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Leamos Eclesiastés 10:5-7: «Hay un mal que he visto debajo del sol, a manera de error emanado del príncipe: La necedad está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados en lugar bajo. Vi siervos a caballo, y príncipes que andaban como siervos sobre la tierra».
¡Vivimos en un mundo que tiene muchas cosas al revés! He visto príncipes andar a pie y muchos siervos he visto andar a caballo, gente que Dios ha llamado a ser sus príncipes, viven como siervos. Hoy quiero hablarles de libertad, de verdadera libertad. Hay gente que cree ser libre pero es esclava en tanto que hay gente que se hace esclava de Cristo, encontrando así la verdadera libertad. Hoy he recibido una carta de los presos de la cárcel de Libertad que me ha inspirado:
«Con nuestra mayor consideración. Somos un grupo de hermanos privados de nuestra libertad física pero no así de nuestra libertad espiritual porque dia a dia estamos perseverando en la fe y tratando de seguir las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. Queremos que sepa que le estamos escribiendo desde el penal de Libertad. Nuestra única finalidad es hacer llegar nuestro aliento a través de usted, a todas aquellas personas que están con problemas, atravesando momentos difíciles en su vida, para que nos escriban, y a todos se les va a responder. Porque nosotros a pesar de todas las adversidades que estamos atravesando en este lugar tan difícil, siempre encontramos la fuerza en Dios para levantarnos alegres y enfrentar cada día, con feliz alegría porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece y nada hay imposible para él, y no hay nada que él no pueda soportar. Sin otro particular, y esperando tenga presente nuestra inquietud de poder ayudar de alguna forma a gente que lo necesita y todo lo que sea servir a Dios, les saludamos muy atentamente»: ¡Trece presos firman la carta! Estos, o están locos o los tocó el Espíritu Santo.¡Nos están pastoreando desde la cárcel! ¿Y tú de qué te lamentas? Sólo un Dios de poder y de gracia puede transformar las cosas de tal modo que el que está preso pueda decir, «soy libre», que el que está en conflicto pueda decir, «puedo ayudar a otro que está en problemas», sólo un Dios de poder puede decir a su iglesia: «Diga el débil, fuerte soy». ¡No tires la tohalla! ¡No cuelgues los guantes! manténte en guardia; tu Dios está peleando a tu favor.
Quiero hablarles de la verdadera libertad. La falta de libertad no es estar preso en la cárcel, sino estar cautivo en el corazón, y en los pensamientos. Todos nosotros estamos atados, aferrados y somos esclavos de lo que pensamos y creemos. Antes de caer preso en una cárcel, una persona ya está presa en su mente y corazón. Me sacudió mucho el testimonio del Pastor Raúl, a través de él pude conocer la mentalidad de una persona que caerá en la cárcel: Algunos piensan que no van a caer porque son suficientemente hábiles e inteligentes para evadir el ojo de la ley pero al poco tiempo están dentro, con lo cual queda demostrado que no eran tan fuertes, hábiles ni inteligentes. Y hay otros que planifican hacer una estafa y asimismo planifican caer presos con la esperanza de salir pronto y disfrutar del dinero producto de su estafa. He conocido muchos que han proyectado hacer un gran asalto y conseguir 200.000 dólares y han dicho: “Haré este asalto y luego que tenga el dinero, seré decente, formaré un hogar y haré feliz a mi esposa e hijos”. Planifican un último acto de indecencia para después ser decentes y no saben que el que hace pecado es esclavo del pecado. Toda persona es esclava de lo que cree, todo lo que tú piensas y crees se transforma en tu cárcel: Si crees una mentira, eres esclavo de la mentira, si crees una verdad, eres esclavo de la verdad.
Pero hay cierta cautividad que es buena, que es libertad; a la esclavitud de la verdad, Jesús le llama la verdadera libertad; creer una mentira es quedar preso en el error pero quedar ligado a la verdad es verdadera libertad. Si yo no me muevo de la verdad y permanezco en ella, he creído en el verdadero conocimiento que tengo que creer y a eso Jesús le llama libertad. Pero tengo que permanecer, no tengo que irme lejos de la verdad, debo conocer la verdad para ser libre. ¿En que consiste la esclavitud? Los caminos y los pensamientos del hombre son esclavitud, el hombre se extravió y perdió el conocimiento de la verdad en el jardín del Edén. Allí el hombre perdió la habilidad de recibir la verdad de parte de Dios. Fuera de Dios no hay verdad, Dios es el autor de la verdad, por lo tanto quien quiera conocer la verdad, tiene que conocer a Dios y su palabra. ¡Fuera de ella no hay verdad! Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Quien pretenda ser cristiano tiene que asegurarse que persevera en la verdad, la confiesa y la cree. Yo necesito conocer la verdad, el mundo está lleno de engaño y mentiras, nos ofrece cosas para satisfacernos y para sentirnos realizados, el mundo está tratando de vendernos toda clase de ideas y teorías, pero lo que el mundo necesita es conocer la verdad de Dios: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres».
Hoy quiero hablarles a esas personas que con mucho orgullo y seguridad confiesan: «A mí nadie me tiene que indicar lo que tengo que hacer» y se creen que son libres, pero ya cayeron en el primer error: ¡Todos necesitamos ser enseñados! Dice Isaías en el capítulo 53, versículo 6: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros». ¡Todos nos descarriamos como ovejas y necesitamos venir a Cristo! ¡Todos necesitamos venir a la verdad! Quien cree que está en la verdad y no tiene a Cristo, está engañado y es esclavo de la mentira. Le hablo hoy a esas personas que han sido engañados por falsas propuestas de seguridad, por falsas propuestas de placer, como por ejemplo, la falsa libertad del alcohol: Cuántas personas por causa de la angustia de su corazón y de no saber cómo resolver sus problemas, han decidido volverse al alcohol y éste le ha dado un cierto sentido de libertad. El alcohol los va aprisionando, pero no resuelve sus problemas existenciales, familiares, ni de soledad. Ni siquiera “Alcohólicos Anónimos” resuelve el problema del corazón de las personas. “Alcohólicos Anónimos”, en el mejor de los casos, ayuda a que la persona deje el alcohol pero no le ayuda a la persona a resolver sus conflictos interiores. ¡Tengo buenas noticias para ti! Dios no sólo puede quitarte el vicio del alcohol sino también quitar de raíz el problema que te llevó al alcohol. El alcohólico no es un enfermo de por vida, sino que es una persona angustiada, quebrantada, en soledad; quítale la impotencia que tiene, quítale su soledad y dejará el alcohol.
“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Dios hoy quiere liberar personas de la esclavitud de sus pensamientos, aún hay creyentes que vienen a la iglesia pero no son esclavos de la verdad sino de sus sentimientos, de sus pensamientos y de sus emociones. No responden a la palabra de Dios, sino a lo que sienten; ellos sienten que no pueden continuar con su matrimonio y quieren divorciarse, ellos no creen a la verdad sino a lo que sienten. No te aferres a lo que sientes, aférrate a la palabra de Dios, él te hará libre si crees en su palabra.
Hay quienes le han hecho canciones a la cocaína; mientras el efecto de la cocaína está allí dentro, la persona vive un idilio y hasta se siente más revitalizado. Me han contado que mientras están en el efecto de la cocaína se sienten como que se les ha despertado la mente, se sienten con todas las pilas puestas, aunque tú los ves sonámbulos por la calle. ¡Mentira! ¿Ustedes han visto algún gerente de alguna empresa que ha dicho, «por favor, tráiganme un drogadicto porque necesito gente que rinda»? Sin embargo ellos sienten que ven mejor las cosas y que rinden más. ¡Es un engaño! Pero Jesús dijo: «Yo he venido a liberar a los cautivos» y por esta declaración hoy te hablo. ¡Hoy Jesús se levanta como libertador de los cautivos! He sabido de siervos de Dios que algún psicólogo les recomendó la pornografía para paliar sus problemas matrimoniales, pero ésta es un engaño de satanás; en la búsqueda del placer la gente queda cautiva del placer y de la codicia.
La pornografía es un poder maléfico que desata bajos instintos: ¡No te dejes engañar! ¡No es placer la pornografía, es una cárcel, es una atadura, es una maldición! ¡Falsa libertad! Hay teorías y pensamientos humanos que no provienen de Dios, que no son verdad, y que son mentiras y engaños y quien cree una mentira es esclavo de esa mentira; la teoría de la evolución de Darwin ha hecho terribles esfuerzos por alejar al hombre de Dios y llevarlo a que no crea en su existencia, ¡pero no llega al 10% la gente que cree que no hay Dios!
Otra forma de esclavitud, otra cárcel son los razonamientos con los cuales justificamos nuestras actitudes: Cuando esgrimimos razonamientos para justificar nuestro odio, nuestra soledad, nuestras amarguras, nuestras angustias, nuestras aflicciones, estamos alimentando con mentiras nuestra alma y eso nos lleva a quedar presos de esos razonamientos. Es necesario liberarnos de nuestros pensamientos para saber qué es lo que Dios piensa. Tenemos que negarnos a nosotros mismos para conocer a Jesús; si lo seguimos a él, seguimos la verdad, él nos dirá que no debemos odiar sino amar.
Hay un principio divino: Existe un Dios todopoderoso, que ha creado todas las cosas y debe ser conocido y amado por sobre todas las cosas; ese principio no lo puedes violar. ¡Dios existe! El segundo principio es Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza y cuando vio lo que había hecho dijo que era bueno y en gran manera. No hay nadie en todo el universo que le recuerde a satanás la figura de Dios como un ser humano: Satanás ve un sapo y no se acuerda de Dios pero ve un hombre o una mujer y sí se acuerda! ¡Fuimos creados a su imagen y semejanza! Dios se deleita en el hombre que ha creado y le ama. Jesús no vino a morir en la cruz del calvario por ovejas y vacas, sino por hombres y mujeres, para que sean libres de pecado, de soledad y de angustia. El principio es éste: Hay dos cosas que deben ser amadas más que todas las cosas en todo el universo: La primera es Dios y la segunda es el hombre: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas y amarás a tu prójimo como a ti mismo». El hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, el hombre no fue creado por Dios para que otro hombre lo odie y le tenga resentimiento. ¡Dios ama al hombre y desea que tu también lo ames! Cualquier persona que odie a otra, por más razones que tenga, no tiene razones suficientemente valederas para hacerlo. Te pueden haber hecho mal, te pueden haber hecho daño, pero no seas esclavo de tus sentimientos, sé esclavo de la verdad, conoce a Dios y su palabra…y ama a tu prójimo como a ti mismo, perdonando a quien tengas que perdonar.
Cualquiera que usa argumentos y razonamientos para alimentar los deseos malignos de su corazón, es esclavo de sus razonamientos, de sus codicias, de sus deseos y de sus sentimientos. No seas esclavo de nada, sólo se esclavo de Jesucristo. Dios hoy te dice: «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,…. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” Isaías 55:8-9. Para caminar en los caminos de Dios, tienes que abandonar tus caminos, para tener los pensamientos de Dios, tienes que dejar tus pensamientos. Si tienes un vaso de Coca Cola pero quieres Sprite, no tiene sentido que viertas Sprite por sobre la Coca Cola; o vacías el vaso de la Coca Cola y echas luego la Sprite, o tomas otro vaso distinto para verter la Sprite. Lo mismo ocurre con Dios: ¡No puedes tener los pensamientos de Dios y los tuyos! ¡Jamás habitarán juntos! Cristo libera a través del conocimiento de la verdad. Leamos Juan 8:31-32: «31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?» Aquí había algunos que decían ser libres pero eran esclavos. ¿Eres esclavo? ¡Cristo hoy quiere hacerte libre! Es la palabra de Dios la que te trae el conocimiento de la verdad, ella te hará libre. Si hoy estás dispuesto a renunciar a tus argumentos, a tus pensamientos, haz esta oración ahora mismo:
“Padre amado, vengo delante de tu presencia, a renunciar a mis pensamientos, a mis caminos, a mis deseos. Reconozco que he creído la mentira, he justificado cosas que no debo justificar en mi vida. ¡Declaro que tu eres mi libertador! He entendido y declaro que esos razonamientos me han tenido atados a pecados, reconozco mi esclavitud y te pido que me hagas libre y perdones mis pecados. Que venga a habitar tu hijo Jesús por la fe en mi corazón, en el nombre de Jesús, hago esta oración, amén”.
ANEXOS: