seas la madre o el padre. ¡El estado quiere constituirse en la madre y el padre de nuestros hijos! ¡Dios creó al hombre para que sea padre y a la mujer para que cumpla el rol de madre pero ahora el estado ha tomado ese papel! Y éste, en cuestiones sexuales les enseña a los niños lo que se les da la gana. Una niña le señaló a su maestra que la mamá no quería que ella le enseñara lo que le estaba enseñando, y ésta le contestó a la alumna: “¿Y tu mamá quién se cree que es?” ¡Ahora, resulta que el maíz se come a la gallina!

¡Qué verdad expresa el tango cuando dice que al mundo le falta un tornillo! Yo te digo que si amas a Dios y lo buscas con todo tu corazón, te irá bien y serás prosperado.

            TU CONSAGRACIÓN ACTIVARÁ EL INFIERNO      

            El lío se armó cuando comencé a leer 2ª Crónicas 32. Después de todo lo bueno que hizo Ezequías y lo que le había sucedido por ser fiel a Dios, leamos lo que ocurrió: “1Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas. 2Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, 3tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. 4Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?” Y 2ª Crónicas 32:5 continúa diciendo: 5Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, y también hizo muchas espadas y escudos”.

¡Ezequías decidió edificar con ánimo resuelto! Algunos cristianos se lamentan: “¡Ahh Pastor, otra prueba! ¡Mi cruz es muy pesada! ¿Por qué Dios permite que a un cristiano le pase esto? ¡Esto que estoy viviendo es una injusticia! Si Dios es justo, ¿por qué lo permite?” ¡Todo lo que Dios permite es justo y verdadero! ¡A pesar de todo lo que nos sucede, Dios es bueno y nos ama!

Después de haberle sido fiel a Dios, a Ezequías se le armó lío, y te voy a explicar por qué: Cuando tú te consagras a Dios y le sirves de corazón, cuando lo buscas con todo tu corazón y ordenas tu mente a la luz de la palabra de Dios de tal modo que se ordenan tus valores, lo que estás haciendo es patearle el tablero a satanás. ¡Te has metido en un territorio de guerra! El planeta Tierra es un territorio de guerra donde satanás tiene sus planes y su voluntad, mas Dios, está estableciendo su reino, Él tiene sus planes y su voluntad. Quienes se hacen aliados de Dios, se constituyen enemigos de satanás, por lo que él no se va a quedar tranquilo; vendrá contra ti para destruirte, producirá circunstancias adversas para robarte la fe y el ánimo. Pero Ezequías no perdió el ánimo, él, con ánimo resuelto, juntó a la gente y les dio instrucciones. Porque todavía, a pesar de las circunstancias, Ezequías sabía que Dios es primero, Él es lo más importante y también sabía que no lo iba a abandonar. Es por eso que se dedicó a hacer lo que debía, porque contaba con Dios. Le habló al pueblo diciéndoles: 7Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. 8Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá” (2ª Crónicas 32:7 y 8). ¡Dios no cuenta con tu brazo ni con tus fuerzas! Ezequías tenía claro con quién se estaba enfrentando ya que el rey de Asiria había destruido muchos reinos, pero sabía también que Jehová estaba con él. ¿En qué residía la fuerza del rey Senaquerib? En el brazo de carne, pero Ezequías declaró: “…mas con nosotros está Jehová nuestro Dios…”

¿Puedes declarar con toda certeza y seguridad que Jehová está contigo? ¡No importa que seas débil, Él es fuerte en ti! ¡No importa que la circunstancia sea grande, Dios no cuenta con tus fuerzas! ¡Él está contando con las fuerzas y la sabiduría del Espíritu Santo en ti! Dios, solamente quiere que le ames, que le busques de corazón y te propongas serle fiel y obedecerle; de lo demás se encarga Él. ¡No luches vanamente! ¡Dios obrará!

Recuerdo cuando Carolina se lamentaba porque no sabía quién le iba a predicar a sus padres y no sabía qué sería de ellos. Le dije que yo me encargaría de predicarles y me haría responsable por ellos. ¡Carolina ha experimentado como dice la Biblia, que quienes dejan padre, madre, hermanos y hermanas, recibirán cien veces más aquí en la tierra, padres, madres, hermanos y hermanas!

La historia de 2ª Crónicas termina en que Dios mandó un ángel, el que mató a ciento ochenta y cinco mil soldados de Asiria. ¿Has visto qué fácil? Me recuerda a un pasaje de la Biblia donde satanás somete a todas las naciones del planeta y Dios manda un ángel con una cadenita para atar a satanás por mil años. ¡Dios envió al ángel a atar al pichicho! ¡Qué grande es Dios! ¡Nadie ha podido con Satanás, mas Dios manda a un ángel con una cadena! ¡Poderoso es Dios!

            CONCLUSIÓN

            ¿Qué circunstancia podrá doblegar a un creyente que ha puesto toda su fuerza y corazón en amar a Dios, en creerle y obedecerle? ¡No hay infierno, no hay diablo ni nada que pueda vencer a un creyente! Y si lo puede hacer es porque no ama tanto a Dios. ¡Si te fijas en los que creyeron y se jugaron por Dios, verás que hay victoria!

Te he presentado el relato de lo que vivió el rey Ezequías para que tú experimentes lo mismo que él, porque Dios lo bendijo grandemente. La Biblia honra a Ezequías porque le creyó a Dios, porque ordenó su vida conforme al mandamiento y a la ley de Dios y lo puso en primer lugar en su corazón.

No trates de convencerte diciendo, yo amo a Dios pero estoy muy ocupado, o tengo que trabajar mucho, porque todo el que se excusa, no tiene a Dios como prioridad en su vida; cuanto más excusas pones, más rápido termina tu relación con Dios. Ya sabes que si tu prioridad es Dios, ningún plan humano debe interferir en su voluntad.

Algunos, para desobedecer, ponen como excusas que van a orar y ayunar para ver qué es lo que dice Dios al respecto y después me responden si es que van a hacer lo que les mandé. Yo he adquirido una sensibilidad para entender quienes realmente son los que se apegan a mí y los que no. Están los que me escuchan de lejos pero no se acercan a mí; cuando veo que alguien está dispuesto, lo observo y me doy cuenta que ese hará la obra de Dios. Otros no quieren que se les exija nada, se ponen mal cuando los miro fuerte, ¡no les gusta nada!

Viene a mi memoria una chica de unos diecisiete años de edad, a quien le dejé encargado el riego de las plantas en Beraca. Pienso en tantos que son más grandes y me ponen excusas, dejan la manguera y se van, entonces cuando voy a ver, ¡me encuentro con las plantas secas! Pero vi cómo esta chica prestaba atención a lo que estaba haciendo y regaba con esmero, así que le puse el ojo para el reino, porque el que es fiel en lo poco será puesto en lo mucho. Pero, al día siguiente la puse a regar en otro sector y de repente no la vi más, entonces me desilusioné y pensé que era igual que el resto. Le reclamé por no haber hecho lo que le mandé y le pregunté si me tomaría en serio a lo que respondió que sí. ¡Desde ese día riega las plantas con dedicación! ¡Me tomó en serio y no me puso más excusas!

¿Dónde está la disposición de tu corazón? ¿Qué andas buscando? Si yo siendo hombre me doy cuenta cuando me ponen excusas y se que su pensamiento es que otro día me van a obedecer, cuánto más Dios. ¿Qué excusas le has dado a Dios? Él conoce tus pensamientos, sabe que no estás dispuesto ni para una cosa ni para la otra. ¡Tienes que tomar una decisión en serio por Dios! Pídele perdón y reconoce que eres uno de esos tantos que le ha metido excusas, porque cuando te excusabas ante los pastores, en realidad se lo estabas haciendo a Dios, y no querías hacer su voluntad sino la tuya. Mejor dicho, ¡querías que Dios se pusiera de acuerdo contigo!

Hoy es tiempo de presentarte delante de Dios, y entregar tu vida completamente a Él, sin condiciones ni reservas, sabiendo que si haces su voluntad, El encaminará tus pasos.

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