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INTRODUCCIÓN
Jesús vino como Cordero, muere y derrama su sangre como Cordero, y comienza a anunciar cómo siguen las cosas ya que Él mismo habla de su retorno. Esto lo vemos en Mateo 24 y Lucas 21 que son las descripciones de la segunda venida de Jesús, las mismas que se encuentran en el libro de Daniel, así como en los libros de otros profetas, y están también en las cartas de los apóstoles y en el libro de Apocalipsis.
En Mateo 24, Jesús habla de una gran tribulación que es el disparador de ciertos acontecimientos que tienen que ver con su segunda venida. El mundo y aun los cristianos están confundidos y creen que la gran tribulación es la ira de Dios. Y como hay referencias en Apocalipsis que hablan de la ira de Dios, que seríamos librados de esa ira, se cree que nosotros también vamos a ser librados de la gran tribulación. Hay miles de cristianos hoy, que están siendo degollados y parece que esos no se están salvando de la gran tribulación. Porque algunos enseñan que como Dios es bueno cuida a su pueblo, pero Él, permitió que Cristo vaya a la cruz, permitió también que crucificaran cabeza abajo a Pedro. Ese Dios permitió que los cristianos sean comidos por los leones. ¿Y nosotros qué? ¿Tenemos coronita?
Estuve leyendo un libro que habla de una de las iglesias más grandes del mundo; en un culto, con mil setecientas personas, de pronto se cae el techo provocando la muerte de doscientas personas más o menos y otros tantos heridos. Y uno se pregunta, cómo Dios permite estas cosas. Hay cosas que no tienen explicación. Es en vano pedirle explicaciones a Dios. Pero por algo el Señor lo permitió. Lo entendamos o no, nosotros creemos por lo que dice la palabra que Dios es bueno y justo y nada hay que se escape de su mirada. Él sabía que iba a suceder y lo permitió. Y aun así declara la palabra de Dios, que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Esa congregación comenzó a creer y a vivir en esta realidad de que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien.
Lo cierto es que la gran tribulación no es la ira de Dios. La gran tribulación es la gran persecución que se está gestando y armando contra los cristianos en este preciso momento (aunque aún no estamos atravesando la gran tribulación predicha en la Biblia). Tienes que saber que autoridades del gobierno señalan que los cristianos no merecemos vivir ya que somos sus enemigos acérrimos. Son los que levantan la bandera en apoyo a quienes quieren matar a los hombres porque alegan que los hombres no deben existir, y nos quieren llevar a hacer y a creer lo que ellos creen. ¡Se ha desatado una cruel persecución!
Y Jesús dijo en Mateo 24:21: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”. El Señor ha profetizado una persecución que marcará la tierra; se está atenazando a la ciudadanía del mundo y controlando hasta en los más mínimos detalles. Todas las aplicaciones y facilidades que te da el celular sirven para que te rastreen fácil, saben cuánto gastas, lo que dices, etc. ¡La tribulación viene! Te hablan de libertad, pero en realidad te quieren esclavizar.
Cuando se cumplan todas las señales profetizadas de la segunda venida de Cristo, se producirá un estremecimiento. No sólo Cristo vuelve nuevamente, sino que viene a instaurar un nuevo orden. La Biblia dice que el mar entregará a sus muertos. Viene la resurrección de los que han creído en Cristo, saldrán de los mares, se levantarán de los cementerios. ¿Cómo será eso? Me imagino un creyente que fue comido por un cocodrilo, el animal lo despedazó y esparció su cuerpo por todos lados, pero la Biblia dice que ese muerto se va a levantar. El Dios que nos demostró que la muerte fue vencida nos dice que cuando Cristo vuelva, en un instante, los que estemos vivos seremos transformados, y los que hayan muerto en Cristo resucitarán primero. No importa dónde esté. ¡Vamos a resucitar!
PROFECÍAS YA CUMPLIDAS
Leemos en Lucas 21: 20 al 24 lo que dijo Jesús: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”. Recordemos que Jesús fue al templo y cuando salió de allí profetizó que Jerusalén sería destruida “¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”. Cuando Jesús profetiza, agárrate. Pasaron setenta años de esto; llegó el imperio romano y destruyó Jerusalén, destruyó el templo y quemó la ciudad. Recordemos que Jesús, desde una colina lloró por Jerusalén: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo 23: 37 al 39). ¿Por qué? ¡Porque lo rechazaron!
