DIOS TE DEMANDA HACER JUSTICIA - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

DIOS TE DEMANDA HACER JUSTICIA

Leemos en Mateo 5:10: 10Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”.

¿Tú crees que eres propietario del reino de los cielos? ¡Hay gente que es dueña del reino de los cielos!

Quiero meditar acerca de esto porque hemos escuchado ciertas noticias que nos tocan las entrañas; en una región de Pakistán, el sesenta y dos por ciento de las mujeres son asesinadas por familiares, y lo son, a causa de un acto de honor. Si una mujer es abusada sexualmente, por honor, la familia de ésta, la mata. ¡Mira si tendremos trabajo en este mundo! Pero no necesitamos ir a Pakistán para ver estas injusticias.

Hoy quiero hacerte ver que Dios es celoso de la justicia.La Biblia dice que Dios es justo y ama la justicia, y también señala que, sólo el hombre recto verá el rostro de Dios. Cuando hablamos de hombre recto, nos referimos al hombre que camina derecho y la justicia tiene que ver con el derecho.

No se trata de ser bueno o hacerse el bueno, porque tratar de ser bueno no significa hacer justicia. Las personas que son buenas tienden a ser inoperantes, dicen por ejemplo: “Yo no me meto con nadie, así que no se metan conmigo. Yo hago todo el bien que puedo, me llevo bien con todos los vecinos. Yo dejo vivir, que me dejen vivir”. ¡Este es un tipo de comentario de gente que de justicia no entiende nada! Porque con esa idea de que yo no me meto con nadie, y que nadie se meta conmigo, así fue que en una oportunidad salía mal olor de un apartamento y era que se había muerto una abuela y llevaba ya varios días. ¡A nadie le importaba, a nadie le interesaba y ninguno había sido amigo o vecino de la abuela que se había muerto! Para Dios eso no es ser justo y no es hacer justicia; Él quiere que luchemos por la justicia, y ha establecido que ésta tiene que ver con el mandamiento más importante que existe, además de amar a Dios, que es amar a tu prójimo como a ti mismo.

Amar a mi prójimo como a mí mismo es padecer por éste como padezco por mí mismo, significa, desear para el prójimo lo que deseo para mí mismo, preocuparme por él, como me preocupo por mí mismo; quien hace eso, entonces, es una persona justa.

Si tienes un pan y a tu lado hay alguien que no tiene qué comer, y tú necesitas el pan entero para quedar con tu panza llena, y te lo comes todo pero no compartes con el que no tiene, entonces, eres una persona injusta. Porque, justicia es que amemos a los demás como nos amamos a nosotros mismos, y que nos preocupemos por los demás como lo hacemos por nosotros mismos.

            LA IGLESIA, EL CUERPO DE CRISTO

Me ha movido a hablar sobre este tema el hecho de que no se sabe qué ha pasado con el pastor Youcef Nadarkhani; las noticias señalan que aún no se sabe si lo han ejecutado o no, las autoridades iraníes no han informado al respecto. Si lo han ejecutado fue por creer en Jesús y por no retractarse de su fe en Cristo. Ha sido considerado apóstata y condenado a la muerte de la horca porque se convirtió del islamismo al cristianismo.

En medio de este mundo tan insensible, pareciera ser que cuando le sucede esto a un hermano nuestro en Irán, está lo suficientemente lejos para que nos duela tanto. Pero la palabra de Dios me ha enseñado que todos nosotros somos miembros  del mismo cuerpo, que cualquier hermano, en cualquier parte del mundo que padece, es parte de mí mismo, es parte del cuerpo de Cristo como lo soy yo. Cuando algo le pasa a un miembro del cuerpo, todo el cuerpo se duele con ese miembro que está mal.

Si no hay dolor por lo que sufren otros hermanos, sea en Uruguay o en cualquier parte del mundo, entonces no hay amor ni unidad, los miembros están desprendidos unos de otros. Es como si cortara mi dedo y lo arrojara a la basura, y éste no sintiera más nada por el cuerpo, ni el cuerpo sintiera nada más por ese dedo, ese miembro ya no pertenece al cuerpo. Pero si es que pertenece al cuerpo y se daña, todo el cuerpo sufre por causa del dedo. Yo tengo una uña encarnada y mi cuerpo padece por eso, me molesta el caminar porque duele, y no es que está mal la uña sino todo el cuerpo, que se duele por la uña. Pareciera ser que la uña no es algo tan importante pero cuando te das un martillazo en ella, todo el cuerpo se acomoda para que ésta no sufra, porque al ser lastimada la uña, sufre todo el cuerpo. Cuando te duele un pie, caminas medio rengo y tu cuerpo se comporta de cierta manera tratando de no sufrir por causa de ese pie. ¡La iglesia es el cuerpo de Cristo! ¡La iglesia tiene que aprender a sufrir y a padecer con aquel que sufre y que padece!

Youcef Nadarkhani a los diecinueve años de edad se convirtió del islamismo al cristianismo, y no molestó mucho hasta el día que llegó a ser pastor de varios grupos cristianos llegando a tener cerca de cuatrocientos miembros en distintas grupos familiares; es muy peligroso ser de Cristo en Irán y mucho más si antes ha sido musulmán. La ley islamita prevé que los que apostatan de esa fe deben morir en la horca y la corte suprema de justicia de Irán sentenció a muerte a Youcef, si él no se retractaba de su fe en Jesucristo; pero él, en tres oportunidades diferentes reiteró que no iba a dejar de creer en Jesús. Cada vez que pienso en eso digo: “¡Aquí hay un creyente que está dando su vida por Cristo!” ¡Es alguien que no tiene miedo de dejar a su esposa e hijos, no tiene miedo a morir porque ha puesto realmente a Cristo en el primer lugar de su vida!

Cuando pienso en esos creyentes que señalan que están muy ocupados para servir a Dios, que no tienen dinero, que tienen mucho que trabajar o estudiar, me pregunto si irán al cielo… ¡Todo el tiempo le están poniendo peros a Dios!

            DIOS NOS DEMANDA HACER JUSTICIA

La demanda de este tiempo es muy fuerte, porque no puede ser que sólo algunos estén luchando por la justicia. Dios es un Dios justo y ama la justicia; Dios ama la rectitud y Él no puede considerar recto a alguien que está viendo el dolor de otro y no le importa, por lo tanto no hace nada. Hemos llegado a ser una manga de insensibles porque a la hora de comer ponemos un plato grandote de comida a la mesa y oramos por ejemplo: “Dios mío que estás en el cielo, gracias por esta comida, acuérdate de los que no tienen, en el nombre de Jesús, amén”. ¡Nos morfamos un plato, repetimos y que Dios se acuerde de los que no tienen qué comer! ¿Te duelen los que tienen hambre? ¿Te duele ver a los que hurgan en la basura buscando comida? Hemos llegado a ser una iglesia indolente, una iglesia de elitistas, algunos somos miembros más importantes del cuerpo de Cristo, en cambio otros no importan absolutamente nada, pero Dios no es así.

Cuando yo era chico veía un borracho y me burlaba, hasta me gustaba hablar con él, sólo para escucharlo hablar pavadas y reírme, pero a medida que he ido creciendo en el evangelio, me di cuenta de lo triste que es eso, de cuántos hijos están mal por causa de eso, cuántos matrimonios han sido destruidos y cuántas familias desechas por causa de un hombre alcohólico. Además, Dios me reprendió: “A ese hombre alcohólico yo lo he creado a mi imagen y a mi semejanza, ¡respétalo, ámalo, ayúdalo, haz algo por él!” ¡No eres tú más que ese borracho! ¡Tú no eres mejor que ese drogadicto!

La Bibliadice: “No hay justo ni aún uno”. Y por causa de la injusticia, Jesucristo murió en la cruz del calvario haciendo el acto de justicia más grande que jamás se haya hecho en el mundo para que los injustos puedan ser perdonados y hechos justos, para que los que anduvieran torcidos se enderecen y tengan entonces el privilegio de poder ser parte del reino de Dios.

Un acto de justicia es un acto de amor, porque todo lo que hace que el prójimo esté bien, entonces es un acto de amor. Entonces, un acto de amor hace justicia.

Dice la Biblia: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”. (Mateo 19:14). Cualquiera que ayuda a un niño a venir a Cristo está haciendo un acto de justicia y eso no se hace si no es por amor. Dios está demandando a la iglesia de este tiempo que deje de tener un amor egoísta, que dejemos de pensar sólo en nosotros, en nuestra familia y nuestra casa; que dejemos de pensar sólo en nuestra mesa y en nuestras enfermedades. ¡Eso no es justicia! ¡Eso es injusto y está pésimo delante de Dios!

Señala la palabra de Dios que si amamos a los que nos aman no hemos hecho nada más allá que cualquier pecador, porque éstos aman a los que les aman. Los asesinos, los ladrones, los estafadores aman a los que les aman, pero Dios nos ha llamado a una vida superior a la de un ladrón, a la de un asesino. Dios nos ha llamado a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no sólo al que forma parte de mi familia, sino también a aquel que está más allá.

Hijos de Dios no sólo son los que yo tengo, también son todos aquellos a los que Dios ha creado. ¿Por qué tengo que establecer diferencias entre los míos y los otros, cuando todos han sido creados a imagen y semejanza de Dios? Hay una insensibilidad metida en el corazón de la iglesia porque ésta no puede ver más allá de sus propios problemas, de sus propias dificultades. Y la gente busca a Dios para que les solucione sus problemas y se les va el tiempo, de nada aprovecha el esfuerzo que hacen, y las pocas oraciones que hacen tienen que ver consigo mismos. ¡Eso no es hacer justicia, eso es ser injustos!

Dios nunca le ha pedido al Estado que ame al prójimo como a sí mismo, Él nunca le ordenó que el Estado cuidara a los hijos huérfanos, necesitados de amor y afecto.

Hemos tenido recientemente un culto extraordinario donde todo el mundo que necesitaba ser abrazado recibió un abrazo. Hay mucha gente que sufre porque nunca ha sido abrazada, personas que sufren en soledad, que son rechazadas, que viven en angustia, en un pozo de desesperación porque nunca han sido valorados y eso es una injusticia delante de Dios; fíjate cómo Dios valora al mundo de tal manera que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda sino que tenga vida eterna. ¡Qué necesitado está el mundo de amor! ¡Cómo necesita el mundo que la iglesia ame con el amor con el que Cristo les ha ordenado que amen!

            PARA HACER JUSTICIA NO NECESITAS DINERO, SINO AMOR

Cuando el amor de Dios te toca y te llena, de pronto comienzas a valorar a la gente de una manera como nunca antes lo has hecho. De pronto, esa gente que antes detestabas comienza a ser preciosa para ti porque empiezas a verla con los ojos de Dios. Entre las personas que pasaron para recibir un abrazo se encontraba un hombre que tiene más de setenta años, una persona frustrada, se veía cansado, y en un momento cuando lo abracé me dijo: “Es la primera vez que recibo un abrazo de padre, mi papá nunca me abrazó”. ¡Setenta y cinco años caminando por el mundo sin haber recibido un abrazo de un padre!

No creas que se necesita mucho dinero para hacer justicia, amor es lo que falta. Sólo con un abrazo puedes bendecir a mucha gente, con una palmada en la espalda, se puede hacer tanto bien tan sólo con amar.

Cuando Dios me mandó a edificar un hogar de niños en Haití, lo primero que le dije al Señor es: “¿Con qué dinero voy a hacer esto? ¿Qué puedo hacer desde aquí para ayudar y bendecir Haití?” Decidí hacer esas cosas que podía, viajé a esa nación para ver el territorio, entonces, Dios profundizó en mí la visión de construir un hogar de niños. No tenía dinero para eso pero sí tengo entendimiento y formación para hacer un proyecto, así que lo diseñé, también tengo entendimiento para saber cuánto costaría ese proyecto, una suma que asciende al millón de dólares, ahí me asusté un poco más. Pero, sabes que, de sólo perseverar en la visión de Dios, Él abrió puertas. Hace unos días estuve en Haití, y de regreso a Uruguay le daba gracias a Dios porque la institución TBN de Estados Unidos, que es la compañía de televisión cristiana más grande del mundo nos ha provisto un lugar para edificar el hogar de niños.

¡Dios quiere que tú ames, lo demás lo hace Él! ¡Dios no cuenta con tu dinero, cuenta con tu corazón! ¡Si hacen falta recursos, Él es el dueño del oro y de la plata! ¡A Dios le pertenecen todas las riquezas del planeta Tierra! “¡Qué importa cuánto cuesta el proyecto, yo lo banco”, dice el Señor, “lo que quiero es que ames a esos niños de Haití!”

Ya estamos formando un equipo y hay mucha gente de la iglesia que quiere ir a Haití, que está dispuesta a dar la vida por los haitianos. ¡Esos negritos sucios, apestosos y mal olientes han sido creados a imagen y semejanza del Dios altísimo!

Un cristiano me dijo: “Lo felicito pastor, cuídese del dengue, de la fiebre amarilla y de todas las pestes. La verdad que lo felicito, yo no voy ni aunque me paguen”. Ojalá haya alguien que diga: “A mí me duele que maten a esas mujeres en Pakistán, voy a ir allá a hacer algo”. ¿Crees que Dios no te respaldaría, crees que Él no te ayudaría? Todo aquel que hace justicia es justo como Dios es justo.

¡Qué dolor! ¡Qué cosa más dura que una mujer, en lugar de ser consolada, ayudada, amada, valorada y cuidada por haber sido abusada, tenga que ser asesinada por el honor de la familia! ¡Me pregunto qué dioses tienen en Pakistán! El Dios que yo conozco es un Dios de amor y de misericordia, Él dio la vida por mí y por esas mujeres.

Leí acerca de Michel Cohen, un uruguayo judío que tiene una franquicia de ropa llamada “Lolita” en unos quince países, un hombre próspero. Él cuenta que toda su familia fue muerta por el nazismo y agrega: “Como yo, toda mi familia podría haber sido una bendición para Uruguay, podrían haber sido personas inteligentes que aportaran algo al país”. ¡Una persona que puede generar muchos negocios es alguien que le dará de comer a muchas familias! He estado con empresarios que me dijeron: “De nuestra empresa viven ciento veinticinco o doscientas cincuenta familias”. Algunos lo miran y piensan: “¡Este se está quedando con nuestro dinero!” porque lo ven que prospera.  En cambio otros quieren nada más que un sueldo porque piensan sólo en su casa, en su comida, en su ropa, y encima les da bronca el ver que alguien tiene una empresa con muchos empleados. No digo que todos los que tienen grandes empresas son todos buenos, pero tampoco diré que todos los pobres que andan en busca de un laburito con un sueldito miserable son buenos, no, son injustos porque piensan solamente en ellos. ¿Por qué quieren un laburito con un sueldito y jubilarse prontito? ¡Porque solamente piensan en su comodidad y no en la de los demás! Si eres un laburante que sólo quiere tener un sueldito, ni siquiera piensas en la obra de Dios…

¡Qué feliz estoy con los centros comunitarios de Beraca! Generamos actividades económicas para alimentar a ochocientas personas internadas. Tenemos treinta y seis hogares que tiene hasta noventa hijos cada uno, y no son de lo más fáciles sino todo lo contrario. He participado de un almuerzo en la comunidad de Beraca Damas y celebramos a Dios por la obra que Él está haciendo. Las chicas que viven allí, que antes se prostituían en las calles, que estuvieron en las drogas, que andaban rotosas, arrastrándose por la vida, ahora están bien bañaditas y vestiditas, es más me mostraron el uniforme que usarán en el próximo campamento juvenil Beraca 2012. Esas chicas nos hicieron de comer, nos agasajaron con amor, con sonrisas, besos y abrazos. ¡Qué felices que se ven ellas ahí porque alguien les dio amor! ¡Alguien hizo justicia!

Michel Cohen dijo: “Mi familia podría haber sido muy útil para la sociedad y para el mundo, pero los nazis decidieron que como eran judíos habían que eliminarlos”. ¡No permitas que la injusticia invada la sociedad!

            QUIEN HACE JUSTICIA, PADECE PERSECUCIÓN

Hay muchas cosas por las que tienes que orar y otras por las que tienes que batallar. Debo decirte que toda persona que luche por la justicia será perseguida. Yo no te hablo de la justicia de Carlos Marx, de la justicia de la derecha o la izquierda, me refiero a la justicia de Dios.

Todo aquel que quiera hacer la obra de Dios padecerá persecución, porque este mundo está dominado por satanás. Este es un mundo donde satanás quiere agarrar un muchacho, el más lindo e inteligente y matarlo con la droga; este es un mundo donde satanás se ha propuesto destruir los matrimonios, y la mujer que antes amaba a su marido ahora dice: “Se me fue el amor, no siento más nada por él. Antes lo amaba, ahora siento asco”. ¡Éste es un mundo totalmente injusto!

“Mientras a mí me vaya bien, todo está bien”, dicen algunos. ¡Este es un mundo injusto! Es un mundo donde satanás quiere padres que en vez de cumplir su papel de padres, sean borrachos y jugadores, y él hará todo lo posible para separar a los padres de los hijos, para que los hijos no tengan un buen modelo de padres y de madres. ¡Satanás les hará creer a las mujeres que tienen que prostituirse para poder alimentar a los hijos!

¿Tú crees que con injusticias se puede hacer justicia? ¡No! Éste es un mundo donde satanás quiere que las maestras de los niños sean lesbianas y les enseñen a manosearse con otros niños. Es un mundo donde hay un reino que es total y absolutamente injusto; en cuanto tú quieras hacer justicia serás perseguido por causa de que eres una persona que hace justicia. Por eso Jesús dice: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. ¿Por qué vas a padecer persecución por causa de la justicia? Porque satanás, que es el príncipe de este siglo es el que rige sobre los gobiernos de esta tierra y perturba a todo orden y toda verdad, te perseguirá porque quieres hacer la obra de Dios.

Fíjate que en lugar de decir: “Desgraciados aquellos…” dice: “Bienaventurados…”  que significa: dichosos, felices. ¡Cuánto padecimiento para poder sacar adelante a un chico que ni siquiera quiere ser amado, que ni él mismo se valora, cree que no sirve para nada, cree que ya perdió a sus padres y perdió todo en la vida y lo único que le queda es morir. ¡Qué padecimiento poder convencerlo de que es un hijo de Dios! ¡Pero qué felicidad verlo predicar el evangelio diciendo: “Cristo me saco adelante, Él me dio vida ¿de qué otra cosa te voy a hablar?!

Fueron muchas horas de sacrificio, de sacrificar esposa e hijas, pero ¡cuánta satisfacción! Puedo decir: He invertido mi vida, no solamente en mí y en los míos, sino también en aquellos que Dios ama”. ¡Qué alegría! “Bienaventurados los que padecen persecución…”

Se ha convertido al evangelio un funcionario que forma parte dela JuntaDepartamentaldela Drogaen la ciudad de Maldonado; y lo han atacado por el lugar y la ayuda que le ha dado a los centros comunitarios Beraca. Nos contó que han determinado sacarlo del puesto; en una carta me expresó: “Estoy jugado, si me tengo que ir a vivir a las comunidades lo haré”. Lo bueno es quela Intendenciade Maldonado lo respalda y ha quedado con el puesto de Director del Departamento de Drogadicciones de la Intendencia. Pero como nosotros somos religiosos no importa que saquemos ochocientos chicos y chicas de las drogas, el problema es que somos religiosos. Gastan ciento setenta mil pesos por mes en un solo centro de rehabilitación donde nunca superan los diez chicos, y a los que ingresan no los tienen más de treinta días; les dan una inyección, les dan unas pastillas y los largan de nuevo a la calle. ¡Qué injusticia! ¡Qué no haríamos en una comunidad cada mes con ese dinero! Este hermano de Maldonado está feliz, se entregó a Cristo, se bautizó y lo echaron dela JuntaDepartamentaldela Droga, pero qué bueno que el amor de Dios está en él; qué bueno que está dispuesto a perder su posición y su ingreso económico y haya decidido a irse a un centro comunitario, pero ha entendido que ésta es la causa de Dios, una causa justa.

            CONCLUSIÓN

Te pregunto: ¿Qué estás haciendo tú por el prójimo? “Yo me porto bien con todos los que puedo. No me meto con nadie, trato bien a todos los vecinos”. ¡Ah, qué gran obra de justicia que haces! ¿Entiendes  lo que Dios está demandando? ¡Dios está demandando que le des tu corazón y tu vida! Este es un día para pedirle perdón a Dios, para decirle que eres muy egoísta, y para pedirle que toque tu corazón y que lo sensibilice.

“La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da”. (Deuteronomio 16:20) ¡Dios tiene para ti un territorio! ¡Dios tiene para ti promesas extraordinarias! ¡Tiene gozo, fuerza, paz! ¡Dios tiene para ti descendencia! ¡Él tiene para ti vida abundante! Y la Biblia te dice: “La justicia, la justicia seguirás para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da”.

Dile a Dios: “Señor, que yo pueda compadecerme de ese pastor en Pakistán. ¡Conmueve mis entrañas por aquellos que no pueden ser cristianos en otros países! ¡Llévame a orar por esas personas y llévame a donde tú quieras, Señor! Todo el planeta te pertenece y todas las personas te pertenecen. Aquí está mi vida Señor, si te soy útil aquí o en cualquier parte del mundo, tómala; aquí está mi corazón, transfórmalo, dame un corazón de carne, quita de mí el corazón de piedra, quita de mí el corazón insensible. Señor, tócame con tu palabra, sensibiliza mi corazón para que vea lo que tú ves y para que sientas como tú sientes. Que estas palabras que me has hablado penetren en mi vida, te lo suplico Señor, en el nombre de Jesús. ¡Llévame a amar a los demás como tú amas, Señor! ¡Llévame a sufrir por otros como lo hago por mí! No me dejes afuera, no permitas que mi corazón esté frío, no me dejes en la dureza de mi corazón, envía tu Espíritu sobre mí. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

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