LA FIESTA DE PENTECOSTÉS - Misión Vida para las Naciones

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo

WhatsApp:(+598) 095333330

MENSAJES DEL CIELO

LA FIESTA DE PENTECOSTÉS

INTRODUCCIÓN

Leamos Mateo, capítulo 13, versículos 24 al 30: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Quiero hacer hincapié en este último versículo y también en los que vienen: 37Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. 40De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga”.

Hoy hablaremos acerca de la fiesta de Pentecostés. ¿Qué tiene que ver este pasaje que hemos leído con Pentecostés? ¡Mucho! Porque la fiesta del Pentecostés está relacionada con el tiempo de la siega.

 PENTECOSTÉS: FIESTA DE LA SIEGA

Esta parábola habla que Jesús es el sembrador que sembró la buena semilla y ésta, son los hijos del reino. Cada especie da a luz algo de su mismo género, tanto en el reino vegetal como en el animal; todos nacimos de una semilla… la palabra “semen” y “semilla” tienen una misma etimología. Jesús siembra la buena semilla, ésta es la palabra y además son los hijos del reino, porque la palabra es una semilla que produce según su género. ¡Jesús mismo es la semilla, es la palabra de Dios! La semilla de Jesús produce trigo y nosotros somos el producto de esa semilla sembrada. Este pasaje también dice que de noche vino el enemigo y sembró también; hay otra palabra que produce según su género y produce otra semilla, la cizaña. Cuando comenzaron a crecer ambas semillas, los siervos le dijeron al Señor: “¿Cómo es que crece cizaña, siendo que tú sembraste trigo?” Y el Señor les contesta que el enemigo en la noche fue quien la sembró. Así que en el campo del Señor hay trigo y hay cizaña. ¡Cuidado que a tu lado puede haber cizaña! “¿Y qué hacemos Señor? ¿Cortamos la cizaña?” “No”, responde él, “porque juntamente con la cizaña se puede cortar el trigo”. Hay un tiempo para la siega, en el que dice la Biblia, sus ángeles recogerán primero la cizaña en manojos y será echada en el fuego y luego recogerán el trigo el que será colocado en el granero del Señor.

Hay tres fiestas importantes ordenadas por Dios en el judaísmo: La pascua, que coincide en fecha tanto en el judaísmo como en el cristianismo, nosotros la interpretamos conforme a las enseñanzas de Cristo y los judíos la interpretan conforme al tiempo que ellos vivieron, pero es una misma fiesta, la de la redención. Es la fiesta de la ofrenda de Dios en nuestro favor. La otra fiesta es la de los Tabernáculos y la otra es la de Pentecostés o “fiesta de las semanas”. Todas eran fiestas especiales ordenadas por Dios.

Pentecostés significa, “el día cincuenta”; “pente” proviene de “penta”, “cinco”. Dios tiene un calendario que llamamos el calendario “Kairos” de Dios, que es SU tiempo; cuando Jesús habla del tiempo de la siega, se está refiriendo a ese calendario “Kairos”, que no es igual al calendario humano, que tiene que ver con “cronos”, con el reloj y con las vueltas que da el planeta tierra sobre su propio eje y alrededor del sol. En el calendario de Dios, El estableció fiestas; los entendidos dicen que los grandes acontecimientos de la historia del pueblo judío y del cristianismo suceden en fiestas del “Kairos” de Dios, por eso hemos escuchado varios rabinos que dicen que Jesús nació en una fiesta y murió en una fiesta como lo es la Pascua que representa el cordero pascual de la antigüedad de Egipto. Es importante que los creyentes conozcamos los tiempos de Dios; los profetas anuncian los tiempos de Dios. Dios no hará nada sin que lo anuncie primero a sus siervos los profetas.

La fiesta de Pentecostés era una fiesta que se hacía al final de la cosecha del trigo y coincidía con el día 50 después de Pascua, justo en el tiempo que se terminaba de cosechar el trigo, por lo tanto era una celebración de gratitud a Dios y los judíos traían sus primicias u ofrendas en agradecimiento por la cosecha del trigo. Debemos traer a nuestro corazón, las fiestas importantes de Dios; es necesario que estemos más ausentes al calendario “cronos” y más presentes al calendario “Kairos” de Dios porque esperamos que grandes acontecimientos de su parte, sucederán en las fiestas marcadas por El. Dios me hizo ver que la iglesia de Jesús nació en el día de Pentecostés. Jesús les dijo a sus discípulos que esperasen en Jerusalén la promesa del Padre. Hay más de 1000 promesas en la Biblia pero hay una que es “La promesa”. Ese día que vino la promesa, ellos estaban juntos unánimes orando y como un estruendo vino del cielo y como lenguas de fuego tocaron a los que estaban orando, siendo todos llenos del Espíritu Santo. Había más discípulos pero no estaban palpitando con ese latir del Espíritu que viene a aquellos que le buscan. Ese día sucedió lo que Jesús había dicho: La promesa del Padre vino sobre la iglesia. Jesús había dado su palabra, en Hechos 1:8: “…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. ¡Eso está sucediendo literalmente delante de nuestros ojos! Aquellos que hemos creído en Cristo hemos recibido esa semilla de trigo y somos trigo.

La Biblia asimismo habla del tiempo de la siega en que vendrán los ángeles. No me cabe la menor duda que los mismos vendrán en una fiesta del tiempo “Kairos” de Dios, en el tiempo de la cosecha.

LA IGLESIA NACIÓ EN PENTECOSTÉS

Pentecostés no existe por casualidad, no es simplemente una celebración judía, sino que también es una señal de Dios para la iglesia; ésta nace en un tiempo de cosecha y será recogida en un tiempo de cosecha. Leamos las profecías de Joel relatadas por Pedro en Hechos de los apóstoles, en el capítulo 2. Cuando cayó el Espíritu Santo sucedió algo extraordinario, Pedro fue lleno de poder y de valor, predicó y en ese día hubo una cosecha literal de 3000 personas que se entregaron a Cristo. La primera iglesia, el primer día, nació con 3000 plantas de trigo. ¡Hubo una gran cosecha! Hechos 2:14-21: 14Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; 18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. 19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; 20 El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; 21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. Esta lectura tiene dos partes: La primer parte habla de que Dios derramará de su Espíritu sobre toda carne y “vuestros hijos profetizarán”, dirán mensajes de parte de Dios, abrirán su boca como trompetas para decir cosas que El hará. “…y vuestros ancianos soñarán sueños…”; esto es bien loco porque lo normal es que sueñen los jóvenes pero este pasaje dice que cuando viene el Espíritu Santo sobre los ancianos estos comienzan a soñar. ¿Cómo es posible que un anciano se ponga a soñar a los 80 años? Porque Dios no le pone límites al hombre, no importan tus fuerzas lo que importa es lo que Dios quiere hacer a través de ti. ¡Cuando viene el Espíritu Santo no hay límite de tiempo! Puedes profetizar y describir el futuro que van a tener cada uno de tus hijos. ¡No dejes de soñar nunca! Pídele a Dios que te los de, pídele ser lleno del Espíritu Santo. La segunda parte del pasaje que leímos dice: “…y daré señales y prodigios arriba en el cielo…” Esta parte ya es escatológica, apunta al fin de los tiempos. Veremos dónde hay una descripción similar en la Biblia. Mateo 24:29: 29E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. ¿A qué les suena esto? ¡A cosecha! En toda la Biblia, este tiempo, el tiempo de esas señales escatológicas, es el tiempo en que los ángeles meterán la hoz y juntarán por un lado a los malignos y los echarán en el lago de fuego y azufre y por otro lado, recogerán el trigo en el granero. ¿Qué quiero decir? El tiempo que se desata en el primer Pentecostés de la iglesia cristiana, termina en el tiempo escatológico de las señales de la segunda venida de Cristo. Esto es lo que predicó Joel. Leamos Joel 2:28-31: 28Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. 29Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. 30Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 31El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová“.  No dice la Biblia que esto último sucedió en el día de Pentecostés, aún no sucedió. El día espantoso de Jehová es el día de la venida de Jesús. ¿Qué estoy queriendo decir? Que Dios ha establecido un período de la historia que se llama “los últimos tiempos” que comienza en el Pentecostés de Hechos de los apóstoles y termina en la última siega, en un último Pentecostés. ¡Estamos esperando un Pentecostés! Dios ha prometido que la gloria postrera de esta casa sería mayor que la primera (Hageo 2:9) y cuando dice “esta casa” se refiere a “su casa”, la iglesia. El anhelo más grande de Dios es habitar en la iglesia. Jesús dijo a sus discípulos: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Juan 14:18). Desde el punto de vista de Dios, no es importante que él este aquí en carne y hueso, sino que esté allá arriba para que venga su Espíritu Santo y habite dentro nuestro. ¿Qué es la promesa? Es el anhelo más grande de Dios para tu vida. Él te quiere dar una casa, una esposa, un trabajo, pero lo que más quiere es limpiar tu corazón y llenar tu vida. Cuando el Espíritu Santo vino sobre los apóstoles ya nunca más fueron los mismos, comenzaron a operar en el mundo sobrenatural, nunca más pudieron ser seres naturales simplemente. ¿Por qué Dios quiere habitar en tu corazón? Porque Dios quiere devolver al hombre la dignidad que perdió en el jardín del Edén, quiere exaltarlo y levantarlo a la estatura de la plenitud de Cristo para que pueda hacer sus obras. ¡Dios quiere llenar tu vida y enviarte un Pentecostés! Claro que si le pides todos los días pan, te dará pan; Él te da conforme a lo que le pides, pero quiere que tengas otra clase de anhelos dentro de tu corazón, anhelos que van más allá de lo natural, quiere poner deseos en tu corazón, que ni siquiera te imaginas.