El Señor habló de esa tribulación hace más de dos mil años atrás, que no es la gran tribulación que viene, y se lamentó diciendo: “¡ay de las que estén encinta, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”. ¡Esto ocurrió literalmente! La persecución contra los judíos fue horrenda y estos fueron a parar a todas las naciones. En ese entonces el imperio romano gobernaba en todo el mundo antiguo conocido así que en cualquier nación donde ellos estaban, eran perseguidos. Esa experiencia ha tenido que vivir Israel durante dos mil años, sin tierra, sin su idioma, sin templo, sin poder hacer sacrificios, sin tener soberanía, y aun ahora se la están negando. Atiende a lo que dijo Jesús: “Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”. Jerusalén será pisoteada por los gentiles, lo que significa que sería pisoteada por las naciones. Hay un plazo, un tiempo en que se termina el tiempo en que los gentiles se enseñorean del territorio de Israel. Ese periodo de los gentiles comienza su etapa final el 15 de mayo de 1948 cuando Israel declara su independencia y se establece como un estado soberano en su tierra. No es tan fácil el asunto porque en realidad ellos no tienen la soberanía en ese momento de Jerusalén, y como sabemos, ocurrieron varias confrontaciones y en la guerra de los seis días ellos terminan de capturar Jerusalén y ahora es cuando realmente están ejerciendo su soberanía y han declarado que es la capital eterna de Israel. Estados Unidos está de acuerdo con ellos y decidió poner su embajada en Israel, así como otros países.
PROFECÍAS QUE ESTÁN PARA CUMPLIRSE
El tiempo de los gentiles está en su etapa final. Luego de esto el Señor declaró: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas” (Lucas 21: 25).
Se termina el tiempo de los gentiles y empiezan una serie de señales, las cuales son muchas, aunque hay algunas que nos interesan más, por ejemplo, la luna de sangre que tuvo lugar el día 27 de Julio de 2018. Si tú quieres saber cómo se darán las cosas no puedes desconocer lo que describe todo el capítulo 24 de Mateo. Leemos en Mateo 24:15: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”. Esto es el anticristo sentado en el lugar santo queriendo gobernar desde Jerusalén, cuando Jerusalén es el lugar elegido por Dios, desde donde Cristo gobernará el mundo. Pero el anticristo quiere usurpar ese lugar. El que se hará pasar por Cristo, el impuro, indigno, mentiroso e hipócrita; el que quiere cambiar las leyes y los tiempos. Cuando lo veas sentado en el lugar santo, entonces huye. Ahí hace referencia a la gran tribulación que viene. El día que veas que un gobernante importante y poderoso, que sabe llevarse bien con todos, que les caerá bien a todas las naciones; cuando veas que un personaje así se sienta en el lugar santo, sabe que viene lo peor de la persecución. La persecución ya está, pero cuando acontezca esto, vendrá lo peor de la persecución. Entonces Jesús dijo: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21). Si crees que has escuchado cosas que te han estremecido, cosas aberrantes que están aconteciendo ahora mismo en el mundo, entonces aun no has visto nada. Será una tribulación como nunca ha habido ni la habrá. Será la máxima manifestación del mal de satanás persiguiendo el bien, destruyendo la verdad y cambiando la ley. Tanto en Lucas capítulo 21 como Mateo capítulo 24 se habla de esta gran persecución. Quiero que sepas que hoy han muerto más cristianos que en cualquier otra época de la historia del cristianismo, y en el día de mañana, morirán degollados, masacrados, quemados y lacerados muchos más cristianos. Hoy en día la religión más perseguida, los religiosos más masacrados en el mundo somos los cristianos, los seguidores de Cristo. La persecución ya está en marcha.
Leemos en Mateo 24:29 (que se asemeja con lo que dice Lucas 21: 25 y 26): “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”. Hay un día en el que el sol se va a oscurecer y la gente creerá que será un eclipse más pero ese eclipse será el último. El cosmos se va a estremecer y no sólo la tierra. Te diré una verdad científica: cuando Dios creó los cielos, o sea, cuando creó el espacio con la luna, el sol, las estrellas y también la tierra, no solamente creó el espacio sino también el tiempo. El tiempo forma parte de la creación de Dios. El espacio no existe sin tiempo y el tiempo no existe sin espacio. Estas cosas las estudió Albert Einstein. Entonces, hay una armonía y un equilibrio entre el espacio y el tiempo y hay una relación entre ellos. De tal manera que, mientras la velocidad aumenta, el tiempo disminuye. O sea que, a medida que la velocidad aumenta, el espacio disminuye, lo que se conoce como la teoría de la relatividad especial y que está demostrada. Hay dos vectores, uno es el vector tiempo y el otro el vector espacio que forman parte de una sola cosa.
