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INTRODUCCIÓN
El creyente que confía en Dios no tiene temor de malas noticias y está confiado como un león.
Hemos empezado el año, no con buenas noticias. He escuchado noticias que han intentado perturbarme, mas no estoy perturbado. Esas noticias no son muy halagüeñas, más bien son catastróficas y han sacudido al mundo. Usuarios de Twitter colocaron el hashtag “WWlll”, lo que significa: Tercera Guerra Mundial. Surgieron noticias realmente duras. He visto en un video satelital, drones que sin tripulantes bombardearon un convoy de militares; se puede observar cómo apuntan a un vehículo y disparan una especie de misiles. A esto se le llamó: “Operación quirúrgica”. El bombardeo se dio en Bagdad, cercano al aeropuerto; una vez que destruyeron los vehículos comenzaron a dispararles a las personas que corrían huyendo. Y es por eso que aseguraron que mataron al general más importante, un héroe nacional de Irán. Un hombre que tiene relación con todos los atentados que Irán promueve a través de grupos terroristas, y ese general coordinaba todo, entrenaba y planificaba en cualquier parte del mundo. Se dice que tuvo que ver con el atentado a la Amia en Argentina en el año 1991. Por supuesto que en ese tiempo él no era general, pero tuvo mucho que ver.
Para algunos se ha eliminado un gran problema en el mundo, en cambio, para otros se ha eliminado a uno de los héroes más grandes del mundo árabe. Las noticias señalan que millones de personas han participado del velatorio de esta persona, que es considerado un criminal y que ha participado de todos los eventos terroristas de Hezbolá en Siria y en varias naciones del mundo.
Esto ha sacudido al mundo ya que se dice que estamos en vías de una tercera guerra mundial; por otro lado, se dice que se está tratando de contener esa guerra mundial disparando estos misiles.
A raíz de todo lo acontecido vino a mi memoria un pasaje de la Biblia, y son palabras pronunciadas por Jesús, que se encuentran en Mateo 24:6 y dice así: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”.
MALAS NOTICIAS INTERNACIONALES: RUMORES DE GUERRA
Lamentablemente a los cristianos no les importa mucho lo que sucede en el mundo; y respecto a todo lo que está aconteciendo, dice la Biblia que vamos a oír de guerras y de rumores de guerras, pero no debemos turbarnos dijo Jesús, porque todavía no es el fin. Esto significa que las guerras no son las que determinan el fin del mundo. Algunos especulan que, si se da la tercera guerra mundial, habrá tal destrucción que volveremos a vivir como los cavernícolas. Eso no será así, aunque sí puede que se dé una tercera guerra mundial y que esta sea la peor de todas las guerras, ya que la energía atómica producirá destrozos universales increíbles.
Las naciones han convenido con Irán que éste puede avanzar con la producción de cuestiones que tienen que ver con energía atómica, siguiendo una especie de convenio. Israel viene denunciando que Irán no está cumpliendo el convenio por lo que hay que contrarrestar sus ataques; y si nadie los ataca, Israel lo hará. En tanto, el gobierno iraní ha declarado que no va a cumplir con el tratado que tiene con las naciones. Las noticias son realmente nefastas para el planeta. ¿Pero qué dijo Jesús? “No se turben porque todavía no es el fin”. ¡Sonríe! Ahora, cuando venga el fin, también tienes que sonreír, porque somos los escogidos de Dios y seremos arrebatados. Nuestro Señor y Salvador, el Mesías, Jesús; vendrá en las nubes y tomará para sí a aquellos que somos de Él. O sea que los cristianos somos esa clase de personas intocables, que no podrán ser destruidas. Tenemos la sustancia del mismísimo Dios y es imposible que seamos destruidos. Por eso Jesús dijo: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). Los cristianos no tenemos que preocuparnos o turbarnos por las malas noticias; aunque las noticias son muy duras. Hay noticias duras internacionales y hay noticias duras, personales. Jesús declaró: “…porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24: 21, 29 y 30).
El año 2020 ha comenzado con noticias realmente alarmantes. Pero nosotros ponemos nuestra vida, nuestra economía y nuestra familia en las manos del Dios que nos ha hecho más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. ¡Somos más que vencedores! Si cae la bomba atómica cerca de ti, ni te vas a enterar que te moriste; abrirás los ojos en la eternidad. ¡Dale gloria a Dios por eso! No hay motivos para estar turbados. Nosotros vivimos confiados, nuestra victoria está en nuestra fe. Al que cree todas las cosas le son posibles.
Habrás visto en las redes un video mostrando a varios soldados estadounidenses, orando para no ser enviados a la guerra con Irán. También hay un titular que dice: “Izada por primera vez en la historia la bandera roja en la mezquita de Jamkaran en la ciudad iraní de Qom; simboliza para los iraníes el inicio de la madre de todas las batallas. Y no será arriada hasta completar la venganza por la muerte del general Soleimani”. ¡Presta atención a esto! En una mezquita, que sería una iglesia musulmana, han izado la bandera roja que simboliza sangre, y la interpretación de esa bandera es declarar guerra, y no bajarla hasta que no se haya consumado la venganza. ¡Bravos los iraníes! Y bravo también Donald Trump, quien ordenó: “No hagan más nada porque como hicimos ahora, tenemos cincuenta y dos objetivos más para destruir”. Mas tú no desesperes. Los cristianos no debemos turbarnos, sino declarar como David: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmos 23: 4) y “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado”. (Salmos 27:3).
También leemos en Salmos 46:1 y 2: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar”.
Te voy a dar una clave: Nuestra victoria es nuestra fe. El arma que vence al mundo es nuestra fe; y nuestra fe viene por el oír, y el oír de la palabra de Dios. Por lo tanto, el hecho de que habite la palabra de Dios en nuestro corazón garantiza que tengamos la fe suficiente para no estar turbados; y caminar confiados, y con esperanza, sabiendo que nada puede destruirnos.
MALAS NOTICIAS PERSONALES: CIRCUNSTANCIAS DIFÍCILES
Comenzamos el año con noticias malas y no solo son las noticias internacionales, sino que también, varios hermanos de la fe están atravesando circunstancias personales difíciles. Por ejemplo, la mamá del nuestro pastor de Durazno, Guillermo, se cayó en la ducha; es una mujer de edad y se quebró el hombro. Los médicos dicen que no hay solución. A la hijita de dos años de edad de uno de los encargados de nuestros hogares en Rincón del Colorado, Nicolás Guerra, le diagnosticaron peritonitis y la tuvieron que intervenir de urgencia. ¡Gracias a Dios actuaron a tiempo! La peritonitis puede causar la muerte. También recibimos la noticia de que la mamá del pastor Jesús, de la iglesia de la ciudad de Rivera, le sobrevino un fuerte dolor de cabeza y cuando la llevaron a hacerse estudios, los médicos descubrieron que tiene un tumor. Nos llamó una pastora querida, y nos contó que está atravesando por un estado de depresión tal que le sobrevienen pensamientos de muerte. Por otro lado, otro pastor está atravesando momentos de mucho dolor y depresión, y también tiene pensamientos de muerte. Yo digo que esto es un ataque al cuerpo de Cristo, no se trata de problemas individuales y aislados; el diablo está muy enojado y sinceramente a mí me causa alegría. Esto significa que el diablo está muy preocupado.
Yo les digo a todos los que están atravesando por circunstancias adversas que van a salir adelante. Cuando el diablo ataca de esa manera es porque tiene miedo. ¿Qué tienen que ver estas malas noticias personales, familiares e internacionales? Dios me llevó a Efesios capítulo 6, versículo 12 y nos dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. No te la agarres con tu cónyuge porque tu guerra no es contra tu esposa o tu esposo. No te la agarres contra tu suegra porque ella no es el problema. La guerra no es con tus familiares. Tienes que aprender a ver qué hay detrás de los problemas y cuál es la verdad escondida. Donde hay un cristiano que ama a Dios y lo adora; donde hay un cristiano que intercede a Dios, esa es una persona más que vencedora. Si en medio de tus problemas tú puedes adorar a Dios, vas a tener victoria. Si crees en Dios vas a tener victoria. Tu fe vence al mundo.
El mundo es un sistema que se ha levantado contra el cristianismo y la Biblia dice en 1ª de Juan 5:4 y 5: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”
He escuchado a varios cristianos declarar que Dios ya no los aguanta, que han pecado demasiado y ya no pueden acercarse a Dios. Declaran que ya no los van a ver con buenos ojos en la iglesia. Cristianos que confiesan cosas que no están alineadas con la palabra de Dios. Yo le dije a la pastora Laura: “No estás perdiendo la fe; estás batallando por tu fe. El diablo quiere robarte la fe, pero saldrás victoriosa”. Le dije que se comprara un cuaderno; que comenzara a buscar versículos bíblicos que se relacionaran con la situación que está viviendo y los anote en el cuaderno. Le dije que comenzara a confesar lo que declara la palabra de Dios y no lo que le predica la circunstancia.
BUENAS NOTICIAS: LA PALABRA DE DIOS
La circunstancia dice que Dios ya no te va a aceptar, pero eso no dice la Biblia. La circunstancia dice que te vas a morir, pero eso no lo dice la Biblia. La circunstancia dice que ya no hay solución, pero no es así. Tú tienes que atesorar lo que dice la Biblia en tu corazón. Que la palabra de Dios more en abundancia en vosotros, dijo el apóstol Pablo. Tú tienes que hablarle a las circunstancias y a los demonios lo que dice la palabra de Dios, porque la palabra de Dios es Espíritu y es vida. ¡Hay poder en la palabra de Dios! En tus pensamientos y en tus palabras no hay poder; pero en la palabra de Dios sí hay poder. Anímate a declarar: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores”. Tus angustiadores no son tu suegra, tu cónyuge o algún otro familiar; tus angustiadores son los demonios que te quieren robar la fe y la esperanza. Pero la palabra de Dios te da fuerza y te da poder. ¡Te levantarás! ¡Saldrás adelante porque la palabra de Dios está en tu corazón!
¿Crees en esta palabra que estás recibiendo? Esta palabra produce fe; por lo tanto, cuando venga una adversidad, ya no confesarás las incoherencias que te sugiere ese problema. Tú vas a enfrentar el problema con la palabra que Dios te da. Tu lucha no es contra sangre y carne; tu lucha es contra poderes espirituales de maldad en las regiones celestes. Nos dice el apóstol Pablo en Efesios 6:10: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”. De paso tomate una pastilla para sentirte mejor. ¡No! Cuando no tengas fuerzas, busca las fuerzas en el Señor.
Hay un pasaje de la Biblia que dice que David se había cansado de llorar, y todos los que estaban con él también; lloraron al punto de quedarse sin fuerzas, porque cuando llegaron se encontraron que la ciudad había sido quemada, y se habían llevado a sus mujeres y a sus hijos cautivos. Y la Biblia dice: “David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; más David se fortaleció en Jehová su Dios” (1ª Samuel 30:6). Declara como David: “¡Yo me fortalezco hoy en Jehová mi Dios! ¡No tendré temor de malas noticias!” Así dice la Biblia en el Salmos 112:7 acerca del que teme a Jehová: “No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová”.
Es la palabra de Dios en tu corazón la que producirá firmeza y certeza en tu vida. Leemos en Efesios 5:8: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”. No sólo quiere Dios que seas fortalecido, sino que también recuerdes que has sido llamado para ser luz.
Me estremecen los testimonios de esas personas que estuvieron en un pozo profundo de oscuridad, pero entonces se les acercó alguien a hablarles del evangelio. Tal vez tú has estado así y alguien te predicó el evangelio, y se encendió una lucecita de esperanza en tu corazón. Sucedió con Etelvina una de nuestras pastoras, que cuando andaba en una mala vida, llegaron a su casa unas visitadoras sociales y le dijeron: “Tienes dos opciones: o cambias de vida, o te quitamos a tu hijo”. Y ella dijo: “¿Y cómo hago para cambiar de vida?” Entonces le hablaron de los hogares Beraca. Puedes ver su testimonio en YouTube. Cuando ya no tienes esperanza, cuando lo único que esperas es la muerte, cuando te sientes impotente porque no sabes qué hacer, has intentado mil maneras de salir, pero no lo has conseguido, pero se te acerca alguien, te habla de Cristo y te da esperanza. El mundo necesita que tú seas luz y que esa luz alumbre. Dios no confía en los grandes estadistas de las naciones; Dios no ha puesto su esperanza ni en Trump, ni en Putin, ni en ningún otro gobernante. Dios ha puesto su esperanza en los cristianos que creen. Gente sencilla que tiene la luz de Dios. Tal vez tú fuiste alumbrado o alumbrada porque alguien tuvo misericordia de ti y te habló de Cristo cuando tú no lo estabas buscando. Yo bendigo a esas personas que se compadecieron de ti y te predicaron del amor de Dios.
Cuando mencionamos el año 2020, nos parece un número bien bonito, pero, ¿quién te iba a decir que las noticias que se escuchan iban a ser tan feas? 20-20 suena más bonito que 20-19; y mucha gente puso su esperanza en el año nuevo. ¡Mal te veo! Un buen año no cambia corazones, pero corazones buenos cambian el año. Y los corazones buenos son los corazones que han sido tocados por la gracia de Dios. Tú crees que no tienes suficiente luz y no sabes cómo vas a hacer. Cuando veas a alguien y lo mires a los ojos, te darás cuenta si esa persona no está bien; comienza a hablarle del evangelio y la esperanza nacerá en esa persona. Lo que tú necesitas hoy es un toque de Dios; necesitas que se encienda fuego en tu interior. Jesús dijo que nosotros, los cristianos, somos la luz del mundo. No dijo que Soleimani era la luz del mundo; no dijo que Trump es la luz del mundo, ni ningún otro gobernante. Él les dijo a sus seguidores: “Ustedes son la luz del mundo”.
CONCLUSIÓN
Hoy Dios le da esta palabra a aquellos que se llaman creyentes para que de ellos salga la esperanza que el mundo necesita. El mundo está necesitando que abras tu boca y que tengas la misericordia y el amor que Dios tuvo por ti. Un cristiano que pueda alabar a Dios y regocijarse en Él en medio de las dificultades, es un cristiano que va a salir adelante victorioso. No sé cuál es el problema que estás enfrentando hoy, pero te digo que, si confías en Dios, si le adoras y confiesas su nombre vas a salir adelante. Si crees en la palabra de Dios así será. Ocurrió en mi vida, ocurrirá también en tu vida. Yo pasé por períodos de desierto, un sequedal impresionante; y Dios me dio una palabra en el Salmo 40: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”. ¡Dios puede! ¡Dios lo hará contigo también! Cuando un creyente puede alabar a Dios y exaltarlo en medio de las dificultades, una luz se enciende en el mundo; y esa luz no es solo esperanza para ese creyente sino también para quienes lo rodean. Ninguna declaración de ningún presidente producirá alguna transformación al corazón de alguien, pero si lo hará tu predicación. Porque tú eres hijo, tú eres hija de Dios; el Espíritu de Dios está en ti y tu palabra puede encender en otra persona esa luz que tú tienes.
Tal vez necesites las fuerzas del Señor. Seguramente necesitas un toque de Dios. Posiblemente necesites el fuego del Espíritu Santo porque no te sale o no te nace alumbrar; no te inmuta la tristeza y la angustia que padece la gente. ¡Te cuesta verlo! Pero esto no se logra con nuestras propias fuerzas sino con la luz que enciende el Señor en la oscuridad de nuestros corazones, y Dios quiere llenar tu corazón de luz para que esa luz salga por tu boca, si es que estás necesitando que Dios encienda su fuego dentro de ti y estás dispuesto o dispuesta. Oramos: Padre, en el nombre de Jesús, intercedemos por las naciones de la tierra. Declaramos que tú eres Dios y nadie más es dios. Declaramos que eres Rey y Señor; nada escapa a tu mirada. Tú eres el Señor del universo. Nuestras vidas son tuyas, nuestra familia es tuya. Te pertenecemos, Señor. ¡Bendito sea tu nombre! Te alabamos, Señor. ¡Te adoramos! ¡Te bendecimos! Con la palabra que tú hoy nos has dado reprendemos al diablo y lo echamos fuera en el nombre poderoso de Jesús. Diablo, suelta las mentes; suelta las vidas espíritu de muerte, espíritu de fracaso. Suelta las mentes espíritu depresivo, te lo ordenamos en el nombre de Jesús. A ti Jesús te damos toda gloria y toda honra. Ponemos nuestras vidas, nuestras familias, nuestra salud, nuestro trabajo y nuestra economía en tus manos y declaramos victoria en tu nombre Jesús. Hoy confesamos que tú nos has encendido y con esa luz saldremos a alumbrar al mundo. Gracias Padre, amén.
ANEXOS: