Av. 8 de octubre 2335
Montevideo
WhatsApp:(+598) 095333330
En el viaje reciente que hicimos a la India, realmente visitamos otro mundo, totalmente diferente al nuestro, con costumbres, hábitos y creencias muy distintas, con una cultura absolutamente diferente a la nuestra. ¿Qué es una cultura? Cultura es una serie de hábitos, costumbres y creencias que le dan una identidad particular a una sociedad. ¿Qué es lo que le da particularidad a una cultura? Precisamente, “cultura” tiene su origen en la palabra “culto” es decir, en la relación que una persona tiene con Dios o determinados dioses. ¿Por qué es tan distinta la India a nosotros? ¡Porque allí hay trescientos treinta millones de dioses! ¡Cualquier cosa puede ser un dios allí!
Dios me llevó a esa nación y me mostró las consecuencias de ese tipo de creencias, las que generan determinados tipos de vivencias y de relaciones, porque, la relación que uno tiene con Dios o con dioses genera determinado tipo de relación con las personas. De lo que Dios demanda surgen las costumbres de cómo nos llevamos o tratamos, cómo es el matrimonio en una cultura, cómo trata el hombre a la mujer y viceversa y cómo es el trato con los hijos, si se los ama o no. En la India hay una práctica que creo ya está abolida y se refiere al hecho de que era un honor para las madres llevar a sus hijos menores de un año al río Ganges que estaba apestado de cocodrilos y los dejaban allí para que los cocodrilos los devoraran porque se trataba de una ofrenda a su dios cocodrilo.
Cuando llegamos a cierta ciudad nos llevaron a un hotel y al entrar a la recepción vi una escultura del dios elefante, que es muy respetado en ese hotel. ¡Me causó una sensación fea! Cuando lo vi comencé a hablar en lenguas y a atar a ese demonio inmundo de elefante porque no sabía cómo llamarlo.
Ahora, hay dioses por toda la India, se ven templos por doquier, algunos muy lujosos y por lo que me contaron tienen bastante oro por dentro, y otros muy sencillos; pero, de cualquier cosa se puede hacer un dios. Pude ver también una procesión, donde un grupo de personas transportaban un dios sobre sus hombros y es que los dioses inventados por los hombres no caminan, esos dioses a los que se idolatra no oyen, como señala el Salmos 115:5 al 7: “5Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; 6Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; 7Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta”. ¡Surgen de la imaginación del hombre! Y añade el Salmos 115:8: “8Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos”. ¡Son de madera! ¡Las personas que adoran a esos dioses no ven! El profeta Isaías se burla diciendo: “14Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. 15De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. 16Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; 17y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú. 18No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender” (Isaías 44:14 y 18). ¡Lo pintan y después se postran delante de esos dioses, lo adoran y le piden favores!
La vaca es considerado un dios en la India, pero también la usan como animal de carga. Nosotros estábamos en la zona sur y allí algunos comen carne de vaca, pero en la parte norte si haces eso te pueden matar. De todas maneras, en ninguna parte de la india se te ocurra chocar una vaca, ¡y éstas andan por todas partes libremente! Vimos unas que, a la mañana temprano se iban a una isla nadando y a la tarde volvían, pero nadie las toca, ellas andan tranquilas por ahí, aunque algunos usan ese dios para transportar cosas y a ellos mismos. ¡Pero no tienen suficiente razón o intelecto para darse cuenta que lo que están creyendo es una estupidez! Entonces, si el dios vaca no se apura y se les hace tarde, le pegan en la cola con un palo que tiene un pincho en la punta. ¡Algo les ha embotado la mente! ¡Algo les ha oscurecido el corazón! No ven y no entienden que no hay poder en la vaca para bendecirlos, sin embargo le tienen sumo respeto.
Ministrando en un culto allá en la India, me burlé de esos dioses, y dije: “¡Si yo fuera dios no me dejaría pinchar la cola!” Al finalizar, un pastor me señaló que eso que había dicho era muy peligroso y nos podían haber encarcelado cinco años por haberme burlado de los dioses.
¿Qué vi en la India? Una cultura con una mentalidad atrasada, porque sus creencias y prácticas tienen origen en lo que sus dioses les exigen. Por ejemplo, nacer mujer en ese país es una desgracia, éstas son muy poco apreciadas, no son tenidas en cuenta; han nacido para tener hijos y para servir a su marido. Tienen que tener mucho cuidado de no opinar ni ofender, y no pueden demostrar que están tristes o amargadas, por lo tanto, se han acostumbrado a esconder sus sentimientos, a tapar sus bocas. Vimos muchas mujeres que no hablaban, no emitían opinión, siempre iban detrás de su marido. ¡Aún en el ambiente cristiano evangélico permanecen algunas de estas costumbres! Nos invitaron a comer a la casa de un pastor y cuando llegamos nos invitaron a sentarnos. Al hacerlo, invité a su esposa a sentarse con nosotros pero de ninguna manera se atrevió a hacerlo. La mujer de la India tiene que darle de comer al marido pero ella no puede sentarse a la mesa con él, sino que cuando éste se ha saciado y se levanta de la mesa, entonces ella puede ir a algún rincón a comer algo. ¡Eso es el resultado de lo que creen!
También, de acuerdo a su creencia, surge el hecho de que algunas personas nacen dentro de una clase social o casta y si a alguien le tocó una clase baja, está condenado de por vida a vivir en esa casta; tendrá que trabajar y servir a los demás porque los de las clases altas no hacen nada, no trabajan. Para ellos, trabajar, es una maldición que les toca solamente a las mujeres y a los de clase baja. ¿Por qué? ¡Por las creencias que tienen!
En algunas culturas, quienes nacieron en una clase baja podían comprar un lugar en una clase alta pero en la India eso no es permitido, esa persona está condenada a ese lugar. Por lo tanto no se puede desarrollar, si logra tener riquezas los de las clases altas se la pueden quitar. Y por supuesto, si una persona nació en una clase baja no puede estudiar. Ni las mujeres tienen derecho a estudiar, aunque por supuesto que en algunos sectores sí, porque un misionero cristiano evangélico llamado Guillermo Carey fundó hace unos doscientos años las primeras escuelas para mujeres y fundó la primer universidad de la India.
A las clases altas no les interesa abastecerse de agua por medio de las cañerías en sus casas porque no es su problema, es una tarea que hacen las mujeres y como no son importantes, tendrá que acarrear agua toda su vida. Hemos pasado por ciudades donde veíamos algunas canillas en varios puntos y allí había mujeres haciendo fila para sacar agua. Estoy introduciendo el tema a una revelación que Dios me dio en la India. Él me dio entendimiento acerca de algunas verdades que quiero compartir contigo. Yo he sido muy sacudido con esto.
Llegué a una estación y me encontré algunos hombres muy flacos, vestidos de blanco, harapientos; ellos no se cortan el pelo, lo tienen amontonado como si fuera una parva de pasto; duermen por ahí. Uno de ellos subió una escalera y al llegar arriba, estaba agitado y se agarraba el pecho. Esas son personas que no trabajan, son mendigos y religiosos, parece que el dios que ellos tienen les dio la orden de que no se cortaran el pelo ni que se lo laven, que vivan mendigando, que se alimenten con muy poco y mediten mucho. Viven una vida sedentaria, mueren a los cincuenta años de edad. Ellos no aprecian hacer ejercicios ni comer bien y carecen de buena salud. El estar quietos todo el día, meditando produce muchas enfermedades y le quita oxígeno a la sangre y los músculos se debilitan. ¡Todas estas prácticas tienen que ver con sus creencias!
¡Dime quién es tu dios y te diré quién eres! ¡Dime a qué dios adoras y te diré qué clase de persona eres! Yo di gloria a Dios por la civilización occidental que cree en su palabra, y cree que Dios hizo al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. ¡Tanto el hombre como la mujer tienen el mismo valor delante de Dios! Di gloria a Dios por lo que dice su palabra en Juan 3:16: “16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” ¡No hay castas para Dios! ¡No hay clases sociales para Él! ¡Todos los hombres tienen un valor inmenso ante sus ojos! ¡Él pagó el precio por el negro, por el amarillo, por el blanco y por el colorado! ¡Somos todos preciosos para Dios! Tú no vales menos, vales lo que otros valen; tú no eres menos que nadie. Me da tristeza porque he atendido a varias mujeres de color que tienen baja autoestima por causa del color de su piel. ¡No eres menos que nadie por ser de baja estatura o de color!