 CONCLUSIÓN

¿Qué te detiene? A veces luchamos con pequeñeces, ¡Dios quiere que salgamos de las pequeñeces! Cuando el Espíritu Santo te llena ya no tienes más problemas, el problema es del Espíritu Santo quien va abriendo camino y haciendo cosas. El deseo de Dios es derramar de su Espíritu en tu vida. ¿Qué hay en tu corazón que no te hace gemir ni desear ser lleno del Espíritu Santo? Nos preocupa nuestro trabajo, nuestros estudios pero lo más importante es lo que Dios quiere: ¡El quiere traer un Pentecostés a tu vida y cambiar todas las cosas! Algunos decían de los discípulos que estaban borrachos, un borracho no tiene problemas mientras tiene el vino dentro, del mismo modo, cuando el Espíritu Santo te llena, eres como un borracho, no hay problema que te aflija. Los primeros cristianos murieron quemados, ellos decidían ir cantando a las arenas del circo romano para ser devorados por las fieras. ¡Dios quiere su poder obrando en tu vida! Recuerda: Si tú no lo dejas habitar a él, lo habitará otro espíritu porque tu vida es una casa espiritual. ¡Dios te ha creado para habitar dentro de ti! Si lo anhelas, haz esta oración: “Señor, quiero ser lleno de ti, estoy cansado de estar vacío. ¡Quiero tener fuego dentro de mi! No quiero luchar para orar, para leer la Biblia, líbrame de opresión, de rebelión. Sana mi corazón y límpialo; perdona mis pecados, y llena mi vida con el poder de tu Espíritu Santo. ¡Quiero un Pentecostés en mi vida! En el nombre de Jesús, amén”.

MENSAJES

MISIÓN

VIDA

PARA LAS NACIONES

Av. 8 de octubre 2335

Montevideo, Uruguay

WhatsApp: (+598) 095 333 330

email: info@misionvida.org

twitter: misionvidauy

facebook: iglesiamisionvida

Diseño: VerakaWeb