Cuando la Biblia dice en Génesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, esto significa cuando Dios creó el tiempo, por lo que cuando hablamos del principio también nos referimos al tiempo. Hay un punto en que no hay principio, es un tiempo antes del tiempo, y eso es la eternidad. En un momento Dios creó el tiempo y se originó el principio, y en el principio nace el tiempo y nace la creación que vemos. El tiempo es una creación de Dios y es un paréntesis en la eternidad. Para el Señor no hay tiempo ya que Él es eterno y no tiene que esperar que algo acontezca porque desde donde Dios está, lo ve todo. Jesús declaró: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). Significa que está desde la eternidad y hasta la eternidad. ¡El Señor lo sabe todo! Entonces, desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura, en el principio creó Dios los cielos y la tierra, que son un paréntesis muy pequeño dentro de la eternidad en el que funcionamos con tiempo y espacio.
Cristo ya ha resucitado, ya no es un ser humano de carne y huesos, ya no pertenece a esta creación; ahora tiene un cuerpo glorificado. Él no va a volver a nacer ni a morir. Jesús ya está en la dimensión de la eternidad. Así que Él vendrá desde la eternidad e irrumpirá en el planeta Tierra para que ocurra su segunda venida y surgirá así, una nueva dimensión que no es la del espacio que conocemos. Y por decirlo de alguna manera, los cristianos seremos transformados y resucitados, y también tendremos una naturaleza eterna que ya no envejece porque el tiempo no opera más en nosotros. O sea que será el principio de grandes cataclismos. Porque si el tiempo se detiene, se estremece el espacio.
Cristo viene en las nubes y caen las estrellas, se apaga el sol, la luna no da su resplandor, la tierra se estremece y las personas no saben qué hacer porque están aterrorizadas, así leemos en Lucas 21:25 al 27: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.
Es que no sólo viene Cristo; es que Él viene a establecer una nueva era donde todas las cosas serán hechas nuevas y las viejas serán condenadas. Se comienzan a ver una serie de señales en el cosmos, así dice Mateo 24:29: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”. En el versículo siguiente, aparece el término “Entonces”, lo que significa que algo está aconteciendo primero y lo que viene acontecerá después de lo que está sucediendo ahora. “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Este cataclismo en el cosmos marca la segunda venida de Cristo. Lucas 21: 25 al 28 dice lo siguiente: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. Esto es un gran pantallazo de lo que sería la segunda venida de Cristo, pero el tema da para hablar más.
¿CÓMO SERÁ LA VENIDA DE CRISTO?
La venida de Cristo será personal. El Señor no viene como un espíritu, sino que viene con su cuerpo glorificado. En su primera venida tuvo que nacer como cualquier ser humano, y Jesús nació de la virgen María. En su segunda venida lo hará como persona visible y tangible, pero con un cuerpo resucitado y glorificado, el que recibió cuando resucitó, así como tendremos nosotros, un cuerpo glorificado e incorruptible. En el momento en que Jesús, luego de habérsele aparecido a sus discípulos fue alzado al cielo, se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas y les dijeron: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). El que viene es una persona, no es un ente. La venida de Cristo será visible, todo ojo lo verá. Jesús no es etéreo, tampoco es un ente, no es invisible y es por eso que todo ojo le verá. Yo no sabía cómo sería esto hasta que apareció el satélite, así que con la tecnología moderna todos podrán ver al Señor cuando vuelva. Dice Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”. Esto significa que, aquellos que lo crucificaron, aquellos que se burlaron de Él y lo golpearon, lo van a ver venir y se lamentarán.
La venida de Cristo será repentina. Dijo el señor: “Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 23y24).
Uno que se hacía llamar Reverendo Moon decía que había venido a reemplazar a Cristo porque Él había fracasado, por eso Dios había permitido que lo crucificaran, pero que él no iba a fallar. ¡Pero murió! ¡Se lo comieron los gusanos! Dice la palabra de Dios en Mateo 24:27: “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”. Cuando todas las señales se hayan cumplido, se estremecerá el vector tiempo y el vector espacio. Cosas extraordinarias sucederán. Sus escogidos serán recogidos desde los cuatro vientos por los ángeles y nos uniremos al Señor en las nubes. ¡Vamos a flotar!
¿En qué dimensión de tiempo entramos a vivir los resucitados? En la misma dimensión de Cristo. El apóstol Pablo señaló que seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos. En un abrir y cerrar de ojos serán todas las cosas cambiadas. Dice la Biblia que aun la naturaleza está contaminada por el pecado del hombre y que ésta gime a una, con dolores de parto, esperando ver la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. ¿Cuándo será esto? ¡Cuando Cristo vuelva! Cuando el Señor venga se transformará el orden; los creyentes que hayan muerto serán resucitados, y los que estén vivos serán transformados en un instante. Aquí te voy a hablar de ciencia, y esto Einstein lo estudió.
Dice la Biblia en Apocalipsis 10: 1 y 6: “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego…y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más”. ¡Se detiene el tiempo! Así como el tiempo tiene un principio, también tiene un fin; y cuando llega el fin, se termina el tiempo y todo se hace eternidad. Cuando seamos transformados en un abrir y cerrar de ojos, entraremos en una dimensión donde el tiempo no existe más.
Leemos en Isaías 24: 4 al 6: “Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres”. La Biblia afirma que el pecado del mundo trastornó la creación entera. Y el mismo profeta dice más adelante en el versículo 20: “Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará”. La segunda venida de Cristo es para dar por terminado un orden e instalar otro orden en el cual todo es hecho nuevo, será una dimensión nueva y diferente. Dice Isaías en el capítulo 34 verso 4: “Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera”. Aquí sugiere lo mismo que dicen Lucas 21 y Mateo 24. Y Juan, según lo que dice en Apocalipsis 6:16 ve lo que sucederá cuando Cristo vuelva: “Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”. Nosotros no sólo esperamos que venga Cristo, sino que también esperamos una transformación de todas las cosas. Esperamos vivir en una nueva dimensión creada por Dios que da por vieja, deshecha y destruida la primera porque el hombre contaminó la tierra.
CONCLUSIÓN
Quien ha recibido a Cristo en su corazón ha recibido una semilla de la eternidad; quien ha recibido a Cristo en su corazón tiene palpitando en su interior un nuevo ser y toda la naturaleza lo verá, porque ésta está esperando a una la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Quien ha recibido a Cristo en su corazón está gestando dentro de sí eternidad, está gestando una vida incorruptible con un poder increíble. ¡Algo que nadie va a poder aplastar! Satanás está luchando para que tú te corrompas y te pierdas porque no soporta lo que tienes adentro y tratará de hacerte pecar. Tratará de que no disfrutes la vida que Cristo te da e intentará hacer que tú anheles ser como los incrédulos y divertirte como ellos, practicando lo que el mundo practica. Pero si tú claudicas a eso significa que no has conocido el verdadero valor de Cristo, no has conocido cuánto vale la eternidad ni el valor de la sangre de Cristo. Significa que estás corriendo peligro de muerte.
Dice Juan en Apocalipsis 21: 1 y 2, 4 y 5: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido…Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”.
¡Qué terrible que las personas por disfrutar de algún placer sexual escupen y pisotean una promesa tan grande y tan preciosa! ¡Qué terrible aquellos que después de haber conocido el evangelio y haberle entregado sus vidas a Jesús luego pisotean su sangre! Estas cosas que te he enseñado están escritas para que tú sepas lo que Cristo ha preparado para ti. No sólo te perdonó tus pecados, sino que también ha preparado un reino y vendrá a buscarte junto con sus ángeles y recogerán a sus escogidos desde los confines de la tierra en las nubes para estar con Él por la eternidad.
“Padre, es preciosa tu palabra y pensar que hay gente que no la quiere escuchar ni leer. Hay quienes se burlan de tu palabra. Pensar que hay cristianos que la pisotean y no la valoran. Ten misericordia de nosotros, Señor. Abre nuestros ojos y que nadie se pierda de ver y de vivir en esta dimensión que tú has preparado para nosotros; un reino y una vida que has pensado para que disfrutemos contigo. ¡Una creación nueva! La iglesia dice: “Ven pronto, Señor Jesús”. Te adoramos, te bendecimos, Señor. Tuyo es el poder, tuya la gloria. Destruye el velo que satanás ha puesto sobre los ojos de muchos para que los tuyos no vean ni entiendan ni valoren tu obra. Perdona Padre, quita nuestro pecado, cúbrenos con tu sangre Jesús. Que tu vida sea manifestada en nosotros Señor, amén”.
ANEXOS: