DE RODILLAS ANTE DIOS. DE PIE ANTE EL MUNDO - Misión Vida para las Naciones

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MENSAJES DEL CIELO

DE RODILLAS ANTE DIOS. DE PIE ANTE EL MUNDO

INTRODUCCIÓN

Algunas personas tienen la capacidad de confiar en Dios y descansar en Él, y de no estar asustados por determinadas situaciones. Es la capacidad que tienen los cristianos de fe, los que tienen esperanza y verdaderamente confían en Dios, esa es la capacidad de sonreír, de poder reírse de las circunstancias y de las embestidas del infierno, y de eso quiero hablar hoy: Las pruebas llegan a tu vida para mostrar la calidad de cristiano que eres. ¿Tienes paz o vives angustiado? Dios hoy quiere tomar tu carga en sus manos, y darte paz.

POLÍTICAMENTE CORRECTO

Me ha tocado vivir experiencias muy duras por causa de unas declaraciones que compartí en el campamento de jóvenes que tuvo lugar hace poco. En ese evento recibimos unos invitados que abordaron temas como la ideología de género y en mi programa radial dije que el gobierno estaría propiciando las relaciones sexuales de personas mayores con menores, entre otras cosas. Esas declaraciones fueron a parar a un programa de televisión secular por lo cual me citaron a una entrevista. Allí me abordaron a preguntas, no me dejaban contestar una cuando me hacían otra. El asunto es que se levantó el infierno y yo me veo en la necesidad de abrir mi boca para publicar la verdad. Siempre enseñé que la verdad es luz y la luz disipa las tinieblas.

Existe hoy en día la doctrina de lo “políticamente correcto” que lleva a tomar decisiones políticamente convenientes, y está envenenando la sociedad porque lleva a esconder la verdad y ayuda a los políticos y a quienes adquieren la habilidad de manejar estas cosas a ser hipócritas y falsos. Esto es un veneno que se va metiendo en la sociedad. Las decisiones políticamente convenientes apuntan no a sacar a luz la verdad ni a sostener valores o principios sino a tomar decisiones y a hacer lo que políticamente me conviene; entonces la verdad se transforma en mentira y la mentira en verdad porque se pretende mantener el estatus, la imagen, los votos, la posición del individuo y el poder, por lo que trabaja en favor de ello no importa que sea un hipócrita.

El mundo de los políticos está introduciendo en la sociedad este tipo de doctrina. A todo esto, se levantaron las personas más cercanas a mí y me dijeron: “Mejor te hubieras callado y no hubieras hablado nada del asunto. Si no lo hubieras hecho no se habría levantado el infierno”. También recibí críticas de todos lados. Un diputado me declaró su enemigo y me trató de criminal. Yo no difamé a nadie pero muchos me tildaron de retrógrado, de repulsivo, se acordaron de mi mamá, me dijeron homófobo como si ese término fuera un insulto. Digamos que las fobias son problemas de salud que tienen su tratamiento y si yo padezco eso soy digno de que un médico me ayude; y si la homofobia existe tendrían que mandarme a analizar pero no tildarme de tal cosa como un insulto. Yo no soy homófobo porque amo a las personas y no tengo problemas con los derechos que reclama la gente. Dios nos ha hecho libres, nos ha dado libre albedrío y si alguien quiere ser homosexual no hay problema que defienda su derecho a ser homosexual. Si alguien quiere ser Napoleón que sea como dice. Lo que no quiero es que los derechos que ellos defienden me los impongan a mí a través de la enseñanza pública, gratuita y obligatoria. ¡No quiero que se lo enseñen a mis hijos! Quiero ejercer mi derecho constitucional de la patria potestad y a elegir la clase de enseñanza que quiero para mis hijos. Quiero ejercer mi derecho constitucional de opinar libremente sin que me digan homófobo. Quiero expresar públicamente aquello que creo y me den la libertad de hacerlo y no que me insulten por causa de lo que creo. Quiero poder obrar de acuerdo a mi conciencia y no de acuerdo a la conciencia de la ideología de género.

Yo declaré que dicha ideología de género en el mundo, está promoviendo la zoofilia en algunas naciones, no dije que hay personas promoviendo la zoofilia o el bestialismo en Uruguay; pero la ideología de género en el mundo también defiende la pedofilia, las prácticas sexuales entre grandes y niños. Los ideólogos de esta corriente lo han declarado y está registrado en libros. Uno de ellos dijo que en su manera de ver las cosas, ninguna práctica sexual es mala en sí misma con tal de que sea placentera. En el año 2014 en Uruguay hubo un fallo histórico; un hombre mayor, casado y con hijos se puso de novio con una adolescente de doce años. Un fallo en la ciudad de Rivera condenó al hombre por lo que hizo con la menor pero en Montevideo, el Tribunal de Apelaciones del Poder Judicial decidió dejarlo en libertad porque la nena era plenamente consciente de lo que hacía. ¡Para mí eso es pedofilia! En Estados Unidos a quienes cometen pedofilia lo condenan a años de prisión pero evidentemente la ideología de género está haciendo su trabajito y se está hablando acerca de la edad mínima de consentimiento de los menores.

No se consiente que un menor de doce años maneje un auto pero sí que se ponga de novio con un hombre mayor y tenga relaciones sexuales con él. Por causa de todo esto, y según mis declaraciones he recibido miles de comentarios y se dice que me van a exigir retractarme o confirmar lo que yo he declarado. Pero yo, el día en que tuve la entrevista, me levanté temprano y me arrodillé a orar: “Espíritu Santo soy tuyo, estoy en tus manos. Espíritu Santo toma el control y muévete en ese programa. Úsame como un instrumento tuyo”. Lo cierto es que se armó un infierno. A los que me dijeron que lo hice todo mal y que tendría que haber sido más astuto y haber tomado una decisión políticamente conveniente les dije que hablen con el Espíritu Santo. Cuando oré porque más o menos vi lo que se venía y le entregué mi carga al Señor, Dios me dio paz. Cuando finalizó la entrevista pensé que no había estado tan mal y en el correr del día comenzaron las críticas de los políticos, de algunos cristianos, de los gay, pero yo tenía paz. No faltó ese diputado que declaró que yo era un criminal pero yo tengo paz. No sé si me van a citar a declarar pero yo tengo paz y puedo sonreír porque le he dejado mis cargas a Dios. He puesto en sus manos mis circunstancias y pase lo que pase, todo está en las manos de Dios. El Señor es Todopoderoso y hará lo que Él quiera y yo me alegro de que así sea porque he aceptado la voluntad de Dios sobre mi vida.

REGOCIJAOS EN EL SEÑOR, SIEMPRE

El mensaje central de hoy es que si le entregas a Dios tus cargas puedes descansar y sonreír. Hay quienes no pueden omitir la influencia que ejerce sobre ellos las circunstancias pero éstas son pruebas de calidad. Se trata de saber de qué calidad son los cristianos. Los fabricantes de productos de marca hacen pruebas de calidad, por ejemplo, arrojan desde una gran altura un celular, lo sumergen en el agua, lo pasan por encima con un objeto pesado, con el objeto de hacerle una prueba de calidad; si pasan la prueba entonces es bueno el producto. Los vehículos también son probados; éstos son llevados a una pista donde se lo acelera, se lo hace pasar por baches y curvas, de manera que se compruebe que el volante anda bien, las ruedas, el motor, etc. Una prueba no es una circunstancia que viene para hundirte sino para demostrar qué clase de cristiano eres. Si sientes angustias, temores y opresión por lo que te está sucediendo no has pasado la prueba de calidad y aún no llegas a ser lo que Dios quiere de ti. Muchos me alientan a seguir y a declarar la verdad y yo me pregunto si no habrá algún otro que quiera hacer lo mismo que yo, pero aunque nadie levante su voz, yo decidí hacerlo para defender la verdad y para defender la niñez.

Pablo y Silas cantaban en la cárcel. Un día satanás criticó a Dios por bendecir demasiado a Job y le dijo: “Job te ama porque le has dado todo pero quítale las bendiciones y verás cómo blasfema contra ti”. Y Dios que sabía quién era Job, le dijo: “He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él”. El amor del creyente hacia Dios no se ve en las buenas circunstancias sino en tiempos difíciles. El que ama a Dios persevera y prevalece; no le importan las circunstancias porque sabe que todo quedará atrás y él saldrá adelante. Sabe que las circunstancias son pasajeras pero en él hay eternidad.

Leemos en Filipenses 4: 1 al 4: “Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”

Se trata de poder regocijarse en medio de los problemas y decirle a las circunstancias: “Tú no me gobiernas. No me importa lo grande de este problema porque Dios es mi fortaleza. Dios es mi escudo. Él es mi Señor y yo confío en Dios”. Tengan la habilidad de descansar en Dios, de entregarle las circunstancias y de sonreír. Si yo no practicara eso no estaría feliz hoy.

Yo hoy predico con una sonrisa en mi rostro porque no tengo miedo de las circunstancias, yo tengo temor de Dios. ¿Cómo funciona la cosa? El apóstol Pablo dice a continuación: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Por nada tienes que afanarte, ni por tu esposo, o por tu cuñada, tu tía o tu suegra; no debes afanarte por un problema económico o laboral, tampoco por alguna enfermedad. ¡Por nada estés afanoso! ¡No entres en afán! Yo he puesto en práctica esta palabra y me ha hecho bien. Quiero decirte que unos momentos de rodilla delante del Señor quita toda carga y opresión. No se trata de esperar que se solucionen las circunstancias para que yo esté feliz, porque como yo confío en Dios, antes de que la dificultad se solucione, yo ya tengo paz y gozo. ¡No podrá destruirme una circunstancia!

Miren, ustedes no estén afanosos, más bien vayan delante de Dios y muéstrenle sus peticiones y agradézcanle. Aquel que cree, puede agradecer. Si yo tengo carga, si estoy viviendo una circunstancia que me causa angustia y opresión, si me causa impotencia y resentimiento o alguna cosa que afecte los sentimientos y el corazón, entonces le entrego mi carga a Dios y me quedo livianito. ¡Ya no tengo la carga! ¡La tiene Dios! “Por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones delante del Señor en toda oración y ruego y con acción de gracias”. Como yo creo en Dios y confío en Él, le entrego mi carga, el Señor la toma y yo le agradezco porque la carga ya no es mía sino suya y yo estoy feliz.

Poder agradecer es símbolo de confianza, es demostrar que de alguna manera me he desentendido de aquello que me afligía. Le entregué a Dios mis cargas y ya no hay nada que afecte mi corazón ni mis pensamientos. Antes vivías pensando cómo hacer, ibas a un pastor y le pedías consejo pero como seguías ansioso y preocupado ibas a otro pastor porque el primero no te convenció. ¡Es que no puedes confiar! ¡Qué triste es no poder confiar y descansar! Entonces sigues con la carga encima. A veces oramos por alguna persona y la ayudamos a que entregue su carga a Dios, terminan de orar y siente un cierto alivio pero cuando sale a la calle se acuerda nuevamente del problema y toma la carga que le había entregado a Dios. Hay chicas de la iglesia que se enamoraron de un muchacho, y el joven no quiere saber nada, pero ella oró y Dios le confirmó que él sería para ella y la chica confía en Dios y sabe que el Señor se lo va a dar, pero cuando quiere acordar el muchacho se puso de novio con otra, entonces entra el desazón y se pregunta: “¿Cómo? ¡Si Dios me habló! ¡Tengo los versículos marcados!” Me preguntan qué hacer y yo les digo que se lo entregue al Señor ya que si ese joven es para ella nadie se lo va a quitar ni siquiera “Miss Venezuela”. Si es de Dios y es para ti quédate tranquilo, quédate tranquila. Oramos por la joven y ella logra entregarle su carga al Señor, pero a la semana ve al joven y suspira, entonces le quita la carga a Dios y se la pone nuevamente encima, y comienza a angustiarse otra vez. Después se pregunta por qué se siente mal si ya se lo había entregado a Dios, pero ella le quitó la carga al Señor y se la puso encima.

Hay personas que no tienen la capacidad de entregar su carga y desentenderse de ella; y el apóstol Pablo dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. El afán es un aceleramiento desmedido, el afán produce angustia, enfermedades, resentimientos, amargura y toda clase de malos sentimientos y pensamientos. Mas el apóstol Pablo dice: “Por nada estén afanosos…” Aprendan a sonreír porque su sonrisa le demostrará al diablo, al infierno y a todos sus enemigos que ustedes confían en Dios y han puesto su esperanza en el Señor.

EL AFAN NO SOLUCIONA TU PROBLEMA

Un predicador, hace muchos años atrás nos enseñó a mi esposa y a mí que el afán es como encender el motor de un auto y acelerar sin poner el cambio. El auto se acelera pero no se mueve a ningún lado. Poner el cambio significa entregarle al motor el laburo. Si aceleras el auto y no pones el cambio haces que el motor se recaliente. También he dicho que el afán es correr sin saber a dónde, así como hacen los hámsteres cuando corren en la ruedita. Dios no quiere que estés afanoso porque el afán te quita el sueño y no te soluciona nada; estar afanado te afecta tu sistema digestivo así como el respiratorio o el circulatorio. El afán no aporta soluciones y sólo te fatiga. Según el diccionario, la palabra afán significa: “Esfuerzo o empeño grande, deseo intenso o aspiración. Apuro, aprieto o necesidad extrema”. Afán es estar en una situación, embretado, y no poder salir.

Dios hoy quiere quitar de tu corazón y de tu mente el afán. He escuchado declaraciones de un cura que dice que los hombres tienen compartimientos en la mente, como cajitas; y por ejemplo, cuando el hombre está en el trabajo, está en la cajita del trabajo. Pueden pasar muchas cosas afuera pero él está metido ahí en su trabajo. Cuando está mirando un partido de futbol y viene la esposa a hablarle, la manda a callarse porque está en la cajita de fútbol. El hombre se puede concentrar pero sólo en una cosa a la vez, depende en la cajita en la que esté. También declaró que el hombre tiene un compartimiento que dice “nothing box” que significa, no hay nada adentro. O sea que el hombre llega a la casa, se mete en la nothing box y la esposa le pregunta en qué piensa y él le dice que no piensa en nada. Puede estar viendo televisión pero es como un zombi, si le preguntan qué tal está la película, no sabe. Según el cura, la mujer es distinta porque no tiene ninguna cajita, tiene todas sus neuronas activadas, ella puede estar hablando por teléfono, atendiendo al nene y encendiendo la cocina para calentar la leche. Dice que la cabeza de la mujer es un hervidero. Ella habla un promedio de ocho mil quinientas palabras por día, en cambio el hombre habla tres mil quinientas palabra por día, promedio. Tal vez el hombre tuvo un día complicado en el trabajo y hablo cinco mil palabras, o sea que se pasó del promedio y cuando llega a la casa no quiere hablar. La mujer quiere entablar una conversación porque tiene que usar sus ocho mil quinientas palabras ya que durante el día no habló mucho pero él ya habló más de la cuenta ese día y no quiere conversar. Ahora, si no la deja, ellas que son acumulativas, y mañana va a hablar las ocho mil quinientas del día más las que no pudo soltar el día anterior. Este hombre dice que las neuronas en el cerebro de la mujer están conectadas eléctricamente y hasta chispas hacen.

El afán es así, es llenarse de problemas sin poder despojarse de ellos. El sinónimo de afán es la ansiedad, que es un estado de agitación, de inquietud y zozobra. Zozobra es esa sensación de que te vas a hundir. Pensemos en un barco que está en alta mar y hay una gran tormenta; pareciera que la nave se va a hundir. Zozobra es un estado de tensión generado por la idea de que se hunde el barco. Hechos 27 señala que el apóstol Pablo estaba en un barco con una gran tripulación, entonces se levantó una gran tormenta que hizo entrar en zozobra a todos los que estaban allí. En un momento comenzaron a arrojar cosas al mar para aligerar la nave y Pablo les dijo: “…Ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo”.  Pablo había estado con Dios y el Señor le concedió la vida de todos los que estaban en el barco. Él podía sonreír porque estaba en paz. Había hablado con Dios y le entregó sus temores, sus angustias y preocupaciones. Las circunstancias te muestran una cosa pero Dios te dice otra. ¡Si pudieras entregarle tus cargas a Dios y estar en paz para poder oír su voz! “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. La situación de haber estado con Dios y de haberle entregado la carga genera paz.

CONCLUSIÓN

Tienes un problema y no sabes cómo resolverlo, ya has hecho todo lo humanamente posible, pero vas a Dios y le entregas ese problema, entonces el Señor te da la salida. Tu mente no daba para resolver la dificultad, tu angustia te turbaba, no podías oír la voz de Dios porque la persona que está llena de afán y de ansiedad se turba y no sabe diferenciar si alguna de las ideas que le vienen a la cabeza es de Dios o no es. No puedes escuchar a Dios si tu alma está turbada¸ no puedes escuchar la voz del Señor si estás lleno de resentimientos, de amargura, si estás ansioso y afanoso. Si tu alma no está en calma no podrás escuchar a Dios. Cuando logras entregarle al Señor tus cargas y problemas, la paz de Dios te inunda. La señal y la evidencia de que has estado con Él y que le has entregado tu carga es la paz que viene a tu vida y eso se refleja en tu rostro. Si estás turbado no hay paz, si estás enojado o rencoroso, si tienes miedo no hay paz pero si has entregado tu carga, viene la paz y esa paz de Dios sobrepasa todo entendimiento, hace pasar al creyente por encima de todo entendimiento.

Dios te dice que son sus pensamientos los que te van a sacar adelante y no los tuyos; es su poder que te sacará adelante. “¡Descansa en mí, yo te voy a llevar por encima de tus circunstancias!” te dice el Señor. Entrégale a Dios tus opresiones, tus temores y angustias y podrás dormir tranquilo. La carga se la puedes entregar al Señor en un instante, no porque lo hayas entendido sino porque lo creíste. Si crees, le puedes entregar tu carga al Señor y hoy mismo comenzarás a disfrutar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. El afán y la ansiedad atacan el corazón y los pensamientos, cuando digo que ataca el corazón, significa que ataca los sentimientos; te llenas de temores, amargura, etc. Y esos sentimientos encontrados no te permiten relacionarte con Dios. La ansiedad también perturba la mente, pero viene la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento y guarda tus pensamientos en Cristo Jesús. La gran carga era lo que sentías y pensabas, pero la paz de Dios te quita esa carga, eso que sentías y pensabas, y la paz de Dios te envuelve, ahora el problema quedó en las manos del Señor.

Deja esa mochila a los pies del Cristo y serás una persona que podrá sonreír a pesar de las dificultades. Abraza esta palabra que viene de parte de Dios y créela, pero también practícala. ¡A mí me ha dado resultado! Ya no tengo miedo al futuro, no temo por lo que estoy viviendo; Dios está conmigo. Hace muy poco tiempo falleció un hermano y amigo muy querido, él sufrió varios años por causa de un cáncer y todos creíamos que Dios iba a hacer algo y lo iba a sanar pero unas semanas antes de su muerte, su esposa un poco turbada le dijo: “Papi, ¿y si el Señor no hace las cosas como nosotros las queremos, qué?” Y él respondió: “Perfecto. Si Dios me quiere llevar, Él es el Señor y todo lo que hace es perfecto”. Un instante antes de morir, suspiró y dijo: “¡Aleluya!” ¡Y se fue! ¡Cero turbaciones! ¡Cero preocupaciones! ¡Cero temores!

Yo compartí una frase en las redes que me ha hecho mucho bien y que dice así: “De rodillas ante Dios. De pie ante el mundo”. Él es quien levanta mi cabeza, es mi escudo y mi fortaleza. Ante el mundo soy un león, delante del Señor soy oveja.

Si has entendido que hoy le tienes que entregar a Dios tus ansiedades, tus cargas y preocupaciones no lo pienses más, pídele perdón a Dios por llevar esas cargas y entrégaselas. Dile al Señor: “Vengo delante de ti a confesar mis cargas que tú ya conoces Padre, pero quieres que me acerque a ti y te las entregue. No sirve de nada que sepas mis problemas, si yo no te los entrego. Perdóname Señor, y líbrame. Te doy gracias Padre, porque por el nombre de Jesús tengo acceso a tu presencia y tú oyes mi oración, amén”. 

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