DIOS PUEDE RESUCITAR TU LAZARO - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

DIOS PUEDE RESUCITAR TU LAZARO

Vivimos en una época en que la sociedad se resiste a aceptar verdades absolutas, permanentes y excluyentes; la tendencia es que tenemos que aceptar todas las creencias como verdaderas, porque si predicamos nuestra verdad, somos intolerantes con quienes creen otra cosa. Se habla de la tolerancia, se pretende que nadie pueda exponer su verdad, porque de lo contrario estamos tomando a otras creencias como erradas. Se están multiplicando los juicios contra los cristianos por considerarlos intolerantes al creer que Jesús es el único camino a Dios, y que no hay otro. El problema es contra la verdad absoluta del cristianismo, no contra las religiones pero nos vemos en la necesidad de proclamar esa verdad absoluta que cambia las vidas.

Acabo de venir de Corea. ¿Qué clase de país era Corea hace 40 años? Era un país pobre y miserable, profundizada ésta por la guerra civil que tuvo que afrontar pero me quedé totalmente sorprendido de la prosperidad que tienen los coreanos: Ciudades totalmente limpias, ningún auto viejo, más del 40% de la población es cristiana evangélica; durante la guerra, la gente comenzó a recibir a Cristo en su corazón, las familias comenzaron a hacerse fuertes, los hombres se trasformaron en trabajadores y Corea está ahora entre las 10 naciones más ricas del mundo. ¿Cómo sucedió este milagro? La respuesta es: Dime cuál es el Dios en el que cree una nación y te diré cómo le va a esa nación. Observen a India: Las ratas y la vaca son sus dioses, la peste, la pobreza y la muerte son la consecuencia. Los países más poderosos de la tierra tuvieron su origen en los fundamentos cristianos: Alemania, EEUU, Inglaterra. ¿Adónde voy con este razonamiento? Hay verdades eternas, que aunque nos maten, no debemos dejar de proclamarlas.

 LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO

Uno de los problemas que enfrentó Jesús fue lo que la gente creía de él. San Juan 10:24 dice: Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente…” No se crean que los judíos querían saber si Jesús era el Cristo para creer en él, sino que pretendían matarlo a causa de su confesión; hay gente que se levanta en contra de la verdad pero hay otra que cree en la verdad, ésta debe ser proclamada, compartida, y predicada. Jesús añadió: “Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen…” Creer o no en Cristo divide las aguas; el tema no es si los evangélicos te caen simpáticos o no, se trata de si creerás la verdad o la rechazarás.

Pero no solamente Jesús dijo y enseñó quién era, sino que demostró quién es. Todo lo que hizo fue para que creyéramos que lo que él dijo es importante.

Quiero que analicemos juntos una de las obras más maravillosas que hizo Jesús en la tierra: La resurrección de Lázaro; esta historia está en San Juan 11:1-53.

1Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana… 3Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. 5Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba…17Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 23Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. 28Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama. 29Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. 30Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. 31Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. 33Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35Jesús lloró. 36Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? 38Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? 41Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. 43Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. 45Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. 46Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho. 47Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. 48Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación…53Así que, desde aquel día acordaron matarle”.

 SI CREES VERÁS LA GLORIA DE DIOS

 Esta cita bíblica es un documento histórico; muchas personas que vieron la resurrección de Lázaro no quisieron creer porque un espíritu incrédulo les dominaba, de tal modo que rechazaron toda idea de creer en Dios por más que vieron las evidencias. No pienses que si ves, creerás. ¡Hay gente que viendo no creen! Recuerdo un caso de un hombre que llevé a un programa de TV. Cierto día un mozo se me acercó diciendo: “¡Hola Pastor! Estoy muy agradecido con Ud. porque yo estaba en el CTI con cáncer y mi esposa fue a su iglesia, llevó una prenda mía y Ud. oró sobre la ropa diciendo: “Ve tranquila porque tu esposo se sanará” ¡Y me sané!” Le pregunté: “¿Has creído en Dios?” “No”, me contestó, “yo no creo en Dios”. ¡Está agradecido por mi vida! Cree que fue sanado por mi buena onda pero no por Dios. Estaba desahuciado; una de sus hijas se casaba y los médicos aconsejaron a su esposa que fuera al casamiento y disfrutara al máximo del mismo porque le quedaban pocos meses de vida, no obstante recibió la sanidad de Dios a través de la oración. ¡Sin embargo, no cree en Dios! Pero la palabra de Dios es enviada al corazón de la gente para que pueda creer y reaccionar. ¡Lázaro estaba bien muerto! Pero Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mi, no morirá eternamente”.

¡Eso es lo que tu tienes que creer! El creer te lleva a recibir el perdón de tus pecados y la vida eterna. De nada sirve que tengas un buen pasar y pierdas tu vida eternamente, nadie irá al cielo si no cree en la evidencia máxima que Dios dio al mundo: Su Hijo Jesucristo. ¡Creo que por causa de esta palabra muchas cosas muertas van a resucitar en tu vida! ¿Qué ha muerto en tu vida? ¿La fe? ¿El matrimonio? ¿La esperanza? Hoy Dios te dice: “¡Si crees, tienes vida! Muchas cosas que habías desestimado, que ya pensabas que no ibas a tenerlas, sí las tendrás”. Aunque te hayas divorciado, tu matrimonio puede resucitar, aunque ya no tengas esperanza, tu hijo puede ser transformado. ¿Crees en el poder de Dios? ¿Es meramente una creencia o crees que él puede obrar en cualquier cosa de tu vida que está enterrada y muerta?

 CONCLUSIÓN

¿Habrá algo imposible para Dios? Si puedes creer, él lo puede hacer. Es cuestión de creer o no creer que Dios puede hacer algo en ti. Hoy Dios te dice: “Quiero hacer algo en tu vida, si no has creído en mis palabras, quiero hacer obras que den evidencia de mi poder”. Jesús no ha dejado de mostrar sus evidencias, él sigue obrando porque sigue siendo Dios. ¡El no ha muerto sino que ha resucitado con poder!

Es necesario que pongas en las manos de Dios el imposible que te está atormentando. No importa la causa de tu tristeza, hay algo cierto: ¡Dios te ama! Él quiere hacer algo para rescatarte, trae tu frustración delante de Jesús, si resucitó a Lázaro que hacía cuatro días estaba muerto, ¿no podrá hacer un milagro contigo? Él quiere alegrarte, quiere que te goces en él y que por causa de un milagro le ames y le abras tu corazón. ¡Anímate a entregarle tu vida! ¡Anímate a venir a él con tus temores, con tus necesidades, con tus angustias! Nunca digas más: “Yo nací así y moriré así…” Dios puede enterrar tu pasado y darte una nueva vida. ¡Dios puede resucitarte ahora! ¡Dios puede cambiar totalmente tu existencia! La Biblia dice que aquel que está en Cristo es una nueva creación, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas; tu puedes hoy comenzar a vivir una vida totalmente distinta a la que vives hasta ahora. ¡Cree en Jesús!

Hoy tienes la oportunidad de poner tu vida y tu problema en las manos de Jesús, si tienes algún imposible, Jesús lo resucitará.

Te invito a que hagas una oración y le entregues tu vida a Dios:

“Dios, vengo delante de tu presencia a pedirte perdón por todos mis pecados e incredulidades, límpiame y sálvame; toma mi vida en tus manos, te entrego mis problemas, mi impotencia. Recibo tu salvación y tu perdón. ¡ Resucita a mi Lázaro! En el nombre de Jesús, hago esta oración, amén”.

 

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