De una sola sangre, señala la Biblia, Dios hizo todos los linajes de la tierra. ¿Quién dice que un drogadicto vale menos? ¿Quién dice que un borracho vale menos o que un niño que nació en una villa no vale nada? ¡Cristo pagó por cada uno de ellos! Si has nacido creyendo en un dios que te obliga a permanecer en una casta o clase social porque ese es tu karma, déjalo. ¡Ese no merece ser dios!
Di gloria a Dios porque en occidente, como la mujer es igual al hombre y tiene valor tanto como él, ella debe ser amada. Así como la mujer tiene que amar al esposo, éste tiene que amar a su esposa. La Biblia dice en 1ª Pedro 3:7 que debemos cuidar a nuestras esposas como vaso frágil y agrega en Colosenses 3:19: “no seáis ásperos con ellas”.
Y dice más este versículo de Pedro, que nuestras oraciones son estorbadas, se vuelven inútiles cuando somos ásperos con nuestras esposas. Hubo un tiempo en que yo fui áspero con mi esposa, pero cuando leí esto en la palabra de Dios, ¡me volví más bueno con ella, y cambié mi actitud! ¡No quiero que Dios se enoje conmigo así que me conviene tratarla bien!
¡Dios cuida de la mujer y de los niños! ¡Dios cuida de las viudas y de los huérfanos! ¡Aleluya! Nadie se tiene que sentir menos. Si tienes baja autoestima es porque todavía no conoces bien a Dios; si dices que no sirves para nada o piensas que eres un fracaso, todavía no conoces a Dios. Tienes que conocerlo porque tú vales no por lo que piensas o lo que piensan los demás de ti, vales por el Dios que tienes. ¡Nadie es poca cosa en las manos de Dios! ¡En sus manos todos somos poderosos y victoriosos!
Una hermana me contó que se casó con un creyente de la India, un predicador; recién casados, él tiraba al piso todos los desperdicios que estaban sobre la mesa, y pretendía que ella, su esposa, le demostrara su amor recogiendo todo lo que él tiraba. ¡Eso era un acto de amor! Mientras el marido arroja cosas al piso, ella recoge todo y le demuestra al esposo el respeto y el amor que le tiene. ¿Prefieres que tu esposa te obedezca y te respete o que te ame? Porque una mujer puede ser muy obediente y respetuosa, hacer todo lo que le pides pero por dentro tener rebelión por tener que aguantarte. ¡No necesitas tanto que tu mujer te obedezca sino que te ame!
Me contó también esta hermana que su esposo, un predicador, un hombre de Dios, un día toma una banana, la pela y se la da a ella en la boca y ésta le responde que no la quiere, porque la banana estaba verde y no se sentía bien del estómago. ¡Su esposo reaccionó mal y se puso bravo! ¡Era un desprecio terrible para él! Su esposo no le habló por diez días, porque, aunque un esposo le esté dando de comer basura a la mujer, ¡se la tiene que comer! ¿Por qué? Porque allí en la India se cree en la superioridad del hombre, éste es como un dios.
En una oportunidad terminé de predicar y me bajé del púlpito; rápidamente se me acercó un hermano quien se postró de rodillas delante de mí. ¡Estaba sacudido! Hay una especie de superstición con los hombres de Dios, que es consecuencia de la cultura pagana en la que han nacido. He visto cómo un colaborador le daba de comer en la boca al hombre de Dios, y otros le cambiaban las vestimentas; le dije a uno de ellos que viniera conmigo para ayudarme a hacer determinada cosa y me respondió que no porque tenía que cambiarle los vestidos al apóstol.
¡Hay una especie de inclinación a lo místico! Una mujer me dijo: “Míreme y dígame qué ve. ¿Qué le dice Dios de mí?” La miro y le contesto: “¡No me ha dicho nada!” Allí, la mujer no tiene acceso a Dios, quien lo tiene es el hombre de Dios, así que lo que diga éste, no importa si está en la Biblia o no, ellos lo hacen. Son sumisos, es una actitud que llevan en la sangre, la han heredado de la cultura idólatra en la que nacieron.
Aún en el mundo evangélico está presente ese halo de santidad que tienen los hombres que se dedican a las cosas divinas, y también los pastores y apóstoles tienen la misma costumbre que estos sacerdotes paganos: se dedican a orar, a meditar, a leer la Biblia y no hacen otra cosa, ¡no saben hacer nada!
En el edificio que habían construido para hospedar gente hicieron dormitorios con baños; en la India no hay duchas, no es una costumbre, entonces, hasta en el hotel tienes una canilla y un recipiente grande donde se pone el agua y una jarra. La ducha es todo el baño, no es que hay un espacio para bañarte, así que te tiras agua y cuando terminas hay agua por todas partes. Tampoco se seca el piso del baño, todo está mojado, si entras y ves que el inodoro está mojado, te pones a pensar qué habrá pasado ahí. No se usan mesas, cuando llegamos a la casa de un pastor a comer nos sentamos en un living y allí en una mesa ratona nos servían. En las casas más pudientes, en el living hay un lavabo, así que cuando uno termina de comer uno se puede lavar las manos allí. Tampoco se usa papel higiénico, y en este sentido, dejo lugar a la imaginación… ¡Por eso comen con la mano derecha porque la izquierda siempre está abajo, guardadita! ¡Es un mundo distinto!
Esto es lo que Dios me enseñó: Leamos Romanos 1:18: “18Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad…” La ira de Dios se revela desde el cielo; la ira es más que el enojo. A Dios le molesta en sumo grado cuando el hombre impío, injustamente detiene la verdad; para Él es esencial la verdad, porque ésta es luz. Si uno tiene la verdad, va en la dirección correcta, si creo en la mentira y estoy equivocado, voy mal. ¡Dios detesta la mentira! ¡Él ama la verdad! Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. La vida está íntimamente relacionada a la verdad porque el que cree en la verdad está acertado y el que no, lo único que le queda es creer en la mentira.
Si alguien rechaza la verdad y no la acepta está con el corazón dispuesto a creer la mentira. ¡O eliges la verdad, la crees, la sigues y te inclinas delante de ella o te extravías! También dijo Jesús: “El que a mí me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Tener la verdad es tener luz; y tener luz es conocer la verdad, amarla y seguirla. Entonces, la ira de Dios se manifiesta cuando se tergiversa la verdad.
Hay una verdad que es fundamental, es la más importante de todas las verdades y es que hay un solo Dios y que Dios es Dios. ¡No hay otro dios que deba ser adorado! ¡Hay un solo Dios digno! Si tú crees otra cosa estás extraviado, estás siguiendo un engaño, una mentira. Por eso Dios ordenó que Él debe ser amado más que todas las cosas. Él tiene que ser nuestra prioridad, tiene que ser primero en nuestra vida porque de Él viene toda sabiduría e inteligencia, de Dios viene la luz. ¡Nuestro Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, es la verdad!
Dios se ha revelado al hombre de tres maneras; primeramente, a través de la naturaleza, de las cosas creadas. Dice el pasaje de Romanos 1:20: “20Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Hay cosas que son creadas, hechas y esas cosas manifiestan el poder, la gloria, lo invisible, la deidad de Dios. ¡Esas no son cosas para adorar, sino para glorificar a Dios! La luna no es para adorarla sino para darle gloria a Dios, tampoco el sol es para adorar sino para darle la gloria a Dios por su sabiduría. Él es el Dios del átomo, de la matemática, de la física, de la química. ¡Dios es el Dios de todas las cosas! ¡Dios es el creador, el hacedor de todas las cosas! El hizo todas las cosas para mostrar su gloria.
Quien ama a Dios, ve las flores, ve reptiles, pájaros, árboles y dice: ¡Gloria a Dios! ¡Quién otro pudo haber hecho esto más que él!
Cuando estuve en Dubai en un lugar donde habían peces de diferentes colores y formas, me quedé extasiado y repetía: ¡Gloria a Dios! Nunca voy a adorar un pescado, adoraré a Dios por los peces que ha creado. Dice el apóstol Pablo en Romanos 1:21: “21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”.
También se ha dado a conocer Dios a través de su palabra. Es importante que lo conozcas por ella. Y en tercer lugar, la máxima revelación de Dios es Jesucristo; en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad. ¡Es la máxima revelación de Dios! Quien conoce a Jesucristo conoce a Dios. Tomás le dijo a Jesús: “Señor muéstranos al Padre” y el Señor le respondió: “Tanto tiempo hace que estoy con ustedes y no me conocen. Quien me ha visto a mi ha visto al Padre”. “Yo y el Padre uno somos”. Él vino a manifestar todo lo que la naturaleza no ha podido expresar de Dios, y todo lo que la palabra no podía expresar acerca de Dios. Por lo tanto el hombre no tiene excusas.
