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INTRODUCCIÓN
Leemos en el libro de Daniel, que el rey Nabucodonosor promulgó un decreto, el cual decía que no se podía hacer ninguna oración o petición a ningún dios más que al rey. Mas Daniel se encomendó a la gracia del Señor y decidió que iba a seguir orando como solía hacerlo. Él era un jerarca en el palacio del rey Nabucodonosor; y aún, contra todo dictamen, decidió aferrase a su Dios: el Dios que le dio la vida, el Dios que le dio fuerzas. Daniel siguió arrodillándose delante de la presencia de su Dios y fue acusado; y por esa causa fue a parar al foso de los leones. Y de ahí, Daniel salió con su fe purificada, y más fortalecido. ¡Justo en ese momento a los leones se les dio por hacer ayuno!
Los problemas que atravesamos en la vida pretenden fortalecernos y Dios nos ayuda en el proceso; por lo que, cuando salimos de esa circunstancia difícil, lo hacemos más fortalecidos. La lucha que atravesamos hoy en día, es una guerra por causa de la injusticia que predomina en la tierra. En el mundo hay poderes que se someten a la mentira y al engaño. En el reino de las tinieblas, satanás no tiene verdad, y ha establecido un gobierno basado en la oscuridad, en la mentira y el engaño. Jesús señaló que no hay verdad en él, en satanás. Pero el fundamento del trono de Dios es la verdad. Todo lo que Dios hace, lo hace basado en la verdad. La justicia de Dios se basa en la verdad y no en el engaño. El bien para Dios está relacionado íntimamente con la verdad; y todo lo bueno y lo justo están relacionados con la verdad. Si no hay verdad tampoco hay justicia; y no se puede hacer justicia cuando no se conoce la verdad, cuando se ignora o se tapa la verdad.
Los cristianos necesitamos entender que debemos pararnos firmes en la verdad. Tenemos que conocerla, y no importa los amagues que haga el mundo o los miedos que nos quiera infundir la sociedad, los gobernantes o quien sea, porque la verdad es nuestra fortaleza. La verdad nos hace caminar confiados y nos defiende. ¡La verdad no puede ser destruida!
VERDAD vs RAZON y SENTIMIENTOS
La razón no es fuente de la verdad. Hemos vivido en la dimensión de lo que se llamó el modernismo, donde la razón era considerada muy importante, y se enseñó que la razón es la que nos guía a la verdad. Pero el hombre ya está descreído de la razón porque ésta no le ha dado la respuesta que necesita.
Entonces pasamos a la etapa del pos modernismo donde ya no interesa la razón porque como dijimos, el hombre está descreído de todo. Ya la lógica no sirve. Y es que una de las cosas que hizo la razón fue destruir la verdad. Comenzaron a preguntarse quién era el dueño de la verdad y no lo encontraron porque descartaron a Dios, y luego se preguntaban cuál era la base de la ética y de la moral; qué es lo bueno y qué es lo malo. Y como no había verdad, nadie podía decir que tenía la verdad. Si dices que sabes cuál es la verdad te van a criticar y a decir que te crees dueño de la verdad. Dicen de nosotros los cristianos, que imponemos nuestras creencias. Así que todo es una lucha entre la verdad y la mentira.
El fundamento del cristiano es la verdad, y no importa cuán débil sea éste, si está firme en ella, será fuerte. El creyente no va a sentir temor si está parado en la verdad, porque la verdad lo ampara. La fuente de la justicia es la verdad. La razón no es la fuente de la verdad sino que es la verdad la fuente de la razón. La verdad es la que hace a la razón razonable. Si hay verdad, los pensamientos que surgen de la verdad son razonables, por lo que la razón funciona bien. El alimento de la razón es la verdad pero el alimento de la verdad no es la razón. No es la razón la dueña de la verdad.
En la etapa del pos modernismo, desencantado el hombre de la razón empezó a confiar en lo que siente. Y querer hacer lo que le parece o siente no está fundamentado en la razón; pero hacer lo que siente le causa placer. Entonces, la norma es: Haz lo que te haga sentir bien. Pero las personas también se desencantan de hacer lo que sienten o les parece. “Yo no sé si está bien o está mal, pero siento que tengo que hacerlo”, señalan algunos. No les importa el bien o el mal, no les importa la razón, sino hacer lo que sienten.
Todo el dolor que sufre el ser humano es por causa de la injusticia. La verdad provee paz, bienestar y justicia. Estamos viviendo en un mundo donde los que abrazan el engaño, abrazan la razón o los sentimientos, se enfrentan a los que abrazan la fe. Y los que tenemos fe, hemos depositado nuestra esperanza en lo que Dios dice y piensa, que es la verdad. Dios promete a esas personas que le aman y confían en Él, que será su protector. Todo lo justo, todo lo bueno, todo lo ético y correcto es fruto de la verdad.
LA VERDAD TROPEZÓ EN LA PLAZA
Siempre digo que tienes que amar la Biblia porque en ella está la verdad. La palabra de Dios es la verdad. Leemos en Isaías 59:14: “Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir”. La plaza era el lugar donde la gente se juntaba a opinar acerca de determinados asuntos. Era como leer el periódico o ver las noticias. A la plaza llegaban los forasteros y los mercaderes; así que ese era un centro de información. E Isaías dice que la verdad tropezó en la plaza. ¿Y qué pasó cuando la verdad tropezó en la plaza? El derecho se retiró, la justicia se puso lejos y la equidad no pudo venir. Isaías 59:15 agrega: “Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho”. El derecho está fundamentado en la verdad; y si no hay ley, no hay derecho. Si un juez determina una sentencia fundamentada en mentiras y engaño, o fundamentada en una ley engañosa, entonces habrá injusticia. Y cuando hay injusticia hay dolor. La injusticia es la fuente de toda clase de inequidad o desigualdad. ¡Tanto que se habla de equidad en el mundo! Y es la falta de derecho, de justicia y verdad la que produce inequidad; y la inequidad produce angustia, hambre, resentimiento, ira, violencia, odio. Esto es fruto de la falta de verdad y de justicia.
Porque cuando hay justicia hay paz. Dice la Biblia en Proverbios 29:2: “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime”. Estamos viviendo un tiempo de dolor y de gemir; y no entendemos qué es lo que sucede en los altos niveles del poder mundial. Muchas cosas suceden que no nos damos cuenta. Hay muchas noticias falsas que confunden y asustan. Creo que a la gente la llevan a obedecer infundiéndoles temor. Nos dicen que nos están cuidando y que no salgamos; y la gente tiene miedo porque afuera está el virus. Yo no te incito a que seas imprudente; conozco la diferencia entre la imprudencia y el temor. La prudencia es buena pero no es temor. El temor sí es malo. Un amigo escribió la siguiente definición: “La verdad es unilateral o no es”. ¿Qué significa esto en un tiempo en que se habla tanto de tolerancia? En un tiempo de tolerancia tenemos que aceptar todo lo que nos dicen como verdad. Nadie puede decir que es dueño de la verdad. Así que si te sientes que eres un gato yo tengo que llamarte gato. Hay que ser tan respetuosos que hay que reconocer la mentira y desconocer la verdad. Se dice que todas las filosofías tienen el mismo nivel de verdad y todas las opiniones son válidas. Así que no podemos hablar mal de los aztecas y los mayas, ni de los que despellejaban a sus enemigos porque es parte de la cultura. Los dioses demandaban sacrificios de doncellas vírgenes. ¡Hay cosas que son repudiables!
Nos han metido un verso con esto de la tolerancia, y nos han hecho tolerar el hecho de que los hijos nacen asexuados. ¡Eso es una mentira! Nuestros hijos nacen con sexo definido. “Los niños nacen con el sexo equivocado”. ¡Mentira! Cuando el cerebro funciona mal puedes creer que eres superman. Actualmente se está hablando del derecho de los pedófilos, quienes están pretendiendo ponerse bajo la bandera LGTB, y que sus derechos sean reconocidos. También en varios países, se ha bajado la edad de los niños para prestarse a un acto de aberración sexual como cosa natural. Si una niña de doce años consciente una relación con un hombre mayor no se considera pedofilia o pederastia. Y el hombre que la conquistó con un caramelo o chocolate, o con un pago de por medio, dice que él no la obligó sino que ella consintió. ¡El mundo se ha puesto muy engañoso!
Pero a la verdad no hay que esconderla; hay que defenderla. La tolerancia se ha convertido en un arma contra nosotros porque los que nos tenemos que callar somos los intolerantes. Entonces, los tolerantes quieren callar a los intolerantes. Los LGBT se tildan de tolerantes. ¿No es discriminación que se flamee la bandera gay en las naciones y no la bandera de la nación cuando hay gente que no está de acuerdo con ese movimiento? ¡Yo soy heterosexual! ¿Podré poner una bandera heterosexual en el mástil donde va la bandera de la patria? ¡El mundo está confundido! Nosotros tenemos que ser tolerantes y aceptar que una persona es, lo que se auto percibe. Un hombre mata a una mujer y eso es femicidio, lo cual conlleva una pena mayor que un homicidio. Y para no cumplir una pena tan grande, el hombre declara que se siente mujer; porque si una mujer mata a otra mujer es homicidio. Y si el hombre dice que es mujer hay que aceptarlo, entonces lo juzgan por homicidio y lo ponen en la prisión de mujeres, y allí viola a unas cuantas mujeres. El mundo ha perdido la razón; ha perdido la brújula. Y todo esto es consecuencia de haber perdido la verdad. Y si no hay verdad, tampoco hay justicia.
La verdad es imprescindible; la verdad es insustituible. La verdad es indestructible. La mentira jamás podrá vencer a la verdad. ¡La verdad vencerá a la mentira! La verdad es el fundamento del universo. La Biblia dice que Dios ha hecho todo con justicia y con verdad. Y Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. ¿Quién podrá destruir al Rey de reyes y al Señor de señores que estuvo muerto más resucitó al tercer día? ¿Quién podrá detenerlo a Él? La esencia de la verdad es una persona y esa persona es el Hijo del Dios viviente. ¡El que te amó y murió por ti en la cruz del calvario! Lo que Él diga está bien y es verdad porque él es el camino, la verdad y la vida. Los grandes conflictos comienzan cuando la verdad se hace ver en un mundo de mentira. Por eso a Jesús lo trataron de endemoniado. Y es que la mentira va a dar coces contra la verdad; por eso lo escupieron y lo quisieron avergonzar. ¡Pero no pudieron contra Jesús y no podrán jamás! Los que lo juzgaron y lo mataron ya no están, pero Él ha resucitado. ¡Jesús está vivo! Oro para que Él sea tu Dios.
LA VERDAD SIEMPRE SERÁ PERSEGUIDA
Apenas comenzó el cristianismo en el primer siglo; ya Jesús ascendió a la gloria, dice la Biblia en el libro de los Hechos de los apóstoles en el capítulo 3: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo… Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios…Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido…Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad…Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros”.
Todos contentos glorifican a Dios pero las fuerzas del mal se ponen mal. Pedro y Juan estaban predicando cosas que tenían que ver con la verdad y leemos en Hechos 4:1 al 3: “Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde”.
Ya he comentado acerca de una persona cristiana que consiguió una licencia para trasmitir en un canal de televisión de Israel para predicarle al pueblo cristiano, a quien han acusado de proselitismo porque dicen que tiene la intención de convertir a los judíos al cristianismo. Entonces, le han quitado la licencia del canal de televisión en Israel. Digamos que el rechazo al Mesías está intacto. Los poderes de maldad siguen resistiéndose. Aunque amo a Israel no respaldo esta decisión porque la libertad de conciencia y de expresión, y la libertad de culto no es plena si no se puede expresar en público o en privado. En este momento en Israel, algún organismo decidió que no se puede predicar el evangelio. Y el evangelio es la verdad de Dios.
Los conflictos más grandes en el mundo son los religiosos. Dice la Biblia que estaban resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. No querían que se predique que los muertos resucitan y yo predico hoy que los muertos resucitan, y que se enoje quien se quiera enojar. Yo creo en la resurrección y no en la reencarnación. Cristo ha prometido resucitarnos y nos lo ha demostrado porque Él resucitó al tercer día.
Dice la Biblia en Hechos 4:3 al 7: “Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde. Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil. Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?” El concilio era el máximo organismo de autoridad política y religiosa de Israel. Seguimos leyendo en Hechos 3:8 al 12: “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.
¡No sabían qué hacer con ellos, porque el cojo estaba caminando! Habían visto un milagro pero no podían aceptar que estos dos discípulos de Jesús continuaran predicando el evangelio de la resurrección y del perdón de los pecados. Y dice Hechos 4:15 al 17: “Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús”.
¡Quisieron infundirles miedo! Hay poderes de las tinieblas que tratan de amedrentar a los cristianos. Yo veo creyentes y aun pastores amedrentados. Han pasado más de dos mil años desde este evento y se sigue predicando acerca de Jesucristo. Querían matar la plantita cuando aún estaba chiquita. Salieron los dos discípulos a hacer recorridas y se toparon con el cojo a quien sanaron en el nombre de Jesús de Nazaret. Fue el primer milagro que se hizo en la iglesia del primer siglo y por causa de esto se armó tal alboroto. Los apresaron, los intimaron y amenazaron para que no predicaran en el nombre de Jesús. Pero la verdad no puede ser atada ni encerrada. No se puede esconder la luz; tiene que ser puesta en alto. Y aquí es cuando los discípulos valientemente confrontaron a las autoridades diciéndoles: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:19 y 20). ¡La verdad nunca será detenida! No habrá poder en el mundo ni en el infierno que puede detener la verdad. La luz traspasa las tinieblas. El respaldo de Dios, y su gracia, están sobre ti. Toma como fundamento la palabra de Dios que es la verdad. ¿Se debe obedecer a las autoridades? ¡Sí! ¿Se debe obedecer a las autoridades por encima de la ley de Dios o por sobre la verdad de Dios? ¡No! Si quieres el respaldo de Dios para tu vida, te recomiendo que tomes en cuenta lo que te estoy predicando. No te avergüences de la verdad. ¡No te calles! Los que se avergüenzan de la verdad no les predican a sus parientes por miedo al qué dirán. Los estudiantes se avergüenzan de predicar el evangelio; cuando los profesores hablan sandeces ellos se quedan calladitos. Se avergüenzan de la verdad. Prefieren callar antes de perder la materia. Y si llega abrir su boca para decir la verdad van a ser avergonzados y se les van a burlar. Pero estamos en un tiempo de definición. Quien es de Dios lo va a tener que demostrar, y va a tener que manifestar la gloria de Dios en su vida. No vas a poder seguir escondiendo que eres cristiano. Los que llevan la bandera del engaño, de la mentira y de la injusticia están envalentonados. Los vemos prepotentes, soberbios, pregonando la mentira y el engaño por todos lados.
CONCLUSIÓN
Hoy Dios te pregunta si eres de Él o no. “No juegues a ser cristiano conmigo”, te dice Dios. ¿En qué demuestras que crees en Dios? ¿Qué haces para demostrarle al mundo que eres un hijo de Dios? Ser hijo de Dios es un honor muy grande. ¡No lo puedes andar escondiendo! En la gloria vas a ser príncipe en el palacio del Rey y aquí te avergüenzas porque alguien se burla de ti. Dios está dividiendo las aguas y te pide que te definas; porque las cinco vírgenes insensatas ya están sin aceite y se están reservando otras cinco que lo aman por sobre todas las cosas y suspiran por su venida. Estamos esperando las bodas del Cordero; esas bodas que acontecerán al final de la historia de la humanidad. El plan que Dios diseñó desde que puso al hombre en el planeta para tener hijos, para tener familia. ¿Eres hijo o no lo eres? ¿Sientes orgullo de ser hijo de Dios? Han implementado el día del orgullo gay y con mucho orgullo proclaman lo que sienten y les parece. ¿Y tú? ¿Proclamas con orgullo que eres hijo de Dios? ¡El tiempo se acorta! Es tiempo de decirle a Dios: “Señor, soy tu hijo, cuenta conmigo”.
Es importante que decidas si eres hijo o hija de Dios. Jesús ya lo decidió cuando murió en la cruz; pagó el precio para que puedas ser hijo de Dios. Por su parte ya está tomada la decisión; está faltando la tuya. Y Dios no va a llevar timoratos y vergonzosos a la gloria. Dios no va a llevar cobardes a la gloria. ¡Dios va a llevar valientes! Las confrontaciones y las opresiones que vivimos es porque la verdad no está reinado en el mundo. ¡Pronto viene Cristo! ¡Rey de reyes y señor de señores! Él regirá con vara de hierro las naciones y aplastará a todos los soberbios. No entenderán lo que pasa; y yo me estoy alistando para irme con el Señor.
“Dios mío, toma el corazón de tu pueblo en esta hora para que vivan confiadamente; que tu pueblo resplandezca y tu gloria sea vista sobre ellos. Padre, sana toda dolencia y toda enfermedad, rompe toda atadura del infierno. Quita la mentira y el engaño, Señor. Implanta y establece tu verdad, te lo pido en el nombre glorioso de Jesús. Sopla el viento de tu Espíritu Santo y llena a tu pueblo, Padre. Que tu pueblo no se avergüence de ti, Señor. Proclamamos hoy que tú nos sustentas y nos fortaleces. Glorificamos tu santo nombre Dios, amén”.
ANEXOS: