GUARDA TU FE - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

GUARDA TU FE

Hoy compartiremos un tema importantísimo, de vida o muerte para cada uno de nosotros: Tenemos que aprender a valorar y cuidar nuestra fe, tenemos que esmerarnos en retener nuestra fe.

Muchas veces he dicho que si yo fuera diablo, trataría de robar la fe a los creyentes y haciendo eso, los hundiría y los destrozaría. ¿Por qué? ¡Porque es imposible subsistir sin fe! Dice la Biblia que “…el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4). Cuando se menciona un pasaje de la palabra de Dios en el templo o cuando tú la lees, no son meramente palabras las que están retumbando, sino que es la espada de Dios y cuando tú la crees, esa palabra tiene poder para actuar en tu vida. Pero recuerda: El justo por la fe vivirá. Tu vida depende de la fe, que vivas o mueras, que seas salvo o condenado, por lo tanto tienes que guardar y cuidar tu fe con empeño. Dice la Biblia que la fe es “…mucho más preciosa que el oro” (1ª Pedro 1:7). ¡Es más preciosa que todo el oro que puedas acumular!

            ¿CÚAL ES TU PREOCUPACIÓN?

Generalmente estamos pendientes de si Dios contesta o no ciertas oraciones y perdemos el tiempo distrayéndonos en cosas secundarias. Distraernos en cosas que suceden a nuestro derredor significa descuidar la fe, porque la fe es la visión de Dios para tu vida y tienes que estar concentrado, no en las cosas que suceden a tu alrededor, sino en la fe, en lo que Dios tiene para tu vida. Las cosas en tu vida, sucederán conforme a la fe que tienes, no conforme a las circunstancias que te rodean. Si crees que Dios no escucha tu oración, sucederá al pie de la letra lo que estás creyendo. ¡Lo que tu crees Dios te lo concede! Dios te dice: “¿Tú me declaras sordo? ¡Sordo estoy!” Tu vida depende de tu fe; la salvación no es para los que algún día creyeron, sino para los que creen y perseveran en la fe. La vida cada día te quiere robar un poquito de fe pero debes perseverar en guardarla.

Recuerdo que cuando éramos chicos, nos daban una banana a cada uno de mis hermanos y yo me decía a mi mismo: “Si como la banana rápido, puedo pedirle una porción a mi hermano”. A él le gustaba saborear la banana lentamente pero yo me la comía con rapidez y luego le pedía un trozo de su banana. Así es el diablo con nosotros: Si te descuidas, el diablo te come la banana. ¡Tu fe es preciosa, la debes valorar y cuidar!

La fe actúa independientemente de la realidad que nos rodea; la fe es un poder solitario, no depende de la opinión de alguien, ni del titular que salió en el diario, ni de cómo amaneció el día. Yo he tratado de ejercitarme en la fe, he fracasado muchas veces, pero no me desanimo sino que vuelvo a practicar cada día. La fe hay que ejercitarla y practicarla. ¡La fe es un solitario en medio del desierto! El que al viento observa, no sembrará”. Eclesiastés 11:4. Tienes que desear la fe. ¿Deseas un aumento? Cuántas cosas anhelamos, deseamos y pedimos, pero qué poca gente pide a Dios: “Señor, enséñame el camino de la fe”. ¿Para qué le vas a pedir un aumento a Dios si tú puedes decretarlo? Hay gente que quiere hacer trabajar a Dios en cosas que él no quiere trabajar. Dice la Biblia que “…él te da el poder para hacer las riquezas…” (Deuteronomio 8:17). Dios nos enseña el camino para hacer las riquezas, ¡y nosotros queremos que él trabaje! ¡Pero qué sabiduría la petición de Salomón! -¿Qué quieres que te dé?, le dijo Dios. -Señor, te pido que me dés sabiduría. -¡Me gusta lo que me has pedido… no me has pedido riquezas, ni gloria, … por tanto, junto con la sabiduría te daré riquezas y gloria. Cuántos se arrodillan delante de Dios y le dicen: “Dame plata para pagar la boleta de la luz” y se desesperan por un aumento de sueldo; hay oraciones que salen con tanta fuerza por una enfermedad, por una deuda, pero no salen con tanta fuerza para pedir sabiduría y fe.

Lo más increíble es que Dios opera para mejorar nuestra fe por el método del absurdo: Cuando tu anhelas fe, vienen pruebas, cuando anhelas paciencia, vienen pruebas, porque jamás la fe se fortalece en circunstancias benignas sino que se muestra en circunstancias difíciles y si perseveras y triunfas sobre la adversidad, queda demostrado que es fe. Eso significa que cuando le pides algo a Dios, lo más probable es que las cosas se pongan peor; cuando tu crees fuerte y que alcanzaste el grado de fe que necesitabas para recibir algo de parte de Dios, seguramente te sobrevendrá una circunstancia totalmente adversa, por más que hayas recibido palabra de Dios confirmando tu pedido.

Eso también le ocurrió a los israelitas. Dios encomendó a Moisés liberar el pueblo de Israel y le dijo: -¿Qué tienes en tu mano? -Una vara, respondió Moisés. Dios, luego de mostrarle señales a través de ella, le replicó en el versículo 17 del capítulo 4 de Éxodo: Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales”. Luego dice la Biblia: Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano” (Éxodo 4:20). ¡Me maravilla este pasaje! ¡Dejó de ser la vara de Moisés y se transformó en la vara de Dios! Así es Dios con cada uno de nosotros: Toma lo que tenemos y lo usa para hacer señales y maravillas en nuestras vidas.

Le costó bastante a Dios convencer a Moisés para que entrara en este emprendimiento: Primero le dijo que tirara la vara al suelo y ésta se convirtió en culebra, luego, que la tomara por la cola y se convirtió nuevamente en una vara. ¿A quién se le ocurre agarrar una víbora por la cola? ¡Sólo a Dios! Recuerda que la fe no responde a parámetros racionales. Moisés obedeció a las indicaciones de Dios y en contra de todo lo que conocía y contra toda lógica, tomó la víbora por la cola. Tuvo que obedecer enfrentando todo razonamiento humano. Tampoco olvides este principio: La fe y la obediencia están ligadas, no hay fe sin obediencia.

             EL DECRETO DE DIOS PREVALECE

Moisés pues, aceptó el reto de Dios de ir a liberar el pueblo de Israel y tomando la vara a través de la cual Dios hizo tremendas señales, se dirigió a Egipto. Allí se reunió con su hermano y con los israelitas a contarle las nuevas que le había dado Dios. Dice luego el versículo 31 del capítulo 4 de Éxodo: Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron”. Leamos también el capítulo 5: “1Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. 2Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. 3Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada. 4Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas. 5Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas. 6Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo: 7De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja. 8Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios. 9Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas”. 10Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja. 11Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se disminuirá de vuestra tarea. 12Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja. 13Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se os daba paja. 14Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes? 15Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos? 16No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable. 17Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová. 18Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo. 19Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día. 20Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón, 21les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten. 22Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? 23Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo”.

Hay un decreto de Dios que afirma: “Dejen salir al pueblo de Israel” y otro decreto de Faraón que dice: “No dejen ir al pueblo de Israel, y oblíguenles a producir la misma cantidad de ladrillos, pero consiguiendo la paja ellos mismos”. ¿Qué sucedió? ¡El yugo se agravó! Satanás siempre se opondrá a los designios de Dios, pero éstos siempre prevalecerán a través de la fe.

             CONCLUSIÓN       

Hoy tienes que convencerte que la fe jamás se dejará vencer, la fe es un solitario que no depende de las circunstancias visibles, ni de la opinión de nadie, solamente responde a la voz de Dios y a su visión. Quien tenga visión de Dios, tendrá fe y solamente responderá a lo que él le ha mostrado, no importando lo que digan los demás, no importando lo que diga el Faraón ni las circunstancias. Quizás las circunstancias te están gritando que te vas a morir, que no vas a salir adelante. De muchas maneras habla satanás. Sobre muchos pesa la maldición de sus padres que dijeron: “Eres un idiota, no sirves para nada, nunca te vas a casar, nadie te va a querer…” ¡Cuántas cosas pone satanás en el camino! A los israelitas satanás les quiso robar la fe por medio de la furia del Faraón. Hay muchos que pierden milagros y favores de Dios porque satanás por alguna circunstancia, les está robando la fe. ¡Tienes que tener tratos con Dios y ponerte firme! No se qué circunstancia estás viviendo pero te aconsejo que no sueltes la fe, sino que te aferres a ella. ¡Nadie te va a ayudar en la fe, solo tu tienes que decidir si la sostienes o no! Dios nunca dijo que era fácil sostener la fe. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Pelea la buena batalla de la fe…” (1ª Timoteo 6:12). En un mundo donde todos quieren hacer lo que sienten y no lo que creen, tienes que decidir si te tomas de tus argumentos y razonamientos o de la palabra de Dios. No sé lo que estas viviendo, pero tienes que tomarte de la fe.  Más importante es buscar fortaleza en Dios para retener tu fe que pedir por tu cuenta de la luz. Tu fe es preciosa, cuídala, de tu fe depende tu vida. ¡Si sueltas la fe, sueltas la vida! Si has perdido la fe, es momento que hagas una oración ahora mismo:

“Padre querido, perdóname porque me he alejado de ti y he dejado que las circunstancias me guíen; limpia mi vida, perdona mis pecados, quita la incredulidad de mi corazón y pon en mí tu fe. ¡Creo que tienes un plan especial preparado para mí y lo quiero cumplir! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

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