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INTRODUCCIÓN
Ningún creyente puede ser un buen creyente si no está lleno del Espíritu Santo. Ningún creyente tiene suficiente fuerza, poder, luz o convicción de la verdad si no es por el Espíritu Santo. Hay quienes conocen la verdad, pero no tienen fuerza para sostenerla. Hay quienes quieren asistir a la iglesia, pero dicen que hay algo que no los deja. A un creyente que está lleno del Espíritu Santo no le ocurre eso; al contrario, tiene fuerzas para congregarse porque sabe que el alimento de su alma y de su espíritu es la palabra de Dios. Y es en la congregación que Dios le envía su palabra, su bendición y vida eterna. Digamos que esos que no tienen fuerza para asistir a la casa de Dios, sí sacan fuerzas para otras cosas, pero no para las cosas del espíritu.
En este tiempo estamos viviendo una prueba grande que viene sobre la humanidad. Creo que algunos cristianos no son lo suficientemente conscientes de esas cosas. Veo también personas que no son creyentes, sin embargo, están absolutamente conscientes de las cosas que acontecen en el mundo y luchan a favor de la verdad y la justicia. Salió en las noticias que se emitió una orden de captura nacional e internacional para un doctor y catedrático uruguayo que no está de acuerdo con las vacunas anti Covid-19.
Las vacunas están dividiendo a los cristianos y también están polarizando y dividiendo al mundo. Resulta que se casa un hermano de un joven de la iglesia y quiere hacer fiesta con baile. Según los protocolos sanitarios para la realización de fiestas con baile la exigencia para poder participar es estar vacunados. Y el que se casa pretende que el hermano asista, pero se tiene que vacunar y esto para el joven de la iglesia es una situación dificilísima. ¡Su hermano no va a quedarse sin baile! Si en estas estupideces te cuesta ser valiente, no me imagino cómo vas a reaccionar a otras imposiciones que nos ponga el gobierno mundial. Todos sabemos que aun los que están vacunados pueden contagiar y deben seguir usando el tapabocas, aunque se hayan inoculado. Pero parece que los que están vacunados tienen derecho a contagiar, no así los que no se vacunan. Somos malos, somos los responsables de los contagios y estamos en contra de la humanidad. Como esto, hay muchas cosas más.
A algunos cristianos no los sostienen las convicciones que tienen; o sea, tienen convicciones, pero las venden fácilmente. Recuerdo una joven que decidió creer al evangelio y aceptar a Cristo, pero dijo que se iba a seguir prostituyendo hasta que Dios le diera un trabajo. Digamos que se entiende que esto ocurra con una persona que aún no entiende el evangelio porque es nueva. Pero lo cierto es que las verdades que sostenemos los cristianos, esas verdades no nos sostienen a nosotros. A nosotros nos sostiene la presencia y el poder de Espíritu Santo.
Pongo un ejemplo de cómo se está tramando contra la gente. Un piloto de avión fue despedido por no querer vacunarse. A los médicos y enfermeros que no se quieren vacunar los presionan para que lo hagan o pueden ser despedidos. Y no es el estado porque éste dice que hay libertad, aunque se lava las manos; pero ha logrado que a una empleada doméstica no le fuera permitido trabajar más en la casa donde trabajaba. Legalmente las vacunas son una cuestión de decisión y de conciencia; y aun así tenemos miles de vacunados que se vacunaron contra su voluntad, pero forman parte del porcentaje del éxito de la campaña de vacunación. Y yo digo que es una mentira infame contra la humanidad. Un negocio como nunca antes. ¿Cómo vamos a manejar los días que vienen? Porque van a venir cosas peores. Los cristianos no podrán contra esto si no están llenos del Espíritu Santo.
Por estar llenos del Espíritu Santo los cristianos eran quemados en las piras mientras cantaban himnos. Por estar llenos del Espíritu Santo, clavados en una cruz perdonaban a los que le habían crucificado. También se arrodillaban frente a los leones en el circo romano adorando al único Dios y cantando mientras los leones los devoraban. Yo me pregunto, ¿qué es de los cristianos hoy? Quien tenga la verdad es peligroso; quien conozca y defienda la verdad hoy en día es un peligro. Y la gente se va acomodando a las imposiciones de la mentira y el engaño. Entonces, ¿qué es la verdad? Jesús dijo del Espíritu Santo que es el Espíritu de verdad y que nos guía a toda verdad. En otras palabras, la verdad es lo que el Espíritu Santo pone en los creyentes. La verdad no le pertenece a la filosofía de izquierda ni de derecha. La verdad no es del ser humano, no le pertenece. Todo lo determinó Dios antes de crear al ser humano; antes de crear el universo Dios determinó qué es la verdad. Y la verdad es de Dios y le pertenece; y Dios revela la verdad por su Espíritu Santo a aquellos que le aman, que le siguen y le temen.
Enseñamos en los encuentros acerca del arrepentimiento y de la convicción de pecado que también la revela el Espíritu Santo. Y es que muchas personas viven engañadas pensando que hay pecados importantes y otros que no son tan importantes, cuando cualquier pecado te puede mandar al infierno. ¿Qué, prefieres morir con una gotita de arsénico o con diez gotitas? El pecado es veneno y te mata; sea grande o sea chico. Mucha gente desfila hacia el infierno porque cree la mentira de su propio corazón y elabora argumentos; y los argumentos y la lógica no son la verdad. La verdad es lo que Dios enseña, y la palabra de Dios es la verdad; y ésta es revelada por el Espíritu Santo a aquellos que aman a Dios.
Le dije a un pastor amigo que el problema no es la vacuna sino la práctica de ingeniería social que está doblegando la voluntad del ser humano. Y él alegaba que las vacunas siempre fueron obligatorias. Nunca han echado a nadie de su trabajo por no tener puesta la vacuna; tampoco han impedido a las personas a entrar a algún evento deportivo o espectáculo por no tener el carné de vacunación. ¿Alguna vez no has podido asistir a la boda de algún pariente donde había baile porque no te habías vacunado? ¡Basta de mentiras! Nos están apremiando y nos están robando nuestros derechos fundamentales que Dios nos ha dado y están escritos en la carta de los derechos humanos de las naciones; derechos que existen antes que existan las naciones y las organizaciones gubernamentales. Son esenciales, tanto, la libertad de conciencia como la libertad de expresión.
EL DIABLO QUERRÁ DETENER TU PLAN
En los tiempos de Esdras y Nehemías, el rey Ciro de Persia había autorizado a los judíos a volver a su tierra después de 70 años de esclavitud. Y les había permitido edificar el muro de Jerusalén y el templo del gran Dios del cielo y la tierra. También había dado la orden que se les diera madera y oro entre otras cosas, en todas partes por donde iban, y entonces comenzaron a edificar. Resulta que los enemigos estaban alrededor, los que odian a Dios y odian a los cristianos. Quiero decirte que satanás odia la verdad y él no quiere nada de lo que Dios quiere y establece. Por lo tanto, estableció su reino de oscuridad, de engaño y mentira porque no hay verdad en él; así lo declaró Jesús. Y nosotros los cristianos debemos ser los cultores de la verdad. La Biblia señala que la iglesia es columna y baluarte de la verdad. Y Jesús declaró que el Espíritu Santo es el Espíritu de verdad que nos guía a toda verdad. Llegará un día en que nos apremiarán como a los cristianos que les dicen que renuncien a Cristo o van a matar a nuestros hijos en nuestras narices; y los cristianos que tienen el Espíritu Santo, no los que tienen convicciones, tomarán la decisión de no negar a Cristo, aunque vean morir a sus hijos delante de sus ojos. ¡Dios quiere gente valiente! Los cobardes no entrarán en el reino de los cielos.
Como señalé anteriormente, les hablamos a los que participan de un encuentro acerca de los pecados y del arrepentimiento para que sean perdonados y limpiados por la sangre de Jesús. Cuando tus pecados son perdonados y estás limpio, es entonces que Dios te llena con su Espíritu Santo. Cuando comenzaron a construir el templo, los enemigos trataron de intimidarlos, hicieron escarnio contra ellos y los despreciaron para frenar la construcción del templo. Y lograron detenerla por dos años porque luego del rey Ciro estuvo Darío rey de Persia. Y los enemigos mandaron cartas al rey que decía: “Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos. Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado”. Entonces el rey respondió: “Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos hombres, y no sea esa ciudad reedificada hasta que por mí sea dada nueva orden” (Esdras 4:12 ,13 y 21). Y dice la Biblia en Esdras 4:24: “Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia”. Dejaron de edificar, y en ese tiempo de dificultad, cuando oyeron que Nehemías edificaba el muro, con enojo dijeron: “Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará” (Nehemías 4:3). Se burlaban de los hijos de Dios y decían cosas que minaban el ánimo de ellos. Había un personaje llamado Zorobabel quien fue puesto por el rey Darío para gobernar en la provincia de Babilonia, que era una provincia cautiva, y dice la Biblia en el libro de Zacarías 4:6: “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Si cambiamos el término palabra por verdad diría: “Esta es verdad de Jehová a Zorobabel”; porque tanto palabra como verdad es lo mismo, porque la palabra de Dios es verdad.
Los creyentes no tenemos ejércitos, ni carros, ni caballos; no tenemos dinero, pero tenemos disponible para nosotros el poder del Espíritu Santo. Y un profeta dijo: “Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros” (Zacarías 4:9). La obra que habían detenido los enemigos se culminó. La obra se hizo porque el Espíritu de Dios estaba con ellos.