No le dieron gloria a Dios, dice el pasaje que leímos. ¿Conoces a esos creyentes que les resulta pesado adorar a Dios? Cuando adoramos a Dios, se quedan sentados porque les aburre. Llegan tarde para poder escuchar el mensaje porque les resulta tedioso adorar a Dios y glorificarlo. Dice la Biblia que porque no glorificaron a Dios y no le dieron honra a Él, se envanecieron en sus razonamientos y aquí está la revelación; Dios me dijo: Como no me adoran, como no me glorifican, su intelecto se atrofia. Se envanecen sus razonamientos, es decir se llenan de la nada, no valen nada y no sirven para nada. Ahí comencé a entender la estupidez. ¿Por qué adoran a una rata? ¿Por qué respetan tanto a una vaca? Romanos 1:23 dice: “23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”.
Necio es: mente idiotizada. ¡Lo que tú crees es importantísimo! Si Dios no tiene el primer lugar, entonces tendrá otro lugar que no es el primero; y esto no es una cuestión de sentimientos. Hay creyentes que creen que sentimentalmente tienen a Dios en primer lugar, pero si los ves actuar, caminar, los ves en su diario vivir, te darás cuenta que Dios no es primero en ellos. Primero, no le dan gloria a Dios, entonces sus razonamientos se envanecen y su necio corazón entra en tinieblas.
Dije que el conocimiento de la verdad equivale a luz, la falta de la verdad equivale a tinieblas; nadie que anda en tinieblas sabrá a donde llega.
Vi mujeres en la India que sonreían, las vi danzar, saltar y dar gloria a Dios. Había ciento veinte mujeres que hicieron la escuela del Espíritu Santo; durante treinta días habían dejado su casa y estuvieron aprendiendo la palabra de Dios, adorando y alabando mañana, tarde y noche al Señor. ¡Demonios salieron de ellas! ¡Algo extraordinario sucedió! Los hombres se quedaron treinta días en sus casas haciendo la comida, limpiando la casa y atendiendo a los niños. Al llegar al final de esos treinta días de la escuela del Espíritu Santo, las mujeres gritaban, saltaban, ¡felices! No se ven mujeres así en la india, pero éstas eran mujeres cristianas y habían descubierto al Dios verdadero y adorándole recibieron liberación; ellas sonreían y saltaban.
La verdadera adoración libera la mente, agudiza el intelecto. Esas personas que tienen tantos dioses y viven atemorizados de lo que ellos les puedan hacer, andan como estúpidas por la vida. Aquí no sabemos cómo aplicar el tema de la idolatría, aunque hay dioses que piden pororó, piden alcohol, sacrificios de chivos, de palomas, gallos, gallinas. La gente que acude a ellos, les tienen temor y les obedecen. ¡Aquí también hay idolatría! Pero también hay otro tipo de idolatría: Dios me dijo que idolatría es no ponerlo a Él en primer lugar, es no querer darle gloria. ¡No querer adorarlo ni glorificarlo es también idolatría! Porque no querer hacerlo es sacarlo del primer lugar, y automáticamente mi hijo, mi nieto, mi cónyuge, mi trabajo, mi dinero, ocupa el primer lugar. Cualquier cosa que te quite tu relación con Dios y te aleje de tener comunión con Él, es tu ídolo.
Algunos dejan de asistir a la iglesia y dicen: “Bueno, pero no me he apartado, yo oro, yo lo amo”. ¡No lo tienen en primer lugar! Para otros, el estudio ocupa el primer lugar, o el novio; ya Dios se tiene que hacer a un lado porque le das más importancia a tu novio que a Él, o le das más lugar a tu nietito que a Él. Y ya comienzas a adorar dioses falsos. ¡Ninguna criatura debe ser adorada! ¡Ninguna cosa tiene que ocupar el primer lugar! Se puede apreciar fácilmente si tienes a Dios en primer lugar o no. Por eso no hay cañerías por donde pasa el agua en la India, no hay adelanto, porque no tienen al Dios verdadero en primer lugar, y por eso, su mente entró en tinieblas, y se estupidizó.
Algo más que me enseñó Dios: Donde hay otras cosas en primer lugar y no él lo que hay son demonios. Las mujeres que asistieron a la escuela del Espíritu Santo por treinta días, algunas vomitaban sangre. ¡Los demonios dejaban sus cuerpos! Entonces danzaron y alabaron a Dios. Si en tu casa Dios no ocupa el primer lugar, hay demonios dando vueltas.
Yo me pregunté: ¿Por qué tanta mugre y tanto desorden en la India? Dios me mostró que Él es un Dios limpio, que cuando hizo el jardín de Edén lo hizo hermoso. Él es como esa mamá que prepara la habitación para la llegada de su bebé, la pinta y aunque el nene no sabe leer, le pone “Bienvenido a casa”. ¡Prepara el lugar para su hijo! Así Dios preparó un jardín para el hombre. ¿Tú crees que estaba lleno de excremento, de basura? ¡No! Lo hizo Dios y todo lo que Él hace es bello. ¡Qué desapercibidas pasan las flores para nosotros! En la oficina tengo una planta que me dieron de Beraca, entonces me cortaron dos flores que dio esa planta y la pusieron en un recipiente. ¡Parece una obra de arte! ¡Cuánta belleza, cuánto orden y cuánta limpieza hay en lo que Dios hace! Pero donde hay demonios no es así, por eso se les llama espíritus inmundos, allí donde están ellos hay inmundicia. ¿Cómo está tu cocina y el baño de tu casa?
Llegamos a la India, a un edificio bastante nuevo pero el inodoro tenía unas costras horribles, y allá no tienes un lugar donde comprar desinfectante o limpiador, estábamos en el campo, en el desierto, a dos horas y media de la ciudad. Mi esposa es una mujer muy limpia, así que agarró algo y comenzó a limpiar el inodoro; le dio y le dio hasta que ese manchón feo salió. ¡Eso era materia fecal! ¿Qué hay en tu inodoro, mujer? ¿Qué son esas pinturas post modernas que tienes allí? ¿Eres cristiano o semi cristiano? ¿Eres de esas que se arreglan para asistir a la iglesia, toda pintadita, bien pulcra y deja las montañas de platos sucios en la cocina? ¿Qué dice tu cocina de ti o tu lavarropas? Yo, en la India vi mucha inmundicia, mucha mugre y a nadie le importa el orden ni la limpieza; y Dios me dijo: “Lo que sucede es que esto es territorio de demonios”. ¡Ve y cómprate artículos de limpieza y echa los demonios de tu casa! Los demonios de los inodoros están en la casa de los ricos y de los pobres, les da lo mismo porque ese lugar para ellos es la mejor piscina. Alabé y di gloria a Dios por Beraca; a los creyentes de la India les mostré fotos de nuestro centro comunitario, les conté que en sus comienzos el terreno era muy feo, no tenía agua ni luz, no tenía árboles; y ellos veían las fotos de cómo está ahora Beraca y aplaudían. ¡Ahora es un jardín de Dios!
En el lugar donde estábamos no había un solo recipiente para la basura, todo el terreno era un basural. Yo digo que entre la vida espiritual y la natural hay una relación estrecha. ¿Puede pasear Dios por tu casa? ¿Puede sentir un grato perfume?
Romanos 1:24 dice: “24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,…” Comenzaron a desear, a pensar cosas vanas, no les satisfizo el conocimiento de Dios y se extraviaron. Agrega el apóstol Pablo en Romanos 1:26: “26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”.
¡Mujer, no permitas que tu esposo te quiera usar contra naturaleza en las relaciones sexuales! Algunas mujeres me dicen que sus esposos les piden cada cosa… ¡No accedas! Pero el marido carnal e idólatra le exige lo que no debe, en contra de la voluntad de Dios. Él le dice: “Me tienes que obedecer porque soy tu marido” ¡Tú tienes que obedecer a Dios antes que a tu esposo! ¡Qué se consagre! Tú tienes que obedecerlo en el Señor a él.
Hablé con una mujer en la India a la que el marido la obligó a abortar dos veces. ¡El hermano me saludaba como si nada! La mujer estaba endemoniada, turbada, porque su esposo, el pastor, la había obligado a abortar. Él le decía que era una Jezabel porque no lo obedecía. ¿Dios te mandó a ser cómplice de tu marido? ¿No dijeron los apóstoles que es menester obedecer a Dios antes que a los hombres?
Mira tú, la tentación más horrible en la televisión, ¿qué es lo qué más muestran de la mujer? ¡La cola! ¡Eso es contra naturaleza! Romanos 1:28 dice: “28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”. ¡Una mente idiotizada!
Primero, no le dieron gloria a Dios, segundo, se envanecieron en sus razonamientos, le dieron la gloria a las cosas creadas y tercero, degeneraron la raza. Romanos 1:27 dice: “27y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. Dejando el uso natural de la mujer, se acostaron hombres con hombres y tuvieron relaciones. El SIDA es el resultado de ello y muchas otras enfermedades. Ahora se ha descubierto que el virus del papiloma humano, que causa cáncer en la boca, tiene origen en las relaciones orales.
Romanos 1:28 al 30 sigue diciendo: “28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres”.
¿Dónde tiene origen todo esto? ¡No quisieron adorar a Dios! Cuando la iglesia adoraba, ellos se quedaban sentados. Cuando adoras a Dios se te despeja la mente, todo problema que puedas tener se desvanece. ¡Ya no hay problemas! ¡Tu problema está en las manos de Dios! Esta semana puse una frase muy linda en twitter: “No le llames un gran problema a una trivialidad, ni tampoco le llames trivialidad a un gran problema”. Cuando Dios se agiganta dentro de ti, ¿qué hay que pueda resistir la unción de Dios dentro de ti? ¿Qué hay que pueda aguantar a un Dios tan poderoso y tan grande? ¿Qué demonio y que problema puede envolverte? ¡Adora a Dios, dale el honor a Él! “El gozo del Señor es nuestra fuerza” dijo el profeta Nehemías. El rey David igualmente era un hombre que alababa a Dios y le decía que prefería estar un día en sus atrios que mil fuera de ellos. También agregó: “3Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío”. Y añade en el Salmo 84:3 y 4: “3Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, 4Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?”
Los animales no pueden reconocer a un Dios tan grande, ellos no tienen la conciencia ni la vida espiritual que Dios nos ha dado a nosotros para reconocerlo.
¡Aprendí que todo comienza por no darle la gloria a Dios! ¡Dale la gloria a Dios todos los días! David pasó por momentos difíciles pero en esos tiempos decía: “1Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. 3El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; 5El que sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:1 al 5). ¡Qué importa que tu alma no tenga ganas de alabar a Dios! ¡Oblígala! ¡Alaba alma mía al Señor! Cuando estás de mal ánimo, cuando estás cansado, ¿Él no merece ser alabado? Algunos piensan que si lo alaban sin ganas, son hipócritas. ¿El merece menos honra porque tú estás cansado, aburrido, estupidizado? ¡Él sigue siendo Dios y merece toda dignidad, toda gloria, toda honra estés cansado o no, tengas ganas o no! ¡Alaba a Dios! ¡Adóralo! ¿Quieres que tu mente ande con lucidez? ¡Adora a Dios!
Hoy pídele perdón por las veces que no lo adoraste, reconoce que eres uno de esos o de esas que no le dio prioridad a la adoración; que te preocupaste más por el dolor, la deuda, los problemas familiares que por exaltarlo y adorarlo. Reconoce que eres uno de esos que anda turbado por ahí creyendo que Dios no te oye; tu mente divaga, está afanosa y ansiosa y es porque no le has dado el honor que Él se merece. Dile al Señor en esta hora: “Perdóname, tú mereces mi adoración y mi alabanza, cualquiera sea mi estado de ánimo y mi circunstancia o problema. ¡Cúbreme con tu sangre Jesús! ¡Límpiame en esta hora! ¡Dame un corazón como el de David, un corazón que te adore Señor, que te adore y te glorifique! No importa lo que pase, yo te voy a dar gloria y te voy a honrar. ¡Mi boca se va a abrir para adorarte y reconocerte, Señor! Yo creo que me amas, creo que tienes misericordia de mí. Yo creo que me perdonas y me haces libre de la idolatría Señor. Te adoro y te doy gracias y por la fe sé que hay perdón para mí en esta misma ahora. Echo fuera de mi vida todo espíritu idólatra que se niega a adorarte. Yo te doy gloria, te alabo y te bendigo en el nombre de Jesús, amén”.
ANEXOS: