JESUCRISTO, PUERTA DE SALVACIÓN

INTRODUCCIÓN

Leemos en Lucas 4:16 a cerca de Jesús: “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”. Jesús se crio en Nazaret por eso le decían “el nazareno”. Esta es una zona que ahora está en manos de los palestinos, aunque controlada por Israel.

Hoy te quiero presentar al Ungido de Dios, Jesucristo. Es que hay algunos que saben de Él, pero no lo conocen. En Israel, los guías turísticos que no creen en Jesús saben que Él existió y les muestran a las personas todos los lugares por los cuales el Señor pasó. Ellos tienen un conocimiento histórico de Jesús, pero quienes son salvos tienen conocimiento de Él y una relación con Él. Jesús es el glorioso salvador del mundo que murió en la cruz del calvario por la humanidad. Él es la luz que el mundo necesita.

Insisto en decir que el mundo está entrando aceleradamente a un tiempo de oscuridad donde serán confundidos aun los cristianos distraídos, esos que no tienen aceite en su lámpara. También insisto en que es sumamente importante que los creyentes tengan aceite en su lámpara, porque si ésta se termina, ya no habrá luz y no estará preparado para la llegada de aquel que vienen a llevar a su iglesia a una fiesta de bodas extraordinaria. Muchos asisten a la iglesia por una cuestión de conciencia o por alguna situación difícil que están pasando, porque le dijeron que se les van a solucionar todos los problemas. Entonces, la iglesia se transforma en un lugar donde la gente va a buscar algún milagro. Con esto quiero decir que corres el riesgo de recibir tu milagro, pero sigues sin conocer a Jesús.

Un día fui a un restaurante famoso e histórico al que me invitó a almorzar una persona que trabajaba allí como mozo. Resulta que la esposa vino a nuestra iglesia con una prenda del hombre porque se estaba muriendo en el hospital por causa de un cáncer que lo aquejaba. Oramos por él y fue sanado. Entonces, fui a comer al lugar donde él trabajaba y le pregunté: “¿Estarás muy contento verdad? Así que te sanaste por la oración que hicimos en la iglesia”. “Si, sí. ¡Santo remedio!”, me respondió. A continuación, le pregunté: “¿Y? ¿Crees en Jesucristo ahora?” “No, no; yo soy ateo”, agregó. El hombre, que era una persona muy correcta y amable, estaba agradecido, pero era ateo. Hay gente que, aunque reciban un milagro, no llegan a creer en Jesús. El milagro más grande es que accedas a la vida eterna y tengas la expectativa de que cuando cierres los ojos en la tierra los abrirás en el cielo.

JESUS EL UNGIDO DE DIOS

La Biblia dice que le dieron a Jesús el rollo de las profecías de Isaías. En la sinagoga, cada sábado se lee una porción de la Torá y ellos saben cuál es la porción que corresponde a cada sábado y por todo el año. Los profetas comprenden la segunda parte del Antiguo Testamento, por lo que señala la Biblia que en la sinagoga estaba estipulado qué libro se iba a leer ese día. Entonces Jesús se levantó para leer Isaías 61:1 y 2, como lo menciona más precisamente Lucas en el capítulo 4, versículos 18 y 19: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”. Entonces agrega Lucas a continuación: “Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

Esta profecía tiene una segunda parte que refiere al futuro, pero la primera parte estaba señalando ese presente, en el cual estaba Jesús, por lo tanto, dejaba de ser una profecía para el futuro en el momento que Jesús la leyó, y entonces dijo: “Esta profecía se ha cumplido hoy delante de sus ojos”. Jesús quiso decir: “Este ungido soy yo”. Y lo dijo en Nazaret donde se había criado y en donde todos lo conocían. Todos lo habían visto trabajar con su papá en la carpintería y a nadie se le ocurriría pensar, ni aceptarían que Él era el ungido, el Mesías. Jesús dio testimonio de que ningún profeta es acepto en su propia tierra. También les dijo: “Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra” (Lucas 4:23). Era difícil hacer milagros allí porque para que eso sucediera se necesitaba fe. Dios nos ha dado a nosotros la fe como un arma poderosa y somos responsables de usarla o no. La Biblia señala que en ese momento se enojaron con Jesús y pensaban que de ninguna manera Él podía ser el Mesías enviado de Dios, de quien habían hablado los profetas, aquel de quien se refirió Dios cuando le dijo a la mujer: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15).

Desde el Génesis Dios había anunciado la venida de su Hijo, y ahora estaba allí parado leyendo las profecías de Isaías y diciendo: “Esto se ha cumplido hoy delante de sus ojos”. Lo que nos asegura el perdón de los pecados y nos lleva a la salvación preparada por Dios para nosotros, es creer que Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios viviente. La fe en Jesús nos hace ciudadanos del Reino de los cielos. Pero muchos están confundidos con esta realidad abrumadora. Muchos daban buen testimonio de Jesús y estaban maravillados de la palabra de gracia que salía de su boca, pero no lo aceptaban como tal. Fue cuando Jesús dijo: “De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón” (Lucas 4:24-26).

Sarepta era la tierra de los palestinos, una región donde se adoraban otros dioses y tenían otras creencias. Y resulta que no le habían creído a Dios, mas en el tiempo de Elías había muchas viudas y Dios mandó al profeta a donde vivía una mujer extranjera que tenía fe; y esa mujer que tenía fe recibió bendición de parte de Dios. ¿Por qué hablo de esto? Porque viene confusión al mundo, por el hecho de que el hombre anda buscando el bien y la verdad. Yo quiero pedirle a la iglesia, más precisamente a los jóvenes y estudiantes que no se dejen maravillar por la inteligencia artificial porque el Salvador del mundo se llama Jesucristo. El hombre ha inventado la inteligencia artificial que logra acceder a tanta información como existe en el mundo, y hasta han logrado que ésta pueda pensar. Y no solo eso ya que supuestamente tiene sentimientos igual que las personas. Y muchos le están pidiendo cosas a la IA. La última novedad es que en una iglesia luterana en Alemania la IA realizó un sermón; y es que, en una pantalla grande ubicada sobre el altar, se presentó un avatar de un hombre que personificaba al bot encargado de impartir la prédica en un servicio religioso. No era un ser humano que predicaba ni era Cristo quien hablaba a través de quien exponía el sermón. ¡Eso es un engaño y una mentira! El engaño está entrando en la iglesia, y no es solamente en la iglesia católica.

Hay mucha gente descuidada. Me gustaría que en vez de consultar a la inteligencia artificial consultaran la Biblia. Enamórate de la palabra de Dios porque si hay algo que no va a evolucionar es su palabra. La palabra de Dios no llegará a ser, sino que es. La palabra de Dios no muta. No hay nada que agregarle ni que quitarle. Y digo más; hay muchos que quieren destruir la palabra de Dios, pero, ¿cómo van a destruir lo indestructible? Si todo ha sido hecho por la fe por la palabra de Dios; lo que se ve y lo que no se ve. Y lo que se ve se hizo de lo que no se veía, por la palabra de Dios. Anda la gente embobecida queriendo saber lo que le dice la IA. Yo te digo que está llena de cosas engañosas y mentirosas. Tiene una ensalada de conocimientos que extrae de toda la información que toma de los que publican cosas en las redes y te envía mensajes de lo que a ella le parece que te conviene. Muchos creen que la IA nos va a salvar porque para muchos es superior a los seres humanos. Por supuesto que tiene muchos datos y más conocimiento que nosotros porque toma de lo que nosotros le aportamos. Ella sabe quién eres, a dónde vas, cuáles son tus gustos. Te rastrea mediante una aplicación que las personas usan para saber dónde se encuentra alguien en tiempo real. Todo lo referente a las personas los sabe la IA porque es todo lo que publican en las redes. La IA no tiene problemas en engañarte. Y respecto a todo esto es que digo que viene una oscuridad tal sobre el mundo.

Retomando el texto bíblico, se presenta Jesús en Nazaret y les deja ver que Él es ungido de Dios. El primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu declaró que está muy contento porque Israel será el lugar donde la IA ejercerá mayor influencia al mundo. Están convencidos que bendecirán al mundo sin creer en Cristo Jesús, el Mesías. Creen que a través de la IA van a lograr grandes cosas, y ésta vendrá a ser un dios. Habiendo desechado al Dios verdadero creerán en un dios fabricado por hombres. Entonces, la IA comenzará a dar órdenes y lineamientos en el mundo. La luz vino a Nazaret que fue donde se crio Jesús y Él se manifestó declarando que era de quien profetizó Isaías. Pero también desde Israel va a surgir la oscuridad más grande, porque ellos creerán en el anticristo y hasta lo entronizarán. Y el anticristo se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios. Dice la Biblia en 2ª Tesalonicenses 2:3 y 4: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá (Jesús) sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.

Muchos cristianos van a dejar de lado la fe que tuvieron. Tel vez te crees muy sabio y muy consagrado, mas yo te digo que te cuides de tener comunión con Dios y una relación íntima con el Espíritu Santo. ¡Que no te falte el aceite! Dice la palabra de Dios que primero vendrá la apostasía, lo que significa, negar la fe. Para mí es una señal que la IA esté dando un sermón en una iglesia. Esta es una señal de oscuridad tremenda. En una lista de las 20 personas más malas del mundo figura el papa Francisco. Las personas no saben en quién creer.

Algunos dicen que el papa es bueno, y otro tanto dicen que es malo. Antes de que vuelva Jesús se va a manifestar el hombre de pecado, el hijo de perdición. Entonces leemos en 2ª Tesalonicenses 2:6 al 9: “Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos”.

Este ser inicuo, engañoso y mentiroso que hace grandes señales y prodigios dice la Biblia que se manifestara por obra de satanás. Yo digo que están creando un ser que es pura mentira, engaño y mucha maldad. Y muchos van a creer que llegó el bien. Pero el bien llegó hace poco más de dos mil años. Según nos relata la Biblia, Abel dio una ofrenda que le costó la vida. A Jesús también lo querían matar por causa de la declaración que hizo en Nazaret. Se enojaron mucho con Él y lo llevaron a un despeñadero para arrojarlo por el precipicio.

En este tiempo, en el mundo quieren destruir la verdad y anular la palabra de Dios. En Estados Unidos han hecho demandas para que prohíban la Biblia en determinados lugares, así como también libros cristianos. Y es que a lo bueno le dicen malo y a lo malo, bueno. Creer en la verdad y proclamarla en un mundo de oscuridad te puede costar la vida. Más de una vez lo quisieron matar a Jesús. A Abel, su hermano lo mató porque amaba a Dios; porque su ofrenda agradó a Dios más que la de Caín y esto lo provocó su ira. Si no te interesa la vida eterna no hagas nada para agradar a Dios y entonces no vas a tener problemas; pero si amas a Dios se te levantará guerra. Las fuerzas del mal combaten a muerte por el territorio que le pertenece a Dios, el planeta tierra.

Satanás no es el dueño del mundo ni la autoridad de este planeta porque el mundo le pertenece a Dios. Y aunque satanás engañó a Adán, sin embargo, a Jesús no lo pudo engañar. Recordemos que lo quiso hacer desistir de la comunión con Dios y lo quiso hacer dudar de la palabra de Dios. Cuando lo tentó, usó la palabra de Dios que conocía bien, para hacerlo tropezar. Pero Jesús estaba en comunión con el Padre y lo amaba. Eso significa que la luz está en la revelación que Dios le da a los que le aman. Ni siquiera el conocimiento de la palabra de Dios que tienes es garantía de que saldrás bien en todo. Quien habita al abrigo del Altísimo, morará a la sombra del Omnipotente. La palabra viva de Dios es para aquellos que le aman. Por muchos años yo fui religioso. Fui maestro de la palabra. Pero un día, Dios me dijo que nada de lo que había enseñado le servía porque yo enseñaba conforme a lo que a mí me parecía. ¡Y tenía razón! Porque yo tenía mucha Biblia, pero nunca había ganado a nadie para Cristo. Lo que necesitamos es amar a Dios y rendirnos a Él. No se trata de la costumbre de ofrendar ni de asistir a la iglesia. No se trata de que voy a la iglesia porque me siento mejor. Eres de Cristo o no lo eres; das la vida por Él o no. La palabra de Dios es lo que necesitas cada día para vivir en este mundo de oscuridad. ¿Crees esto o no lo crees? Muchos predican el evangelio por celos o por envidia, porque quieren ser reconocidos, y se ponen donde Dios no los puso.

Llega un tiempo en que vendrá una gloria especial sobre la iglesia. Dice la Biblia que la gloria postrera de esta casa será mayor que la primera. Vamos a ser testigos de grandes milagros. El poder de Dios se va a manifestar a través de la iglesia en medio de la oscuridad y de la persecución más grande del mundo.

CONCLUSIÓN

Si has creído verás la gloria de Dios. Cristo es el Ungido de Dios. ¡No busques en otros lugares! No busques revelación en otro lado. El Señor se animó a declarar: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Si hay algo estable e inamovible, si hay algo que ningún viento, filosofía o ideología podrá torcer, es la palabra de Dios. Jesús es la palabra de Dios encarnada. El asunto es, si perteneces a Cristo o no perteneces. No se trata si tienes la sensación o la ilusión de que le perteneces. Dice la Biblia que el Espíritu Santo nos da testimonio de que somos hijos de Dios. ¿Te da testimonio de que verdaderamente eres hijo e hija de Dios? Yo te dije al comienzo que te quería presentar al salvador del mundo, Jesucristo.

Si entiendes que no le perteneces por más que formes parte de una iglesia o de que seas fanático de cualquier denominación, hoy es el momento de tener un encuentro con El, con el Ungido, Jesucristo, el Hijo de Dios. Te digo que, si no eres de Cristo, no serás tomado el día de su segunda venida. Es muy importante que tengas la certeza de que Cristo está en tu corazón y que Él guía tu destino.

Espíritu Santo, abre los ojos. Ciertamente hay ministros del evangelio que deben pedirte perdón y entregar sus vidas a ti Señor. Hay gente que tiene una gran trayectoria en la iglesia, pero no te pertenecen porque todavía están bajo el poder del pecado. Jesús dijo: “Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas” (Lucas 11:35). Señor, lava nuestros ojos. El pecado no pudo con Jesús, satanás tampoco pudo; aun la muerte no pudo contra Él. Jesús es el testigo fiel del amor, del poder y de la misericordia de Dios.

Si el Espíritu Santo te habló hoy no dudes en entregarle tu corazón y tu vida. Haz una oración sincera y dile a Dios: “Señor, reconozco que no estoy seguro de quien realmente eres tu ni de mi salvación. ¡Te pido perdón! Límpiame, sálvame y dame vida eterna. Toma tu lugar en mi vida. Hoy yo decido creer en ti y en tu amor; creo en tu misericordia, por eso recibo el perdón de mis pecados y te doy gracias. Recibo hoy tu vida. Venga a mi tu Espíritu Santo, venga tu unción sobre mí. Yo te pido Espíritu Santo que a partir de hoy guíes mi vida, en el nombre de Jesús y para tu gloria Señor, amén”.