PERO EL PLAN DE DIOS PREVALECERÁ
El profeta Ezequiel estaba viendo en visión un valle de huesos secos; y dijo: “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”. (Ezequiel 37:1 al 6) No hay muertos que queden en esa condición si Dios habla porque cuando Dios habla los muertos resucitan. No es cuestión de la medicina, ni de los medicamentos y tampoco de la tecnología sino del poder del Espíritu Santo.
Por dos mil años Israel dejó de existir; no existía el estado de Israel y tampoco habitaban en su tierra. En su tierra habitaban extraños y ellos estaban dispersados por todas las naciones durante dos mil años. No tenían su himno nacional y hablaban el idioma de las naciones en las que vivían. Fueron perseguidos por mucho tiempo y odiados hasta el día de hoy porque son el pueblo escogido de Dios a quien el Señor le ha dado su palabra. ¿Cuál es la palabra?: “He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”. No es con espada, no es con ejércitos; no es con caballos y carros; “Es con mi Espíritu”, dice el Señor. Nadie jamás pensó que algún día Israel iba a volver el 15 de mayo de 1948. Ese día se declara la independencia de Israel y como dijo Isaías: “¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos” (Isaías 66:8). Se cumplió la palabra de Ezequiel 37. Entonces el profeta Ezequiel nos narra: “Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo”.
Ezequiel profetizó palabra de Dios. ¿Habló Dios? Habló Ezequiel palabra de Dios. Dios habla a través de hombres. Desde el año 1948 hasta hoy, Israel es la octava economía más importante del mundo. No hay otra nación tan joven; y mucho menos que haya logrado lo que Israel logró. Dijo Ezequiel: “Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos”. No hay nada que Dios no haya adelantado y profetizado. Nuestro Dios anuncia desde el principio lo que va a suceder al final, para que cuando suceda su pueblo le de gloria. Y sigue narrando Ezequiel: “Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová” (Ezequiel 37:11 al 14).
Esta profecía tiene dos etapas; en la primera el profeta profetiza conforme a lo que Dios le ha dicho y la nación de Israel nace. Le falta la segunda parte que es el derramamiento del Espíritu Santo. Así como profetizó Ezequiel: “Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán”. Todavía falta la segunda parte. ¡Veremos en Israel la gloria de Dios! ¿Se necesitaba un gran ejército? Los alemanes mataron 6 mil millones de judíos y estos fueron perseguidos y echados de todas las naciones. Pero no se necesita ejército. ¡Se necesita el Espíritu Santo!
CONCLUSIÓN
Los creyentes de este tiempo no van a ver la verdad si el Espíritu Santo no se la revela; y tampoco se podrán sostener si el Espíritu Santo no los fortalece. Espero que la iglesia no tome livianamente lo que le hablo hoy. Les dije a los pastores de Misión Vida que no quería cerca de ellos y no quiero tampoco cerca de mí, líderes que sean blanditos y debiluchos en sus convicciones que no pueden enseñar a otros las convicciones y es que las convicciones sin valor y sin fuerza no sirven. ¡Las convicciones sin el Espíritu Santo no sirven! Necesitamos ser llenos del Espíritu Santo. Dijo el Señor: “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán” (Hechos 2:17 y 18).
Cuando uno llega a la ancianidad es cuando deja de soñar, pero Dios les ha dado a los que están llenos del Espíritu Santo; que los ancianos y las ancianas sueñen sueños. Los cristianos no nos jubilamos, tampoco llegamos a una edad en la que somos inútiles; los ancianos cristianos son muy útiles. Los jóvenes profetizarán. Lo que necesita el mundo es gente llena del Espíritu Santo.
Estas palabras son especialmente dirigidas a aquellos que han experimentado ser perdonados de sus pecados y tienen una paz que nunca antes habían sentido. El pecado pierde poder sobre tu vida, pero no podrás continuar con paz ni con la victoria sobre el pecado si no estás lleno, o si no estás llena del Espíritu Santo. Y la llenura del Espíritu Santo es un derecho que tiene todo aquel que cree. Es una promesa para los que creen. Y se recibe su llenura por la fe. Es el Espíritu Santo el que te guía a toda verdad.
Yo testifico hoy contra los creyentes que están en oscuridad, que están doblegados por argumentos que no entienden bien. El único que puede traer luz es el Espíritu Santo. ¡Necesitamos estar llenos de Él! Si reconoces que estás seco, que estás seca y necesitas que el Espíritu santo te llene, entonces dile a Dios: “Señor anhelo el Espíritu Santo sobre mi vida. Sopla tu Espíritu Santo sobre mi Padre en este tiempo de oscuridad y de tinieblas; y en este tiempo de confusión. Ven con tu fuego a mi vida Padre, te lo pido en el nombre de Jesús”.
ANEXOS: