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INTRODUCCIÓN
Es preciso que leas la Biblia, mucho más en este tiempo; y hay que saber detenerse en las palabras claves y las comas. Sólo las personas que anhelan conocer la voluntad de Dios, escudriñarán la palabra de Dios y el Señor les hablará. Hay un porcentaje de cristianos a los que no les importa mucho lo que dice la Biblia, tampoco quieren entrar en discusión y alegan que cuando venga Cristo, de todas formas se van con Él. Creen que siendo ignorantes se van a ir así nomás con Cristo. Si ignoras lo que Dios enseña en su palabra no vas a irte al cielo.
LA VISIÓN DE JUAN
El apóstol Juan, luego de haberle escrito a las iglesias cristianas que había en Asia, dijo: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas” (Apocalipsis 4:1). ¿A qué se refiere cuando dice: las cosas después de estas? Es lo que sucede en un período de la historia de la humanidad que es el “tiempo de los gentiles”. Desde el año 70 DC hasta ahora, estamos viviendo esas “cosas” que menciona Juan. El evangelio se predica a los gentiles. Esto comienza cuando Jerusalén es dejada desierta ya que es destruida. El emperador Adriano le cambió el nombre por Aelia Capitolina y a la tierra de Israel se le cambió el nombre por Palestina, que traducido es tierra de filisteos. El diablo quiere tergiversar la verdad y cambiar la historia, la verdad y los tiempos. No obstante, después de dos mil años, a la Tierra Santa se le llama Jerusalén. Los que sabemos la historia bíblica no decimos Palestina, sino Judea y Samaria, o, la tierra de Israel.
El ángel le dijo a Juan que le iba a mostrar las cosas que iban a suceder después del tiempo de los gentiles. Jesús había dicho que Jerusalén sería hollada por los gentiles hasta que el tiempo de los gentiles se cumpla. Cuando Israel toma autoridad y posesión sobre Jerusalén es una señal significativa de que el tiempo de los gentiles se está terminando. ¿Y qué es el tiempo de los gentiles? Es el tiempo que Dios ha determinado para que el evangelio sea predique a las naciones y después la historia vuelve a centrarse en Jerusalén. Lo que acontece entre Dios y el pueblo de Israel marca el reloj de la historia de la humanidad. Dios está haciendo volver a su pueblo a la tierra de Israel, y en algún momento, no pasará mucho tiempo, se va a terminar definitivamente el tiempo de los gentiles. Y el ángel le enseña a Juan lo que sucederá después de esto.
En el capítulo 4 de Apocalipsis Juan describe el trono y todo el espectáculo maravilloso del cielo. En el capítulo 5 de Apocalipsis, Juan describe otra escena, después de todo lo que acontece en el cielo y que se menciona en el capítulo 4; y dice: “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”. Quien está sentado en el trono es Dios nuestro Padre, Soberano de todo el universo. ¡Dios Todopoderoso, magnífico en poder, en sabiduría, inteligencia, amor y misericordia! El libro que menciona Juan es una especie de rollo de papiro. Dios el Padre lo sostiene en su mano derecha. La mano derecha en la Biblia sugiere poder; es la mano de justicia. De ahí viene la palabra derecho. El rollo que vio Juan estaba sellado con siete sellos. Se ponía el sello para que no fuese violado. En épocas antiguas, se imprimía sobre cera, arcilla o bula de plomo adherido al documento la piedra grabada engarzada en un anillo, lo que garantizaba la autenticidad del documento, el cual no podía ser violado.
El rollo que menciona Juan tiene siete sellos que nadie podía ni siquiera mirar, mucho menos abrir. Así nos relata Juan en Apocalipsis 5:2 y 3: “Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo”. El ángel le mostró a Juan las cosas que van a suceder cuando termine el tiempo de los gentiles. Para develar lo que va a acontecer en el futuro hay que abrir esos sellos, pero la persona que los abra debe ser digna y no se ha encontrado a ninguno que fuese digno de hacerlo. Entonces leemos en Apocalipsis 5:4 al 6: “Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”. Este es Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Resultó ser que Él es digno de abrir esos sellos.
Hay otros detalles que debemos tomar en cuenta; en el versículo 5, el anciano se refirió al León de la tribu de Judá, la raíz de David y este es nada más ni nada menos que Jesús. El Mesías es descendiente de David. En Marcos 12:35 al 37 leemos acerca de quién es hijo Cristo y dice así: “Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo?”
Si Cristo es hijo de David, ¿por qué David le dice mi Señor? Porque Cristo es antes de David; es el origen o la raíz de David. Aunque después, según el linaje, sería descendiente de David. Pero el origen de David es Cristo. Esto nos enseña de la preexistencia de Jesucristo. El Dios del cielo se encarnó y vino al mundo; y en la tierra fue hecho hijo del hombre, pero era Dios encarnado. Cristo venció, para desatar los siete sellos y abrir el libro. Nos cuenta Juan acerca de Jesús: “Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos” (Apocalipsis 5:7 y 8). Cuando alguien se postra delante de otro, lo considera su señor. En la antigüedad, los reyes eran considerados dioses. Postrarse significa adorar; y adorar significa reconocer la grandeza y el poder de alguien. Cuando un rey perdía la batalla, tenía que postrarse delante del vencedor para demostrarles a todos que se humillaba delante de quien había ganado y se consideraba su siervo. La actitud de postrarse era una actitud de adoración o reconocimiento de la potencia, del poder y la autoridad del otro. Cuando Jesús fue tentado por el diablo le dijo: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10). Nosotros no debemos postrarnos delante de los ángeles, de arcángeles o querubines; pero sí debemos postrarnos delante de Dios, porque así Dios lo quiere. Los sabios de oriente cuando fueron a ver al niño que había nacido en Belén, llegaron ante Jesús, se postraron y lo adoraron. Ellos reconocieron la divinidad de Jesús. A mí no me salvó un hombre. ¡A mí me salvó Dios! Él se hizo hombre, y como hombre luchó contra el mal y contra el pecado y venció. ¡Dios es mi Señor! ¡Jesucristo es mi Dios! Jesús es Dios hecho carne.
TIEMPO DE ORACIÓN
La Biblia dice que los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; y todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Quiero decirte que viene un tiempo de mucha oración. El incienso es un perfume especial, el cual Dios ordenó que hubiera en el santuario del Tabernáculo. El incienso sube como perfume delante de Dios. Y en este pasaje dice que ese incienso o perfume es la oración de los santos. El lugar en donde está Dios debe estar perfumado con la oración de los creyentes. No creas que Cristo se llevará a los ignorantes que no saben ni el tiempo en que están viviendo en el mundo. Les advierto que muchos creyentes serán confundidos. Es que el mal forcejea contra el bien. El barbijo que nos hacen usar no es la marca de la bestia, pero es un esfuerzo mundial para que las personas sean obedientes y hagan lo que se les dice. Después surgió el dilema que si es bueno usarlo o no. Hay gente que sale a trotar con el tapabocas. Bill Gates declaró que era necesario reducir la población mundial y para eso las vacunas serían útiles; y pasados algunos años dijo que todos nos teníamos que vacunar.
En torno a esto hay mucha confusión porque el presidente de la nación dijo que en Uruguay no es obligatorio vacunarse y cada uno tendrá la libertad de elegir si se vacuna o no. Y después ponen el palo a la rueda porque dicen que si no se vacuna la persona posiblemente no pueda viajar, no podrá viajar en el transporte público o ir a un restaurante, por ejemplo. Te dicen que no será obligatorio pero te obligan. Si no tienes el pasaporte de que fuiste vacunado no podrás hacer determinadas cosas. ¡Nos tratan como rebaños! ¡Quieren minar nuestro libre albedrío y nuestra conciencia! No puede un médico recetarte un medicamento que no esté avalado por la OMS. Hay enfrentamientos entre los científicos que enseñan que hay medicinas que pueden curar el Covid y se venden a bajo costo. Pero, cómo van a permitir que uses esos medicamentos si ellos tienen entre manos un negocio de millones y millones de vacunas a 15, 20 y 30 dólares. ¡Es un negocio monumental! El mismo presidente declaró que esto es un negocio extraordinario. En algunos países la policía te saca de la playa. En Uruguay el presidente surfea en la playa. ¡Está mareada la sociedad! El mundo de la ciencia está confundido. Encima han declarado que no hay seguridad de que el Sars-Cov 2 sea un virus. Lo han atacado con una sustancia para combatir las bacterias y ha respondido al producto.
Entonces, llegamos a la conclusión que la oración de los justos sube como un perfume agradable y los seres que adoran a Dios delante de su trono tienen nuestras oraciones en copa de oro. ¡Tus oraciones son oídas en el cielo! Tus oraciones suben ante el trono de Dios y el Señor trae justicia a la tierra.
Juan vio una visión y declaró: “Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5:13). Recordemos el relato de Juan al principio: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas” (Apocalipsis 4:1). ¿Qué cosas van a suceder después de esto que estamos viviendo? Hemos visto un paréntesis que es el capítulo 5 de Apocalipsis, y en ese paréntesis, la Biblia nos muestra lo que está sucediendo en el cielo hasta el momento en que Jesús abre el primer sello. En Apocalipsis 6:1 relata Juan: “Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer”.
Cuando Jesús desata el sello suceden nuevas cosas que pertenecen a la etapa histórica que viviremos en breve. Porque el tiempo de los gentiles aún no ha terminado; pero termina cuando Jesús abre el primer sello. ¿Quién es el jinete del primer sello? Es el anticristo. Termina el tiempo de los gentiles y sale a escena el anticristo. Vemos que Jesús aparece al leer más tarde en Apocalipsis 19:11 al 13 cuando Juan relata: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS”. ¡Este es el Mesías! ¡Este es Cristo! Él es quien va a destruir a sus enemigos con la espada que sale de su boca. Pero el próximo acontecimiento que sucederá no será eso sino la manifestación del anticristo. Como él es imitador de Cristo también viene en caballo blanco, y sale venciendo y para vencer. ¡Pero a este, Cristo lo va a detener! Quienes estén firmes y conozcan la palabra de Dios sabrán plantarse, porque va a haber tal confusión y tal oscuridad y engaño en la tierra, que sólo quienes estén firmes brillarán como el sol.
Los que creen en Cristo y estén firmes recibirán conocimiento y revelación. El anticristo no es omnipresente ni omnipotente, pero él quiere controlar a todos los seres humanos a como dé lugar. Los que están trabajando para instaurar ese gobierno ya han demostrado que son capaces de todo; aún de cancelarle las cuentas al presidente de Estados Unidos, pero no se las cierran al presidente de Irán. No es peligroso quien ha declarado que va a hacer desaparecer a Israel de la faz de la tierra. Pero le ponen mordaza a quien para ellos es peligroso, como por ejemplo, Trump, quien dice que cree en la Biblia, que quiere que se ore en las escuelas y haya libertad de culto.
CONCLUSIÓN
¿Estás preparado para lo siguiente que sucederá? Porque todo va directo hacia el cumplimiento. Tienes que conocer la palabra de Dios, tienes que escudriñarla y orar mucho. Los sabios y entendidos no son esos que dicen ser de Cristo; los sabios y entendidos son los que conocen la palabra de Dios y están en comunión con Él. Dile al Señor que te libre de ser engañado y que te libre de ser engañada. ¡Muchos cristianos serán engañados! Yo he declarado que no me voy a vacunar y como soy una persona de influencia muchos me sentencian. No es obligatorio vacunarse, pero el presidente declaró que es una obligación moral; por lo que, si no me vacuno, no tengo amor por mi prójimo, no sólo no me cuido yo, sino que no cuido a los otros. Están inventando argumentos que separan a los buenos de los malos; y en este caso, yo sería el malo. A nadie le digo que no se vacune, pero tengo derecho a decir que no me voy a vacunar. Un pastor escribió una carta dirigida al Ministerio de Salud Pública pidiéndole por favor que incluya entre las personas primeras para vacunarse a los pastores cristianos evangélicos. Tristemente no nos ponemos de acuerdo los cristianos por eso hay que orar. Si entre nosotros no estamos de acuerdo, imagínate los que están dudando si hay que vacunarse o no. Algunos se ponen de acuerdo con los gobiernos de turno para congraciarse. Yo lucho por ponerme de acuerdo con Dios.
Haz una oración y dile a Dios: “Padre amado, líbrame de oscuridad y de engaño; líbrame de tomar decisiones equivocadas. Yo reconozco que en este tiempo sólo tus hijos, los que te aman y te buscan tendremos luz y seremos guiados por tu Espíritu Santo. No nos vamos a equivocar y haremos el bien; haremos lo que es recto y justo porque tú nos guiarás. ¡Haremos tu voluntad! Toma mi vida, Señor. Muéstrame, revélame y enséñame. Abre mis ojos, abre mi entendimiento, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: