EVANGELIO Y PERSECUCIÓN - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

EVANGELIO Y PERSECUCIÓN

INTRODUCCIÓN

Cuando Jesús se fue de este mundo, dejó a sus seguidores para que continúen con su obra. Y el libro de los Hechos de los Apóstoles nos relata acerca de todas las obras que estos hicieron. Aunque este libro quedó inconcluso y se cortó en algún momento, sin embargo, las cosas que sucedieron en ese tiempo de la historia han continuado sucediendo por más de veinte siglos.

Dice la Biblia en el libro de los Hechos 5:12 y 13: “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; más el pueblo los alababa grandemente”. Dice que algunos no se atrevían a juntarse con ellos porque había persecución. Tal vez te habrá pasado que tu familia te persigue porque asistes a la iglesia. Ellos consideran que ya no los amas como antes, que te has apartado de la familia, etc. Y mientras más te consagras, más en tu contra se ponen y te tildan de fanático y loco. A nadie le molesta el fanatismo que tienen las personas por Peñarol o Nacional, pero se escandalizan porque quieres servir a Dios todos los días de tu vida. Siempre que se predica con seriedad y con amor el evangelio, aparece persecución. Hay una persecución velada que es política. Misión Vida, que es una iglesia muy visibilizada en el país, está sufriendo persecuciones judiciales. Es que, si no somos visibles, entonces tenemos la luz metida debajo de la cama; y la luz hay que ponerla arriba para que pueda alumbrar.

Dice la Biblia que se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo y todos estaban unánimes en el pórtico de Salomón. “…tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que, al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos”. No alcanzaban a tocar a Pedro, pero por lo menos ponían a los enfermos a ver si la sombra les caía. ¡Era muy fuerte el mover de Dios cuando comenzó la predicación del evangelio! Y dice el pasaje bíblico que aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados. Tan poderoso era el mover de Dios que se levantó el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es la secta de los saduceos; se llenaron de celos y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública.

Repito, cuando se predica en serio el evangelio se levanta persecución, y, ¿quiénes son los que más se enojan? ¡Los demonios!  Es que hay un reino que domina sobre la tierra y es el reino de las tinieblas. Jesús dijo que satanás es el príncipe de este mundo, y cuando tú predicas el evangelio, lo que estás haciendo es sacudir el reino a satanás para arrebatarle almas que él tiene esclavizadas. La luz del evangelio entra en la mente y en el corazón de las personas y las transforma, y eso provoca un revuelo en el reino de las tinieblas. ¿Cuánto tiempo crees que ha dedicado satanás y sus demonios a mantenerte sin conocimiento del evangelio y a trastornarte? Aun habiendo venido al evangelio, te trastorna, te saca de nuevo y te hace revolcar en el pecado porque él lucha para no perder un alma. Hay persecución; las personas son perseguidas por satanás y sus demonios, una y otra y otra vez. Hay gente que ha criado sus hijos en el evangelio y los hijos se han vuelto homosexuales. Una joven que se había consagrado, se apartó y volvió, pero se volvió a apartar. Así hizo una y otra vez. Ella dijo: “A mí mi madre no me llevó a una iglesia. Yo no fui fruto de un matrimonio cristiano. Con seis años, cuando llegué de Brasil, me desaparecía cuando salía al centro con mi mamá y ella me buscaba como loca. Entonces yo me metía en alguna capilla, y después de un rato buscándome, mi madre me encontraba arrodillada rezando. Pero a mí nadie me había hablado a Jesús. Entonces entendí que por más que haya pasado mucho tiempo o que me haya ido muchas veces y que el diablo me haya revolcado un montón de veces, yo no elegí a Dios, Él me eligió a mí”.

Hechos 5:17 y 18 dice: “Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública”. El sumo sacerdote es la autoridad máxima de la religión judía y es una autoridad religiosa y legal. Recordemos que en Israel la ley son los 10 mandamientos dados por Dios, no hay separación de iglesia y estado. Israel nació de una iniciativa de Dios y Él es el legislador de esa nación. Entonces, el sacerdote que era la autoridad máxima se enojó y los hizo encarcelar. A continuación, leemos en Hechos 5:19 y 20: “Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida”. Anteriormente le habían reconvenido a Pedro y a Juan que no predicara más en el nombre de Jesús. Así dice la Biblia en Hechos 4:18 al 20: “Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. Entonces siguieron predicando el evangelio, y los volvieron a apresar. Pero el ángel los sacó de la cárcel, y continuaron predicando; cuando los encuentran, los traen de nuevo ante el sumo sacerdote y este les dice: “¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre”. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”.

SI PREDICAS, SERÁS PERSEGUIDO

Es necesario obedecer a Dios antes que a mi cónyuge si éste se levanta contra Dios. Es necesario obedecer a Dios antes que una ley que se levanta contra la predicación del evangelio. Es necesario obedecer a Dios antes que cualquier circunstancia o cualquier mandato. En Uruguay hay una comisión que trata asuntos de lavado de activos que depende del Poder Ejecutivo; o sea que el director de esa comisión está directamente bajo la autoridad del presidente de la nación. Y entonces, una de las cosas que están haciendo es instigarnos por el hecho de que nosotros tenemos que tener identificadas las personas que ofrendan y cuánto es lo que ofrendan. Nosotros tendríamos que ser los vigilantes de lo que las personas ofrendan y diezman, pero nosotros no sabemos ni queremos saber el nombre de quien ofrendó o diezmó. Y hay iglesias que se han prestado a esas cosas. Nosotros no tenemos un método que los convenza a ellos de que realmente Jesús enseñó cosas como, por ejemplo: que no sepa tu derecha lo que hace tu izquierda. Hemos enseñado que la ofrenda es un acto de adoración y de fe, y no es un acto digamos administrativo y económico; no es un acto comercial. Y por ello tenemos muy serios problemas, por lo que les voy a pedir que oren mucho ya que propusieron ponernos una multa importante, porque no tenemos un protocolo para identificar quién fue el que puso dinero a la hora de ofrendar. Los abogados nos dicen esto es una guerra religiosa. Aquí van a caer ustedes y después de ustedes otros y otros. Nosotros podríamos decir bueno pagamos y ya está, pero si lo hacemos van a seguir, porque ya quedó asentado un precedente. ¡Esto es persecución! El lavado de dinero se cuenta por millones de dólares y pasa por los bancos y básicamente está en la droga. ¿Cuánto cuesta un jugador de primera? ¡Una fortuna! ¿Cuánto dinero maneja un club de fútbol? Nosotros no cobramos una cuota porque la ofrenda es de amor y es voluntaria. Ellos quisieran que nosotros les cobráramos una cuota a los feligreses porque ahí ya está identificado quién compró el ticket para entrar.

Sin lugar a dudas en todo este asunto está la masonería y el nuevo orden mundial y no me da pena decirlo. Pero a mí esto no me tiene preocupado. Ellos nos exigieron que les mostremos nuestros ingresos, nuestros balances, y cuando presentamos nuestros balances los publicaron en el diario El País, sin importarles que esto es información confidencial. Las iglesias están catalogadas internacionalmente como organizaciones que lavan dinero. Así que, siempre que se predica el evangelio hay persecución. Si no te persigue tu suegra, te va a perseguir tu señora, tu esposo, no sé, alguien te va a perseguir, porque donde hay predicación del evangelio hay malestar en el infierno.

Dice la Biblia que vino un ángel de noche y abrió la puerta y los sacó. Esto es para aquellos que dicen que toda autoridad es puesta por Dios y que el que no obedece, a lo dispuesto por Dios no obedece. La frase fundamental acerca de esto es: “es menester obedecer a Dios antes que a los hombres”. En este momento Misión Vida está desobedeciendo a la máxima autoridad de la República Oriental del Uruguay. Estamos luchando porque creemos que tenemos derechos que no pueden ser atropellados. La libertad religiosa es un derecho fundamental, amparado por la Constitución Nacional y Tratados Internacionales ratificados por Uruguay. Y estas órdenes vienen de leyes, pero la Constitución está por sobre toda ley o decreto.

Decide si vas a predicar o no; y si lo haces te van a perseguir. Pedro y Juan fueron los primeros que predicaron y se convirtieron tres mil personas en una sola prédica. Así comenzó la iglesia de Cristo. Los cristianos eran perseguidos y estos tuvieron que huir; pero a donde iban los cristianos predicaban el evangelio. Así fue que llegó a todo el mundo.

En el capítulo 6 del libro de los Hechos, leemos acerca de Esteban, el cual era diácono; y la Biblia relata lo siguiente: “Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba”. Esta disputa terminó con la muerte del primer mártir cristiano de la historia. ¿Qué estaba haciendo Esteban? Estaba predicando el evangelio, haciendo prodigios, milagros y señales. Un milagro lindo que suele ocurrir cuando se predica el evangelio es cuando un ateo se convierte; porque a un ateo no lo vas a sacar fácilmente de su postura y de su convencimiento de que no hay Dios. Y de pronto, resulta que el evangelio entra como sin pedir permiso como entró en la vida de un abuelito que yo amé mucho y era ateo.

En San Juan hubo un terremoto que destruyó toda la ciudad en el año 1944. Esto sucedió de noche. Entonces, este hombre desesperado empezó a buscar su familia debajo de los escombros. Buscó y buscó, y lloraba, hasta que se entera que toda su familia estaba a salvo. Entonces cayó de rodillas sobre los escombros y dijo: “¡Gracias Dios mío!” ¡Así dijo el ateo! Nadie le predicó. Es que Dios hace lo que quiere y como quiere. Esteban estaba predicando y dice la Biblia: “Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió” (Hechos 7:54 al 60).

CONCLUSIÓN

Esteban era un miembro común de la iglesia, no era apóstol. No hay personas que sean más acreedoras o menos acreedoras de unción, porque la unción es para todo aquel que cree. El mismo Espíritu que envió el Padre sobre los apóstoles, lo envió también sobre los diáconos y sobre las personas que creen. Dijo Jesús: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:17 y 18).

¿Quién era ese tal Saulo que se menciona en el relato de Esteban? Saulo era uno que perseguía a la iglesia. Él iba en busca de los cristianos, entraba en sus casas, los sacaba a rastras y los llevaba para que los mataran. A ese Saulo, un día Dios le puso un parate en el camino y cayó fulminado al ver una luz extraordinaria. El perseguidor se convirtió en un perseguido porque se convirtió en un predicador del evangelio. ¡Tenemos que predicar! ¡El tiempo se acorta! Se tiene que meter en nosotros este fuego. En la Biblia solo se menciona a Jesús y a Esteban que le pidieron a Dios, que no les tomara en cuenta los pecados porque no sabían lo que hacían. Como dije, los cristianos comenzaron a huir a las ciudades que estaban afuera de Jerusalén por causa de la persecución, pero fueron predicando el evangelio como Jesús había dicho a sus discípulos: “…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

El evangelio entró en Samaria; así lo dice la Biblia en Hechos 8:4 al 6: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía”.

Cuando el evangelio se predica, no solamente se oye, sino que se ve el resultado: “Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad”.

Este año muchos cojos serán sanados, muchos sordos oirán, los ciegos verán. Si lo crees vas a predicarle a las personas y vas a producir milagros en el nombre de Jesús, y así se seguirá escribiendo la historia que quedó inconclusa en el libro de los Hechos.

“Padre, bendecimos a aquellos que predican el evangelio, unge sus labios, unge sus manos; llénalos con tu Espíritu Santo para que sean hacedores de milagros, te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén”.

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